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viernes, 30 de diciembre de 2016

CESE DEL FUEGO EN SIRIA




Por Mirta Balea

El alto al fuego en Siria acordado entre el régimen de Bashir al-Assad y la oposición armada entra hoy en vigor y tiene como garantes a Rusia, Turquía e Irán, según dio a conocer la víspera el presidente ruso Vladimir Putin.

El mando militar ruso ha anunciado, por su parte, que reducirá sus efectivos en la nación árabe, aunque Putin recalcó que esto no supone el cese de la lucha anti-terrorista.

El canciller ruso Sergei Lavrov intenta que Egipto se sume al proceso y ha invitado a las Naciones Unidas a formar parte del grupo de monitoreo del alto al fuego. Tendió la mano también al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para que forme parte de los esfuerzos en la búsqueda de la paz en Siria.

Putin puntualizó que el pacto -como otros similares- es frágil y requiere la máxima atención y paciencia. Este consta de tres documentos. El primero entre el gobierno de Siria y la oposición armada, formada por 62 mil hombres de varias agrupaciones. Han quedado fuera del compromiso el Estado Islámico y el Frente Al Nusra.

El segundo documento contiene medidas para verificar el cese del fuego y el tercero, un anuncio para la disposición de iniciar las conversaciones de paz lo antes posible. El ejército sirio confirmó que el alto al fuego entró en vigor en la madrugada del jueves para este viernes.

La situación -según fuentes en el terreno- está calmada y la tregua se cumple. No se han registrado incidentes y los zapadores rusos siguen trabajando, obre todo en Alepo, y han confirmado la desactivación de más de mil artefactos.

Tras cinco años de conflicto, se registra una cifra de casi 300 mil muertos y un millón y medio de refugiados y desplazados. El presidente sirio ha llamado la atención sobre la crisis de refugiados sin precedentes y ha instado a Europa a "dejar de apoyar a los terroristas" y "levantar el embargo" contra Siria. Los europeos deben abandonar el sueño de ganar la guerra en Siria y derrocar a El-Assad.

Se había logrado en febrero de este año una tregua, que incluyó el más importante alto al fuego en cinco años de guerra, sin que tampoco fueran incluidos en la tregua los terroristas. Cinco meses después, se abrieron corredores para que llegaran suministros de ayuda humanitaria a Alepo y se evacuara a una parte de civiles y combatientes.

Un convoy humanitario resultó atacado por fuerzas desconocidas hasta el momento en septiembre, en pleno avance del ejército sirio para liberar la ciudad este mismo mes. 

La oposición ha llamado a sus siete facciones a cumplir con el acuerdo y algunas han dado ya su conformidad. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, advirtió que quienes no se sumen a la iniciativa serán considerados terroristas.

Hay que destacar en esta nueva fase, que el pacto alcanzado no ha tenido intervención de otras potencias, a excepción de Rusia, por su implicación con el régimen sirio, al que ha ayudado a contener a los rebeldes y a los terroristas. El acuerdo gira en torno a países de la región: Turquía e Irán.

Turquía, que hasta el momento ha hecho lo imposible por derrocar a el-Assad y ha ayudado a los rebeldes y a los terroristas en ese empeño, ha dejado de contar con el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea desde que el presidente Recip Erdogan intentó darse un golpe de estado para justificar un estado de represión sin precedentes. Esto no le ha dejado más salida que pactar con Siria.

El ministro de Asuntos Exteriores, Walid al-Moalem, declaró hace unos días que nunca ha confiado en Turquía para solventar la crisis y solo se fía de Rusia y de Irán, que son aliados de Damasco.

Durante las investigaciones de la tragedia del TU-154, que cayó en el Mar Negro el pasado 25 de diciembre con 94 personas a bordo, no se han hallado indicios de que explotara. Las autoridades rusas siguen sin descartar un posible ataque terrorista.

La teoría parece basarse en que la caída del avión ocurrió cuando se dirigía a la base rusa de Latakia, en territorio sirio. 

El director del servicio de seguridad de vuelos de las fuerzas armadas rusas cree que en el plazo de un mes quedará definido lo ocurrido. Las dos cajas negras encontradas en las aguas son analizadas en Moscú. Hasta el momento se han recuperado más de 200 restos humanos, 19 cadáveres y partes de la nave.

Al margen de lo que podamos leer en los textos recientes para posibilitar que las partes en cinco años de conflicto se sienten a dialogar, podría ocurrir que deje de estar vigente el mapa trazado en el acuerdo de 1916, conocido como Sykes-Picot. Este se fraguó secretamente por Francia y Reino Unido, con el apoyo de la Unión Soviética, para dividir los territorios de Oriente Medio en caso de que la Triple Entente derrotara al imperio otomano en la I Guerra Mundial y hasta ahora había delimitado las fronteras de Irak, Siria y Libia.

Uzi Rabin, director del Moshe Dayan Institute de la Universidad de Tel Aviv, amplio conocedor de la situación en el Medio Oriente, ha visto la eventual creación en el futuro de un Alauistan, bajo control alauita, que es un 10% de la población y pasaría a ser "la pequeña" Siria.

Luego habla de un Drusistán o tierra de los drusos, fronterizo con Israel, y un Kurdistán y áreas cristianas del norte, dejando a Irak en manos del Estado Islámico, que no forma parte de los actuales compromisos sobre Siria.

Todo lo anterior parece confirmar lo que se ha venido diciendo en los últimos años y es que el Estado Islámico es un elemento artificial, creado por ciertos intereses políticos y económicos, interesados en que al final del conflicto sirio se re-dibujen las fronteras para satisfacer a nuevas necesidades geo-políticas.

La configuración de un plan de paz para Siria que incluyera una división federal -aunque no a la manera esbozada por Uzi Rabin- se había discutido previamente en marzo en Ginebra. La idea era que el territorio mantuviera su unidad en un Estado único y entregar una mayor autonomía a entidades regionales. Los opositores armados la rechazaron porque no aceptan una división del país.

Una estructura federal controlada por los alauitas parece aún incipiente pues requeriría del visto bueno no solo de los involucrados sino de los estados del Golfo Pérsico y de Estados Unidos, bien que le pese a Rusia, que pretende ahora recobrar su pasado de potencia mundial activa.

Las nuevas conversaciones de paz, que surjan de los textos acordados esta semana, comenzaran a mediados de enero en Astana, capital de Kazajistán, con participación de Rusia y países de la región. Esta sería una diferencia importante respecto a diálogos anteriores, auspiciados por las Naciones Unidas, porque no contemplan su participación ni la de Estados Unidos, aunque, como he dicho antes Lavrov llamó a Trump a unirse a la iniciativa.

SE CONFIRMAN SANCIONES A RUSIA POR CIBERESPIONAJE


Por Mirta Balea

El presidente Barack Obama confirma sanciones contra Rusia por una supuesta interferencia en las elecciones de Estados Unidos. El departamento de estado expulsa a 35 diplomáticos rusos de la embajada en Washington y del consulado en California.

Las medidas contra los intereses rusos en territorio americano afectaran a 5 entidades y a 4 altos mandos de la inteligencia militar, quienes al parecer ordenaron los ciberataques contra el Partido Demócrata y otras organizaciones políticas y personajes públicos.

Se cerrarán dos representaciones, las de Nueva York y Maryland, y se ha dado un plazo de 72 horas a 35 diplomáticos rusos en Washington y California para que abandonen el país.

En un breve comunicado de cuatro párrafos, Obama denunció una serie de ciberataques por los cuales los estadounidenses deberían estar alarmados. Para llegar a esto ha debido hacer una enmienda a una orden ejecutiva de abril del 2015.

El gobierno de Obama llevaba meses anunciando estas supuestas violaciones sin presentar hasta el momento alguna prueba. Lo que ha hecho es divulgar un documento conjunto del FBI y el departamento de Seguridad Nacional en el que se explican los "detalles técnicos" de la injerencia.

El texto dice que al parecer fueron dos grupos de los servicios de inteligencia rusos los que cometieron estos supuestos ciberataques. El primer grupo habría atacado al Partido Demócrata en el verano del 2015 y el segundo lo habría hecho en la primavera de este año.

El presidente Vladimir Putin ha respondido hoy a las acciones norteamericanas señalando que-aun cuando se reserva el derecho de actuación  contra las sanciones- no expulsará a ningún diplomático estadounidense de Moscú. Todo indica que la estrategia va de esperar a ver qué ocurre cuando el presidente electo Donald Trump entre en funciones el próximo 20 de enero.

Esto parece haber quedado claro cuando en su declaración de el presidente ruso dijo que considera como una provocación los nuevos pasos hostiles de la administración saliente de Estados Unidos.

Para el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Levrov, Obama intenta culpar a Rusia de "todos los pecados mortales", incluidas su pésima política internacional y sin pruebas sobre la implicación en la campaña estatal de Estados Unidos, como resultado de la cual perdió las elecciones la demócrata Hillary Clinton.

En total serán más de 90 ciudadanos rusos los que abandonaran territorio de Estados Unidos, porque además de los 35 diplomáticos hay que sumar a las familias. El gobierno ruso dispondrá de un avión para llevarlos de vuelta. 

Las medidas tomadas por la Administración demócrata son sin dudas las más fuertes frente a un ciberataque de estas características. La Casa Blanca ha anunciado también que habrá otras consecuencias "que no verán la luz pública".

El secretario de prensa del presidente Putin Dmitri Peskov puntualizó ayer que tienen un "carácter ruinoso y destructivo para las relaciones entre Estados Unidos y Rusia" y que muestran "una política exterior agresiva e impredecible".

Trump salió al paso al mal ambiente señalando que es tiempo para que la nación avance hacia otros asuntos más importantes. Aclaró, no obstante, que se reunirá con la Inteligencia nacional para valorar el asunto.

Algo de preocupación deberá tener Trump, porque la acción de Obama, cuando apenas le queda "una afeitada" en la Casa Blanca, parece un intento de minar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia.

Desde luego, cuando abandone el despacho oval, Obama dejará a su sucesor un "problemón". Trump ha venido diciendo durante toda su campaña presidencial que cultivará buenas relaciones con Moscú, por lo que estaríamos ante unas medidas que minarían sus intenciones declaradas con una guerra diplomática. 

lunes, 5 de diciembre de 2016

¿PARA CUANDO EL PARLAMENTO ESPAÑOL ABORDARA EL DÉFICIT ESTRUCTURAL?

Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro
Por Mirta Balea

Tarde o temprano el gobierno se verá obligado a abrir el debate sobre la Constitución. Todas las fuerzas políticas parlamentarias proponen día si y día también la reforma de la Carta Magna, a excepción del Partido Popular (PP).

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha dicho que se puede hablar de todo con todos pero dentro de unos límites. Y es que aunque todos los partidos políticos proponen la reforma mantienen diferencias en los objetivos.

Poco a poco la visión nacionalista ha ido imponiendo sus formas en la esfera pública, que es tanto como decir, su paso hacia el independentismo, en especial en Cataluña, donde al parecer consideran al ejército un mero portador de armas. 

Dentro de tres semanas, cuando se realice el Festival anual de la Infancia en Barcelona, no habrá presencia militar, policial y de la Guardia Civil por primera vez en el desfile. Esto entronca con el cabreo monumental de la alcaldesa Ada Colau cuando exigió hace unos meses en el recinto ferial sobre la educación que se marchara la representación de las escuelas militares.

Hay una campaña en auge de varias asociaciones independentistas catalanas, agrupadas en la Plataforma por la Educación Desmilitarizada, que han tachado ya de sus metas el Festival de la Infancia sin presencia militar porque así se hará este año.

Los pasos independentistas no terminan con esto. Durante el clásico de fútbol Real Madrid - Barcelona repartieron unas 30 mil "esteladas", la bandera del separatismo, para lucirlas durante el encuentro en el Camp Nou de Barcelona. El objetivo era que los hinchas no hablaran de fútbol, sino del separatismo, convirtiendo las enseñas en reclamo. 

Los intentos por reformar la Constitución son un ejemplo más de cómo la oposición está marcando la agenda de un gobierno en minoría. El PP tiene 137 diputados y la oposición 213 escaños. Si quisiera podría derogar, legislar e imponer cualquier norma al ejecutivo de Mariano Rajoy a base de acuerdos y consenso y marcar la diferencia, porque nunca se había dado en la España democrática un caso como este.

De momento, aunque el recorrido es muy largo, la oposición ha logrado paralizar la ley de Educación, promovida por el PP en la anterior legislatura, algunos aspectos de la ley de seguridad ciudadana, llamada también ley mordaza, y en el horizonte se perfila que otras normas de gran calado para el PP correrán igual suerte.

Es la época de las negociaciones y para que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) aprobara los presupuestos para 2017, Rajoy ha tenido que ceder en una subida de un 8% del salario mínimo inter-profesional y en abrir el grifo para que las Comunidades Autónomas puedan endeudarse todavía mas de lo que ya lo están.

Hay un elemento más, aprobado por el gobierno, que no será del gusto de los españoles en lo concerniente a la subida de impuestos, que incumple el programa presentado por Rajoy en campaña electoral: serán aumentados los especiales. Ciudadanos, que suscribió un acuerdo de 150 puntos con el PP para votar a favor, han rechazado la subida que dice afecta a la clase media.

El propio presidente dijo en junio pasado que no era bueno si se quería seguir por la via de la recuperación económica, el ministro de Hacienda Cristobal Montoro lo reafirmó poco después y Rajoy de nuevo en noviembre pasado.

Crear empleo, aumentar la recaudación, sin subir los impuestos, parecían puntos claves en el programa del PP hasta el pasado noviembre.  Los impuestos cargaran contra las bebidas alcohólicas, excepto cerveza y vino, las azucaradas como los refrescos y las grandes empresas verán como se eliminan en parte o en su totalidad algunas deducciones fiscales de las que disfrutaban. 

Deberían considerarse a priori deducciones positivas. Las bebidas azucaradas reportarían unos 200 millones de euros a las arcas del estado. El tabaco, que recaudaba un 80% de su valor, ahora lo hará en un 85%, y uno puede pensar que la salud de los españoles nunca resultó más rentable.

Hacienda ha calculado que recaudará con el aumento de estos impuestos unos 5 mil millones por el impuesto de sociedades, unos 2 mil millones por los impuestos al alcohol, tabaco y refrescos y unos mil millones con su política contra el fraude fiscal. Todo para cumplir con el recorte de gastos exigido por Bruselas y cerrar el año con un 3,1% de déficit. 

En paralelo, la hucha de las pensiones continúa siendo saqueada por el gobierno. En 2011, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social alcanzaba los 66 mil 815 millones de euros, pero en los últimos cuatros años, cada vez, el PP ha metido mano para cubrir huecos y en 2016 tendrá poco más de 13 mil millones. Hace unos días se retiraron 9 mil millones para pagas extras. Todos los analistas coinciden en que el fondo llegara a cero en 2017.

Los presupuestos había que aprobarlos este mes porque España está abocada a refinanciar unos 300 mil millones de la deuda en 2017. Cualquier subida en la prima de riesgo condiciona más que otra medida de gasto público y todas las formaciones, incluído el PP, no desean tocar los 185 mil millones de euros destinados a gastos sociales, como la educación, la sanidad, las ayudas y otros. 

Lo que los políticos nunca mencionan en la reducción del gasto público es la necesidad de eliminar renglones en los que las funciones del estado se ven duplicadas, lo que, según cálculos conservadores, aumenta el gasto en 50 mil millones de euros. Pero esto es así porque si hablamos de ayuntamientos con 26 habitantes o las mismas diputaciones, algunas necesarias y otras no, lo hacemos en cuanto al personal, cuya plantilla se utiliza para pagar favores políticos. Estarían dándose la puñalada ellos mismos.

Además, hay empresas paralelas a las propias administraciones, muchas de las cuales no tienen razón de ser,  pero figuran en los presupuestos autonómicos vía empresas públicas, élites dispuestas a gestionar lo que sea por tal de cobrar del estado.

Son estructuras que no hacen al país más competitivo ni tampoco a la industria - que empieza a despuntar en lo tecnológico y lo digital y en exportaciones. Podemos recontar algunas facturas inútiles en esta crisis, al margen de la corrupción, como los aeropuertos de Ciudad Real, de Huesca, de Castellón, de Lleida, las embajadas catalanas en el exterior, los traductores simultáneos en el Senado y el propio órgano o el rescate de las Cajas de Ahorro por su mala gestión, que ha costado a los españoles 75 mil millones de euros, que no se van a recuperar y ni siquiera han servido para financiar a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos. Una mención aparte deberían tener los desfalcos y la mala administración de los recursos de las tramas de corrupción en toda la geografía nacional.

Estas dobles estructuras innecesarias, ineficiente, disfuncional, a la que se suma un excesivo número de organismos, que nada aportan a la economía, con nóminas injustificadas de personal no funcionarial, puestos de trabajo para satisfacer el clientelismo partidista, y las subvenciones, que se otorgan indiscriminadamente, de las que solo un uno por ciento podrían servir para algo, son las que crean el déficit, no los gastos sociales como algunos quieren hacernos ver.

Las fuerzas políticas solo hablan de aumentar los ingresos, exprimir el bolsillo de la gente y castigar a las empresas lo que es tanto como impedir la recuperación económica. No podemos -como si se tratara de una economía doméstica- gastar mucho más de lo que ingresamos, ni tampoco pretender reducir el gasto con valores importantes como la luz, el gas, la vivienda y otros. Cuando queremos hacerlo a nivel hogareño eliminamos lo que no es imprescindible para vivir y regulamos las cuentas. El déficit, pues es soluble, pero solo si se hacen los deberes.

El PP, que pudo tomar medidas en la pasada legislatura para reducir todo este gasto superfluo e innecesario, no ha tocado el área de lo no productivo. Se sabía desde hace meses que habría que ajustar entre 5 mil a 8 mil millones de euros y en la campaña electoral nadie dijo, si gobernaba, cómo lo haría. 

Así que tal vez el aumento de estos impuestos especiales pueda verse como una buena solución, antes de subir el IVA o el IRPF, pero esto disminuye el consumo y no va a aumentar los ingresos. Nos encontramos de nuevo en la casilla de salida para combatir el déficit, que es, ante todo, estructural. 

Desde luego hay un déficit democrático importante cuando un político como Rajoy dice una cosa en campaña y luego hace otra cuando gobierna, lo que le funcionó en la pasada legislatura por disponer de mayoría absoluta en el parlamento. Mentir sale gratis. Los ciudadanos por esto vemos de manera pasiva estas campañas y, de antemano, no creemos que vayan a cumplir alguna de sus promesas  

La nula credibilidad social ante las plataformas políticas de los partidos en liza parte en un primer orden de que la soberanía económica es cero, depende de lo que nos diga Bruselas. Tanto la etapa de gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que nos dejó 110 mil millones de euros de déficit y nadie le ha pedido cuentas, todo lo contrario, anda por ahí dando recetas, como la de la primera legislatura en mayoría del PP, hemos escuchado a sus líderes decir que los ajustes hay que hacerlos porque así lo demanda la Unión Europea.

Hay un estado de cosas que acepta todo lo que venga de Bruselas y nunca debate en el parlamento cuál es el futuro político de España. Es una conspiración en la que todos roban portadas con frases huecas para mantenerse donde están. 

Como se ha concluido en Francia, en debates de mucho calado sobre el gasto público, existen en Europa estados ineficientes y caros, que pagamos todos. 

La deuda pública durante el pasado gobierno de Rajoy ha crecido en 300 mil millones de euros y la privada ha bajado. Es decir, el sector privado hace los deberes y el sector público sigue en el despilfarro. En mucho ha tenido que ver que los del PP han pagado mucho por los apoyos y el número de funcionarios ha crecido algo desde que comenzara la crisis.

sábado, 26 de noviembre de 2016

FIDEL CASTRO: MUERTE DE UN DICTADOR




Por Mirta Balea

La gente con sentido común puede tolerar por razones diplomáticas que un gobierno ofrezca el pésame a Raúl Castro por la muerte de su hermano Fidel, pero lo que predomina en el ánimo de los millones de exiliados cubanos y de víctimas de su régimen no es la humanidad, ni el orgullo, ni la admiración, sino una alegría porque al fin se ha ido el amo de sus demonios más íntimos. 

En Cuba ha habido un antes y un después con la llegada de los "barbudos" de Fidel Castro a La Habana en enero de 1959 y la instauración en el país de una imitación del régimen comunista de la desaparecida Unión Soviética. Muchos cubanos sentían que  les empujaban, primero levemente y después con decisión para que traspasaran el umbral y se apartaran ante el nuevo regimen. Así nació el exilio de aproximadamente 3 millones 500 mil cubanos.

Algunos de los que se quedaron, intentaron subvertir las cosas y dieron con sus huesos en la cárcel y ahora, desde tierras lejanas, presumen de presos políticos, aunque en esencia hayan hecho al final lo que el resto: irse. Porque en la soledad de la celda entendieron, como otros en otras partes de este mundo, incluso antes que ellos, que el tiempo allí se hacía enorme. Por eso, como yo, se fueron sin plantar cara.

Tras la muerte de Fidel Castro he estado pensando mucho y creo que no hay que olvidarlo, tampoco homenajearlo. Lamento el desenlace porque ha impide un juicio en regla  a sus acciones. El mayor homenaje que podemos darnos los cubanos en el exilio, impuesto o elegido, es exponer con claridad lo que fue nuestro país y las mentiras que Castro contó para hacerse un hueco en la arena internacional y mantener para sí la aldea cubana.


Estas acciones comienzan en fecha temprana con los juicios express a militares de la dictadura de Fulgencio Batista, sin garantías procesales, por los cuales fueron llevados al paredón 546; el cierre de medios independientes, dejando como únicos referentes informativos a diarios gubernamentales, creados por él y sus acólitos; el envío a campos de re-educación de miles de homosexuales, y encerrando a todo aquel que se le opusiera de la manera que fuera. A cinco años de "revolución" había más de 15.000 presos políticos en las cárceles.

Hizo de la oposición a Estados Unidos su bandera de lucha y por eso se alineó al bloque soviético con celeridad y declaró el carácter socialista de su "revolución". Entre las primeras medidas estuvieron las reformas agraria y laboral por las que se expropió de empresas norteamericanas. Cuando logró esto, las reformas dejaron de favorecer a sus propósitos y se pararon.

Todos esperaban que siguiera dando tierras a los campesinos, pero no fue así, lo estatalizó todo, hasta las empresas de adornos de pelo, las barberías, las de pinzas para la ropa, los puestos de helados y los aglomeró en la Empresa de Industrias Locales, dependiente del ministerio de Industria. ¡Vaya ridiculez, si se piensa! Imaginemos la expropiación de un vendedor de pinzas de pelo.

Cuando logró formar parte del cordón umbilical soviético, cortó los envíos de azúcar a Estados Unidos. Muchos en la isla creyeron que la Unión Soviética venía al auxilio por los principios divulgados por los líderes en cuanto al motivo de renunciar a la venta a EEUU del índice básico de la economía nacional. No fue así fue como ocurrió. La realidad es más sórdida. Todo se había amañado previamente entre Moscú y La Habana para dar esa impresión y que los cubanos no se asustaran al entrar en el campo comunista.

Como también lo de crear un partido único con todas las fuerzas "progresistas y de izquierda" del país, del que fue elegido, por supuesto,  secretario general, y resultó el embrión del Partido Comunista de Cuba, que controla todos y cada uno de los estamentos del estado.

Cuando Estados Unidos reaccionó impidiendo las exportaciones norteamericanas, a excepción de alimentos y medicinas, y rescindió los lazos diplomáticos el 3 de enero de 1962, Castro decidió abrirse al mundo el 16 de abril con un fogonazo mediático.

Todo indicaba que aquella revolución no pretendía devolver la democracia al país como había prometido al bajar de la Sierra Maestra y de sopetón adquiría el carácter de socialista y su partido único sería en adelante el único facultado para llevar sin oposición los destinos de la nación. 

Como sabemos por la historia, miles de exiliados, amparados por la CIA, desembarcaron en Bahía de Cochinos y la historia fue otra con el fracaso de aquella invasión.

La falsificación histórica ha sido llamar al embargo bloqueo, porque esto ocurrió cuando los buques norteamericanos rodearon la isla para impedir el paso de material nuclear soviético.  Un bloqueo es una acción de guerra por mar o aire evitando la entrada a algún país. Eso fue lo que pasó durante la llamada crisis de octubre, en la que los tambores de guerra sonaron alto y claro como nunca antes ni después. 

El embargo fue la  respuesta económica y financiera de un gobierno hacia otro al ver confiscado su patrimonio y el de sus ciudadanos fuera de la legalidad internacional, solo porque en la Isla habían perpetrado una revolución, que justificaba cualquier acto. Al llamarlo bloqueo, la gente lo vio de otra manera y no como la obligación de un gobierno de defender a sus nacionales en el exterior. Por otra parte, Cuba en realidad comercia con muchos países, lo que no tiene es dinero para desarrollar ese comercio. 

Después sucedió algo que en la esfera internacional nadie esperaba: el mundo estuvo al borde de la tercera guerra mundial el 22 de octubre de 1962 cuando los norteamericanos obtuvieron pruebas gráficas de la instalación de misiles nucleares en la isla, de los que muy pocos tenían conocimiento. Los cubanos no entendían lo que estaba ocurriendo y el diario oficial Granma no dejaba de culpar a Estados Unidos porque sus barcos impedían la llegada a la isla de "alimentos". Y la gente lo creía y desde entonces resultó enarbolando  constantemente el espectro de una invasión "yanqui" para la que había que prepararse. Medio siglo preparados para el combate sin salir a pelear.

La correspondencia privada y confidencial entre Castro y Nikita Kruschev, entonces mandamas en la URSS, se pueden leer frases estremecedoras como que es la hora de apretar el botón rojo y no claudicar ante los norteamericanos, es decir, se instaba a Moscú a mostrar su poder  con la guerra nuclear. Este es el hombre de estado al que muchos admiran.
El líder soviético no se había vuelto loco aún -como después se dijo para apearlo de su cargo- y no hizo caso de las sugerencias tenebrosas de La Habana. Castro no encajó la decisión y siempre guardó rencor a los soviéticos por esto. Un rencor que salió a la luz en todo su esplendor cuando Mijaíl Gorbachev, el nuevo líder en los 80 del pasado siglo, le visitó en La Habana para imponerle de lo que iban la perestroika  y la glasnot y avisarle que el grifo se cortaba.

Es bien conocido que el gobierno de Fidel Castro se ha gastado mucho dinero para alimentar el mito de Ernesto "Che" Guevara. En los remotos caseríos de Vallegrande, en Bolivia, lo tienen en altares y le rezan pidiéndole milagros, convertido en el nuevo Cristo de los pobres latinoamericanos.

Quiénes conocen bien lo que representa el mito del "Che" Guevara? ¿Los que lo consideran un santo o un Cristo o aquellos que por el mes de mayo de 2009 le rompieron su nariz de bronce y le pusieron una placa que decía “Che terrorista” a su busto en la ciudad de Viena? ¿Lo conocen acaso los niños cubanos, obligados a decir cada mañana “seremos como el Che”?

O tal vez le conocen los que han tenido ocasión de leer algunas de sus cartas más reveladoras, divulgadas fuera de Cuba, porque el gobierno cubano jamás ha editado un epistolario, hurtando así al individuo común la verdadera personalidad de un icono de la revolución cubana? Una misiva a su padre sobre la ejecución de un guía campesino en 1957, sorprendido pasando  información al ejército de Batista sobre los rebeldes, muestra su orgullo cuando nadie quería matarlo y él lo hizo.

"Acabé el problema dándole un tiro en la sien. Boqueó un rato y quedó muerto. Ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante nadie aquí me va a decir saca muelas de la guerrilla. Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí realmente que me gusta matar", escribía.

Pese al bombardeo incesante de los medios de comunicación controlados por el gobierno, cada vez más los ojos de los ciudadanos se vuelven hacia la república anterior a 1959, pues nada provoca tanta suspicacia como la reiteración del discurso. Entre los temas preferidos está denigrar a los gobiernos cubanos anteriores en cuanto a educación y cultura.  Cuba no era ni por asomo  un país atrasado como se quiere hacer ver a los estudiantes para mantener el mito de que todo se lo deben únicamente a la revolución. 

Un suceso desconocido para muchos es el curso impartido en el verano de 1900 por la Universidad de Harvard a mil 700 maestros cubanos. Fue algo que revolucionó el magisterio y sus efectos se hicieron sentir de inmediato. Cuando Castro se hizo con el poder, Cuba tenía tres universidades financiadas por el gobierno y otras tres de carácter privado. La matrícula de las públicas era de 20 mil estudiantes.

El sistema de educación pública contaba con 25 mil maestros y el de la educación privada con 3 mil 500. A mediados de la década del 50, había mil 206 escuelas rurales en Cuba, así como un sistema de bibliotecas móviles con un total de 179 mil 738 volúmenes. La tasa de analfabetismo era de un 18% y pasaba en América Latina como el país con el mayor presupuesto dedicado a la educación en 1958 con un 23% del total.

Cuba fue el primer país latinoamericano en implantar la televisión y La Habana era la capital que más cines tenía con relación a su población. El ferrocarril cubano, data de tiempos del colonialismo, incluso antes de que España tuviera el suyo. La carretera central transcurría de este a oeste por toda la isla antes de 1959.

La ensayista y poetisa Uva de Aragón, en su texto titulado “El papel del intelectual en la República de Cuba”, asegura que en el período republicano se crearon con apoyo oficial y notorios esfuerzos individuales la Biblioteca Nacional (1901), la Academia de la Historia de Cuba (1910) -que el actual gobierno cerró para reabrirla después-, la Academia Nacional de Artes y Letras (1910), el Museo Nacional (1913), la Academia Cubana correspondiente a la Academia de la Lengua Española(1922), la Academia de Ciencias (1928) y la de Educación (1936), la Junta Nacional de Arqueología (1937), la Sociedad Geográfica de Cuba y la de Derecho Internacional y se publicaron al menos quinientas cincuenta y ocho revistas de mayor o menor duración. Ni hablar del número de diarios. Baste decir que Cienfuegos, una ciudad pequeña, llegó a contar en una misma época con once.

Lo más importante de un pequeño país en el que había una vida cultural y literaria moderna y militante, fue el clima en el que se desarrollaron esos intelectuales, que podían exponer sus puntos de vista sin censuras ni exclusiones. Uva de Aragón afirmó en el texto citado: "Los creadores cubanos fueron fieles a las normas estéticas que cada uno se fijó. No sacrificaron la calidad de sus obras ante ninguna otra exigencia y prefirieron siempre la ‘indiferencia oficial’ a un patrocinio estatal que pusiera bridas a la libertad creadora”.

Los más importantes escritores y artistas cubanos, reconocidos internacionalmente, habían hecho ya lo más importante de su obra antes de la llegada de Castro al poder. Entre éstos, sin importar su posición política, estaban José Lezama Lima, probablemente el hombre de letras más relevante de Cuba del siglo XX; el poeta y dramaturgo Virgilio Piñera, que revolucionó el teatro cubano con el estreno de Electra Garrigó en 1948, dos años antes de que el franco-rumano Eugenio Ionesco, padre del teatro del absurdo, estrenara en París La soprano calva; los pintores Amelia Peláez, René Portocarrero, Wilfredo Lam y otros tantos; el novelista Alejo Carpentier, autor de El siglo de las luces; el poeta Nicolás Guillén; la bailarina Alicia Alonso; y, por supuesto, un número extraordinario de compositores e intérpretes de la música popular como Ernesto Lecuona, Amadeo Roldán, Alejandro García Caturla, el Trío Matamoros, Sindo Garay, Eliseo Grenet, Hubert de Blank, Benny Moré, Dámaso Pérez Prado y muchos más.

El hombre que muchos homenajean hoy por llevar a los rebeldes a una más que improbable victoria, abrazar el comunismo soviético y desafiar a Estados Unidos durante 50 años, ha sumido a su país en la pobreza y en el subsuelo económico, por no hablar de las miles de víctimas que el proceso se ha cobrado. Los cubanos rechazan ese signo de igualdad que en el exterior se pretende patentar entre Cuba y Fidel Castro y su revolución. No existe tal igualdad, por mucho que lo intenten sus fans.

En el plano económico, en 1958, según cifras de la ONU y de la OIT, solo un 14% del capital total invertido en la isla era norteamericano. El 62% de los bienes de la industria azucarera estaba en manos de cubanos.

Cuba ocupaba en 1953 el número 22 en el mundo en médico por habitante, con 128.6 por cada 100 mil. Su tasa de mortalidad era de 5.8 -tercer lugar en el mundo-, mientras que la de Estados Unidos era de 9.5 y la de Canadá de 7.6. A fines de los 50, la isla tenía la tasa de mortalidad infantil más baja de América Latina con 3.76.

Cuba, con una población de 6 millones 630 mil 921 habitantes en 1958 disponía de 35 mil camas de hospitales, un promedio de una cama por cada 190 habitantes, cifra que excedía la meta de los países desarrollados de esa época de 200 personas por cama de hospital, y un promedio de un médico por cada 980 habitantes, superada en América Latina sólo por Argentina con uno por cada 760.

Cuba ocupaba en el año antes mencionado el lugar número 33 entre 112 naciones del mundo en cuanto a nivel de lectura diaria, con 101 ejemplares de periódicos por cada mil habitantes.
Tan sólo en materia de artículos suntuarios, Cuba poseía en 1959 un radio por cada cinco habitantes, un televisor por cada 28, un teléfono por cada 38 y un automóvil por cada 40 habitantes, según el Anuario Estadístico de Naciones Unidas.

La fuerza laboral era en 1958 de 2 millones 204 mil trabajadores. La tasa de desempleo de esa fecha era del 7.07%, la más baja de América Latina, según datos del Ministerio del Trabajo de Cuba. Cifras de la OIT nos muestran que  ocupaba el lugar número 8 en el mundo en el pago de salarios a trabajadores industriales y el número 7 en salarios a trabajadores agrícolas.

Así que dejémonos de monsergas y pongamos los puntos sobre las íes. El país no ha avanzado más por la revolución, no ha generado dinero para emprender importantes reformas estructurales y mucho menos para modernizar el país, estancado en los mediados del siglo XX, viviendo de glorias pasadas.

A Fidel Castro solo le interesó gastar dinero en promover su figura, como cuando fue líder en los NO Alineados, y en meterse en guerras que nada tenían que ver con Cuba, pero que le permitieron jugar a los soldaditos en un tablero instalado en una amplia sala,  creyéndose un Napoleón.

Si alguien se pregunta por qué hay una muchedumbre exultante en la calle Ocho de Miami, abrazándose, en un corro que se desbanda y vuelve a unirse porque se siente renacer, no tiene más que hacer el recuento de lo escrito aquí. Y aunque son conscientes que nada va a cambiar en Cuba como para permitirles volver a su tierra rodeada del amargo azote de la sal, les resulta suficiente unir sus manos y sentir que se acercan de cierto modo al caimán verde y quieto que reposa en el Caribe y a los que viven allí.


miércoles, 16 de noviembre de 2016

LOS ALIADOS EUROPEOS SE PREPARAN PARA LA ERA TRUMP.








Por Mirta Balea

El presidente norteamericano Barack Obama ha llegado a territorio europeo con la misión personal de calmar a los aliados y asegurar que el nuevo mandatario Donald Trump será leal a la OTAN, algo que nadie cree. La Unión Europea ha comenzado desde este lunes a preparar su propia defensa militar ante la nueva era.


El viaje dista mucho de ser la despedida soñada por Obama porque no ha pasado el testigo a su colega demócrata Hillary Clinton y tiene el telón de fondo de un presidente republicano electo, que ha amenazado con liquidar una gran parte de los pilares que conformaron las relaciones exteriores de Estados Unidos en los últimos años. Trump ha advertido que repensará el papel de los norteamericanos en la Alianza Atlántica.


Con esto fijado en términos de seguridad internacional, el fin de la colaboración estadounidense en la paz ha puesto en solfa la propia génesis de la OTAN y Europa esta convencida que a partir del próximo enero, cuando Trump entre en posesión del cargo, deberá ser capaz de defenderse sola.


El populismo crece en Europa, pero de momento, a trancas y barrancas, el estado de bienestar pone freno a sus ansias de poder. Parece significativo que el magnate devenido a político escogiera como primera opción entrevistarse con el líder del UKIPE, el británico Nigel Farage, artesano del voto por la salida de Reino Unido de la Unión Europea o Brexit. La foto publicada es de revista del corazón, sonrisas de oreja a oreja, una puerta dorada al fondo, y solo faltó la presencia de una de las Kardashian.

Farage le estuvo apoyando toda la campaña desde Londres. Ambos tienen las mismas actitudes, buscan los mismos votos, comparten la misma  idea del aislacionismo en favor de los suyos. El gobierno de Theresa May no se siente cómodo con el modo de pensar del presidente electo de Estados Unidos y ahora debe vérselas con que Europa sitúa como su prioridad más inmediata la Seguridad ante el brexit, sobre lo que aún no hay programa.



Lo que ha planteado Trump en síntesis es que Estados Unidos paga demasiado dinero por las bases militares en países como España, Arabia Saudita, Japón, y que estos países viven de los estadounidenses. En la etapa de George Busch, se había planteado la idea de crear alianzas con aportaciones puntuales para una batallas determinadas.


Cuando Trump habla del dinero que Estados Unidos gasta en esas bases, en su mentalidad empresarial lo que ve es una carga de gastos que no es rentable y pierde de vista lo que un político no haría, observar esos emplazamientos como una forma de tener presencia militar global. Pensando como una empresa de seguridad privada, quiere cobrar por los servicios prestados.


La OTAN se creó como muro de contención contra la ex-Unión Soviética y se mantuvo como elemento básico en la política exterior norteamericana. Ahora Europa no puede confiar en su aliado de medio siglo, porque el nuevo presidente está más interesado en un entendimiento con el presidente ruso Vladimir Putin.


Resulta paradójico que las últimas jornadas de Obama como presidente en la esfera internacional sirvan o pretendan apagar los fuegos del entrante. Quien dejará el mandato en enero del 2017 se esfuerza en transmitir que, aunque las personas y los nombres cambien, hay una política que lleva muchos años en marcha y debe continuar. Lo cierto es que ni siquiera él puede sellar esta máxima sin dejar en péndulo una duda razonable.


Trump alcanzó su riqueza por exenciones fiscales, por no tributar, por ocultar ingresos, por financiar bonos basura, por estafar en sus casinos al más puro estilo del sistema y, sin embargo, 60 y más millones de norteamericanos se fiaron de él y compraron con votos su discurso. Si como las encuestas señalaban había un alto nivel de rechazo a su figura, ¿donde se metieron los 100 millones que no acudieron a votar y pudieron impedir su ascenso? La pregunta se responderá con el tiempo.


Los dogmáticos como el presidente electo de Estados Unidos tienen su caladero de votos en un sector poblacional y literalmente pescan en río revuelto, para alcanzar su cuota de poder, a veces, como en este caso, la mayor. No se puede decir que este hombre tenga una ideología definida.


Los hechos contrastados y constatados es que su perfil es de un misógino, racista, xenófobo, y su vicepresidente Pence, un creacionista, que niega la evolución y cree que hemos llegado a la tierra porque Dios nos puso aquí, a poco que te descuides nos dirá también que nos quería blancos y puros. Este hombre niega hasta que el tabaco mate, una consigna de hace años de la OMS y que se ha probado científicamente cierta.

Que Trump tuviera esa cuota de pantalla, esa capacidad para entretener a la audiencia y que lograra el financiamiento por donaciones de gran parte de su campana, es algo que debemos mencionar también. Se traduce en alimentar un determinado sistema mediático, que hace espectáculo y no da información. Sus seguidores pretenden hacer creer que el lenguaje de odio viene de sus detractores y tildan de comunista a todo el que discrepe de estas ideas porque como ocurre a veces con los terroristas el fanatismo viene del ocultamiento de una duda secreta.


Habrá que analizar en el futuro la corte que le acompañara en el gobierno y a muchos les seguirá resultando difícil calificar sus anuncios políticos de fascistas, aunque lo son en el sentido aceptado del término en pedagogía política. Si alguien con tanto poder como Trump se empeña en demonizar a determinados colectivos como los culpables de todos los males de los norteamericanos, los efectos de sus palabras tendrán consecuencias, difíciles de sobrellevar después.


Sus seguidores se apoyan en que durante los ocho años de mandato de Obama se deportaron más de dos millones de inmigrantes indocumentados, la diferencia es que el presidente no hizo de esto una bandera de lucha, no amplificó el concepto de delincuencia a estas personas, lo hizo organizadamente en cumplimiento de la ley y no se sirvió de sus acciones para incitar al odio contra el de afuera o contra el que es distinto.


La BBC ha desmentido al presidente electo sobre la cifra de latinos con antecedentes penales en Estados Unidos, que en principio Trump situó en 11 millones y que tras la campaña redujo a 3 millones. El medio británico afirma, basándose en estadísticas del Congreso norteamericano, que no pasan de 170 mil. Nada ético resulta acusar a todos los inmigrantes de violadores y delincuentes como ha hecho en una campaña plagada de mentiras y medias verdades. 

Europa tiene una enorme preocupación e incertidumbre respecto a los movimientos de Trump. Los líderes europeos son conscientes que, tanto en la economía como en la defensa, las reglas van a cambiar. Obama les ha dicho que el nuevo presidente es pragmático, que en el no pesa la ideología, y que espera que se rodee de gente buena y con intención clara de mantener las alianzas. Pero esto casa mal con la propia campaña presidencial.


Putin y Trump han hablado y durante la campaña se lanzaron guiños; desde Rusia se hackearon todos los correos electrónicos de la demócrata Hillary Clinton y sus colaboradores, según han confirmado varias agencias de inteligencia. Los hackers entraron en esos dominios por encargo del gobierno ruso. Esto nos lleva sin dificultades a conocer que Moscú influyó en el resultado electoral.


Hay un punto en el que se puede cambiar sustancialmente la política mundial con la nueva relación Washington-Moscú: Siria. Ahora los rusos, que apoyan al régimen de Bashir el-Assad, son los únicos que combaten junto a él por igual a disidentes y terroristas. Recordemos que la guerra comenzó con actos de protesta contra el régimen y fue fagocitada por los islamistas radicales. La amenaza está en que Estados Unidos se sume a esta campaña de exterminio de todos por igual, lo que sería el primer cambio estratégico de la era Trump.


El Banco Central Europeo ha alertado sobre las consecuencias negativas del proteccionismo de Trump, que tendrá un amargo coste para la economía de Estados Unidos y del mundo. En medio del Brexit, llega un señor proteccionista que pretende cargarse todos los tratados de libre comercio.


NO existe algo que podamos visualizar como el programa económico de Donald Trump, al menos no como se puede apreciar en Europa cuando llegan las elecciones y los partidos presentan sus plataformas. Todo lo que tenemos son declaraciones, que no se sabe si se van a concretar.


Los pilares de su campaña han sido echar a inmigrantes, construir el muro con México, un proteccionismo comercial y una política fiscal expansiva de aumento del gasto militar y de las infraestructuras y reducir el impuesto de sociedades y los tramos más altos de la renta.


Los tratados norteamericanos con México y Canadá vienen de los años 90 del pasado siglo y son compromisos con una seguridad jurídica difícil de pasar por alto. Europa se prepara para la política fiscal expansiva, que afectará los países más endeudados al traducirse en una subida de tipos de interés. Esto llevará a un mayor endeudamiento y Estados Unidos tiene una deuda que se come un 110% del PIB.


Una anécdota curiosa de última hora es que el presidente electo ha preguntado a la Casa Blanca si sus hijos mayores de edad -muy activos en su campaña y supuestos futuros managers de sus negocios- pueden tener acceso a documentos sensibles de la seguridad nacional, la cia y otros servicios de inteligencia, que manejan unos pocos.


Como mínimo resulta ínsólita la pregunta, para no decir que todo el objetivo es irregular y no se haya justificado. Nadie sabe como será el gabinete del nuevo presidente, ni si alguno de sus hijos formará parte de este. Pero, aún así, se sabe que a este tipo de documentación acceden muy pocos mandos por razones obvias.


El discurso de Trump diciendo poco menos que los musulmanes ni siquiera denunciaban a los terroristas cuando los veían a su alrededor está teniendo consecuencias contabilizadas. El FBI ha dado a conocer datos estadísticos muy sugerentes en cuanto a que las palabras siempre tienen un coste. Las estadísticas de crímenes de odio, que incluyen el racismo, sufrieron un incremento en 2015, período estrechamente relacionado con las primarias del Partido Republicano y con la retórica más dura. Frente a pesos pesados como Jeb Bush, Marco Rubio o Ted Cruz, que contaban además con el resuelto apoyo del establishment republicano, muy pocos lo veían imponerse y, sin embargo, redujo a sus adversarios a cenizas.


Los ataques a musulmanes subieron el 67%, no importa el tiempo que lleven viviendo en Estados Unidos, ni si se han integrado o no. Los crímenes de odio contra otras razas han crecido un 7%, que es mucho también, y en las escuelas y universidades se conoce de hechos reprobables contra las minorías por parte de los vencedores.


Entre las entidades que han dado apoyo público al presidente electo está el KKK y los jerarcas de la Asociación del Rifle. El líder del autodenominado Partido Nazi de Estados Unidos, Rocky Suhayda, ha dicho que la nueva etapa abre "una oportunidad real".


El fenómeno Trump estuvo precedido en 2010 por el del Tea Party. La irrupción del multimillonario no ha hecho más que prolongarlo y constituye una revolución electoral, que ningún analista supo prever. La vieja bicefalia entre demócratas y republicanos para pervivir, que se ha convertido en seísmo por la victoria de un candidato heterodoxo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha.

Muchos electores irritados por lo «políticamente correcto»,  creen que ya no se puede decir lo que se piensa so pena de ser acusado de racista, así que la «palabra libre» de Trump sobre los latinos, los inmigrantes o los musulmanes es percibida como un auténtico desahogo. Lo peor es que el apoyo viene muchas veces de latinos o musulmanes inmigrantes, que entraron en otras épocas y se han asentado y conseguido la nacionalidad.


Trump no es un antisistema, ni obviamente un revolucionario. Censura a los políticos y por ende al modelo que los acuna, y su discurso es emocional, apela a los instintos, a las tripas, no a lo cerebral, ni a la razón. Habla para esa parte del electorado en la que ha empezado a cundir el desánimo y el descontento.


Lo que está ocurriendo en Estados Unidos y en Europa es que ciertos grupos, a los que muchos llaman populistas, con un alto grado de demagogia porque engañan prometiendo resolver problemas complejos a la mayor brevedad como ha sido el caso de Trump, pretenden derogar la democracia liberal. En eso me apunto a la frase de Churchill de que la democracia es el peor gobierno posible a excepción de los demás.


Todo lo que está ocurriendo se parece mucho al movimiento que precedió a hechos luctuosos del siglo XX. Los líderes de entonces apelaban a derogar la política, porque sin ésta no hay democracia, y sin democracia pueden hacer lo que quieran.

viernes, 11 de noviembre de 2016

El abrazo de los enemigos


Por Mirta Balea

Lo vivido en los últimos meses en EEUU es probablemente la campaña electoral más brutal y descarnada de toda la historia de esta democracia bi-centenaria y asentada. Pero ni siquiera ésta ha podido librarse de que la política es un reality show, que crea realidad cuando estamos ante el espectáculo de los medios.

El encuentro la víspera entre el electo Donald Trump y el saliente Barack Obama - al que aun quedan 72 días para tomar decisiones-  se pareció mucho al abrazo cordial y frío de enemigos a los que no les queda otra que impedir que se evidencien sus importantes diferencias políticas so pena de poner en riesgo el tradicional período de transición de poderes.

La nación fue testigo -probablemente con la boca abierta- de un Trump admitiendo que Obama es un buen hombre y esperando que estos encuentros se repitan en el futuro, apelando a la experiencia presidencial de su oponente. Había que rebajar la tensión en la que el candidato electo se instaló durante la campaña y hacer caso omiso de sus propias expresiones, que han logrado dividir a la sociedad.

Esto ha sido palpable en estos días con las manifestaciones en unas 25 ciudades en protesta por el resultado electoral, que dio la victoria al magnate de la construcción. Dudo mucho que todos los inconformes beligerantes hayan votado a Hillary Clinton, que por cierto hoy se fue sola a pasear por el bosque, aunque alguien la encontró y se hizo un selfie. Querría solo fondear en la tranquila vergüenza, hinchada de benévola ironía.

El inicio del proceso de transición tuvo ayer un matiz: Obama ni su mujer recibieron a las puertas de la Casa Blanca al elegido por mayoría popular. Lo esperaron dentro, algo que no hicieron hace ocho años sus antecesores, George Bush y esposa. Trump había puesto en duda que el actual presidente hubiera nacido en Estados Unidos y le acusó de ser el fundador del Estado Islámico, lo que resultan ataques muy duros a la integridad del Ejecutivo en ejercicio.

He escuchado a algún periodista español decir que es inusual en la sociedad norteamericana las manifestaciones y no voy a referirme ya a las que viví en diferido en los años 60 en contra de la guerra en Vietnam, solo recordaré las pasadas recientes, contra la situación económica y contra el racismo policial.

Y aunque no creo que las actuales, con un alto contenido político, vayan a derivar en agresiones significativas, debo señalar que las manifestaciones se dan en democracia, donde no se ven es en los países dictatoriales y totalitarios. El desahogo se requiere para evitar que la olla reviente.

Lo que me permitiré subrayar aquí es que el comportamiento no verbal de Trump fue muy distinto ayer del exhibido en la campaña. Si apelamos a la hemeroteca y observamos con detenimiento las imágenes veremos que ha sido agresivo, emotivo, despreciativo, en cambio la que dio en su discurso al país tras la victoria este miércoles y en su encuentro con Obama hace suponer una metamorfosis en el personaje.

En el discurso de la victoria, se mantuvo tranquilo en el atril, en tanto en campaña mostraba claramente su enfado, moviéndose de un lado a otro, dramatizando, con un tono de voz grave, apelando a las ofensas y a los insultos directos y hasta a las amenazas, cuando dijo a Clinton que la procesaría.

Quizás entendió que su puesta en escena le conduciría a la victoria, porque como él mismo ha dicho no le gusta perder y es ambicioso, narcisista y megalómano. Y, mira por donde, le funcionó. Incluso cuando se atrevió a decir que no deseaba ser una buena persona sino un killer.


Si las palabras son un arma de doble filo,  el daño que han provocado las suyas en una buena parte de la sociedad americana no resultará fácil de recomponer.  El odio canalizado a manera de voto es un auténtico peligro, ya que muchos las entenderán como un aval para alterar el orden público y el contrato de convivencia social.

Un hecho cierto es que si algo nos enseñan estas elecciones es que el poder está cambiando de manos, ha pasado en algunos casos a fragmentarse y es más imprevisible, difícil de comprender, entender e interpretar y nos obliga a una profunda reflexión. Lo más inusitado es que el efecto Trump en Wall Street ha marcado records en la Bolsa.

No se si yo hubiera votado a Clinton, colocando una pinza en mi nariz para evitar el hedor de la corrupción, o si me habría abstenido, pero lo que si no haría es votar a alguien como Trump. Al margen de esta actitud personal, que se apoya mucho en mi condición femenina y de inmigrante, hay millones de personas que le apoyan. Mas de 60 millones para ser exactos.

Todo esto a pesar de que ha atacado a las mujeres, a los inmigrantes, a personas con discapacidad, ha prometido quitar la ciudadanía a los hijos de indocumentados, expulsar a once millones de personas, 15 mil por día si hacemos cuentas, y ha dicho que prohibirá la entrada a los musulmanes. Pero ¿qué había enfrente? Una Clinton amenazando con el continuismo político, que, por lo que se ve, ha cansado a muchos votantes.

A Obama en España se le veía como un hombre progresista, que había enfrentado y sabido salir de una crisis planetaria. Nadie con sentido común lo consideraría de izquierdas, en el sentido tradicional de la palabra, pero sí, centrista. A Trump lo ven como una extrema derecha con cantos de sirena y a Clinton como una derecha rancia, dependiente de las élites financieras. Pero estos son parámetros europeos, no estadounidenses.

Trump dijo en un twitter hace apenas unas horas que le encantaba que "pequeños grupos" de manifestantes tuvieran pasión por el país y que todos se reunirían y estarían orgullosos. Esto probablemente coincidió con su desayuno y lo habrá puesto su equipo, porque siete horas antes, por la misma vía y con la sinceridad que le es propia, el mensaje iba de echarle la culpa a los medios por incitar las protestas y calificar de profesionales a los manifestantes. Quizás acababa de despertarse y vio que las protestas seguían.

Sus colaboradores aparecieron en la cadena televisiva Fox para preguntar cómo se habría reflejado en los medios si la ganadora hubiera sido Clinton y los votantes de Trump se lanzaran a protestar a las calles. A mi me resulta una reflexión sensata porque lo que no pueda darse en democracia es cuestionar un resultado electoral hasta esos límites.

El sustrato de la democracia es el consenso social de las clases medias, ahora sumidas en el mundo entero en una profunda crisis de desigualdad, exclusión social, donde el proteccionismo se vislumbra como la única salida. En Estados Unidos, el viejo dicho de "América para los americanos" porque el dogmatismo de Trump es dar respuestas rápidas y fáciles a problemas económicos complejos.

La crisis social es tan profunda que trasciende lo económico para convertirse en estructural. Ya no valen las reglas tradicionales vigentes, la brecha se puede ver con claridad donde antes había una sociedad común y ahora encontramos marginación traducida en el voto.

Clinton recordaba a la gente el pasado tenebroso de su clan y que representaba al sistema que ha perdido el respeto a la mayoría social. Y ¿quién ha sido capaz de enfrentarse al establishment -aunque forme parte de él-, a las televisiones, a los medios financieros, a los propios republicanos, aun diciendo barbaridades y haciendo promesas hueras que no podrá cumplir: Donald Trump.

La globalización en la que estamos moviéndonos ahora mismo ha sido salvaje y nada tiene que ver con la economía de mercado, sino con las burbujas especulativas. No deja de ser paradójico -al menos visto desde Europa- como un Obama, considerado progresista, no ha podido acabar con las desigualdades raciales, ni con las diferencias entre ricos y pobres a pesar de todas sus promesas.

Son estas personas desprotegidas, que han vivido una deslocalización de las industrias en sus ciudades, privadas de derechos, las que han creído que Trump es la solución. Y esto es un fenómeno también europeo. El votante, en su mente, compensa con esta esperanza la falta de experiencia política del personaje.

Trump ha propuesto incrementar el gasto público con un plan en el que se dará más dinero a la esfera militar y a las transferencias a veteranos de guerra, olvidando que es algo que los republicanos criticaban a Obama. Lo cierto es que más gasto incrementa la deuda, que en Estados Unidos es muy abultada y está comprometida.

El Tratado Comercial con Europa, al que se comprometió la Administración Obama, se da por muerto. El eje del discurso del presidente electo ha sido el nacionalismo y el aislacionismo frente al resto del mundo y el proteccionismo a partir de un sector mercantil cerrado al exterior para supuestamente poner a EEUU por delante del resto del mundo.

El proteccionismo es un error económico de base, que convirtió en 1930 una crisis importante en una Gran Depresión y esta es la razón de que en la del 2008 se haya intentado no caer en el mismo error.  Si Trump insiste en sus tesis provocará una crisis mundial de calado.

Las Bolsas han recibido el "trumpazo" mejor de lo esperado. La caída vaticinada de un 4% no se ha cumplido. Los empresarios han gestionado sus recursos en un mundo globalizado mediante intercambios con otras firmas y con los gobiernos y se adaptan. Ahora se aferran al clavo ardiendo del discurso del presidente electo tras la victoria. Pero será el sector neo-con, tan criticado en la era Bush, el que le pare los pies.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Donald Trump a la Casa Blanca



Por Mirta Balea

Donald Trump se ha hecho con la Casa Blanca. Un constructor, con muchos fracasos y deudas con el fisco, de 70 años y con una carencia absoluta de conocimiento político, nacido en cuna de oro, que hizo su dinero gracias al sistema, al que ha machacado sin tregua durante toda la campaña.


En su primer contacto anoche con los norteamericanos tras su victoria, dejó a un lado su discurso bronco y esbozó uno conciliador. Típico de una mentalidad empresarial en la que se entra a matar al adversario y una vez tienes el poder, bajas el tono. Vendió su falta de experiencia política como una virtud ante los golpeados por la globalización, el terrorismo y la incertidumbre ante el futuro.

La América blanca obrera y rural y de clase media baja dio un puñetazo en la mesa, el voto hispano se dividió y el negro brilló por su ausencia con un 30% menos de lo esperado. Lo que podría considerarse como una socialización política de los valores democráticos, impone que los ciudadanos crean en ellos, los conozcan, los asimilen y los practiquen dentro del régimen vigente.

Esto es algo que saben muy bien aquellos instauradores de sistemas autoritarios o totalitarios, tanto de izquierda como de derecha, por eso no es casual que Marine Le Penn, líder del Frente Nacional francés, xenófobo, racista y nacionalista, fuera la primera en felicitar desde Europa a Trump y con gran alegría.


La oponente demócrata Hillary Clinton no supo o no quiso acaparar el discurso de la protección, pensando, quizás, que Trump cavaría su propia tumba. Y no fue así. Los estados bisagras, que fluctúan entre demócratas y republicanos, y algunos hasta ahora votantes demócratas, le dieron la victoria al republicano.


Trump supo conectar con la ira social, a pesar de sus tintes xenófobos, racistas, machistas, su nulo apego a abrirse al mundo y su escaso interés por las soluciones viables a los problemas denunciados. Una última encuesta dice que a un 60% de norteamericanos no le gusta su imagen, pero tenemos en frente la conversión.


A veces se dicen cosas en campaña que habría que haber matizado a tiempo, al menos para que se enteren los votantes, porque gobernar es otra cosa. Y aquí nos encontramos ante la eterna incógnita por los valores que han de sustituir asideros tan largamente utilizados.


Así escuchamos a los que dicen que el discurso del magnate les ha llegado al corazón y que ha dicho verdades como puños. A tenor de lo que Trump impuso como discurso de campaña, se ha reforzado el tradicional recelo hacia el Estado, y el no menos tradicional apego sin límites a lo mío frente a lo tuyo, que suele acabar siempre en el duelo, tú o yo.


Los líderes europeos llaman a preocuparse y ocuparse ante esta nueva articulación del discurso político. Bruselas intenta digerir la noticia, asumiendo que tendrá consecuencias, porque la mayoría de las ideas de Trump suponen un giro de 180 grados sobre las tesis de este lado del Atlántico, y temen el efecto contagio sobre el populismo, tanto de izquierda como de derecha.


Lo cierto es que ha quedado claro que ni Barack Obama es el brillante pasado, ni Trump el tenebroso futuro. El sistema norteamericano es compensatorio y su principal oponente en el Congreso serán los propios republicanos. Todos aspiran a que el presidente se rodee de economistas razonables.


La crisis del 2011 fue devastadora para todos los países. Obama consiguió no entrar en recesión y ha recuperado poco a poco el empleo, pero con mucho coste social. La gente siente que aumenta la desigualdad y que su país ha dejado de ser la potencia que era. Uno no puede dejar de preguntarse como se habría salido del epicentro crítico con un Trump, porque recordando a Ronald Reagan, los republicanos dejaron mucho déficit.


Hemos sido testigos en esta dramática campaña electoral en Estados Unidos de la apertura de discursos fáciles, que abren la puerta a las lamentaciones, a debates sin chicha, y a ver como Hillary perdía todos los activos demócratas por su rigidez en el relato, sin enfrentar los retos a los que la exponía Trump, algo con lo que él ya contaba.


Europa, que ha dado grandes ejemplos de democracias consolidadas, a pesar de los múltiples retos de hoy para cohesionar sus filas, no parece que vaya a replantarse los valores del sistema, ni la propia globalización. Todo indica que reforzará el proyecto para hacerlo más integrador en lo político y social y en lo fiscal.


Ahora toca ser provocativos y adelantarse a las movidas de Trump, en especial la re-edición de las relaciones con Rusia, y tomar nota de las razones que han llevado a los norteamericanos a brindar su confianza al republicano y la incertidumbre mundial que esto supone.


Los países de América Latina son los que deben estar de verdad preocupados, en especial Méjico, con un 80% de exportaciones a Estados Unidos. Trump ha amenazado con aumentar los aranceles a este país en un 35% y en un 45% a China.


Asombra que un mensaje de unilateralismo, proteccionismo y contención, haya calado en tanta gente, sobre todo en los trabajadores, en los negros y los hispanos, a pesar de la patente contradicción entre sus muchas propuestas y el plano económico de hallar el dinero para ponerlas en práctica.  Esto lo sabe la Bolsa, que ha caído moderadamente, consciente que el presidente no hará lo que ha dicho, entre otras razones, por que no puede, y porque la Bolsa es siempre largo-placista.


Trump ha sabido absorber la revuelta contra el sistema al que culpan de la afectación de muchos sectores, excluidos de la riqueza por las burbujas especulativas, que han dejado fuera a la mayoría, las tensiones demográficas, las transferencias culturales, la desindustrialización, y han optado por la ilusión en lugar del realismo.


Este magnate ha encarnado al arquetipo del genuino norteamericano ante la desgastada Clinton. La gente no se fió de los encuestadores y su triunfo se vio venir por muy pocos. Ahora hay que tocar madera y esperar.

lunes, 31 de octubre de 2016

¡Habemus gobierno en España!




Por Mirta Balea

El presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, ha jurado hoy ante el rey Felipe VI su cargo de jefe de gobierno, un acto enmarcado por la melancolía de algunos y el mal secreto de otros. En el calor inusual de este otoño, la tranquilidad se ha instalado con resignación.

El escenario resulta el mismo de hace un año, cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales, que otorgaron al parlamento el frescor de la pluralidad, y es también el mismo de la repetición de votos en junio de este año. Todo este tiempo el PP ha continuado en el gobierno de manera interina durante 315 días.

El aire se parece a la indiferencia que solemos observar en acontecimientos alegres o tristes, como una boda o un entierro; lo otoñal da perspectiva a las luces y sombras, que se perfilan como protagonistas de esta nueva legislatura, en la que Rajoy deberá mostrar su capacidad de dialogar o no se comerá ni un garbanzo.

Aparte de la importancia para España de que se rompiera el impasse para algunos justificado y para otros pertinente del desgobierno, un hecho que merezca quizás renglón aparte sería la entrevista concedida por el ex-secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sanchez, al programa Salvados de la Sexta Televisión.

Tal vez -al menos en mi opinión- no debió concederla. En la Dialecta de la Ilustración de Horckheimer se habla de la auto-conservación, lo que otros llaman instinto de supervivencia, en especial de su forma "salvaje", que la transforma en un elemento destructor y al propio tiempo auto-destructivo.

Según iba avanzando la entrevista tenía la sensación de que la imaginación o representación de ciertos conceptos por parte de Sánchez iban imbricándose de tal manera que en el fondo era más relevante él que los hechos mismos.

Haré un resumen de los puntos más novedosos o al menos más interesantes. Admitió, que como había dado a conocer el ex-secretario general y ex-jefe de gobierno, el socialista Felipe González, antes de apalancarse en el NO es NO a Rajoy, Sanchez habría barajado la posibilidad de abstenerse. 

Lo que había detrás, según explicó, era que al entrevistarse con Rajoy, este le dejó claro que no solo lo necesitaba para la investidura sino también para gobernar y esto era inadmisible para Sanchez. Esto nos sitúa en lo siguiente: mintió cuando dijo que la consigna socialista respondía "al mandato soberano de la militancia". Tengamos claro que militancia no es lo mismo que los votantes porque esta representa solo un 3% por ciento.

Aprovechó también para denunciar una operación de acoso y derribo hacia su persona de parte de algunos socialistas y de grupos mediáticos y económico-financieros españoles para dejar gobernar a Rajoy, acogiéndose o re-editando opiniones del líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Todo esto encajaría y hasta podría creerse si en mayo, durante una comparecencia pública, no hubiera desmentido que fuera objeto de presiones y aclarado que él nunca se dejaría presionar. O si hubiera convocado al Comité Federal para advertir sobre esta situación para explicar por que había que decir NO a Rajoy.

Ni una cosa ni otra. Muchos socialistas se han despertado hoy con sus declaraciones, al menos los que no la siguieron ayer, incluso aquellos que han sido sus fieles seguidores hasta ahora y que ignoraban al parecer todo esto. Demasiado "postureo" para mi gusto.

Afirmó que si el PSOE desea ser alternativa de gobierno, deberá acercarse más a Podemos y lamentó haberlo clasificado como populista en octubre del pasado año, aunque durante todo este tiempo le ha estado echando la culpa de que no se hubiera formado "un gobierno del cambio" en marzo cuando aspiró a la presidencia de la mano de Ciudadanos, esperando el apoyo de la formación morada, que votó NO, junto al PP.

El término populismo tiene solo un sentido peyorativo en política y se aplica a la demagogia. Evoca también el predominio de la emociones sobre el racionalismo sin una vía ideológica definida, la imprevisibilidad económica y el oportunismo al referirse a cuestiones que preocupan al ciudadano, regalando lo que sus oídos quieren oir de prohibir la entrada a migrantes o la necesidad de mejorar su vida sin alternativas viables y coherentes. Por esto muchos ven también como populistas a varios partidos de la derecha en países europeos, como es el caso del Frente Popular en Francia.

Ha hablado por primera vez de que Cataluña es una nación y ha incluido en esto al País Vasco. Lo que bajo su dirección prevaleció, sin embargo, fue el concepto constitucional de la existencia en España de nacionalismos y regionalismos, cuyas diferencias deben ser respetadas. Pero la línea que expuso a la Sexta Televisión se acerca a la de Podemos, que considera que debe realizarse un referendo separatista entre los catalanes, con exclusión del resto del país.

En todo lo que dijo ayer, Sanchez ha sido desleal a su partido y a sus propios seguidores internos, ha abandonado su trabajo - como destacó el portavoz del grupo parlamentario Antonio Hernando, sin nombrarlo- al renunciar como secretario general el primero de octubre y 20 días después a su escaño en la Cámara para librarse del mal trago de abstenerse o quebrantar la disciplina del voto. Al menos 15 socialistas hicieron esto último, ateniéndose a las consecuencias de ser sancionados.

Así que a Sanchez le ha podido más su interés a presentarse como líder de los inconformistas en una nueva candidatura a la secretaría general, que el deber ético de mantenerse fiel a su idea del NO a Rajoy, compartido por gente que se ha inmolado por ésto. Un próximo Congreso del PSOE debería celebrarse antes de junio del 2017.

Todo su relato estuvo basado en "parchear" sus errores escudándose en enemigos externos, la conspiración de medios y grupos económicos, muy cerca del discurso de Podemos sobre el IBEX que "gobierna" al PSOE. Uno no puede más que preguntarse por qué no cambia de acera y santas pascuas, porque ha dejado al resto de socialistas como una banda de granujas, en momentos de tanta vulnerabilidad.

Lo que resulta imposible de enterrar es que bajo su dirección el PSOE alcanzó los niveles más bajos de votación de su historia. Las elecciones recientes en Galicia y País Vasco le acabaron de dar la puntilla al partido. En la primera Comunidad Autonómica, ganó el PP con mayoría absoluta y, en la segunda, los nacionalistas del PNV. El decidió darle un vuelco a las listas presentadas por los gallegos y cambió a la cabeza de lista de los vascos con el resultado mencionado.

Que a pesar de estos datos incuestionables, no haya salido de su boca una reflexión auto-crítica, no parece la mejor manera de presentarse a una nueva candidatura, sobre todo si el precio es también dejar a la altura del betún al resto del partido y erigirse como el único capaz de "refundarlo", como viene diciendo desde que renunció a su escaño en el Congreso.

Las alabanzas de Sanchez a Podemos han terminado por confirmar lo que se decía en voz baja y que ahora admite: que su alternativa de gobierno incluía a la formación "populista" y a las formaciones catalanas y vascas. Preocupado por su carrera política, se echará a la carretera a partir de hoy para recabar apoyos a su proyecto personal de "recuperación" del PSOE.


El PSOE abrió a principios de octubre con su Comité Federal una vía de renovación de ideas y proyectos, dentro de un partido que ha contribuido a construir un país democrático, con sus errores y sus aciertos, y que debe superar una nueva crisis. La experiencia de gobernabilidad que ha adquirido en más de 30 años de democracia solo podría despreciarla quien no la pueda ofrecer, que es el caso de Sanchez. 

La forma bronca en que se desarrollaron las dos sesiones de investidura de Rajoy, el jueves y el sábado de la pasada semana, han hecho saltar las alarmas. Muchos discursos estuvieron carentes de argumentos e ideas, pero el insulto estuvo en el orden del día. Algunos han considerado que no se pueden sustituir el discurso y la cultura de la razón y el análisis por el resentimiento y el odio.

Rajoy ha dicho que desea abrirse al diálogo, lo que era de esperar porque la situación parlamentaria es lo que es, aunque en su segundo discurso del sábado apretó innecesariamente las tuercas, sacando pecho y diciendo que no se dejará gobernar. Nadie le recordó, porque no había turno de réplica, que el diálogo es ilimitado y otra cosa es el acuerdo. En este segundo mandato, por mucho que crea que sus políticas son imbatibles, tendrá que perfilar bien su disposición y sus propuestas para dar un futuro mejor a los españoles.

Rajoy tiene la intención, según sus allegados, de dejar una huella reformista en este segundo mandato, que no tiene la amenaza de la bancarrota como en 2011. Le habría gustado que en su gobierno estuvieran PSOE y Ciudadanos, pero ambos partidos harán oposición y llegaran solo a acuerdos puntuales. 

Lo primero a lo que se enfrentarán sus señorías es a los presupuestos generales del Estado para 2016 en el que deberá figurar el ajuste de 5 mil millones de euros exigido por la Unión Europea. Algunos colaboradores del presidente aseguran que no se tocará la ayuda social ni aumentarán los impuestos. Pero los ciudadanos hacen cábalas y recuerdan que la política no se mueve por discursos, sino por resultados, y que el PP tiene en su haber incumplir sus programas cuando Bruselas se lo ha ordenado.