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sábado, 5 de noviembre de 2011

G-20: los mayores economías debaten sobre el euro

Foto de familia de la cumbre en Cannes 2011
Por Mirta Balea

Un gran abrazo solidario y una palmadita en el hombro ha sido el resultado neto de la última cumbre de las economías más desarrolladas del planeta respecto a los problemas que aquejan al euro, tras una cita previa de los miembros europeos de la eurozona en la que han habido complicadas negociaciones sobre un nuevo formato político-institucional en torno a la crisis de la deuda soberana.

Los líderes de los tres países de la eurozona miembros del G-20 (Alemania, Francia e Italia) apenas tuvieron tiempo de recuperarse de la cumbre número 14  para tratar este tema en el seno de la Unión Europea (UE) antes de llegar a Cannes. Allí se proponían convencer a sus homólogos no europeos de que la nueva estrategia aprobada beneficiará a la economía mundial en su conjunto en el flanco más delicado: el sistema financiero.

De algún modo había que disipar la angustia de la posible debacle de la moneda única y Francia, presidente de turno del G-20, escogió la ciudad de la costa azul de la riviera francesa, capital mundial del cine, Olimpo de celebridades, ricos, playboys y de todo el que pretenda "ser alguien", con su clima suave y su cielo celeste perpetuo.

Los jefes de gobierno de los once países de economías emergentes, participantes en la cumbre, mostraron su preocupación porque la crisis europea termine contagiando a sus economías, algo verdaderamente paradójico. Estas naciones ocupan un lugar de vanguardia en el nuevo orden mundial, tienen mayor protagonismo en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional ( FMI) y han provocado un reordenamiento territorial de la multilateralidad en razón de su crecimiento económico.

Pero hay que recordar que entre las principales causas que llevaron a que se desarrollara la actual crisis financiera figura la acumulación de capital y ahorro en economías emergentes y en Japon. A China y a Brasil, Bruselas les ha pedido expresamente apoyo económico para los países periféricos de la eurozona.

El panorama al iniciarse la cumbre del G-20 mostraba al Tesoro Público español en una subasta de 4.500 millones de euros como tanteo ante los inversores sobre las nuevas necesidades de capital del sistema financiero tras la bajada de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). Todo esto con el telón de fondo de la tormenta financiera desatada por Grecia al anunciar un referendo sobre los ajustes y reformas exigidos, buscando calmar los ánimos de la población.

La deuda francesa enfrentaba una rebaja de su calificación en medio del auge en la expectación creada por la convocatoria de referendo, que quedó anulada cuando la UE bloqueó la entrega de 8.000 millones de euros de ayuda pendientes. Francia luchaba por mantener su triple A, mientras las agencias calificadoras, bajo el liderazgo de Moody's, amenazaban con descabezarla y de paso al Fondo Europeo de Estabilidad Económica y Financiera.

Los mercados habían dado a Italia unos cien días para salvarse y de paso a la coalición del primer ministro Silvio Berlusconi, que se embarcó en frenéticas y urgentes reuniones con sus ministros porque el objetivo no era solo calmar el revuelo bursátil sino garantizar su propia supervivencia.

Boulevard de la Croisette
Una de las prioridades de la presidencia francesa del G-20 ha sido reducir los desequilibrios macroeconómicos entre países avanzados y emergentes, que, según Nicolás Sarkozy, son los que han llevado a la crisis económica para evitar una reacción en cadena que trastoque al mundo.

China estaría dispuesta a ayudar a la eurozona porque desea evitar otra crisis y/o recesión global, que tendría como protagonista a Italia, cuya abultada deuda puede crearle problemas para emitir y financiarse y llevarla al impago, como al que está abocada Grecia. Pero el régimen de Pekin quiere también ventajas comerciales y apoyos políticos en sus disputas comerciales con Tailandia y Estados Unidos, porque nadie ayuda de manera gratuita, siempre hay componendas y chantajes.

La economía china se beneficia de una ventaja competitiva al mantener su divisa artificialmente devaluada. Un comunicado del presidente del Consejo de Europa, Herman van Rompuy, y del de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha afirmado que China accedió a un compromiso para re-equilibrar su economía en breve, lo que debería llevar a una mayor flexibilidad en el tipo de cambio.

El presidente de México, Felipe Calderón, habría puesto el dedo en la llaga al señalar que "hoy en el mundo no hay un libre comercio justo por la manipulación de los tipos de cambio" y señaló sin ambages a China. La exigencia de revalorización del yuan volvió a descolgarse comunicado final del G-20, lo que incide en que siga cerrada la puerta a la reforma del sistema monetario internacional.

Cuando estalló la crisis en 2008, el G-20 acordó elevar el gasto público y bajar los tipos de interés. Estas mismas medidas pueden resultar duras en esta ocasión. Italia no está en condiciones de gastar más, como tampoco Portugal y España, otros temen gastar como el Reino Unido y los hay que ya están gastando como China e India o son excépticos, como Alemania, sobre si los "renegados" europeos merecen ser salvados, y hay los que tienen serios problemas internos como Estados Unidos.

Otras causas de la actual crisis descansan en los préstamos hipotecarios y para consumo de Estados Unidos, los bonos negociables de este país y de la UE, el desequilibrio del sector público norteamericano y su endeudamiento por la guerra de Irak, junto al crecimiento del défici fiscal durante el mandado de George Bush. Estados Unidos, como referente mundial, es la medida de todas las cosas.

El crecimiento de los conflictos sociales y bélicos, del desempleo, de la recesión económica, el cierre y quiebra de empresas, la caída en un 10% del comercio internacional, el parón de las exportaciones, el aumento de los aranceles y que algunos países hayan pasado de la recesión a la depresión son  elementos consecuentes y añadidos al problema.

Así que los deseos de ofrecer solidaridad y la diplomacia tan del gusto de las cumbres europeas o mundiales no arrojan resultados prácticos. Papandreu, por ejemplo, lucha a diario con una revolución interna, lo que no supone un buen punto de partida para un compromiso razonable con cualquier banco que desee negociar con Grecia para eliminar el 50 por ciento de la deuda, como se acordó en la última cumbre en Bruselas, porque temería que el Gobierno se quedara en el aire en cualquier momento.

En el documento final del encuentro en Cannes, trasciende la preocupación de que en los próximos meses Europa y el mundo se vean en una recesión vaticinada por el BCE y la Organización de Comercio y Desarrollo (OCDE).  Varios países abogaron por que la naciones y zonas del mundo con margen de maniobra pongan en práctica políticas de impulso al crecimiento mundial. Estarían pensando probablemente en China y Alemania y ambos tienen sillas en el G-20.

El FMI forma parte del grupo que puede ayudar en la financiación de los rescates. El organismo podría estar en condiciones de incrementar sus recursos para el otoño del 2012 con una participación bilateral con la que se ha comprometido el Reino Unido. En la actualidad, la institución dispone de unos 291.000 millones de euros , pero hay gran preocupación sobre si resultarán suficientes en caso de que la crisis de la eurozona llegara a afectar a Italia. Actualmente, confinancia los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.

Tras todas las cumbres europeas y mundiales de los últimos días, la tragedia griega sigue ocupando un espacio importante en las agendas. Cuando se creó la divisa europea se fijaron los requisitos para incorporarse a la misma, en los que mintió el Gobierno de Atenas para poder entrar. Entonces no se pensó en la posibilidad de que algún país quisiera o debiera abandonarla algún día. Y menos que quisieran expusarlo los demás. Esto supone un vacío legal.

Habría que regular el procedimiento de salida y esto requeríría la reforma del Tratado de Lisboa, un procedimiento tan farragoso- como mínimo tendrían que confirmarlo 27 parlamentos- que podría demorar hasta un año antes de que la via estuviese expedita. Lo más rápido sería abandonar la UE con la denuncia de sus tratados por parte del país en cuestión.

El intento de Papandreu de convocar un referendo para impedir a Europa continuar presionando a  Grecia resultó desacertado porque Bruselas no puede ceder. La jugada devolvió en cambio el nerviosismo a los mercados y redujo el impacto positivo de la última cumbre de la UE deseosa de desbloquear el dinero del rescate para Atenas. El país terminará el 2011 con una deuda del 180% del PIB.

El peso de Grecia en el conjunto europeo es reducido. De haber llevado adelante el referendo el efecto sobre su propio sistema financiero y sus acreedores habría sido devastador, aparte del contagio que hubiera supuesto  para economías  como las de  Italia y España.

Aunque jurídicamente la salida de un país de la eurozona  no esté contemplada, en los últimos días se han escuchado voces que abren la puerta a esta posibilidad. Una opción sería provocar el colapso del sistema financiero de Atenas agravándolo con un menor o tal vez ningún apoyo de liquidez del BCE. Esto provocaría una elevada inflación por el proceso de cambio de una divisa a otra devaluada y los efectos positivos para el país serían escasos.

El elevado coste que tendrían que asumir las empresas locales para financiarse en los mercados de capitales terminaría por imponerse a la ventaja de ganar en competitividad. Para el resto de miembros las consecuencias se traducirían en la pérdida de credibilidad sobre el proyecto de moneda única y nuevos ataques de los inversores en los mercados de la deuda de España, Italia, e incluso Francia.

La sombra del default continúa revoloteando sobre Grecia y la crisis del país, cualquiera que sea la gestión a realizar, tendrá efectos nocivos sobre el crédito y el crecimiento de Europa. Al margen de estas coordenadas, el movimiento de Papandreu ha destapado una vez más la debilidad instititucional de la eurozona, algo que se ha repetido mucho con el objetivo de mejorar la gobernanza. Los países involucrados no desean ceder soberanía y sin este requisito resulta inviable cualquier mecanismo de control y estabilidad en Europa.

Enlace con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/10/union-europea-borrascas-sobre-el-euro.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/09/union-europea-el-euro-y-grecia-en-la.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/08/estados-unidos-la-crisis-nos-afecta.html


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