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lunes, 14 de noviembre de 2011

Permítanme ...sobre los mítines

Publicado el por rubioalpresa@gmail.com

Permítanme que profundice, un tanto, en el misterio de ese fenómeno social del Gol. Que bien pudiera expandirse mas allá del deporte mismo, más allá de la significación física de un balón al otro lado de la línea de la portería, en el remanso plácido de la red.
Porque Gol pudiera también explicarse dejar al “otro” en calzoncillos, digo al político rival, en debate, mitin o proclama electoral. Gol, pudiera significar también ese concitar a favor más exasperaciones y pasiones que el rival político, en un desplazamiento apreciable de la intención del voto, o en el más o menos abultado aplauso por alguna ocurrencia mitinera.
- Que gol le han metió al candidato Rinconete, -pongamos por caso, o, – vaya atracón de balón del Sr. Trepamundos.
Y así, el Gol se nos convierte en un axioma aplicable a cualquier grupo humano, en cualquier actividad, y allí donde haya gente.
Cuando los ingleses inventaron hace tantos años aquella pugna, trivial e inocente en apariencia por meter un balón entre tres palos jamás pudieron sospechar que estaban dando nascencia al más omnipresente y obsesivo leguaje de nuestro tiempo:
-El Sr, Biensabe quedaba llamativamente fuera de juego ante la documentada exposición económica del candidato Solohabla, fruto sin duda de la herida abierta en su orgullo por el último Gol recibido, el titular de prensa de CBA.
Lenguaje esquivo, difícil e inalcanzable, este de la política, burlón con las cosas serias y serio con lo que no interesa al ciudadano.
No parece que en estos días de medios directos de comunicación, facebook, google, twiter y otros, los grandes políticos se empeñen todavía en reunir a más o menos gentes en escenarios faraónicos, estadios reconvertidos, estrategias de fotos de primera fila entre dirigentes audaces deseosos de más o menos goles para el adversario.
Y si los escenarios multitudinarios para mítines de campaña languidecen entre planos de televisión corregidos y recuentos de asistentes duplicados o triplicados, el ciudadano de a pie cuenta los días que quedan, en ese ¡ ya queda menos ¡, como si del tormento inquisitorial se tratara, encerrados como estamos en las torres del suplicio, entre crisis económicas, falta de valores y palabrería mitinera, que cada vez nos dice menos.
Conclusión, los jóvenes a lo suyo, a jugar con la Play-Station y a sus cosas, los vejetes, acomodados en ese “ de mi no se ríen más “ y los de en medio, pues eso, los que podamos, a seguir cotizando, que es lo que cuenta, que mucho charlar aquí y allá pero poco barrer el patio.
De todas formas, hay que volver al Gol, al de verdad, al del balón de fútbol, al fruto del centro medido, la filigrana con la pierna derecha y al remate de cabeza, y si puede dar en el palo antes, mejor.
Goles, muchos goles, los que nos quedan por meter, al Euro, ni uno más, a Inglaterra, todos los del mundo, en ese próximo Inglaterra-España.
eduardo dominguez-lobato rubio

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