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viernes, 29 de agosto de 2014

Ucrania, Oriente Medio y la perplejidad de la comunidad internacional

Sede de la OTAN


Por Mirta Balea

Los soldados rusos combaten junto a los separatistas ucranianos contra el gobierno del presidente Petro Poroshenko. Este ha pedido una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en relación con la invasión de similares características a la que precedió la anexión de Crimea por Rusia.

Mandos de la OTAN han respaldado las acusaciones de Poroshenko al confirmar que más de mil soldados rusos hacen la guerra al gobierno de Ucrania en su propio territorio.

Rusia ha sido objeto en dos ocasiones de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) desde lo de Crimea. El presidente norteamericano Barack Obama está por la labor de aumentarlas, pero su colega Vladimir Putin sigue sin darse por enterado y ha decretado un boicot contra productos importados de países europeos como represalia al castigo recibido.

La ofensiva rebelde -respaldada desde Moscú con armamento y hombres- ha hecho perder posiciones al ejército ucraniano no solo en el Este, sino algo más al Sur, en la última semana.

El ejército era apenas una metáfora durante el derrocado gobierno del presidente Viktor Yanukovich, quien no tuvo otra que dejar el mando y aterrizar en Moscú cuando en febrero de este año.

Los ucranianos salieron a la calle a mediados de ese mes para protestar por el nuevo acercamiento de Kiev a Moscú al negarse el gobierno a firmar un acuerdo comercial con la UE, que les hubiera facilitado en el futuro la entrada al club europeo. Yanukovich intentaba no enfadar a su vecino, que le ofrecía una ayuda monetaria y el constante flujo de petróleo por el oleoducto que atraviesa Ucrania y del que se sirven otros estados del continente. 

Estas protestas -con el saldo de más de un centenar de muertos- no gustaron a Rusia, pero Putin vio la oportunidad de poner en marcha una reconquista en la práctica de los territorios antes prosoviéticos y como primer paso se anexionó a Crimea. Ahora cree que podrá seguir adelante con su línea expansionista, en la seguridad de que nadie se le opondrá.

Pertenecer a la OTAN habría permitido a Ucrania salvaguardar su frontera con Rusia y quizás prevenir la anexión de Crimea. Yanukovich no dió el paso por no enfadar a Putin y perder sus prebendas.

El jefe de asuntos políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, ha dicho que de confirmarse la implicación rusa "constituiría una contravención directa del derecho internacional y de la Carta" del organismo internacional.

El respaldo otanista a las acusaciones de Poroshenko se apoya en imágenes vía satélite en las que queda reflejado el trasvase en la frontera ruso-ucraniana de fuerzas militares y armamento muy sofisticado a los rebeldes.

Las imágenes dejan ver también a unos 20 mil soldados rusos aparcados en la frontera con Ucrania a la espera de una orden para avanzar sobre ese territorio.

A petición de Kiev, la OTAN se reune hoy en el marco de las amenazas de la Casa Blanca sobre nuevas sanciones y la perplejidad de la UE, indecisa en cuanto a si sería conveniente a sus intereses económicos dar ese paso, junto a Estados Unidos. O quizás nos equivoquemos y lo haga mañana en una prevista cumbre en Bruselas.

Sobre los desmentidos de Moscú por su implicación y participación militar en la rebelión separatista, ni caso. Resulta que es una imitación burda de la postura que sostuvo antes de anexarse Crimea.

Para algunos de los líderes que hoy gobiernan en la ex-zona del socialismo soviético, las sanciones resultarán inútiles a la larga y el boicot de los rusos, que ha afectado la economía de varios de estos países, parece confirmarlo. Otros como Polonia insisten en mantener una línea dura contra Moscú y aumentar las sanciones, así que el debate mañana promete ser caliente.

Un espectador de los acontecimientos mundiales podría sentirse estafado después de que le hayan machacado sin prisas y sin pausas sobre el insuperable encanto de los organismos internacionales en la búsqueda de un acuerdo de paz, mientras miden bien sus pasos para evitar dar uno en falso.

Tenemos que, junto a este conflicto en la misma Europa, otro de proporciones bíblicas tiene lugar en Oriente Próximo, como la imposición en una tercera parte del territorio sirio y zonas importantes de Irak de un califato medieval bajo una fuerza que se hace llamar Estado Islámico (EI).

He leído con estupor como un columnista hablaba de este conflicto e intercalaba, como de pasada, que en una ocasión conoció a un miembro de la etnia kurda de los yazidis, sometidos a un genocidio en Irak por el EI que enrojece la faz de la Tierra.

Lo ha dicho como quien informa de la conversación con un amigo tomando té en una cafetería y ha precisado que es una etnia zoroastrista.

Los yazidíes han sido durante generaciones una etnia de origen kurdo con dialecto propio, que no practica el monteísmo y se mantiene alejada por propia voluntad de otras comunidades, anclada pacíficamente en su pasado. Esto es algo sobre lo que ya se ha investigado y puede darse por seguro porque no fue hasta finales de los 90 del siglo XX que alguien les mencionara. Su existencia, hasta entonces, era ignorada hasta en el mismo Irak.

A partir de esta fecha, investigadores y académicos comenzaron el estudio de este grupo social del que se sabe poquísimo. Espero que el encuentro con un yazidi de este prestigioso periodista, conocedor del Oriente Próximo y las religiones que lo habitan, no sea también otra trola del gremio para estar a la moda de los acontecimientos.

Los kurdos hacen frente en Irak a los islamistas del EI, un grupo sunita con ínfulas de guiar a todos los musulmanes dentro de un califato, que debería extenderse a otras tierras, acuñando los sueños de Mahoma, el profeta del Islam, como el mejor de los mundos posibles.

Este califato tendría como premisas, la destrucción de quienes no piensen igual, como son los musulmanes chiítas; la destrucción de otras religiones; la involución social en un amplio espectro que incluye no dar derecho alguno a las mujeres. Esto por citar solo algunos propósitos declarados.

Algunas potencias occidentales se han planteado la posibilidad de armar a los kurdos y que Estados Unidos mantenga su lluvia de bombas sobre los radicales.

Estados Unidos se muestra de momento reticente en armar de igual manera a los rebeldes sirios, quienes no han sido incapaces de rechazar el empuje del EI por falta de recursos de todo tipo.

En un principio, se les negó la ayuda para evitar que las armas cayeran en manos de los radicales islamistas, pero evitar el regreso de la humanidad a la oscuridad de los tiempos debería ser un propósito que nos moviera en el dicho de ahora o nunca.


El presidente sirio Bashir el Assad ha mostrado su disposición a permitir apoyo aéreo para librarse de las fuerzas del EI, que sí amenazan en toda regla a su régimen. En el camino de su buena voluntad por aceptar la ayuda, se ha olvidado que él mismo propició la entrada en Siria de estas fuerzas desde Irak al principio de la guerra civil en 2011 como muro de contención de los rebeldes.

El protegido se ha ido haciendo fuerte desde entonces y le ha salido respondón, el monstruo ha sacado las uñas y El-Assad parece haber comprendido que resulta demasiado tarde porque está a punto de perderlo todo o quizá era un riesgo calculado que, simplemente, se le fue de las manos.

lunes, 11 de agosto de 2014

El Estado Islámico y los bombardeos norteamericanos contra los seguidores de Mahoma

Fuerzas regulares en Bagdad.






Por Mirta Balea

La política en Oriente Medio del presidente Barack Obama ha probado ser el más efectivo sistema para dar alas a los yihadistas. Todos están atrapados ahora en ese bucle por la inacabada guerra de Iraq y la escasa visión de la Casa Blanca para armar a los rebeldes sirios en la guerra contra Bashir el-Assad. 


La Administración demócrata se ha negado desde el principio a ver lo evidente: que el régimen de el Asad ha venido permitiendo la entrada de los yihadistas como contrapeso a las fuerzas rebeldes y convenció a Washington de que si les proporcionaba armas a estos últimos éstas terminarían del lado de las fuerzas oscuras.

Con lo que no contaba el presidente sirio era que los hijos de Al Qaeda aprovecharían  para sembrar en la frontera entre Iraq y Siria un califato, es decir, un Estado al estilo de los sueños de Mahoma.

El profeta hablaba del dominio para alcanzar la unidad del Islam o umma, de imponer la ley o sharia, y de seguir la guerra contra los infieles, una alusión a quienes no profesan esa religión.

Los iraquíes huyen ante el reinado de terror desatado por el EI o ISIS, según las siglas en inglés, que se traducen como Estado Islámico o Estado Islámico de Iraq y el Leventa, con el genocidio de 500 yazidies tras apoderarse de la ciudad de Sinjar. 

Algunas víctimas, entre las que se cuentan mujeres y niños, han sido enterradas vivas en fosas comunes y ésto ha creado una crisis humanitaria denunciada por las principales entidades de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

El EI ha anatemizado a los yazidies como "adoradores del Diablo" y de ahí la saña en la persecución, al igual que la que tiene lugar contra los cristianos, los "infieles" por excelencia.

Los yazidíes son kurdos, sus creencias nacieron en el siglo XII y en Iraq han vivido durante siglos. Son numerosos en otros países de Asia y de Europa y alcanzan el número de 60 millones.

El desconocimiento sobre las creencias de los yazidies trasladó a las mentes de cristianos y musulmanes la idea de que eran adoradores secretos del Diablo. Sus acciones se han medido siempre por el modelo monoteísta del Cristianismo y el Islam por lo que durante siglos no se entendió que organizaran su religión alrededor de diversas fuentes y tradiciones.

No ha sido hasta finales del siglo XX que se ha logrado sistematizar y poner por escrito las creencias de los yazidíes, lo que ha abierto a los investigadores la posibilidad de estudiarlos y poner fin al mito que los ha perseguido secularmente. 

A los yihadistas del EI este conocimiento no les vale para la represalia, que sigue con el avance sobre el norte de Iraq, vaciando numerosas poblaciones de mayoría cristiana y obligando al menos a 120 mil personas a desplazarse desde las localidades de Karadosh (la mayor ciudad cristiana en el país) y Telfik hacia Erbil y Dohuk, en el Kurdistán iraquí autónomo.

Estados Unidos ha comenzado a dejar caer bombas sobre puntos seleccionados contra los yihadistas desde el pasado viernes para proteger a los asesores militares y personal diplomático en Erbil, amenazada por esas fuerzas.

El avance del EI pone en peligro a Iraq y Siria y desestabilizará con el tiempo a vecinos como Jordania y Turquía e inquieta a Arabia Saudita y Catar, que junto a los turcos, no dudaron en apoyarlo cuando estaban del lado de El-Assad.


Hay cosas que se aprenden a lo largo de la vida, conociendo o viviendo estos conflictos. Lo primero, que la violencia puede estar justificada, pero nunca es legítima y lo segundo, que puede destruir el poder, aunque no reemplazarlo.


Incluso si Estados Unidos no alcanza el punto
final en Iraq -como ya ocurrió antes- y decide
abandonar a ese país a su suerte, poniéndolo
en manos de sus propios dirigentes, que han
demostrado ser incapaces de ponerse de
acuerdo para formar un Estado, demostrará
que los clamores de los intrusos era el paripé
para decir que abrían una puerta que de
antemano estaba abierta.


En medio de este pandemonio, el primer
ministro Nuri El-Maliki se ha dedicado a
crear un "area verde" en Bagdad para 
proteger, no a la población, como sería su
obligación, sino a las instituciones oficiales
y a la televisión estatal, que trasmite sus
alocuciones contra el presidente Fuad
Massum (kurdo).



Los yihadistas siguen el reclutamiento



Cubrir Bagdad de hombres armados, persigue
contrarrestar el efecto Massum - que le ha
impedido en dos ocasiones formar gobiern0-
con el respaldo de otros líderes. La mayoría de
políticos iraquíes cree que Maliki no podrá
poner en marcha un acuerdo de unidad
nacional,  que otorgue iguales derechos a la mayoría como a las minorías.


Tampoco lo cree Estados Unidos que ha 
dejado claro su apoyo a Massum, pero el
diferendo ha permitido el avance del EI, 
peligrosamente cerca de la capital kurda y
ocupando desde junio pasado la segunda
ciudad en importancia del país: Mosul.


El Partido Republicano en Estados Unidos ha
estado en contra de que Obama realice
ataques selectivos, brinde ayuda humanitaria
y ceda responsabilidades a los líderes iraquies,
cuya corrupción trasciende fronteras, como
únicas soluciones al problema.



Los republicanos exigen al presidente una
mano dura más fuerte, que se arme a los
rebeldes sirios y a los kurdos iraquíes, los
únicos que de momento hacen frente a los
yihadistas porque el ejército regular
ha echado a correr.


Es cierto que los líderes iraquíes no pueden
frenar solos al EI, sin embargo, resulta
exagerado por parte del senador republicano
John McCain asegurar que las acciones de los
últimos días han sido poco efectivas.


La entrada de dos cazas dejando caer dos bombas con 500libras o 257 kilos de metralla sobre las fuerzas del EI han evitado dos cosas: un nuevo genocidio de los yazidíes y que
tomaran Erbil, la capital de los kurdos.



Los kurdos se llaman así porque sus orígenes
se identifican con la región montañosa del
Kurdistán en el suroeste de Asia. Repartido su
territorio entre Irak, Turquía e Irán, burlado
 el Tratado de Sevres de la II Guerra Mundial,
que les habría dado la independencia, y siendo
la mayor etnia de Oriente Próximo, claman
por una mayor autonomía, en especial en
Turquía, y nadie descarta que en Iraq
pidan la independencia despues de su arrojo en defensa del país. 


Las dificultades del gobierno iraquí para 
formarse, en un área tradicional de pactos
entre diferentes entidades religiosas como
resulta ser el Oriente Medio, frágiles, cierto, pero que les han permitido convivir, es lo que ha abierto el camino al EI para hacerse con una buena parte de la franja fronteriza entre Iraq y Siria, a ambos lados. 


La creación del califato ha sido la implosión 
de una situación que viene gestándose
desde que a el-Assad le diera por dejar
entrar a los yihadistas, que ya habían
empezado a hacer de la suyas en Iraq a
pesar de que no superan en número
a las fuerzas en combate si juntas
lucharan en la misma dirección.


McCain no quiere reconocer los logros
antes mencionados porque conoce del
balbuceo que invade a Obama cuando la
situación se pone seria. Siempre piensa en
hacer lo correcto, políticamente, y se queda
corto de miras.


Hasta donde se estudia en filosofía toda 
acción, a diferencia del comportamiento,
interrumpe lo que de otra manera se hubiera
producido con previsión aceptable.


El senador republicano dijo a la CNN que
la situación iraquí es una amenaza directa a
Estados Unidos. Se refería con toda seguridad
a esas poblaciones que se organizan y buscan
entrar en la escena política internacional para
perseguir sus propios intereses y 
reivindicaciones por lo que el orden 
establecido corre peligro.



El espectro político de EEUU en Oriente
Próximo se ha reducido tanto que casi roza
la irrelevancia, en especial con la llegada de
un presidente moderado como Obama tan
diferente al decidido tejano George Bush.


No creo que bombardear Iraq sea una 
emergencia para Estados Unidos, pero sí que
los norteamericanos tienen un deber moral
para con ese país, que se haya "patas arriba"
tras la invasión del 2003 y la salida temprana
de las tropas sin ofrecer una alternativa
viable a la situación provocada por Washington.



Obama debería ofrecer un apoyo sostenido,
coherente y consistente a quienes intentan
frenar al EI, en especial a los kurdos y a las
tribus suníes moderadas que no tienen en
mente un trasvase de sus jóvenes a las filas
enemigas.





viernes, 1 de agosto de 2014

De Ochoa a Carvajal, los vínculos cubanos con la droga

Ochoa
José Abrantes, ministro del Interior, muerto en
circunstancias extrañas en prisión.

Por Francisco Chaviano González

Resulta extraño que al general Hugo Carvajal lo hayan expuesto fuera de las fronteras venezolanas en un cargo de Cónsul General de Aruba y más aún, que lo hayan enviado sin tener la confirmación que le investía de inmunidad diplomática.

Su detención y extradición eran legales y debió procederse con arreglo a ello. Pero esto abriría la caja de Pandora, poniendo al descubierto los vandalismo mafiosos del extinto presidente Hugo Chávez, del actual, Maduro y de los cubanos Fidel y Raúl Castro con las drogas y el terrorismo, por lo que tenían que impedirlo a toda costa.

El primer narco-estado en Latinoamérica fue la Cuba de Fidel Castro. Sus orígenes son muy anteriores al cartel colombiano de Pablo Escobar. El tráfico de drogas a través de Cuba, con el apoyo de guardacostas cubanos –Operación Viviana– se sostuvo por años, hasta que la DEA logró probar la complicidad de las autoridades de la Isla y Castro, removió a Aldo Santamaría Cuadrado de la jefatura de la Marina de Guerra, salvando así su responsabilidad.
Tan buenos dividendo le estaba dando la droga a Castro, que creo una división en el Ministerio del Interior, el Departamento MX, bajo el mando del Coronel Antonio de la Guardia, que trabajabacon el colombiano Pablo Escobar Gaviria. Por Cuba solo podía pasar la gente de Escobar, la droga del resto de las bandas era confiscada y reinsertada en la citada vía de tráfico.

Según revelaciones de un oficial cubano al Nuevo Herald en 1993, a finales de los años 80 se realizó una operación conjunta entre la DEA, el FBI, la CIA, la Marina y la aviación de Estados Unidos, con el objetivo de secuestrar al general José Abrantes, por entonces ministro del Interior cubano, para juzgarlo por tráfico de drogas.

La operación se llevaría a cabo en el Estrecho de la Florida y participaría un submarino para evacuarlo con seguridad y la aviación para detener a los Mig cubanos que salieran en su defensa.  Fidel Castro tomó drásticas medidas para no verse involucrado: fusiló al coronel Antonio de la Guardia y algunos de sus subordinados y juzgó públicamente por televisión a Abrantes, que moriría después misteriosamente en prisión. Abrantes y La Guardia eran leales colaboradores del régimen,, pero eran peligrosos testigos de sus fechorías y había que sacrificarlos.

El más importante de los altos mandos cubanos sacrificados por el escándalo de la droga traficada por Cuba, fue el general Arnaldo Ochoa. Su participación en la trama es ilógica, traida por los pelos, como si le hubieran puesto allí de pararrayos. Por un tiempo, pareciera que Cuba abandonaba el tráfico de drogas. Pero los Castro no estaban dispuesto a abandonar la mina de oro de la droga, por lo que terminaron trasladándola a los gobiernos bajo su control.

La Nicaragua de Daniel Ortega se convirtió en el puente de la droga hacia Estados Unidos. La Venezuela de Chávez fue el centro del tráfico de la droga colombiana. El mayor general Hugo Carvajal Barios, por entonces jefe de los servicios de inteligencia venezolanos, fue el nuevo encomendero. A su sombra el narcotráfico contó con todo tipo de cobertura y protección incluido el lavado de las jugosas ganancias.

La detención de Hugo Carvajal abriría la caja de Pandora, poniendo al descubierto los vandalismo mafiosos de Chávez, los Castro y sus vínculos con las drogas y el terrorismo. Las presiones y chantajes del presidente Maduro, con el apoyo de Castro y sus lacayos a los que se ha sumado el presidente Santos de Colombia, contra la pequeña Aruba, fueron abrumadoras. Se habla de barcos de guerra en la zona, la amenaza de cortar el suministro de petróleo y la cancelación de varios convenios y contratos, entre otros. Holanda terminó por ceder…

El caso Carvajal es una muestra de la debilidad de la Casa Blanca, que sirve de aliento a la delincuencia internacional. El protagonista de la narco droga venezolana, camina libremente por Caracas, al igual que Castro por Cuba. El síndrome Ochoa cabalga de nuevo.

(Este artículo apareció con anterioridad en Cubanet)

Hamas e Israel acuerdan una tregua que solo duró una hora

Hamas bombardeando a Israel





Por Mirta Balea

Israel ha venido arrastrándose al lado oscuro de la fuerza en el último mes en su empecinada tarea de eliminar el medio centenar de túneles construidos por Hamas para cruzar, a la chita callando, al otro lado de la frontera y atacar en su propio territorio a los judíos.

NO se puede desviar a corner el tema de más de mil civiles palestinos muertos durante la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza so pretexto de responder a los ataques previos de Hamas.

Si creemos moralmente válido condenar actos de agresión gratuitos como los cohetes lanzados por Hamas al centro y sur de Israel antes y durante la ofensiva programada por Tel Aviv;  nos horroriza el secuestro y muerte de tres jóvenes judíos a manos de terroristas o el asesinato de un niño palestino en venganza por colonos judíos, habrá que hacer lo mismo con el despliegue de fuerza de Israel que en 25 días se ha pasado y mucho de la raya.

La tregua concertada para entrar en vigor a partir de hoy durante 72 horas ha fracasado como las dos anteriores y por la misma razón, un ataque de Hamas, comprometido a respetarla en esta ocasión.

Esto descarta que vaya a abrirse en este día la prevista ronda de negociaciones entre las partes en conflicto -por invitación de Egipto- para un cese del fuego duradero.

La Asamblea General de la ONU favoreció el 29 de noviembre del 2012 a Palestina (hablamos de Gaza y Cisjordania) con el estatuto de Estado NO miembro con una abrumadora mayoría de votos.

Tal vez el parlamento mundial pensó que con esto daría un impulso a las negociaciones, que desde hace dos décadas, tienen lugar entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e Israel. El efecto fue contrario, se suspendieron varias veces y hasta ahora no se han vuelto a sentar para alcanzar un consenso.

Palestina renunció a constituirse en el Estado 59 en 1947 por la pataleta del mundo árabe ante la decisión de la ONU de dividir el territorio en dos Estados: uno palestino y otro judío.

Con la excepción, en diversos momentos de esta historia, en los que Egipto y Jordania firmaron tratados para un equilibrio de las relaciones bilaterales, como hizo Turquía en la esfera comercial y militar, la existencia de un territorio judío en pleno corazón árabe sigue suscitando el rechazo de una mayoría de esos países.

La naturaleza selectiva del respaldo "incondicional" de algunos países a los derechos humanos, no puede impedirnos observar la manipulación metafórica del lenguaje por algunos medios o ver más allá de las imágenes controladas y los mensajes verbales marcados por la ambigüedad, cuyo fin ha sido y es ocultar al público la mayor parte de la verdad sobre el polvorín de Oriente Medio.

Debo decir que tengo también la impresión, que al margen estas "verdades" a media, creo que todo este tiempo el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha venido nutriéndose con algo parecido al aforismo de William Blake de que aplicar la misma ley al león y al buey resulta injusto.

Prefiero tomar como referencia la elocuencia de Frei Betto cuando me habló del "tendedero de la información". En resumen, que podemos colgar gran cantidad de piezas informativas, pero no todos seremos capaces de relacionarlas unas con otras. 

Persiguiendo el concepto de autodefensa, Netanyahu y su equipo de crisis no han hecho más que agravar dramáticamente la situación siempre caldeada de la zona. La guerra, suspendida para este día con una temporalidad que solo duró una hora, tiene como elemento principal el interés de Hamas y otros estados musulmanes de hacer desaparecer a Israel.

Esta organización terrorista tiene esta meta como principal objetivo en su plataforma programática. Echar a los judíos al mar, que decían antes los árabes.

La firma hace dos meses de un acuerdo con los palestinos de Al Fatah, la histórica organización del fallecido Yaser Arafat (mayoritaria dentro de la Organización para la Liberación de Palestina) para gobernar de común acuerdo con la ANP iba encaminado a precipitar los acontecimientos de los que somos testigos ahora.

Hamas está apoyada política y financieramente por Catar y Turquía. En territorio catarí vive su lider Jaled Mashel y parte de su estado mayor, muy a salvo de los bombazos israelíes. Esto es desde que salieran pitando de Siria cuando comenzó en 2011 la guerra civil. 

Mashel visitó el pasado año al primer ministro turco Tayip Erdogan y no fue un encuentro social.

A Hamas le ha perjudicado la ilegalización en Egipto de los Hermanos Musulmanes, a los que se siente ligada ideológicamente, así como el cambio de residencia de Siria a Catar porque en el país del presidente Bashir el Asad recibía una subvención mensual de 10 millones de euros para sus gastos.

Arabia Saudita y Emiratos Arabes Unidos reniegan de los Hermanos Musulmanes porque en esto las ideologías marcan el trayecto. Los de Hamas y amigos son suníes, en tanto los del Golfo son chiítas, y esta es otra razón para la salida de Mashel y compañía de Damasco, cuyo régimen resulta que es alauí, una rama del chiísmo.

Hamas ha perdido por lo anterior el apoyo político del Iran chiíta, que dota de armas, dinero y hombres a El Assad, y no puede contar tampoco con la solidaridad de la libanesa Hizbulá, otra organización terrorista, cuyos hombres luchan codo a codo con el ejército sirio.

Podemos resumir que entre el inicio de la guerra en Siria, secuela de la llamada primavera árabe, y el nuevo conflicto armado de Hamas con Israel ha tenido lugar un realineamiento importante de fuerzas en Oriente Medio.

La última iniciativa de paz de Estados Unidos envuelta en terciopelo, transportada por la manos del secretario norteamericano de Estado John Kerry resultó criticada duramente por Israel y Arabia Saudita, los dos principales aliados de Washington en la zona.

A ambos estados les ha parecido que mostraba demasiadas similitudes con iniciativas esbozadas antes por Catar y Turquía a favor de Hamas, y resultaba sospechoso que contara también con el apoyo de países de América Latina como Chile, Brasil, Ecuador, El Salvador y Perú, que han retirado ya sus embajadores de Tel Aviv. Venezuela y Cuba no tenían que hacerlo porque no los había.

Israel respondiendo a Hamas.

Los mitos persisten porque nadie los cuestiona, como el de que los árabes son pobres por culpa del resto del mundo y en especial de Israel y Estados Unidos, aunque la primavera árabe puso al descubierto la verdadera naturaleza del problema, derivado de la corrupción y la mala gestión de los regímenes del área.

Los mitos son un retrato simplista de una realidad, por lo general compleja como el tema que ocupa este trabajo, y son anti-realistas porque distorsionan la verdad.

Habría que preguntarse por qué algunos comentarios de prensa destacan los miles de civiles palestinos muertos en contraste con unas pocas decenas de israelíes, la mayoría militares.

Israel advirtió a los moradores palestinos en la frontera del inicio de los ataques para que se pusieran a cubierto. El objetivo eran edificios de las fuerzas terroristas, pero en la guerra siempre hay daños colaterales, de ahí el alerta.

Los de Hamas disponen de armas y otros artefactos bélicos, como los cohetes que disparan contra Israel, en edificios civiles porque para ellos la población es un enorme escudo humano para sus fines. Algo así hizo también el ajusticiado dictador iraquí Saddam Hussein.

La población israelí, en cambio, tiene protección de su gobierno en bunkers y otras construcciones similares y carecen del interés suicida de los musulmanes radicales. A sus líderes, desde siempre, les interesa preservar la vida de su gente y es la razón de que se proveyeran de un escudo anti-misiles, que en las últimas dos semanas ha logrado evitar que los cohetes desde Gaza entraran en territorio judío. 


Hamas, para la que el martirio y la muerte son parte de su razón de ser, había ordenado a la población permanecer en sus casas a la espera de las bombas. Hubo un brote de protesta hace tres días contra la guerra, pero la organización ejecutó a 30 gazeríes, a los que acusó de colaborar con el "enemigo judío". De estos, 20 habrían participado en la manifestación por la paz.

Hamas no solo tiene el poder político en Gaza (ahora haciendo a la ANP cómplice de sus fechorías), sino que controla los medios de producción y abastecimiento, el transporte y las comunicaciones, y aplica la coerción cuando los palestinos protestan.

Israel ha sido y sigue siendo un país sitiado por fuerzas hostiles desde que se estableció como Estado en 1948. Al año de que la ONU tomara la decisión, Líbano, Siria, Transjordania (hoy Jordania) y Egipto invadieron al joven país en la primera guerra con 15 meses de duración. 

Los países árabes lucraron con esa guerra, como también Israel, que se hizo con un 26% más de territorio. Egipto ocupó Gaza, Transjordania obtuvo Cisjordania y Jerusalén Este, refundándose en la actual Jordania, y a los palestinos en esos territorios se les dio el estatuto de refugiados.

La guerra de los siete días en 1967 giró el torno. Israel se hizo con Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este y con la alturas del Golán sirio y la península egipcia del Sinaí, que más tarde devolvió a Egipto.

Uno de los líderes de la Organización para la Liberación de Palestina, Zuheir Mossen, dijo en 1977 que no hay tal "nación palestina", su creación - precisó- solo es un medio a favor de la guerra contra Israel y de la unidad árabe. Era entonces el jefe militar de esta entidad.

Al margen de los intereses en juego a favor o contra Israel, quienes se acercan a la realidad de Oriente Medio lo hacen con guante para evitar contaminarse de cualquier otra idea que no sea la de condenar al estado judío e ignorar las agresiones de los estados árabes, cuando las ha habido, o de Hamas.

¿Cuántos de los intelectuales, artistas, científicos y otras destacadas personalidades han estado a uno y otro lado de la frontera entre Gaza e Israel como testigos directos de incógnito de las actitudes de los soldados israelíes y los civiles palestinos?

No debería extrañarnos que este conflicto siga prolongándose en el tiempo cuando ninguna de las partes se acepta como realidad ineludible en Oriente Medio.

La cuestión no radica, como cree Kerry, en hablar A sino en hablar CON. Y esto es así porque como calificó Walter Lippman a la mayoría silenciosa nadie se apoya en "el rebaño desconcertado".

Cada uno de los que de un modo u otro relata lo que ocurre en este conflicto tiene su propio rol que cumplir y no debe olvidarlo.

Los medios no deben suprimir la información inconveniente y creer que "el rebaño desconcertado" carece de entendimiento para comprender la complejidad de la situación en Oriente Medio.

Las organizaciones humanitarias deben ayudar a las víctimas con todo lo que esté a su alcance y denunciar la guerra como un mal evitable.

La comunidad internacional aplicarse en lo que dio origen a la ONU: limitar los excesos de una y otra parte y que ninguna tenga derecho a elegir los métodos para alcanzar sus objetivos, sean para agredir o para defenderse.

En Gaza, la función ejecutiva la tiene Hamas, no la ANP; en Israel, es Netanyahu y su gobierno. Tanto unos y otros examinan, planean y establecen lo que es el "interés común". Pero ¿quién fija ese interés? ¿Quién tiene en sus manos la verdad absoluta para hacerlo?