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martes, 13 de diciembre de 2022

Sanchez o como crear un MacGauffin.

Como podría haber imaginado Hitchcock que el presidente español Pedro Sánchez se sacaría de la manga un MacGauffin para justificar su empeño en hacer pasar sus acciones por lo que no son? Aquí no se trata de una distracción narrativa debida a la maestría del rey del suspenso. Hablamos de distracción política.

La excusa argumental de Sánchez , junto a otros miembros de su Ejecutivo, es que las más recientes y polémicas  leyes venían dadas en su discurso de investidura, que siempre ha resultado muy genérico en boca de cada mandatario en 40 años de democracia española y en el caso del actual fue más de lo mismo. El vocero Patxi López, primero en sacar de la manga la fórmula diversionista, nos quiere hacer creer que todo lo que está ocurriendo ( con el único fin de lograr la aprobación de la presupuestos generales del estado) había quedado definido desde entonces. 

Sánchez  siempre ha tenido ante si la posibilidad de diálogo con la oposición para poder prescindir de decretos ( pasando a la historia como el que más ha abusado de esta potestad) y de leyes controvertidas como el enmascaramiento de la modificación del Código Penal con la eliminación del delito de sedición para convertirlo en desorden público y la reducción de las penas en el delito de malversación de caudales públicos y la diferencia entre quien se embolsa el dinero a modo de lucro personal y el que lo utiliza para favorecer una causa como la independencia de Cataluña para citar un caso directo en cuestión.

Para el Ejecutivo, todas sus leyes y decretos son urgentes. La prueba más reciente son estos cambios acometidos en menos de una semana a pesar de ser un tema de calado, que requeriría como mínimo un debate profundo entre las fuerzas políticas e incluso una consulta popular si nos ponemos estupendos. El presidente ha ignorado el diálogo durante sus años de gobierno y cuando lo intentó por presiones de la Unión Europea para renovar el Consejo General del Poder Judicial pretendió de una manera burda imponer durante las reuniones a sus candidatos para obtener una mayoría favorable. Cuando el PP no acepto la coyunda del gobierno, que constituía una manipulación  de la Justicia, como era de esperar las conversaciones pararon y el Ejecutivo culpó al PP por negarse a aceptar a los  propuestos. El diálogo pasó a un papel secundario en un giro MacGauffin.

La sentencia sobre la corrupción de Gurtel no era firme en el momento de la moción el 31 de mayo del 2018. El escrito de la Audiencia Nacional NO condenó al gobierno de Rajoy, ni al presidente en lo personal (la moción era contra él), ni a ninguno de sus ministros, ni a ningún militante del PP, NO recogió por tanto condena penal contra este partido entonces en el gobierno. Fue la moción fraguada por De Prada la que catapultó a Sánchez al poder sin pasar por las urnas, y pretendían que el PP aceptará su candidatura para el CGPJ. 

Ya no hay delito de sedición, el de malversación no resulta tan grave. Las penas, que antes oscilaban entre 8 o 12 años pasan a 4 años o seis meses porque el Gobierno cree que no es lo mismo embolsarse el dinero público a que se lo des a tus amigos para realizar un referendo ilegal e inconstitucional. Si declaras la independencia en el Parlamento catalán, siendo el presidente de la Generalitat y según la ley representas al estado español, ahora no se te juzgaría por sedición sino por desorden público. 

Lo mismo ha ocurrido con  la ley del sí  es sí bajo el supuesto de proteger a la mujer. La práctica de la norma ha permitido la rebaja de las penas y con la aplicación  del carácter retroactivo de la legislacion española ha puesto en la calle a  40 violadores, algunos de ellos pedófilos, y siguen las revisiones de otros 100 casos. Se habla entonces de aspectos más positivos de la ley, pero estos,  ojo, requerirán en muchos casos dinero como la habilitación de juzgados para agilizar los casos de violencia de género y no hay dinero para esto ni otros aspectos de la ley. Una distracción política más sobre lo importante: la salida en masa de los violadores.

Dice el presidente que hay tranquilidad en Cataluña, como logro personal, y que lo legislado sobre sedición y malversacion daba cumplimiento a la supuesta promesa en su investidura, con ese carácter genérico. Esto es una nueva distracción política para minimizar el hecho de que si le das a los soberanistas todo lo que iba en su pliego de demandas ellos te dejarán hacer y te apoyaran porque España no es su preocupación. 

Eso explica el entusiasmo de ERC por las modificaciones introducidas o  a punto de hacerse en el Código Penal. Una portavoz declaró que las aspiraciones ahora son las de un referendo independentista apoyado por el Gobierno. Se les ha dado a los sediciosos la inmunidad y a partir del 2024 el líder de una facción separatista podrá presentarse a unas elecciones. La conclusión es que los catalanes han cumplido hasta el momento su hoja ruta, incluido el posible  referendo disfrazado de legalidad, los catalanes seguirán tranquilos e intentarán por cualquier medio que Sánchez siga en el poder.

La pregunta pivotea sobre la legitimidad del presidente, cuyo partido fue el más votado en las últimas elecciones, si bien no resultó suficiente como para no aliarse con otra formación como UPodemos, representativa de la ultra izquierda, o con los interesados en romper España , pasos decisivos para no caer y mantenerse en Moncloa. Y digo esto porque he observado a algunos periodistas en debates recientes justificar al gobierno en sus concesiones y en sus constantes metiduras de pata, subestimando o despreciando a quienes sacan a la luz los errores garrafales. Es el caso de un reciente manifiesto de exministros socialistas clamando por la rectificación  de los cambios introducidos por la puerta de atrás en el Código  Penal. Algunos de estos socialistas respondones son figuras muy conocidas y respetadas como el ex alcalde de Madrid Joaquín Leguina, quien gobernó por tres periodos y ha sido el único candidato socialista que logró  hacerlo. Sánchez le arrebató la militancia por participar en un mitin  de la alcaldesa Isabel Díaz Ayuso. 

Resulta un MacGauffin preguntar si  nos satisface la tranquilidad de Cataluña y que los vascos estén también contentos después del dinero que han recibido en detrimento de otras Comunidades y lo de la liberación de los presos tanto los que fueron encarcelados por proclamar la independencia en el Parlamento catalán o los ex terroristas de ETA, sin existir siquiera un arrepentimiento previo por estos sujetos. 

Otros gobiernos como el de Aznar liberaron presos vascos, pero con arrepentimiento previo. Sánchez los ha liberado casi a todos, quedan pocos y a otros los ha acercado a su zona de confort sin haberse arrepentido de sus crímenes. La trampa sería si es bueno para España la tranquilidad de catalanes y vascos o  la aprobación de los presupuestos generales con los votos de todos estos grupos después de  muchas concesiones en detrimento de la territorialidad.