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lunes, 30 de septiembre de 2013

Grecia: los pronazis no pueden formar parte de la democracia

El pueblo griego contra Aurora Dorada




Por Mirta Balea


El proceso iniciado hoy en Atenas contra miembros de Amanecer Dorado (AD) podría convertirse en el primer paso para la eliminación de un partido ultraderechista pro-nazi, que tiene en su haber al menos 10 asesinatos, según la Fiscalía del Estado, blanqueo de dinero, otros delitos fiscales y trata de personas.


La Fiscalía ha pensado también en restar a la organización las ayudas que recibe de las arcas públicas habida cuenta de su currículo criminal.


El líder de AD, Nikolaos Mijaloliakos, resultó apresado también en la redada hace dos días para cumplir con 38 órdenes de arresto de la Fiscalía, que han puesto entre rejas hasta el momento a una treintena de militantes ultraderechistas y pro-nazis.


Mijaloliakos, ex-paracaidista del ejército griego, se ha declarado, como el resto de los miembros de AD, nacionalista y racista. Sus discursos xenófobos durante la precampaña electoral de 2012 mostraban su lado más oscuro, por si alguien tenía dudas. 


Los fundadores de AD en 1980 se veían a sí mismos como los herederos de Hitler y Mussolini. En su mayoría habían formado parte de los cuerpos militares creados en la posguerra por el gobierno intervencionista británico para impedir el ascenso del comunismo en el país y simpatizaban con el derrocado régimen de Los Coroneles.



El movimiento -aupado por el desempleo y la pobreza agravados por la crisis económica mundial- se hizo en las elecciones de junio de 2012 con 18 de 300 escaños parlamentarios. Haberles permitido entrar en la contienda electoral parece ahora un craso error teniendo en cuenta que ya entonces se les investigaba por participar en actos violentos.




Sobre todo su retórica anti-emigración, que inundó la campaña electoral, resultó cautivadora para jóvenes, muchos de los cuales no son nazis aunque le votaran, pero se hallan desesperados ante la carencia de futuro por el desastre económico en el que navega el país y tienen necesidad de culpar a los inmigrantes de su mala suerte.




El ministro de Orden Público lanzó un haz de esperanza a la comunidad internacional y en especial a la Unión Europea sobre el equilibrio y normalidad del gobierno de Atenas. Dijo que en Grecia no hay lugar para las organizaciones criminales, aun cuando tengan la apariencia de partido político.



El líder de AD


 
El pasado día 18 un miembro de AD, Yorgos Rupakias, asesinó a puñaladas al rapero antifascista Pavlos Fissas tras una discusión en el suburbio ateniense de Keratsimi.


Este hecho nos sitúa en la realidad de que cualquiera de los miembros de la organización -en su mayoría en edades entre 18 y 35 años- tiene ya un currículo de episodios de violencia antirracista y xenófoba, llevados a cabo con impunidad en muchas ciudades donde la policía mira hacia otro lado.


Los griegos se volvieron contra el asesinato de Fissas y marcharon el pasado miércoles hacia las oficinas de AD. La ola de ira envolvió a Atenas contra un partido conocido desde siempre por su filiación nazi y que hasta ahora había sido inmune a las acusaciones de brutalidad y de violencia.



Lo cierto es que Grecia ha conocido pocos momentos de ejercicio real de la democracia desde finales de la II Guerra Mundial porque según los acuerdos de Yalta entre las potencias del eje, Gran Bretaña y Estados Unidos tendrían como zona de influencia a al país heleno y la Unión Soviética la tendría en Bulgaria y Rumania en la zona de los Balcanes.


Fue el momento del reparto realizado poco antes de finalizar el conflicto y que muchos ingenuos creen aún que es una leyenda.


El Ejercito de Liberación Popular Griego (ELAS), que trajo en jaque a los alemanes durante toda la guerra, tuvo no solo que enfrentar a los nazis, sino también a los colaboradores ultraderechistas, primero de las Bandas Z, lideradas por el soldado chipriota Georgius Grivas, apoyado por el servicio secreto británico.


El primer ministro Winston Churchill temía que los comunistas, o la izquierda en general, pudiera apropiarse del gobierno de posguerra y que la Unión Soviética captara a Grecia como uno más de sus estados satélites.


En esta lucha por impedir al ELAS llegar al poder, siendo la mayor guerrilla griega, con gran arraigo popular y que plantó cara a los nazis, a fines de 1944 los británicos formaron un nuevo ejército bajo el acrónimo de LOK, un grupo de asalto a las órdenes del Mariscal de Campo Alexander Papagos, para combatirla. 

 
Los gobiernos de derecha que se sucedieron tras las primeras elecciones de 1947, en la que la izquierda -cometiendo un error estratégico- no quiso participar porque los británicos seguían como fuerza intrusiva en el país, resultaron en la práctica, como esperaba Churchill, un instrumento en la posguerra de las fuerzas que lideraron la guerra. Ninguno de los países involucrados tenía en mente perder los territorios de influencia repartidos en Yalta.
 
 
El gobierno de la Unión de Centro (UC), de Georgius Papandreu, que limpiamente ganó las elecciones en 1963, duró solo cuatro años, antes de que la CIA orquestara un golpe de estado, coordinado por su jefe de estación en Atenas, Jack Maury, junto al Rey, el ejército y los servicios secretos griegos.
 
 
Con esto se evitó una nueva victoria de la UC en 1967 y se dio paso a la dictadura más despiadada conocida como de Los Coroneles. Para entonces, el partido era bicéfalo, con el hijo de Papandreu, Andreas, quien después constituyó el PSOK, caído a consecuencia de la actual crisis.
 
 
Manifestación de AD en 2010
 
 
Los griegos se despertaron con el Ejército controlándolo todo y al coronel Georgios Papadopoulus, jefe de la Junta, declarando que habían tomado el poder para proteger la democracia, la libertad y la felicidad. Once artículos de la Constitución resultaron suspendidos y la gente podía ser arrestada en el acto sin garantías y llevada ante tribunales militares.
 
 
Se prohibieron las manifestaciones y las huelgas y se congelaron las cuentas bancarias. La Junta de los Coroneles consolidó su poder con un régimen de encarcelación y tortura como no se había visto en Europa desde la II Guerra Mundial.
 
 
Comunistas, socialistas, artistas, académicos, periodistas, estudiantes, mujeres con actividad política y sacerdotes, incluidos amigos y familiares de todos ellos, fueron torturados de la manera más vil. 
 
Este es el régimen por el que suspira AD. Así cobran importancia las palabras del ministro de Orden Público y del propio primer ministro Antonis Samara, líder de Nueva Democracia, de que no habrá elecciones anticipadas, el gabinete y el parlamento continuarán su funcionamiento normal y la justicia se encargará del resto.
 
 
El caso está en manos del sistema judicial- dijo Samara para alzarse sobre las voces que claman ahora por la Constitución en cuanto a que un diputado no pierde su condición si no existe una sentencia judicial previa.
 
 
 
Pocas veces en la historia de la República Helena se ha dado el caso de que la democracia triunfe, pero desde finales de los 80 del pasado siglo viene haciéndolo, aunque con muchas dificultades.
 







 




domingo, 29 de septiembre de 2013

Iran: acercamientos sobre el tema nuclear

Rouhani ante la ONU



Por Mirta Balea


El fallecido presidente John F. Kennedy inauguró el 30 de agosto de 1963 una comunicación directa con la otrora Unión Soviética URSS) llamada desde entonces teléfono rojo. La razón: diez meses antes la humanidad se había visto abocada a una guerra durante la llamada crisis de los misiles en Cuba.


Tanto Kennedy como el líder máximo ruso Nikita Kruchov habían dependido demasiado en la toma de decisiones de diplomáticos, asesores y generales de gatillo fácil. Desde Cuba, Fidel Castro abogaba porque la URSS explotara la bomba para persuadir a Estados Unidos en sus exigencias de que se retiraran los misiles soviéticos de la isla, lo que finalmente ocurrió bajo una esperpéntica explosión de ira de parte del dictador cubano.


Desde entonces, el teléfono rojo se ha venido utilizando en ocasiones de las guerras árabe-israelíes de los Seis Días y  del Yom Kipur, la invasión soviética a Afganistán y las protestas sindicales de Solidaridad en Polonia.


Desconocemos si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habrá utilizado de manera imprevista este viernes el recurso del teléfono rojo para comunicarse con su colega iraní Hassan Rouhani, pero lo que sí podemos asegurar es que el paso tenía por objetivo impedir que este último saliera de territorio estadounidense sin haberse comprometido al más alto nivel sobre sus declaradas intenciones de negociar el programa nuclear de Teherán.


Rouhani se viene presentando a sí mismo como todo lo contrario a su predecesor Mahmoud Ahmadinejad a quien venció en las urnas el pasado junio. Incluso con un gesto como reconocer los crímenes nazis contra el pueblo judío, lo que se conoce como Holocausto, y que con tanto denuedo se empeño en negar el anterior presidente iraní.


Calificarlo de moderado no sería lo mejor, puesto que estamos hablando de la segunda figura en importancia de un régimen teocrático basado en El Corán con todas las limitaciones inherentes a un sistema cerrado y ajeno a los perfiles democráticos de un país.


Tampoco sabemos si para sus acciones de diálogo iniciadas tácitamente durante su estancia la pasada semana en Nueva York, en ocasión de la 38 Asamblea de las Naciones Unidas, cuenta con la autoridad suficiente, teniendo en cuenta que existe un Consejo por encima de él, presidido por Ali Khameini.


Rouhani aseguró a los periodistas que sí contaba con el apoyo del máximo líder espiritual y político de Iran, pero cuando el pasado día 24 fue invitado a un breve encuentro con Obama declinó la oferta. No tenía nada en contra en principio-dijo-, pero "darse las manos" le resultado un asunto "de la mayor sensibilidad".


En los últimos años, sobre todo en la etapa de gobierno de Ahmadinejad, la Guardia Republicana- una fuerza especial de choque- ha crecido en influencia y como "halcones" en todo lo que concierne a la política exterior.


Sus integrantes han sido los principales beneficiarios de las sanciones impuestas a Iran por la comunidad internacional porque en este momento resultan la única vía para el comercio y el contrabando de productos básicos y medicinas.


Khameini ha cambiado en algo su postura desde la llegada de Rouhani -con un gran arraigo popular- al anunciar que la Guardia Republicana solo tiene como objetivo defender al país sin ocuparse de política.


Las sanciones van desde resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, de la Unión Europea, actas del Congreso de Estados Unidos y ordenes ejecutivas de Obama ante notarios.


Así que si lo que persigue Rouhani, que tiene que tener el visto bueno de Khameini, es un relajamiento de estas sanciones con un avance en las negociaciones nucleares, habrá que ver si Obama también cuenta con suficiente autoridad para lograrlo.


Durante la entrevista que sostendrá mañana lunes con el primer ministro Benjamin Netanyahu, este le dejará claro que lo que busca Irán con su nueva retórica es ganar tiempo para poder alcanzar un 5% en el enriquecimiento del uranio.



Entre mayo y septiembre de este año, según fuentes israelíes, Iran ha enriquecido 48,5 kilos de uranio hasta un 20%. El 90% de pureza es la cifra clave para el uso militar.


Ese consejo lo recibió también Obama de las filas republicanas en el Congreso. Algunos miembros de la Cámara han anticipado que no habrá acuerdo si Iran no desmantela una gran parte de su arsenal nuclear y se transforma en democracia liberal, lo que está muy lejos de las pretensiones en esta etapa de los ayatollahs.


Netanyahu y Obama





Rouhani fue el principal negociador iraní entre 2003-2005 cuando se discutió sobre el tema y ahora se remite a lo que Irán prometió entonces: la aceptación de protocolos adicionales intrusivos de la Agencia de Energía Atómica y la visita de inspectores internacionales para descartar que las dimensiones del programa tengan un fin militar.


Ha dejado claro ante los periodistas que el régimen está dispuesto a pactar, pero insiste en el "inalienable" derecho de su país a un programa nuclear y no parece que hará concesiones en esta dirección.


Ha exigido también que Israel firme lo antes posible el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. El gobierno judío se abstendrá de dar ese paso prematuramente en tanto los países árabes a su alrededor insistan en borrarlo del mapa como se ha dicho desde Tel Aviv en innumerables ocasiones.


El ministro iraní de exteriores Javad Zarif sostuvo un encuentro en el marco de la ONU con el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, y representantes de Francia, Reino Unido, China y Rusia (miembros del Consejo de Seguridad de la ONU con capacidad de veto) y Alemania. El llamado Grupo 5+1.


A falta de comunicado, Kerry dijo que las conversaciones habían transcurrido en un buen clima y se veían grandes posibilidades en el horizonte. Las reanudarán los días 15 y 16 de octubre en Ginebra.


Nada se dijo sobre las pretensiones de la comunidad internacional de que Iran reduzca a entre un 3-5% el enriquecimiento de uranio y el cierre de la central subterránea de Fordo.


Obama no podía dejar a Rouhani regresar a Teherán sin un gesto más personal de compromiso y se comunicó con él durante su camino al aeropuerto. Algunos han dado mucha importancia al gesto, situándolo en el "primer contacto" entre líderes de ambos países desde 1979.


Lo cierto es que desde que surgió la revolución islámica iraní en ese mismo año, cualquier contacto ha sido a bajo nivel y desde luego no ha involucrado a ninguna de las máximas autoridades de Iran y Estados Unidos.


Debería por lo tanto rebajarse la cuota del hito porque ese fue el año del derrocamiento del Sha Mohamed Reza Pahlevi y la conversación a la que se ha dado tanta importancia transcurrió entre un rey sin mando y el presidente norteamericano entonces Jimmy Carter.


Que Estados Unidos brindara asilo al que había sido su principal aliado y muro de contención del islamismo radical en Oriente Medio desencadenó la llamada crisis de los rehenes en la embajada de Teherán, que duró 444 días.


Los actos de Iran habrá que asumirlos con pronóstico reservado porque en la misma semana en que el discurso ante la ONU de Rouhani tenía lugar y se realizaba el encuentro de Zarif con el Grupo de los 5+1, hackers iraníes intentaban entrar en los informes clasificados de la Armada norteamericana, según The Wall Street Journal.


Rouhani dijo ante los periodistas que no desea ver en el tapete de las conversaciones temas tales como la reapertura de las embajadas en Teheran y Washington y ha precisado que cualquier acuerdo nuclear debe fraguarse "en meses, no en años" y en exclusiva sobre ese tema nuclear para un eventual levantamiento de las sanciones.

martes, 24 de septiembre de 2013

Egipto: tribunal disuelve a los Hermanos Musulmanes

Seguidores de los HHMM



Por Mirta Balea


La disolución de los Hermanos Musulmanes (HHMM) en Egipto traerá consecuencias difíciles de prever dentro del paisaje político convulso de este país. El paso dado por la Justicia hace apenas un día -aunque arriesgado- intenta controlar la situación creada tras el derrocamiento manu militari del presidente Mohamed Musri hace tres meses.



Cuando los militares decidieron dar una fuerte sacudida al proceso democrático en ciernes tras la caída en 2011 de Hosni Moubarak, muchos expertos en política árabe vaticinaron que el ascenso del movimiento islamista, en las figuras de Musri y el Partido para la Libertad y la Justicia (PLJ), traería grandes desgracias sobre los cristianos egipcios ( coptos, armenios, ortodoxos griegos,  maronitas, latinistas, melquitas greco-católicos), como ya ha venido ocurriendo desde hace tiempo en Irak por orden de Al Qaeda.



Me permito recordar que casi dos tercios de los cristianos en Oriente Medio se localizan en Egipto y que los HHMM tienen El Corán como su única e indiscutible Constitución -y así quisieron implantarlo en el país antes del derrocamiento de Musri- y como jefe al Profeta Mahoma.



Frente a la sede de la organización, en el barrio cairota de Al Mugatam, murieron 9 personas y 90 resultaron heridas el 30 de junio por la violencia de fanáticos seguidores del guía espiritual de la Hermandad Mohamed Badia.



Luego la violencia tuvo su clímax el Día de la Ira, el pasado 16 de agosto, cuando los HHMM llamaron a la rebelión a toda costa para recolocar a Musri en su puesto dejando un saldo en la nación de 630 muertos y 4,000 heridos.



Un video, divulgado por Internet y grabado por un vecino de una localidad en Alejandría durante esos días, da cuenta de cómo un grupo de radicales detenía a varios coches y comprobaban la identidad de sus ocupantes. Un taxista cristiano fue sacado a la fuerza de su vehículo, torturado en plena calle, rodeado por cientos de fanáticos, y, finalmente, asesinado a cuchilladas.



En medio de la resaca por el Día de la Ira, el portavoz del Consejo de Ministros, Sharif Shauqi, informó, en rueda de prensa, que el Gobierno daría los pasos legales para disolver a la Hermandad.


Las protesta en las calles de millones de egipcios para exigir la salida de Musri y su gobierno hace apenas tres meses tuvieron su respuesta en el golpe militar del 3 de julio por el cual se le depuso de su cargo con la buena acogida de la ciudadanía.


El sentimiento popular que se percibe hasta el momento sigue estando del lado de los militares. Los HHMM, sin embargo, han demostrado antes, como ocurrió durante el levantamiento popular conocido como la primavera árabe, cuando se alzaron con el gobierno en las primeras elecciones democráticas, que pueden moldear a una población en su mayoría joven y desempleada e ignorante.


En las Madrasas (escuelas islámicas), los mullahs (líderes religiosos) animan y embrutecen a esos jóvenes, con el mismo guión seguido en otros países árabes, y les obligan a odiar a los cristianos al colocarles la etiqueta de amigos de Occidente.





La lucha en Oriente Medio transcurre dentro del sectarismo imperante entre sunitas y chiitas. Los primeros con la esperanza de basarse en un Egipto controlado por los HHMM y los segundos observando a Irán como la sede de su califato regional. El paso de disolver al movimiento radical islámico ha sido un corte de manga de parte de los militares egipcios a estos planes del islamismo más radical.



La Hermandad ha pretendido durante los meses de gobierno de Musri convertir a los cristianos en dhimmis, una categoría del Islam para definir a los carentes de derechos, susceptibles de ser eliminados.



El movimiento entró en una sequía política en Egipto en 1954 cuando el presidente, general Gamal Abdel Nasser, los lanzó de golpe a la clandestinidad.  No fue hasta la llegada de Moubarak (1981-2011) que alcanzaron un cierto estatus y obtuvieron en las penúltimas elecciones del régimen unos 98 escaños parlamentarios.


Con Musri, la Hermandad culminó su sueño dorado de hacerse con el Gobierno. Primero se inscribió como Organización No Gubernamental, cuando se dio carta abierta a todos los grupos para crear entidades de todo tipo y participar en las elecciones, y después pasó a registrar al PLJ, vencedor indiscutible en las parlamentarias y presidenciales del 2011.



El PLJ se sentó en las gradas parlamentarias e hizo piña con otros grupos de su mismo corte político para islamizar la Constitución egipcia, una de las más liberales de la región, como antes también la tunecina, y esto resultó la gota que colmó el vaso de la paciencia popular.



Se da por sentado que esta organización, nacida en Egipto en 1928, extendió su influencia a otros países árabes y ha inspirado desde entonces a todos los movimientos políticos radicales islamistas de Oriente Medio con el Corán como bandera.



El ministro egipcio de Solidaridad Social, Ahmed al Baradei,  explicó que la medida de disolver a los HMM es consecuencia de que expirara el plazo dado a la organización para responder a las acusaciones de que en su sede de El Cairo almacena armas y explosivos y que desde esta se disparó contra los cristianos. Los líderes fueron citados por los jueces, pero no comparecieron, según esta misma fuente.



La efectividad de la medida puede desde ya ponerse en duda porque esta organización ha pasado en la clandestinidad la mayor parte de su historia y conoce los entresijos legales para seguir operando en la sombra por medio de entidades caritativas y escuelas afiliadas al movimiento, consideran algunos analistas.


Desde la imposición del toque de queda por los militares a mediados de agosto y el endurecimiento de la represión contra los radicales, las manifestaciones del movimiento han venido perdiendo fuerza.


Un dato interesante han resultado ser las recientes declaraciones de uno de sus dirigentes en libertad quien publicó un artículo en la página web del PLJ en el que pedía perdón al pueblo egipcio por los errores cometidos durante el gobierno de Musri. Poco después, se conoció un comunicado que "reiteraba la posición oficial" y calificaba la disculpa de "opinión exclusivamente personal".


En el tablero de ajedrez de Oriente Medio, no se pueden perder de vista las conversaciones entre Israel y los palestinos, auspiciadas una vez más por Estados Unidos. La Administración de Barack Obama desea que el Islam tenga su igualdad de derechos, sin entender lo que hará con esos mismos derechos, ha dicho recientemente una polítologa árabe, que criticó al secretario de Estado, John Kerry, por dar esperanzas de que las actuales negociaciones llegaran a buen puerto esta vez.
 
 
 
En el tablero, aparece también el programa nuclear iraní, que todavía pende como una espada de Damocles sobre la región y el mundo. El presupuesto en negro de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos ha desvelado recientemente que las técnicas y tecnología de vigilancia modernas han permitido a los analistas ubicar determinados sitios en los que tiene lugar el desarrollo del programa nuclear, aun cuando no hayan sido detectados por imágenes vía satélite, el modo convencional de hacerlo hasta el momento.
 
 
 
Se ha especulado ampliamente sobre  que Estados Unidos e Israel estuvieron detrás del gusano Stuxnet que afectó los sistemas electrónicos que controlan el programa de enriquecimiento de uranio en Irán, retrasando los planes de Teherán.
 
 
 
Ahora que el nuevo gobierno iraní parece dar pasos para estrechar lazos con Estados Unidos y donde dijo Diego, ahora parece que dijo, digo, Israel podría preparar un ataque en solitario a 1,100 objetivos en suelo iraní a la espera de que Washington les respalde cuando venga la marabunta internacional de represalias contra Tel Aviv.
 
 
 
Fuentes del gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu apuntan a que el ataque forma parte de un calendario, por lo que es un hecho más que probable.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Estados Unidos y Rusia: la vida es bella

Kerry y Lavrov en Ginebra


Por Mirta Balea


Probablemente mis lectores habrán adivinado que el acuerdo ruso-americano este sábado en Ginebra para destruir las armas químicas de Bashir el-Assad tiene como motor de arranque darle más tiempo al régimen para terminar con la rebelión interna y permitir al presidente Barack Obama salvar la cara frente a la opinión pública estadounidense.


Esta es básicamente la razón de que dos enemigos de toda la vida, Rusia y Estados Unidos, se hayan sentado a negociar un pacto que no cambia para nada la esencia del conflicto sirio. Como Moscú continuará su envío de armas a el-Assad, el documento ha excluido, convenientemente, la necesidad de un alto al fuego para eliminar armas peligrosas y que requieren de un manejo especializado. Se ha excluido también mencionar el ataque químico del pasado 21 de agosto en que murieron cientos de civiles.


Cuando ya se conocía que la cifra manejada por la comunidad internacional era de 100 mil muertos en dos años y medio, seis millones de refugiados y muchos más desplazados, Obama habló que el presidente sirio había perdido legitimidad para dirigir el país.


El acuerdo de Ginebra deja todo el proceso en la práctica en manos del "ilegítimo" el-Assad. El responsable de la crisis siria ha pasado a ser un interlocutor válido en el que todos confían.


Algunos periódicos como The Washington Post han destacado como motor impulsor del acuerdo la amenaza del uso de la fuerza por Estados Unidos contra el régimen sirio por lo ocurrido el 21 de agosto, lo que resulta una contradicción a la luz de que este hecho ni se menciona en el documento.


Otros medios de comunicación han señalado que Obama ha perdido fuelle y que el presidente ruso Vladimir Putin, a quien se debe la iniciativa diplomática discutida en Ginebra, se ha mostrado más decidido en sus objetivos y en sus compromisos con el gobierno sirio.


El Consejo de Cooperación del Golfo, integrado por los países petroleros de Oriente Medio ( Arabia Saudita, Catar, Emiratos Arabes Unidos, Oman, Kuwait y Bahrein), se mostró muy entusiasta con la prevista y ahora congelada acción militar norteamericana contra Siria. Después de Ginebra, fuentes oficiosas de esa organización regional puntualizan que siguen esperando por Washington, pero no indefinidamente.



Si el-Assad no cumple, han dicho esas fuentes, el Consejo podría redoblar esfuerzos para apertechar mejor de armas y dinero a los rebeldes y hacerse con las riendas de la situación. Atacar a Siria directamente no se vería bien de cara a otros países árabes aliados.



Por cierto que los rebeldes no se han mostrado tampoco satisfechos con el acuerdo alcanzado. Algunos de los comandantes en el terreno acusan a Estados Unidos de traición. El jefe del Consejo Supremo Militar rebelde (al que apoya Occidente), general Salem Idriss, significó que sin cese del fuego resultaría peligrosísimo transportar los gases tóxicos y destruirlos y ha puntualizado que sus fuerzas no tienen armas químicas.




Incinerar el arsenal sirio es una cosa; la neutralización de las armas resulta otra. De momento esto último podría alcanzarse en las próximas dos semanas cuando Damasco presente el inventario sobre la cantidad de armas químicas de que dispone, cómo se han adquirido o producido y dónde se hallan los depósitos.



La comunidad internacional enviará a un grupo de expertos que sellaran los almacenes y monitorearán la salvaguardar de estas armas para que no sean utilizadas de nuevo, con lo que tanto los civiles sirios como los países alrededor de Siria, en especial Jordania e Israel, deberían disfrutar de cierta calma chicha.  Pero ¿es esto realmente cierto ?



Investigadores de la ONU en Siria


Lo será si confiamos en la transparencia de Damasco sobre su inventario y en que Rusia siga siendo el garante, un cooperante honesto en todo este rollo, pero sin olvidar que no es un elementos omnipresente en la toma de decisiones de el-Assad. 


Si la respuesta es si, respaldaremos el acuerdo de Ginebra y confiaremos en que Damasco cumpla. Veremos en lo pactado un bien mayor por el que debemos sacrificar cualquier justicia sobre los crímenes sucedidos en dos años y medio de conflicto.



La destrucción del arsenal químico de Irak llevó tres años, de 1992 a 1995, y en Libia se gastó el mismo tiempo, entre 2008 a 2011. Estados Unidos y Rusia, signatarios de la Convención para la Prohibición de Armas Químicas, aún siguen con el proceso y se estima por algunos expertos que el arsenal de Siria es lo suficientemente grande para que estemos hablando de no menos de una década.



Negociar un alto al fuego para que formara parte del acuerdo de Ginebra parece haber resultado más difícil que la aceptación siria de entregar para su destrucción el armamento tóxico de que dispone, a juzgar por la letra del documento llamado Marco de eliminación de las armas químicas sirias, que como sus anexos, formará parte de una próxima resolución de la ONU.



El régimen de Damasco, que hasta hace muy poco negaba la posesión de armas químicas, aunque la comunidad internacional sabe que comenzó a hacerse con ellas en la década de los 70 del pasado siglo, se ha mostrado dispuesto a cooperar, pero niega la necesidad de un alto al fuego para desarrollar el proceso, ni que Estados Unidos suministre armas a los rebeldes, un axioma que comparte con Rusia, proveedor del régimen al que necesita como comprador.



El gobierno de Moscú ha dejado claro además que no aceptará ninguna resolución de las Naciones Unidas que prevea la caída de el-Assad, sanciones contra su régimen o el uso de la fuerza militar para aplastarlo. Y eso no ha cambiado con el acuerdo en Ginebra.



Así que la comunidad internacional tendrá que confiar al ciento por ciento en la transparencia de el-Assad, que ha venido mintiendo sistemáticamente y que niega todas las acusaciones, aunque luego se prueben verdaderas.



Para muchos expertos destruir armas químicas es algo muy peligroso en medio de una guerra.



Esta eliminación en la mayoría de casos precedentes ha tenido lugar en el mismo territorio, en el caso que nos ocupa, Siria, y se ha realizado en habitáculos construidos para este fin y cercanos a los depósitos para evitar un transporte largo de las armas, altamente peligrosas y que requieren de un manejo especial.



Con la congelación del plan Obama para atacar objetivos específicos del régimen sirio en castigo por usar armas químicas contra la población -aun cuando el Pentágono insista en que la puerta a una acción militar no está cerrada-, lo único que resta es esperar a que el acuerdo de Ginebra de el resultado que todos desean.



Analizando a fondo el documento,  podemos ver que el gobierno de Damasco será el encargado de identificar las armas, de contarlas, de transportarlas y de la seguridad que esto conlleva, lo que ante los ojos de la opinión pública convierte a el-Assad en alguien redimible. Por la redención de los pecados de Damasco, Moscú ha actuado con celeridad inusitada aprovechando los tiempos.


A Putin solo le interesa el poder, ni las víctimas habidas ni las que habrá, y Assad es el elemento que vincula a los chiitas anti-occidentales de Teheran, Damasco y Beirut al Mediterráneo, donde Rusia tiene una base militar. Esta es la amenaza que continuará pendiendo sobre Oriente Medio, en especial sobre Jordania, Yemen, los emiratos del Golfo y hasta estados norafricanos atemorizados por el poder nuclear de Irán.


Este es el primer paso para una estrategia rusa encaminada a hacerse con el mando sobre los estados moderados árabes y desplazar a Estados Unidos como potencia hegemónica por primera vez desde que Egipto -en el marco de la Guerra Fría- girara sus intereses hacia Occidente en 1972 y con este otros países árabes.



En cuanto a un eventual proceso de paz, el régimen sirio no podrá ser desarmado, puesto que tácitamente se acepta que Rusia lo siga nutriendo con armamento sofisticado, el mejor de que dispone, y el-Assad se ha quitado de encima la espada de monstruo y la ha sustituido por la de socio fiable, si es que los acontecimientos futuros mantienen la trayectoria prevista.

Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2013/09/estados-unidos-una-salida-para-el.html

jueves, 12 de septiembre de 2013

Estados Unidos: una salida para el presidente sirio.





Por Mirta Balea


Rusia es ahora "el hombre fuerte" en Oriente Medio o eso parece. La propuesta del Kremlin de que Siria entregue al control internacional sus armas químicas ha dejado sin argumentos a Estados Unidos para un ataque militar de castigo contra el presidente Bashir el-Assad por la supuesta utilización de este armamento no convencional contra civiles el pasado 21 de agosto.


El régimen sirio se aprestó a aceptar la iniciativa, aunque para comenzar el proceso haría falta un alto al fuego. Lo que dicen fuentes oficiales sobre este arsenal es que su ubicación y cantidad solo la conoce el presidente y sus más allegados, tal vez, como mucho, cinco personas.


Occidente padece lo que en psicología se llama sesgo de confirmación, que es cuando ( hablando de personas,) se tiende a tener mucho más en cuenta los resultados que confirman la teoría preconcebida que los que la refutan.


Lo que se ha confirmado sobre el arsenal químico sirio es que lo tiene desde 1970, distribuido en gas mostaza, sarin, nervioso VX y cianuro. Los depósitos van desde el norte por el noroeste hasta el centro del país en depósitos en Al Safir, Latakia, Masyaf Harma, algunos cerca de Homs y Damasco, y además los de Al Furglies y Khan Abu Shamat. Lo que se ignora es la cantidad.


Siria no interesa a la opinión pública norteamericana y de eso se ha servido el presidente ruso Vladimir Putin para lanzar su propuesta, que ha caído muy bien en los salones de la ONU y obliga al presidente Barack Obama a sopesar la posibilidad de dejarlo estar. Es una oportunidad única para todo Occidente de lavar la cara.



El régimen de Damasco no es signatario de la Convención sobre Armas Químicas de 1997, que prohíbe su producción  y almacenamiento. El proceso de destrucción de los arsenales sirios, aunque costoso y largo, podría cumplir los parámetros establecidos en este pacto internacional al que se han adscrito 189 países.


Los ojos se giran ahora hacia Ginebra, donde a partir de hoy se realizara un encuentro entre los jefes de las diplomacias rusa y norteamericana, John Kerry y Sergei Lavrov, a pesar de que no resulta menos importante lo que se cuece en la ONU.



El Consejo de Seguridad  discutirá también hoy las alternativas sobre Siria, después que regresaran de Damasco sus expertos sobre armas químicas -que siguen sin presentar su informe sobre lo recogido en el terreno-, y teniendo en cuenta que hasta el momento ni los planes de paz con enviados especiales como Kofi Anan, ni la diplomacia, han posibilitado un avance en el cese del conflicto.


Rusia y China se han opuesto hasta ahora a cualquier resolución que suponga sanciones contra Siria o la salida de su actual presidente. A estos países les mueven diferentes intereses.


Con una industria armamentistas en descenso, después que fallaran acuerdos de exportación con Iran y Libia por cientos de miles de millones de dólares, Siria es ahora el único cliente para Rusia. Moscú desea además mantener en funcionamiento su base de Tartus, frente al estratégico Mar Mediterráneo, lo que podría impedirle un cambio de gobierno.



El caso de China es otra cuestión. Su interés en Oriente Medio tiene un perfil bajo, lo que no quita que continuará del lado ruso, como se infiere del contenido de comentarios de periódicos oficiales y oficialistas como The People's Daily y Global Times, que como todos los medios de comunicación en ese país asiático se deben e informan de la política nacional e internacional del Partido Comunista.


En 2011, Siria fue el principal socio comercial chino en Oriente Medio, aunque las exportaciones al país árabe resultan irrelevantes en el monto de miles de millones de dólares de comercio con Estados Unidos y países europeos, entre otros.


De manera que el único interés chino resulta en desplazar a Estados Unidos de la zona y su único temor es que una ataque militar norteamericano le de acceso a los recursos energéticos de la zona.





Rusia ha pasado de enviar un buque al Mar Negro para "monitorear" esas aguas como medida de fuerza a desarrollar una táctica diplomática, que le garantiza muchas simpatías, al coordinar con el-Assad la entrega de su arsenal químico.


Estados Unidos ha comenzado desde hace dos semanas, por vía de la Central de Inteligencia (CIA), a enviar las armas prometidas desde hace meses a los rebeldes. La demora, según la versión oficial, han sido los retos logísticos que ofrece el traslado a una zona de guerra y evitar que el armamento caiga en manos de las fuerzas foráneas yihadistas que combaten al régimen.


El régimen se ha nutrido de armas rusas y de la ayuda de Irán, encargado de que el grupo terrorista libanés Hezbolá las haga llegar a Damasco.


Cuando Irán decidió incrementar sustancialmente su apoyo a Damasco en 2012 y Hezbolá entró a formar parte de las fuerzas regulares sirias, el conflicto de raíz popular pasó a ser una guerra sectaria y dividió a las fuerzas rebeldes.


Los chiitas iraníes acusan a Occidente, Israel y a los sunitas musulmanes de querer hacerse con Oriente Medio y sus riquezas. Irán al menos le debía su apoyo a Siria, que ayudó a palear las sanciones económicas, comerciales y financieras de Europa y Estados Unidos sobre el gobierno de los ayatolas.


Resulta también relevante en el apoyo de Teheran haber conformado un acuerdo, anunciado hace un mes, para un oleoducto, que permitiría trasladar petróleo shiita a Europa a través de 6,000 kilómetros desde Irak, Irán, Siria y Líbano.


Este es un anuncio que no ha hecho mucha gracia a Occidente, principal abastecedor de petróleo de Europa, vía Golfo Pérsico, a través de Arabia Saudita y Catar.


Kerry y Lavrov deberán discutir un calendario aceptable para la eliminación de estas armas no convencionales con fechas concretas y el acuerdo que emane del encuentro será trasladado a la ONU. Obama ha pedido a los legisladores norteamericanos que pospongan la votación del Congreso hasta que finalicen las conversaciones en Ginebra.


Todos saben, ellos y nosotros, que cuanto más se demore el ataque de castigo a el-Assad mas se congelará en el tiempo. Los partidarios de la intervención no confían en Putin y ven su propuesta como una táctica dilatoria para que todo el asunto se enfríe. Entre estos figura el presidente francés Francois Hollande, que como buen mandatario de una ex-metrópoli mantiene la política neocolonial de sus predecesores y mantiene su interés sobre las ex-colonias.



Hollande y el primer ministro británico David Cameron han dejado claro que no confían en Putin. El gobierno francés fue el primero en reconocer a los rebeldes, prometerles ayuda e instarlos a formar un gabinete alternativo al régimen y ha impulsado un borrador, junto al Reino Unido, ante el Consejo de Seguridad que plasma y completa la propuesta rusa de eliminación de las armas químicas en manos de el-Assad.



El parlamento británico había desautorizado a Cameron para emprender un ataque conjunto  con Estados Unidos y Francia. Después, los diarios londinenses informaron que el Reino Unido ha proporcionado armas químicas a los rebeldes sirios.






 Los rebeldes no vinculados a las fuerzas foráneas yihadistas, que ahora forman parte de la oposición armada al régimen,  denunciaron que el ataque químico del 21 de agosto podría muy bien ser obra de estos grupos para provocar una intervención occidental.


Entre los intrusos figuran el Frente al Nusra, posible responsable del ataque, según los rebeldes sirios, y Ahrar el Sham o Estado Isalámico de Irak y el Levante, que tiene ya sus propios bastiones en Siria.


El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha publicado un documento sobre la situación en Siria en el que afirma que las fuerzas regulares del país han recuperado el control de las grandes ciudades y centros financieros, con excepción de Alepo, dividida entre el ejército sirio y los yihadistas.


Rusia, que tiene ahora la "sartén por el mango", sabe que Obama, tras el resbalón de Cameron, tendría que librar prácticamente solo la batalla, lo que le ha impulsado a buscar el apoyo del Congreso para compensar y restaurar su reputación personal.


Nadie en el equipo de la Casa Blanca tiene experiencia en la guerra ni la entiende y Siria no es Libia, donde se combatió contra un ejército de saldo. Los militares sirios son fuertes, están bien entrenados y organizados y nada tienen que perder en el conflicto en marcha.


Nadie está seguro tampoco de que cientos de misiles contra puntos específicos, en un ataque limitado, logren soslayar a aquellos a los que pretenden proteger.


Sin el-Assad, Rusia perdería su única base extraterritorial situada en el mismísimo Mar Mediterráneo, Irán no tendría el mismo tono de voz, Hezbolá perdería su sustento y los chiitas, la partida regional, volviendo a la casilla de salida.


No se puede descartar que si el presidente Obama tiene pruebas del uso de armas químicas por el-Assad contra civiles y luego de presentarlas, como dice que hará, el Congreso negará su permiso, pueda guardarse un as en la manga y llevar adelante la acción para la que, digamos claramente, no necesita autorización.

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lunes, 2 de septiembre de 2013

Estados Unidos: la verdad está ahí fuera (II)




Por Mirta Balea


La Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la NSA han realizado en la última década ingentes esfuerzos por hackear las redes extranjeras para robar información y en esto han gastado más de 500 billones de dólares. La versión oficial es que el cometido de prevenir ataques terroristas ha sido un éxito.


¿Quién lleva la cuenta de los éxitos o fracasos de este sistema colosal que dispone de más recursos que sus propios adversarios y que en opinión de muchos politólogos excede incluso a los gastos generados durante todo el período de la Guerra Fría en el pasado siglo?


Los datos del gasto de Inteligencia durante la Guerra Fría son casi inexistentes. Algunos expertos, extrapolando informaciones, han calculado que desde finales de 1980 alcanzaría unos 71 billones de dólares de nuestra época.


Nadie podría discutir que hay un límite para la información pública sobre temas de seguridad nacional. El director de la NSA, James R. Clapper,  argumenta que la falta de transparencia se debe a que "el mundo es hoy más inestable" que hace un siglo. Y nadie lo discute. Pero si la labor de Inteligencia afecta a los ciudadanos, como se ha comprobado más de una vez, deberían disponer de un mínimo de conocimiento de en qué se emplea su dinero y de qué peligros les han salvado.


Nadie cree que, habida cuenta de la información disponible en la Red y en el FBI, no se habría podido evitar el estallido de dos bombas en un maratón de Boston hace apenas unos meses en un atentado perpetrado por dos hermanos musulmanes venidos del Cáucaso y criados en Estados Unidos.


Las revelaciones de Snowden, que dispone de materiales altamente clasificados de la NSA, y sigue soplando, no han podido bloquearse por el gobierno estadounidense, lo que habla mal de la capacidad de las salvaguardas establecidas para monitorear o detener el flujo de información al exterior como demanda el anonimato previsible del espionaje.


Esto nos remite directamente al caso de David Miranda, amante del periodista Glenn Greenwald, de The Guardian, que junto al The Washington Post, han sido los agentes trasmisores del canon de Snowden.

Miranda fue detenido durante nueve horas, el máximo permitido por una ley antiterrorista británica, en el aeropuerto de Heathrow, cuando se disponía a tomar un vuelo de regreso a Brasil, tras entrevistarse en Alemania con la documentalista Laura Poitra, interesada en lanzar un material sobre Snowden y la NSA. Al amante de Greenwald se le incautó todo el material que llevaba.


Greenwald y Miranda



Hace una semana, un juez sentenció al ciudadano Bradley Manning,  ex-miembro de las fuerzas armadas, a 35 años de prisión por dar a conocer 700,000 archivos gubernamentales a través de la red WikiLeaks. El material incluía un video durante el ataque de un helicóptero norteamericano en Bagdad en 2007 en el que murieron civiles, incluidos dos periodistas.


Había también 250 mil cables y correspondencia variada sobre los detenidos sin juicio en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, y cientos de miles de informes de guerra sobre Iraq y Afganistán que ponían en tela de juicio la veracidad de los informes oficiales y el número de vidas perdidas en ambos conflictos.


La NSA, según The Washington Post,  ha roto las reglas de la privacidad y sobrepasado su autoridad legal miles de veces desde que el Congreso le concediera amplios poderes en 2008.


En una auditoria de mayo del 2012, suministrada a ese diario por Snowden, se cuentan 2,776 incidentes en 12 meses de recolección, almacenamiento y distribución de comunicaciones ilegales, algunos sin intención y, otros, fallos en la manera de operar esta información. Los incidentes más serios incluyen el uso ilegal de datos de 3,000  ciudadanos norteamericanos o extranjeros residentes permanentes.


Y estas infracciones solo se refieren a la sede de la NSA en Fort Meade, el resto de las agencias de espionaje, entre ellas la CIA, no se recogen en el listado. El Comité de Inteligencia del Senado no tuvo noticias de estos hechos hasta la publicación de los archivos de Snowden, actualmente en Rusia, acogido políticamente durante un año.


Estados Unidos posee un gigantesco centro de operaciones o cibercomando conocido como Uscybercom, en el desierto de Utah. Pero hay otros por el mundo, como el de Shanghái, o el de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), instalado tras la agresión a Estonia en 2007 cuando unos hackers rusos paralizaron bancos, servicios de sanidad, webs del gobierno y hasta semáforos durante dos semanas.

Los expertos "otanistas" elaboraron el Manual Tallin para establecer normas de derecho internacional ante conflictos en la red. Este documento considera vigente para la moderna ciberguerra documentos como la Declaración de San Petersburgo de 1868 y la Convención de Ginebra de 1949 respecto a una conflagración armada convencional.


El manual, según se ha denunciado, comporta el riesgo de que si las leyes para las armas cibernéticas son tan válidas como para cualquier otra arma queda legitimado el asesinato selectivo de piratas informáticos.


Cuando el pasado año, el FBI cerró Megaupload, el mayor gestor de archivos de Internet, Anonymous, la mayor red de hackers del mundo, respondió con un apagón y colocó en YouTube videos en favor de la libertad de expresión. Las comunicaciones resultaron interrumpidas en organismos oficiales de Estados Unidos durante horas sin que la Inteligencia pudiera hacer nada.


La ciberguerra parece haber comenzado y ocupa a las grandes potencias y otros países en millonarias inversiones para garantizar sus defensas. Aunque las naciones intentan mantener en secreto el desarrollo del nuevo armamento de software, cada vez se ve más claro el interés por adelantarse a incursiones hostiles sin que importe violar algún que otro derecho.

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Estados Unidos: la verdad está ahí fuera (I)





Por Mirta Balea



Estados Unidos ha venido dando un giro a su política sobre el ciberespacio desde las revelaciones de hace unos meses de un técnico de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), quien sacó a escrutinio público la invasión de la intimidad de ciudadanos norteamericanos y extranjeros y la ampliación de esta acción a gobiernos tanto amigos como enemigos por parte de la Casa Blanca.


Desde hablar de cuidarse de actos de agresión en el ciberespacio por la dependencia del país de las computadoras en cuanto a su poder económico y militar ha llegado a aceptar que ahora está a la ofensiva en la Red para detectar a los enemigos y sus intenciones o planes.


Solo en 2011 tuvieron lugar, por parte de Estados Unidos, 211 incursiones, que incluyen la entrada en datos de gobiernos de otros países, como varios de la Unión Europea, lo que obtuvo una recriminación de parte del presidente del Consejo Joao Durao Barroso.


De las 211 incursiones, tres cuartas partes fueron sobre objetivos prioritarios: Rusia, China, Irán y Corea del Norte, así como la proliferación de armas nucleares, según documentos publicados esta semana por  The Washington Post y que forman parte del canon de Edward Snowden.


Una directiva de la Administración de Barack Obama de octubre del 2012 puntualiza que las agencias de espionaje cibernético se definen por la manipulación, destrucción, irrupción, negación y degradación de las computadoras y redes tanto dentro como fuera del país.


De no ser por Snowden, habría sido imposible detectarlas porque, según los especialistas, el laptop utilizado para esto se halla en constante movimiento. No hablamos de un ataque convencional, factible de vincularse a un individuo, gobierno o grupo, sino algo casi "etéreo" difícil de comprobar.


Snowden, el whistlerblower de la NSA, no ha dejado resquicio a la justificación gubernamental. Se sabe que 116 agencias de espionaje, con 107,035 empleados, han suministrado información de todo tipo a la Casa Blanca.


El presupuesto en negro del año fiscal 2013 para llevar a cabo tales acciones alcanza los 52,6 billones de dólares, según dio a conocer el The Washington Post, a partir de los datos aportados por el soplón sobre el panorama operativo y burocrático nunca sometido a escrutinio público.





Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, la Inteligencia de Estados Unidos ha invertido mucho para brindar a los sucesivos gobiernos un amplio bagaje de información sobre amenazas a la seguridad nacional, según el director de la NSA, James R. Clapper.


Hasta el momento y aún a sabiendas de toda la documentación aportada por Snowden, ninguna autoridad ha sido capaz de informar a los ciudadanos sobre el buen o mal uso que se hace de los fondos asignados ni si los objetivos descritos se han cumplido.


El presidente Obama ha roto una lanza por Clapper y sus chicos y ha dicho que sí, que se han evitado varios ataques terroristas como consecuencia del valor de la información aportada. Pero esto es solo su palabra, sin datos que la respalden, y a muchos no les basta, como él mismo ha reconocido.


En la nueva forma de confrontación, conocida como ciberguerra, en la que participan todos los gobiernos del mundo, los blancos de los ataques solían ser hasta ahora los sistemas financieros, bancarios y militares. Para paralizar a un servidor en Internet, de acuerdo a algunos expertos consultados, solo haría falta una bomba o netstrike. Esto supone colapsar el sistema con tal número de llamadas a la vez que haría imposible cumplir con la capacidad de respuesta esperada por el cliente.



El diario The Wall Street Journal informó en abril del 2009 de la infiltración de un multimillonario proyecto del Pentágono para la construcción de un nuevo avión de combate. Los hackers fueron localizados en Shanghái, donde el gobierno chino tiene su cibercomando, y a pesar de las amenazas norteamericanas de tomar represalias sin nombrar a Pekin como responsable, el asunto pasó al archivo de cuestiones que no vale la pena averiguar porque todos estamos en lo mismo.


Los elementos de la ciberguerra son baratos y transferibles y un ciberterrorista será quien entre ilegalmente en Internet  mediante una clave electrónica sin autorización. Que es lo que habría que hacer en caso de que desearas espiar a tus vecinos, sean gente normal o gobiernos.


Sobre este punto ya había respondido en 2009 el portavoz del Pentátono, coronel April Cunningham, cuando definió que "Estados Unidos se reserva el derecho a responder -mediante medidas diplomáticas, informáticas, económicas o militares- a cualquier amenaza contra la seguridad nacional en el ciberespacio y más allá".


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domingo, 1 de septiembre de 2013

Estados Unidos: en espera de la legitimidad




Por Mirta Balea


Los inspectores de la ONU encargados de investigar el supuesto ataque químico en las afueras de Damasco han partido hacia Nueva York, vía Países Bajos y tras pasar por la frontera de Líbano,  y presentarán su informe en tres semanas durante las cuales podrían ocurrir dos cosas: que tuviera lugar el voceado ataque de castigo al régimen de Damasco por parte de Estados Unidos o se esperara a las conclusiones del equipo.


El secretario general Ban Ki Moon "ansía" recibir el informe "lo antes posible", según su portavoz Martin Nesirky, para presentarlo al Consejo de Seguridad y a la Asamblea General.


El presidente norteamericano Barack Obama anunció ayer por sorpresa que antes de intervenir en Siria pedirá la aprobación del Congreso. Con este gesto, crea un impase en lo que se veía como algo inminente y obliga a las Cámaras a compartir la responsabilidad por una intervención breve y rápida, según el planteamiento inicial, pero que despierta objeciones entre una población y una clase política hartas de una década de frustraciones por las guerras en Iraq y Afganistán.


Algo que Obama no mencionó en su anuncio es que se ha quedado solo en el empeño tras el voto negativo del parlamento británico el pasado jueves. Esto le resta el apoyo militar de Reino Unido, su aliado desde la Segunda Guerra Mundial del siglo XX.


Aunque muchos recuerdan en este punto las palabras del secretario de Estado, John Kerry, el viernes último, cuando mencionó a Francia "como el aliado más antiguo" de Estados Unidos.


El presidente Francois Hollande se ha reiterado en su decisión de formar parte de la operación de castigo conjunta occidental, que en principio contemplaba también al Reino Unido,  y al propio tiempo ha pedido al Consejo de Seguridad que la apoye.


Francia y Estados Unidos han tenido desencuentros graves periódicos como el que enfrió las relaciones en 1966 cuando el general Charles De Gaulle retiró a los galos del mando integrado de la OTAN para recuperar una soberanía plena en política exterior.


El presidente Jacques Chirac se opuso también 2003 a la invasión norteamericana a Iraq, cuando antes había apoyado la de Afganistán. La llegada al gobierno de Nicolas Sarkozy en 2007 fue lo que equilibró la balanza. El nuevo mandatario se empleó a fondo para mejorar las relaciones bilaterales y regresó a Francia al mando conjunto de la OTAN en 2009, después de muchos años desde la frenada de De Gaulle.


Tanto Sarkozy, en el caso de la derecha, como Hollande, en la izquierda, han protagonizado un intento de romper con el anti-americanismo tradicional, heredado del "gaullismo". La historia da cuenta de que el General mantuvo siempre una desconfianza, que se volvió mutua, con los dirigentes norteamericanos.


El presidente Obama, al anunciar su apelación al Congreso, ha sentido de repente la necesidad de una legitimidad porque carecía de la del Consejo de Seguridad, donde el veto ruso era más que esperado.


Las tres cuartas partes de los norteamericanos- según las encuestas-instan a la autorización del Congreso, algo que en su día pidió el presidente George Bush para entrar en Iraq, en 2003, pero que no le hizo falta a Obama para actuar en Libia porque contaba con el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU.


En el Senado, los demócratas son mayoría. Otra cosa es la Cámara de Representantes, con una fuerte presencia del Tea Party, la facción más populista del Partido Republicano, que se lo pondrá difícil en los debates y en la votación.


Las mentiras para intervenir en Iraq, esgrimidas ante la ONU el 5 de febrero del 2003, por el entonces secretario de Defensa de la Administración Bush, Colin Powell, diciendo a todos que Saddam Hussen poseía armas biológicas e pronto dispondría de artefactos nucleares, resuenan aún en el hemiciclo y de esto se agarra el presidente ruso Vladimir Putin para dejar claro su veto en el Consejo de Seguridad a cualquier acción contra Siria.


Y aunque los planes para Siria tienen poco que ver con los que llevaron al fiasco de Iraq, esas mentiras  son las que impiden ahora que las más que probables verdades sobre el uso de armas químicas por el régimen de Damasco justifiquen una intervención militar, aunque sea rápida, en Siria, aun sin plantearse un derrocamiento de Bashir el-Assad.


El supuesto ataque con gas en la periferia de Damasco que mató a 355 personas, según Médicos sin Fronteras, o a más de 1,400, según Washington, podría deberse a un intento de Al Qaeda de procurar la intervención occidental en contra de el-Assad.


Fuentes israelíes que prefieren el anonimato se remiten a los últimos informes de varias agencias de prensa y el relato de algunos milicianos. En el barrio de Ghuta, donde tuvo lugar el ataque en principio cargado a aviones del régimen con gas tóxico, los rebeldes combaten cuerpo a cuerpo con el ejército.


Los testigos señalan a la milicia islámica radical Frente al Nusra como la proveedora de las armas, que habrían llegado desde Arabia Saudita, suministradas por el príncipe Bandar bin Sultan al Saud, jefe del servicio secreto en Riad. La inexperiencia en el uso de este arsenal entre las fuerzas de esa entidad habrían hecho el resto.


El presidente sirio ha manejado bien sus tiempos, presentándose tras mas de dos años de guerra, como el mal menor frente a lo que constituiría para el país la llegada al gobierno de los yihadistas o islamistas radicales, que se cuentan por miles entre las tropas rebeldes. Para muestra, tienen cerca el caso egipcio.


A pesar de las pruebas recopiladas sobre las atrocidades del ejército regular sirio contra la población y las fuerzas opositoras en armas, estos son otros tiempos, no los de Iraq, cuando la llamas de las torres gemelas de Nueva York ardían en la retina del mundo y los países occidentales y una parte de los árabes estaban dispuestos a derrocar al terrorismo de cualquier manera.


La primavera siria ha pasado de ser una revuelta popular por la libertad y la dignidad a una guerra sin cuartel, inhumana, donde los protagonistas nada tienen que ver con aquellas masas irredentes, sino que son soldados, milicianos y mercenarios, dentro de una zona con una importante presencia de los terroristas de Al Qaeda.


El tiempo transcurrido ha permitido también que el conflicto quede contagiado, quizá definitivamente, por otros latentes como el de suníes contra chiíes, el de los países moderados con otros que lo son bastante menos, el eterno entre Israel con su vecinos, al que se ha unido Irán, y la guerra larvada entre Washington y Moscú.


Rusia aprovecha ahora la credibilidad minada de Estados Unidos en la región para arremeter contra cualquier intervención en Siria porque cree que el-Assad tiene posibilidades de ganar.


A solo cuatro días del encuentro entre los presidentes Obama y Vladimir Putin en la Cumbre del G-20 en San Petersburgo, el ruso ha recordado al norteamericano su premio Nobel de la Paz y le ha pedido que actúa en consecuencia y piense en las víctimas.


Desde el primer momento, Putin ha calificado de disparate la versión extendida de que el ataque químico sobre Ghuta  el pasado 21 de agosto fue llevado a cabo por fuerzas regulares del ejército sirio.


Putin ha conminado a los norteamericanos a que presenten pruebas y no solo conclusiones, pero en Rusia se da por hecho el ataque a Siria, tanto con la aprobación del Congreso o de la ONU o como una iniciativa personal de Obama. Si la intervención tendrá lugar antes o después del G-20 es algo que está por verse.

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