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sábado, 23 de julio de 2016

Negociaciones para la investidura de un presidente en España.


Tras lo ocurrido en la votación para la Mesa del Congreso, todo apunta a que los independentistas serán decisivos a la hora de la investidura del presidente del Gobierno, lo que favorecería la posición del PSOE de votar NO a Mariano Rajoy.

Se enciende la alerta roja con un posible NO de Ciudadanos en segunda votación, en vez de abstenerse, ante un posible pacto del PP con los independentistas. Esta postura forma parte del propio ADN de la formación, nacida hace 10 años en Cataluña para combatir precisamente la fiebre del nacionalismo.

Lo ideal sería que los partidos constitucionalistas se pusieran de acuerdo para investir a Rajoy, pero esta opción no cuenta con el beneplácito socialista, que perdería a favor de Unidos Podemos su posición de líder de la oposición. La idea fue lanzada por Ciudadanos y la recogió con guante grande el PP.

Rajoy se ha puesto manos a la obra para lograr ser investido y lo sucedido en la votación de la Mesa del Congreso así lo demuestra. Lleva las negociaciones con la mayor discreción y personalmente. Utiliza ahora técnicas de solución de conflictos que abandonó cuando tuvo mayoría absoluta y pudo hacer lo que quiso entre el 2011 a 2015. Ahora piensa en los intereses del contrario.



El PSOE habría proporcionado a los independentistas catalanes de ERC y al PNV vasco un par de diputados para que tuvieran grupo propio en la pasada legislatura fallida y luego pactó con Ciudadanos un acuerdo de mínimos para que Pedro Sánchez fuera presidente. En la actualidad, los socialistas gobiernan en varias circunscripciones catalanas, por el pacto del beso con los nacionalistas. Se impone recordar esto en las actuales circunstancias, como también que perdió la oportunidad de gobernar por los votos negativos de PP y Podemos, porque de todo esto va el estira y encoge del Congreso. 

A lo largo de cuatro décadas de democracia, tanto PP como PSOE han pactado con los nacionalistas catalanes y vascos para que sus respectivos candidatos alcanzaran la presidencia del Gobierno. Rajoy no es el primero ni será el último, la diferencia es que entonces los ánimos de independencia no estaban tan exacerbados, sobre todo en Cataluña, ni existía a nivel nacional un partido como Ciudadanos.

Tras el batacazo que supuso para el nacionalismo vasco el fracaso del intento de secesión en 2003 por iniciativa del entonces lendakari Juan José Ibarretxe, el PNV se ha mostrado más moderado en sus objetivos y solo exige al gobierno el acercamiento de los presos a Euskadi. Esto no resta para recordar que históricamente haya sido una veleta al viento, como durante la Guerra Civil, cuando estuvo con unos y con otros; tampoco que ha sido el padre putativo de ETA, a cuyos líderes facilitó el ascenso a las instituciones con barniz de legalidad. Los terroristas nunca han entregado las armas ni han pedido perdón por el dolor causado al país con más de mil muertos a sus espaldas.

El PNV logró un asiento en la Mesa del Senado en esta legislatura y eso nos muestra unas líneas abiertas de negociación, aun cuando la máxima autoridad, Iñigo Urkulo, ha reiterado que votarán NO a la investidura de Rajoy. Se juegan mucho en las próximas elecciones autonómicas y las líneas rojas, al final, se ven discontínuas.

Sobre todo porque el "Mandela" vasco de turno, Arnaldo Otegi, recién salido de la cárcel por cooperación con el terrorismo etarra, anda paseando su humanidad por el parlamento catalán, asegurando que él será el próximo lendakari. Esto no sería posible porque parte de su sentencia implica no tener cargo público alguno hasta el 2021.

Sus andares por Cataluña no son más que el pago de facturas vencidas. Otegi colaboró con los secesionistas catalanes en la confección de su propia hoja de ruta soberanista, con su momento cumbre en noviembre del 2015 cuando tuvo lugar el referendo sobre independencia, que el Tribunal Constitucional había ordenado suspender.

El ex-presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y dos de sus colaboradoras, están siendo juzgados por este hecho, considerado una declaración de rebeldía ante el alto Tribunal. La Fiscalía le acusó de muchas cosas, entre estas, malversación de caudales públicos en la realización del susodicho referendo. Pero, apenas 48 horas antes de la constitución de la Mesa del Congreso,  desestimó esta parte de la acusación para salvar in extremis al ex-líder de Convergencia de una larga condena. La sentencia, al final, quedará en un tirón de orejas.

Las aspiraciones independentistas catalanas no han perdido fuelle a pesar de cuatro años transcurridos sin avances y la aparición en el panorama de un referendo de autodeterminación impulsado por Podemos. El último baremo del Centro de Investigaciones Sociológicas en el espacio catalán ha dejado claro este julio que por primera vez y con una diferencia claramente importante el Si a la independencia supera al NO, respectivamente, 47,7% y 42,4%-

El arco parlamentario de que se dispone tras las recientes elecciones dice que de haber terceras elecciones los líderes de los partidos nacionales principales tendrán que dimitir. No se puede seguir el juego del Pokemon Go si se ha perdido y no hay precedentes en Europa que ante tanto fracaso un dirigente continúe al frente de su formación.

Albert Rivera, líder de C's, ha dicho incluso públicamente que pedirá al Rey que inste al PSOE a que se abstenga para no seguir bloqueados. El monarca deberá reunirse la próxima semana con todos los líderes para proponer un candidato a la Presidencia, pero mediar o presionar en un sentido u otro no está entre sus capacidades de contacto.

Muchos han visto un resbalón político en lo dicho por Rivera, olvidando que el pasado enero, el PP pretendió que el Congreso certificase la falta de mayorías y precipitase la celebración de nuevas elecciones, lo que hubiera dejado al Rey sin su función constitucional de proponer otro candidato a la Presidencia y evitado a Rajoy un mal trago.

El candidato del PP había eludido ante el Rey su responsabilidad de presentarse a la investidura, lo que propició al rival socialista, Pedro Sánchez, presentarse como alternativa, aceptada por el monarca. En voz baja, los populares se quejaban de esta decisión porque se veía que los números no daban.

Rajoy ha dicho que solo ha ofrecido en esta legislatura acuerdos de gobierno al PSOE y Ciudadanos. Pero de lo que todos, medios y partidos políticos, están seguros, es que conversó con los nacionalistas para que cedieran 10 votos y forzar que Ciudadanos obtuviera la Primera Vicepresidencia de la Cámara Baja y el PP, la tercera. A nadie se le pasaría por la cabeza que negociará con esta gente la unidad de España, en cambio hay otros temas que pueden condicionar si no una abstención al menos la ausencia conveniente de un número necesario de diputados para permitir a Rajoy ser presidente.

De momento hemos visto en los últimos días como el vicepresidente primero de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, sostenía encuentros con la vicepresidenta y el ministro de Hacienda, ambos en funciones, respecto al quehacer financiero de la comunidad para los próximos meses.

El gobierno ha permitido a Cataluña emitir deuda a corto plazo por 6,5 millones, ha prometido estudiar la petición de convertir l,6 millones de deuda de corto a largo plazo y la posibilidad de que en Barcelona, llegado el caso, pueda ubicarse una de las instituciones europeas provenientes de la City londinense tras el Brexit.

Ciudadanos en este juego no es más que un partido bisagra. Ese es su papel, al menos en las actuales circunstancias, y verlo de otra manera carece de pragmatismo. Diga lo que digan sus portavoces y esté lo que esté en su ADN, permitirán, si su voto es decisivo, que haya gobierno en un futuro próximo.

Un hecho curioso es que en la anterior legislatura, PP y Podemos buscaban con sus posiciones, que no con sus declaraciones, unas segundas elecciones, quizás porque preveían mejores resultados que en las del 20 de diciembre. Así fue para el PP, no, para Podemos. Ahora todos los grupos dicen que de ninguna manera se repetirán las elecciones y suena a veces hasta convincente.

Pero el menú solo tiene un plato, el PP, así que para que tal proclama tenga visos de credibilidad tendrán que primar fórmulas de compromiso al final de todo este proceso de investidura.

El PSOE, para marcar con claridad que es oposición, deberá tener enfrente un gobierno para que el parlamento legisle las mas de 25 proposiciones que han dejado ya en la Secretaria del Congreso.

Si Rajoy no sale en la primera votación, como todos esperan, el PSOE sufrirá una tremenda presión. Sánchez desearía que su rival político sufriera la misma decepción que sufrió él en marzo pasado cuando PP y Podemos se opusieron a su investidura. Y aquí entramos en los deseos personales de cada cual.


Rajoy por su parte ha lanzado dos órdagos: abstención o terceras elecciones, aprobación de los presupuestos del 2015 -para lo cual está sosteniendo conversaciones discretas- o las pensiones y el salario de los funcionarios se verán congelados.

Temas relacionados: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2016/07/las-cortes-cnstituidas-en-espana.html

miércoles, 20 de julio de 2016

LAS CORTES CONSTITUIDAS EN ESPAÑA



Por Mirta Balea

El Partido Popular (PP) se ha hecho con el Congreso una vez más, lo que dice poco de la regeneración política que todos esperaban en esta nueva legislatura y confirma que en política no hay verdades absolutas. No estamos en los tiempos bíblicos en que dar la mano o colocarla en la entrepierna era suficiente para un compromiso inquebrantable.

Pio Escudero fue elegido por tercera vez consecutiva presidente del Senado a tenor de la mayoría absoluta de que dispone el PP en la Cámara Baja. Para presidir la de Diputados, Ana Pastor obtuvo el voto de 169 frente a 155 del otro candidato, el socialista Patxi Lopez, durante la segunda votación de mayoría simple.

Pastor había declarado a los medios a su llegada al Congreso que de resultar elegida "sería la presidenta de todos los diputados" y, a pesar de su amistad estrecha con el presidente del PP, Mariano Rajoy, no suscita rechazo. Ella ha tejido su vida política como discreta, dialogante y trabajadora, cualidades que inclinaron a los 38 diputados de Ciudadanos a otorgarle un voto favorable.

La jornada de constitución ayer de las Cortes españolas resultó excesivamente larga, sobre todo en el momento de jurar la Constitución por todos y cada uno de los representantes de las fuerzas políticas nacionales. Cada vez que tocó hacerlo a uno de Unidos Podemos al juramento seguía la coletilla de "trabajaré para cambiarla" y alguna otra parrafada adicional de la cosecha individual.

Caso llamativo el de Diego Cañamero, quien había declarado a algún medio, antes de recibir credenciales, que se sentía incómodo al hacerlo porque no creía en la Constitución. Al leerlo pensé que habría podido ahorrarse el trago amargo negándose a formar parte de las listas de Unidos Podemos. Hasta donde sé, nadie le puso un arma en la sien para que aceptara.

Otro elemento destacable en este personaje fue la exhibición de una camiseta blanca impoluta con letreros en negro y rojo exigiendo la puesta en libertad del procesado y encarcelado líder sindical andaluz Bódalo por agredir a un concejal durante una manifestación. Este personaje había recibido castigo similar con anterioridad y por la misma razón y tiene un largo historial - como el propio Cañamero- de asaltos a supermercados para llevarse víveres y manifestaciones agresivas en las que se lían a mamporros con quienes no se suman a su causa. El gesto de la camiseta pro-Bódalo fue muy criticado en las redes sociales.

Fueron elegidas también las cuatro vicepresidencias y las cuatro secretarías de la Mesa del Congreso a razón de una de cada para los siguientes grupos PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos. Común Podem ocupa una de las secretarías como parte de esta última formación integrada por 15 cuerpos formando un ramo.

Al líder de Unidos Podemos le sorprendió que en la elección de la primera vicepresidencia, otorgada a Ignacio Prendes de Ciudadanos, aparecieran 10 votos anónimos para elevar la suma de positivos a 179 y garantizar que fuera este y no otro el elegido, lo mismo que en la vicepresidencia tercera para PP.

Los medios de comunicación en general, Unidos Podemos y Partido Socialista Obrero Español, dan por sentado que pertenecen al ala de los nacionalistas, constituida por los vascos del PNV y Bildu y los catalanes de Partido Democrático de Cataluña y ERC. Todos lo niegan. Aun así, hay que recordar que el voto es secreto, se diga lo que se diga, no pasa de ser especulación.

Antonio Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso, se veía muy "picado" durante la conferencia de los grupos con la prensa y yo me preguntaba mientras le oía lanzar los dardos a los nacionalistas como es que su líder, Pedro Sanchez, había intentado pactar también la abstención o el voto favorable de esos mismos grupos durante su fallida investidura como presidente el pasado marzo.

Si alguien ha insistido con particular vehemencia que Rajoy debía recabar apoyos entre "sus afines" ha sido el PSOE, al parecer sin recordar que PNV y PDC son de derechas. Parece un chiste que se ofendan cuando lo logra en el caso de la Mesa del Congreso y comiencen a cuestionar "a cambio de qué". Ya se los digo yo, que la Mesa del Congreso, que es soberana en cuanto a esta decisión, aunque haya que saltarse el reglamento una vez más, le permitirá a los de Francesc Homs tener grupo propio.

En 2011, la formación Amaiur, de Navarra, se quedó sin grupo propio por decisión de la Mesa, que veía peligroso conceder voz a un grupo pro-etarra. En muchas legislaturas de la democracia, se han releído los reglamentos a conveniencia, así que, aunque PDC no cumpla con los requisitos provincial y autonómico para tenerlo per se, puede que al final lo obtenga. En la pasada fallida legislatura, PSOE donó dos diputados a grupos nacionalistas para facilitarles tener grupo propio.

Tener grupo propio supone contar con mucho dinero extra y tiempo en el micrófono durante los debates legislativos. José María Aznar tenía solo 156 escaños en 1996, pero la entonces Convergencia Democrática por Cataluña hoy PDC y el PNV le permitieron llegar a 181 para investirse el primer presidente del Partido Popular en la democracia española.

Aún así ¿dónde está el problema?. Se le podría preguntar a Sánchez también qué habría estado dispuesto a darle a esos partidos a cambio de que le invistieran presidente. Ya se los digo yo, cualquier cosa, lo que le pidieran, excepto la independencia porque no podría presentarse con eso ante sus electores. Aparte del interés personal por ser presidente de España se juega su puesto como Secretario General, lo hacía entonces y por eso intentó investirse, y lo hace ahora.

Si Rajoy desea gobernar con una correlación de fuerzas tan plural como la que encontramos hoy en la Cámara Alta, tendrá que afilarse más las uñas. Los populares hablan de "altura de miras" para tocar la fibra patriótica o la que sea del resto de fuerzas, pero ellos no la tuvieron cuando aprobaron leyes en contra de la mayoría parlamentaria aprovechándose de contar con número suficientes de escaños ni tampoco cuando votaron contra de la investidura de Sánchez en marzo pasado, después que Rajoy se negara en rotundo a presentarse. Su válidas razones de entonces lo son tanto como las de su opositores ahora.

Parece una tontería, pero que 10 parlamentarios se sumaran al apoyo de la vicepresidencia primera para Ciudadanos, nos indica que Rajoy está más cerca de la investidura de lo que muchos suponen, porque desde el primer momento ha sostenido reuniones privadas con varios grupos parlamentarios. Este esfuerzo le ha valido un reconocimiento público del portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando.

Se ha visto que puede llegarse a acuerdos solo para un caso puntual. Ayer lo fue la Mesa del Congreso, mañana podría serlo la investidura, porque aunque  Sánchez ha dicho recientemente que es lo mismo que pactar un gobierno, sabe que no lo es. Se puede investir a un presidente al reconocer que es la fuerza que más ha subido y tiene más escaños sin que esto suponga participar en un gobierno transversal.

Si los socialistas aceptan esta tésis sería un duro golpe para Unidos Podemos, después de la consternación que invadió a Iglesias al comprobar que 10 diputados anónimos afincaron a Ciudadanos en la vicepresidencia primera. El líder del ramo de fuerzas de izquierda aspira a formar parte de un gobierno alternativo con el PSOE si Rajoy decide no presentarse y deja el campo abierto a Sánchez, algo que no creo que ocurra esta vez.

La izquierda perdió una oportunidad de oro en marzo pasado cuando se presentó Sánchez. Podemos decidió votar junto al PP en negativo y esto impidió lo que los socialistas llaman "el gobierno del cambio". Y es cierto.

Son muchos los barones del PSOE que ni siquiera manejan esa posibilidad en las actuales circunstancias y menos después de dos batacazos consecutivos en las elecciones, donde se ha visto siguen perdiendo suelo. Pero en lo íntimo de su ser Sánchez sí se ve presidente, entre otras razones porque es su mayor deseo y porque los pésimos resultados, peores que los de Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011y que le hicieron dimitir, condicionan su continuidad como Secretario General de realizarse en los próximos meses un Congreso.

En la Ejecutiva Federal no son pocas las voces que se han preguntado por qué no renunció en las pasadas elecciones (20 de diciembre 2015) y continúa a pesar de repetir con creces los malos resultados electorales el pasado 26 de junio.

Sánchez tiene que haber entendido por la desenvoltura en la toma de escaños la víspera  que el PP podría no necesitar la abstención del PSOE en la segunda votación si logra que lo hagan PDC, PNV, Bildu y ERC y que Ciudadanos cambie a última hora y vote sí, junto a Coalición Canarias, aunque esta última podría votar en blanco y santas pascuas. Las matemáticas acompañarían entonces a Rajoy. Y no olvidemos tampoco que en 2008 hubo 23 ausencias durante el acto de investidura del socialista José Luis Rodríguez Zapatero que le permitieron ser presidente del Gobierno.























































viernes, 15 de julio de 2016

ATENTADO YIHADISTA EN FRANCIA: ¿SI O NO?

Por Mirta Balea

El principal tema de debate y de conversación entre amigos y familiares ha sido hoy en España la masacre anoche en Niza. Casi en su totalidad la gente piensa que se trata de un atentado terrorista, incluso así lo ha calificado el presidente francés Francois Hollande, y los medios lo dan por seguro, pero yo no lo tengo tan claro.

Los hechos son que en la ciudad costera francesa murieron 84 personas  y otras 100 resultaron heridas cuando un joven tunecino condujo un camión frigorífico a 90 kilómetros por hora por el boulevard de los Ingleses atropellando a propósito a todo el que se le puso delante, incluso haciendo zig-zag para lograr más víctimas.

Lo que han dicho las autoridades hasta el momento es el nombre del asesino, su nacionalidad, que tiene 31 años y antecedentes por violencia de género, robo, violencia callejera y otros delitos comunes, aderezado con una eufórica costumbre de salir con toda cuanta falda se le ponga delante para pasárselo bien y beber en cualquier fiesta, fuera o no invitado.

Se sabe también que está casado, en trámite de divorcio, sin trabajo y no se le conoce ninguna tendencia al radicalismo islámico ni fervor religioso alguno puesto que ni siquiera acudía a una mezquita. No está siquiera en la lista de sospechosos de la Inteligencia francesa. 

El diario Le Monde desveló que dentro del vehículo encontraron una pistola de calibre 7,65 milímetros sin balas y tres armas al parecer de jueguete y una granada que han descrito como "inactiva". Todo muy inocuo.

Como el camión, al parecer, lo alquiló 24 horas antes, esto hace presumir que la acción fue planeada, lo que tiene mucho sentido, y se especula con la posibilidad de un cómplice. Lo que sí no tiene pies ni cabeza es que el ISI, que no deja que se enfríe un acontecimiento así sin reivindicarlo, no haya hecho hasta el momento tal cosa. En sus medios de comunicación habituales, no aparece la más mínima mención de la masacre. 

Los simpatizantes en las redes sociales del radicalismo islámico han llamado a otros voluntarios a hacer lo mismo que el tunecino en Niza, llevarse por delante a cualquiera. Esto ha inducido al personal considerar tal intento de animar a las huestes de asesinos como una confirmación que la masacre fue idea del terrorismo yihadista. Yo, en cambio, me guiaría por el Principio de Hanlon: Nunca atribuyas a la maldad lo que puede explicarse por la estupidez.

El tipo de atentado como el relatado: un tipejo conduciendo un vehículo para atropellar a una o más personas-poniéndonos frente a nuestra propia vulnerabilidad- tiene muchos antecedentes en las tácticas palestinas practicadas durante años contra Israel, y, que yo conozca en Europa, se dió en Londres en 2013, cuando mataron a un soldado e intentaron después degollarlo, y otra, un año después, en Quebec contra otro soldado.

En España, en el 2004 se pudo evitar un hecho similar cuando un camión de explosivos estaba dispuesto a empotrarse contra la Audiencia Nacional y las fuerzas policiales y de la seguridad del Estado lo impidieron.

Así las cosas, pienso en lo que mi nieto Mauro suele llamar un "copiota" porque sobre todo esto lo único que llama la atención es el alquiler del camión con antelación a la masacre. Uno podría suponer también que, siendo transportista, no resulta un hecho relevante, o al menos, no demasiado. Todo lo que se ha manejado de él hasta ahora no da explicaciones causales para establecer su motivación.

Tanto si hablamos de un terrorista reivindicativo como de uno punitivo, un elemento común es la impronta que dejan a su paso en su preocupación de cómo lo verán en su ámbito social. Muchos dejan videos por esta razón para justificar su inmolación. Si este tío se estaba divorciando lo lógico habría sido que le dejara algo similar a su mujer que le indicara a ella el héroe que se ha perdido como marido.

Niza ha sido una sede importante de la recientemente finalizada Eurocopa, fue objeto de actos vandálicos al principio de esta reunión futbolística, y anoche celebraba como cada año la toma de la Bastilla durante la Revolución Francesa. El momento era idóneo desde el punto de vista del asesino, causaría mucho daño y consumaría su venganza, fuera de la índole que fuera. ¿Es suficiente para que esto le convierta en terrorista? Para mí no.

El terrorismo yihadista es la visión fundamentalista y belicosa del credo islámico conocido como salafismo y la amenaza se extiende por Europa Occidental desde los años 90 del siglo XX. Los atentados suelen tener carácter táctico. El perfil de sus voluntarios es el de un joven de clase baja y soltero. Los ideales juveniles siempre son menos maduros y por esta razón el individuo es manipulable. 

Lo de los pobrecitos islamistas que buscan justicia social como se ha visto hasta el momento queda un poco en entredicho con otros atentados recientes en otras partes del mundo y en la propia Europa. Citaré el ejemplo más próximo en el tiempo, cuando un grupo de jóvenes de clase alta, según se supo después, irrumpió el 2 de julio en un restaurante de Dacca, en Bangla Desh, y mató a 20 personas, al grito de Alá es grande, no lo olvidemos.

Lo que buscan los yihadistas radicales con los atentados terroristas es la sobreactuación de las fuerzas policiales y del estado en cuestión, esto les ayuda a fracturar la confianza de la gente en sus propias instituciones e incita a la islamofobia, dándole hilo para tejer el discurso de siempre.

Los países y sus gobiernos por lo general en vez de buscar la complicidad de la comunidad musulmana moderada para combatir el yihadismo, tienden a tacharlos a todos de radicales, mirándolos con desconfianza, lo que divide a la sociedad en la que deberían convivir en paz y crea el caldo de cultivo para el reclutamiento.

Ningún dato conocido hasta ahora apunta a que este joven tunecino, inestable y violento, formara parte de una célula terrorista para atentar con un camión en Niza. Lo lamentable de adelantarse a las investigaciones y que el furor nos consuma es que si se conocen a posteriori los hechos y estos difieren de lo que ya damos por descontado, las autoridades enfrentan a una opinión pública formada en un criterio y nada de lo que se diga después la hará cambiar de opinión.

En Páginas de este blog: Algunas respuestas sobre el yihadismo.

jueves, 14 de julio de 2016

LOS PASOS PERDIDOS DE RAJOY


Por Mirta Balea

Nadie habla de investidura, todos, de gobierno. Incluso el líder socialista, Pedro Sanchez, dice que ambos asuntos son lo mismo. Los medios lanzan el lazo a la posibilidad de que al ser minoritario el gobierno -si es que llega a investirse Mariano Rajoy- dará para una afeitada. ¿De verdad esto es un debate serio pensando en el bien de los españoles?

Lo primero que parece necesario aclarar es que los encuentros -que no negociaciones- realizados por Rajoy esta semana con los principales líderes de la oposición traen como equipaje que el Partido Popular (PP), en tanto tuvo mayoría absoluta para gobernar, rompió todos los puentes de entendimiento con el resto de fuerzas políticas.

No se puede dar marcha atrás a esa legislatura, pero Rajoy tampoco puede comportarse como si tuviera de nuevo mayoría absoluta ni darse escofina en el ombligo porque tenga ahora 14 escaños más que en diciembre pasado. Su obligación, dado el daño provocado en el orgullo de los diversos partidos nacionales por el ninguneo a que los sometió el PP, es bajar al ruedo y lidiar.

El presidente en funciones ha dicho que está dispuesto a pactar lo que sea. Esto va desde el techo de gasto -lo más importante ahora mismo, porque la aprobación de los presupuestos está al doblar de la esquina- como hablar de los recortes en la sanidad pública, la educación y otros aspectos sociales y la demoledora reforma laboral ideada en Bruselas y que él aceptó sin chistar.

Por cinco veces, durante la legislatura mayoritaria del PP, presentamos cuentas por encima del déficit aprobado en las normas comunitarias y la misma cantidad de veces los dejaron pasar. En esta última ocasión, se ha hecho lo mismo y Bruselas nos va a multar con seis mil millones de euros. El gobierno en funciones ha enviado ya sus planes de recuperación para evitar la multa.

Por la mala gestión del PP, tendremos todos que pagar. Como estamos en negociaciones para una repesca de Rajoy, la solución ha sido cobrar por anticipado el Impuesto de Propiedad para cubrir el hueco. Lo que no corrige el problema porque el déficit está en la Seguridad social, lo que pone en riesgo a 9 millones de pensionistas y jubilados españoles. Han emitido deuda pública para solventar el problema, pero cada año el agujero se agranda.

Ciudadanos ha estado dispuesto a relajar las posiciones que mantuvo durante la campaña electoral en la que su líder Albert Rivera se cansó de proclamar que no habría apoyos si continuaba Rajoy. El cambio obedece al pragmatismo, porque si pierdes 8 diputados en las últimas elecciones y el PP sube 14, algo habrá que hacer con esos datos.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que perdió diputados, cinco, bajando de 90 a 85 escaños, carece de intención de llegar a puntos de encuentro con su rival de toda la vida. Ha rechazado de forma tajante la propuesta de Ciudadanos de una coalición de partidos constitucionalistas con el PP, a pesar de que en Europa hay al menos 14 gobiernos en coalición y algunos de ellos entre fuerzas de la derecha y la izquierda.

El resultado electoral del 26 de junio distribuyó el voto de manera que fuera complicado formalizar un gobierno, como había ocurrido ya en las elecciones del 20 de diciembre. Si nos atenemos a la subida en escaños del PP y que el ascenso se registró como una tendencia nacional, habrá que concluir que la vida NO pasa factura a quienes no se comprometen. Rajoy abdicó de formar entonces gobierno por carecer, como ocurre ahora, de apoyos suficientes.

La izquierda, bajo la batuta del PSOE, podría haber tenido desde marzo pasado un gobierno en Moncloa, con el apoyo de Ciudadanos, si Podemos hubiese votado a favor de Sánchez, que desbloqueó la situación creada por el PP al presentarse a la investidura. Los grupos integrados en la formación presidida por Pablo Iglesias veían mejor la convocatoria de nuevas elecciones porque valoraron que esto les daría mejores resultados. Fue lo contrario. Perdieron un 36% de sus votantes en toda España.

Como ha dicho Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, la tesitura está en escoger entre lo malo, lo menos malo. Un razonamiento pragmático porque el otro sería abocarnos a unas terceras, cuartas o quintas elecciones hasta que el PP se hiciera con la mayoría absoluta de nuevo, que no es precisamente lo que desea la mayoría social, que ha votado dos veces lo mismo en los últimos siete meses.

Para poner en marcha la legislatura, los de Ciudadanos han anunciado que en la primera votación lo harán en contra y en la segunda se abstendrán, quizás por el temor de que cuanto más tiempo se añeje esta situación, ocurrirá como cuando llegamos a viejos, que los discos de la columna se secan y los huesos pierden lubricación, dando paso a constantes dolores lumbares.

Todos los líderes quieren ser responsables o eso dicen. Los de Ciudadanos y el PSOE van más allá, desean ser también constructivos y realistas. Pero esto tiene que tener una implicación práctica, la que hasta el día de hoy solo ha tenido Ciudadanos.


Unidos Podemos tienta al PSOE con una alianza que solo dará en número de escaños si se suman los independentistas y nacionalistas catalanes y vascos. Así que Sanchez tendrá que definir si quiere ser parte del problema o la solución, porque eso de decir NO a la investidura de Rajoy y proclamar que no quiere nuevas elecciones parece como mínimo una burla al sentido común.

NO resulta real una alternativa de gobierno, se arme como se arme, es tan solo una ensoñación de Unidos Podemos, que no se resigna a que la gente no le vote entusiásticamente. Hay solo dos maneras de romper el nudo: abstenciones técnicas de Ciudadanos y PSOE o Ciudadanos hace alianza con el PP para justificar que el PSOE haga la vista gorda y unos siete u ocho de sus parlamentarios se abstengan en la segunda votación. A lo que están abocados los líderes políticos es a activar el reloj y dejar de perder el tiempo con las discusiones que vienen teniendo desde el 20 de diciembre.

La clave sería llevar el nivel de encuentros o de negociación al grado de discreción, porque si Rajoy, que ha dado el 2 de agosto como fecha para su primer intento de investidura, no alcanza los apoyos suficientes puede que el rey no le encargue formar gobierno. Tampoco lo hará con el PSOE, que falló al intentarlo en marzo último.

Al día de hoy (complemento circunstancial de tiempo), expresión repetida muchas veces ayer por Sánchez para decir que votarán NO a la investidura, tenemos aún una situación de bloqueo, idéntica a la de la reciente legislatura fallida nacida de las elecciones de diciembre. Todo se resume a que si Ciudadanos no forma parte de los escaños del PP, elevándolos a 169, el PSOE no tendrá pretexto para que se abstengan algunos de sus diputados y aún así mantener el liderazgo de la izquierda, por el que hace cola Unidos Podemos.


La solución de elevar el número a 169 y luego abstenerse unos pocos está muy bien vista por algunos barones socialistas, pero no deja de ser una conveniencia partidista, no de estado ni de gobierno, que valora un partido que en las once legislaturas de la democracia en España ha gobernado en la mayoría.

El diario El País publicó recientemente una encuesta en la que afirmaba que el 74% de los votantes socialistas estarían por la abstención para facilitar la investidura y la formación de un gobierno.

En el universo español, hay dos formas de visualizar la situación: tenemos por un lado los que quieren nuevas elecciones, los del latiguillo de que hay que cumplir con los votantes y los de quienes hartos de tanto mamoneo desean que se acabe de instalar un gobierno porque son muchas las cosas urgentes a tratar en una nueva legislatura.

De la ecuación hay que eliminar a Ciudadanos, que ha dicho ya cómo votará la investidura, y a Unidos Podemos, que nunca dará el sí aunque caigan railes de punta. Rajoy ha dicho que si no pasa en la segunda oportunidad de investidura abrirá un período de reflexión, que, a saber, que quiere decir con eso.

Todo esto sería tal y como lo he contado si el rey le confiere la posibilidad de formar gobierno al PP. Pero dadas las turbulencias en el patio podría pasar directamente a convocar nuevas elecciones. Sería un hecho inédito en España, pero también lo es la fragmentación parlamentaria de la que disfrutamos hoy y el talante nada negociador de las fuerzas políticas representadas en las Cortes.

referencia: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2016/07/por-mirta-balea-las-campanas.html

jueves, 7 de julio de 2016

UNA MANERA DE ANALIZAR LOS RESULTADOS ELECTORALES EN ESPAÑA

Por Mirta Balea

Algunos esperan a última hora para tomar una decisión sobre a quien votar y, según la experiencia, lo hacen por aquel que perciben puede llevar a buen puerto sus ansias de estabilidad.

A la sociedad no le va la agitación ni la incertidumbre más que en ciclos puntuales. Muchos partidos y agrupaciones políticas en el mundo contratan los servicios de profesionales del marketing porque estas características del votante  les resultan difíciles de controlar con el simple ejercicio de la política.

El haz de ramas formado por la coalición Unidos Podemos para las elecciones del pasado 26 de junio utilizó la estrategia de la moderación para no asustar al personal. Soy de la opinion de que les faltó tener en cuenta todo lo que los potenciales electores habían absorbido en el período interregno entre la cita a las urnas del 20 de diciembre del 2015-que resultó una legislatura fallida- y la repetición de elecciones del pasado día 26.

Unidos Podemos pretendía convencer a la audiencia de que su líder Pablo Iglesias era el candidato idóneo para presidir España y no un mitinero, como el que habían visto en sus intervenciones en las Cortes durante el interregno. En suma, intentó condicionar su discurso con el único objetivo de captar a una específica parte del electorado que tradicionalmente votaba al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pero que era susceptible de cambiar si se le ofrecía una alternativa de izquierda creíble.

Iglesias utilizó la vieja táctica de definirse tangencialmente a partir de estereotipos positivos como halagar al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero (que se tiene como el peor mandatario de la democracia); por esta misma línea se definió como de "la nueva" socialdemocracia", se confesó admirador también del socialista chileno Salvador Allende y hasta del híbrido argentino Juan Domingo Perón.

Y esto ¿por qué? Cuando uno compara las grandes decisiones y los retos a que tuvieron que enfrentarse muchos líderes mundiales en el siglo XX, en especial en Europa, y las compara con los que nos gobiernan o intentan gobernarnos hoy día, es como para echarse a llorar. Los ejemplos que escogió no parecen los más representativos.

Para que la audiencia percibiera con nitidez el elemento diferenciador del particular universo moral capaz de unir a 15 formaciones políticas, Iglesias utilizó la táctica de endosar al resto de contendientes los estereotipos negativos. Machacó en la política económica de recortes del Partido Popular (PP), cuya ejecución hizo desaparecer en breve tiempo a la clase media y colocó en precario el empleo, privatizó la sanidad pública y aprobó una ley de Educación con la que nadie está de acuerdo, entre otros decisiones. Pretendió convencer al PSOE de que Unidos Podemos no era su enemigo sino el PP, algo que la formación socialista conocía de antemano por su lucha democrática contra la derecha en todos estos años; a Ciudadanos lo ninguneó, categorizándolo como satélite de los populares.

El efecto inmediato visible de esta lanza política ha sido el boomerang. Los receptores del mensaje no compraron lo que vendía Unidos Podemos y ¿qué hicieron en cambio? Depositaron muchos votos en las urnas del PP o simplemente decidieron no acudir a la cita. El resultado: PSOE y Ciudadanos, a trancas y barrancas, han conservado su suelo, en tanto la formación de Iglesias ha perdido un 36% de votos en relación con el 20 de diciembre y se ha visto vapuleada por la realidad de que la coalición no ha supuesto más electorado.

El pensamiento grupal, que es lo que prima en una formación política, puede llevarnos a una aceptación poco crítica de una línea de conducta nada inteligente, incluso a veces nociva a la propia continuidad del grupo. Eso de que cuatro ojos ven más que dos no es del todo preciso. Es un error y por lo general sirve para justificar el ego de un líder de masas.

En situaciones vitales como unas elecciones presidenciales, cada partido o formación política debe enfrentar con sus propios resultados la tarea de saber por que otros han actuado como lo han hecho o por qué las cifras no son las esperadas. Baruch Spinoza, en una época tan lejana como 1677, decía que "los hombres se creen libres porque son conscientes de sus voluntades y deseos, pero son ignorantes respecto a la causa por las que tienen tales deseos y esperanzas".

Los votantes se dejan persuadir si la mercancía les gusta y esto nada tiene que ver con sus creencias, sus tradiciones o sus prejuicios, sino con el disgusto, con el votar al contrario para fastidiar a otro. Existía una sobreabundancia de información previa si sumamos la campaña de diciembre último, que podía apelar tanto a la emoción como a la razón. Esto fue lo que ofreció alternativas a  muchas personas y que no se tuvo en cuenta en los surveys demoscópicos.

Muchos creadores de opinión han alucinado porque la gente voto al PP, al extremo de que fue el único partido que subió y logró 14 diputados más, a pesar de todo el ruido que armaron alrededor de la corrupción, añadido a la cantidad de tiempo en pantalla y prensa obtenido por Iglesias y otros dirigentes de la coalición en detrimento del resto de candidatos. Y esto es una realidad que puede constatarse fácilmente.

Hay que tener en cuenta que, aunque participes en un debate, esto no supone que puedas hablar libremente. El moderador tiene la sartén por el mango y puede cortar tus argumentos cuando le plazca y dar paso a los de otro dispuesto a aplastarte y al que, con toda seguridad (siendo este el caso) concederá todo el tiempo del mundo.

Al optar por enviar el mensaje de forma periférica, mediante discursos claros y sencillos, utilizando sus dotes de predicador, Iglesias entró en el juego nefasto del "cortoplacismo", que tiende a hacerlos menos duraderos por el absolutismo que se requiere en el lenguaje. Así apelaba y recreaba determinados climas sociales, algunos de los cuales el tiempo transcurrido había hecho que dejaran de ocupar espacio en el imaginario popular.

La inteligencia cristalizada por medio de la cual Iglesias plasma juicios y da soluciones, en ocasiones pueriles, a problemas peliagudos, puede aprenderse, al igual que sabemos utilizar los cubiertos en un ambiente mundano. El canal guerrilla, de Podemos, difundió durante la campaña un video en el que el candidato socialista Pedro Sánchez se limpiaba las manos tras darla a una familia negra en un paseo por las calles.

Nadie se creyó ni por asomo que Sánchez sea un racista y la reacción airada de los socialistas fue inmediata, lo que hizo recular a los de la formación morada. Comenzaron entonces a decir que el video se  había sacado de contexto, lo que ni al más memo de los españoles se le habría escapado que era el propósito exacto de su divulgación. Hago la salvedad que en guerrilla vale todo para eliminar al contrario y es un canal unidireccional, de envío de mensajes, como aconsejan los gurús de la información en Podemos para que la pluralidad quede excluida.

Siempre me he preguntado si Mariano Rajoy, candidato a presidente por el PP, e Iglesias no serán una suerte de líderes "accidentalistas". Estoy segura que el primero ha soñado alguna vez con ser hijo del siglo XIX, cuando la noción de democracia no había cuajado aún, y el segundo, con ser líder en la Revolución Rusa de Octubre de 1917.

La disolución de Izquierda Unida por su coalición con Podemos, dejándose privar de sus funciones y de las formas que alguna vez constituyeron su propia existencia, puede muy bien observarse como el mecanismo más nuclear y más oculto del poder.

Iglesias, que cambia el discurso a conveniencia, dijo a la Sexta Noche que la "la clave de la libertad es que haya cuantos más medios de comunicación privados mejor, pero siempre resulta una mala noticia...su concentración...". Antes el argumento carecía de matices y atacaba la "mera existencia de los medios de comunicación privados como un ataque a la libertad de expresión", al más puro estilo del discurso de la izquierda más rancia y radical.

La forma en que hacemos nuestros juicios es importante para valorar el fracaso. Si sentimos que alguien parece empujarnos al abismo y entramos en la conspiranoia es probable que empecemos a desbarrar de los que no piensan como nosotros, considerándolos incluso inferiores intelectualmente.

Eso es lo que se respira en redes sociales cuando algunos llaman fachas a los votantes del PP. Hay algo arcaico en cualquier actitud violenta, aunque se trate de un insulto, muestra hostilidad, seguida de brusquedad y crueldad. Esa es la razón de que la forma más baja de supervivencia consista precisamente matar al contrario, al que no piensa como nosotros, como hace el ISI hasta con los mismos musulmanes. 

Los tópicos resultan inevitables en nuestra manera de pensar, como ocurre, por ejemplo, en País Vasco, donde una parte de la población percibe a los populares como los herederos del dictador Francisco Franco. A estas alturas parece un sentimiento obsoleto, pero es una visión que se fomenta ampliamente por EA-Bildu y el PNV.

El primero es el heredero político de ETA en las instituciones democráticas españolas y el segundo, fundado por el racista Sabino Arana, mostró su culipandeo habitual durante la  sangrante Guerra Civil Española. Por un lado, apoyó al Frente Popular en Vizcaya y Guipúzcoa y por otro el alzamiento nacional en Navarra y Alava. Llegó incluso a considerar a Mussolini como el único líder del momento capaz de comprender las aspiraciones de los guraes.

La ansiedad que apreciábamos en campaña en líderes como Carolina Bescansa, apunta al afán de afecto y aprobación, perfección e inexpugnabilidad, al decir a su contertulia del PSOE que el enemigo a abatir era el PP y no ellos. Estas personas olvidan por lo general que el público al que se dirigen no vive en una cápsula, tiene una formación y unos intereses previos.

Iglesias repetía este mantra como si escenas bochornosas como la que protagonizó en las Cortes cuando acusó a los socialistas de estar envueltos en cal viva pudieran borrarse de un plumazo, o votar junto al PP para que Pedro Sanchez no fuese investido. ¿Habrán valorado esto los científicos e investigadores sociales de Unidos Podemos a la hora de elaborar las 11 preguntas a militantes y simpatizantes para saber la opinión sobre los resultados electorales? A juzgar por el contenido de las preguntas, no lo creo.

Oscar Wilde decía que la verdad raramente es pura y nunca sencilla. Vencer y sobrevivir pueden ser lo mismo en un momento dado, pero siempre se pagará un precio.

Cuando tenga lugar el Congreso de Podemos en los próximos meses se visualizará mejor la actual correlación de fuerzas. El jefe de asuntos políticos, Iñigo Errejón, apuesta porque "nadie sea imprescindible" y "donde ahora hay un líder pueda haber tres", lo que casa muy bien con los objetivos iniciales de la formación, que comenzó su actividad político-social hace poco más de dos años.

Otra cosa es cuando vemos el trazado de la nueva hoja de ruta -promocionada por Iglesias- en foros no oficiosos y comprobamos que hablan únicamente sus afines, como en los debates en Fort Apache donde la crítica o la discrepancia brillan por su ausencia. Así cualquier hace un debate. El "errejonismo" parece hallarse en un estado marginal. Tal vez se pueda especular que el Congreso no será relevante para la renovación. 

domingo, 3 de julio de 2016

DIGESTION ELECTORAL




Por Mirta Balea

La campaña electoral por la presidencia ha acabado hace una semana y el lenguaje de mítin habrá que aparcarlo en algún momento porque solo con votos no se resuelven los problemas. Estamos ante el dilema de Hamlet: to be or not to be. Traducción al español ¿tendremos o no gobierno?

Porque el que ahora se presente como el intolerante de turno le va a caer la del pulpo con la sociedad española, sobre todo si eso pudiera suponer una repetición de elecciones, por tercera vez en seis meses. Esto nos dejaría, valga decirlo, como un país esperpéntico a escala planetaria.

Hasta el socialista Ximo Puig, presidente de la Generalidad Valenciana y que debe su cargo a 8 de los 13 diputados locales de Podemos y a la confluencia Compromis, no es tan obstruso como para no considerar legítima una abstención del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a las puertas de una investidura de Mariano Rajoy, líder del Partido Popular (PP).

El presidente de la Junta de Extremadura, Emiliano García Page, quien gobierna también con la ayuda de Podemos, tampoco descarta la abstención como fórmula para permitir la investidura del candidato del partido más votado el 26 de junio y el único que ha crecido en escaños (14) hasta los 137.

García Page y la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, han puesto de relieve que los votos, con los que perdieron 5 diputados y se han quedado en 85, les sitúa en la oposición como fuerza política. Todo descansa ahora en lo que se decida en la reunión del Comité Federal del PSOE el próximo 9 de julio.

Se vislumbran cuchillos desenvainados a propósito de la batalla por el sillón de Pedro Sánchez como Secretario General. Las quinielas están abiertas sobre su permanencia o cese. Cualquiera que sea la fórmula, los socialistas no pueden perder de vista que España necesita un PSOE fuerte y crítico en la oposición y con la madurez necesaria para dar un paso crucial a fin de impedir nuevas elecciones.

En contraposición a la legislatura fallida, Rajoy pretende imprimir en esta ocasión la mayor rapidez a los acuerdos de investidura, al contrario de cuando abdicó ante el rey tras los comicios del pasado 20 de diciembre. 

Mucho tiene que ver Bruselas con estas prisas, ya que necesita contar con que el nuevo presidente de España respalde todo lo que se acuerde en la Unión Europea, que ahora mismo atraviesa uno de los peores momentos de su historia con el abandono del Reino Unido.

Bruselas nos ha visto el plumero en los últimos meses y durante la más reciente campaña electoral. Lo que ha brindado a España es un tiempo de descuento para resolver su peliagudo problema interno de formar gobierno. Quizás es consciente también de que, a pesar de la carta de Rajoy a Jean-Claude Juncker, presidente de la UE, en la que prometía nuevos recortes, esto no tendrá lugar.

Cortar el gasto, como desea la UE para cumplir con el déficit, resultaría muy complicado en la actual correlación de fuerzas interna, aún están triplicadas las funciones en la administración pública y lo de crear 2 millones de puestos de trabajo durante la legislatura choca contra la estadística formal de que lo único conseguido con la reforma laboral ha sido un empleo precario, aunque se hable de reducción del paro, y la desaparición de la clase media.

Otro aspecto importante es la premura por aprobar los Presupuestos Generales del Estado para el nuevo ciclo, que requieren de mayoría. Rajoy ha anunciado por esto llevar las discusiones en un marco de "discreción", lo que se interpreta como que no serán transparentes, y se ha cuidado mucho de no trazar líneas rojas.

Tal vez parezca que ha cambiado de medicación en este lance, ya que con anterioridad declinó la posibilidad de formar gobierno, cuando también obtuvo más escaños, y con la flema que le caracteriza deberá tratar temas que resultan vertebrales y no solo los presupuestos.

Está en discusión una reforma de la ley electoral, de la ley laboral, el nuevo hachazo a las arcas de la Seguridad Social y el Fondo de Pensiones, el déficit público disparado y que medio país, incluidos feudos del PP, se ha alzado en armas contra la ley de educación aprobada cuando tenía mayoría y sin buscar consenso.

En este panorama, produce profunda desazón que una fuerza emergente como Podemos, ahora en coalición con los comunistas de Izquierda Unida, intente convencer a la sociedad que la pérdida de más de un millón de votos en las recientes elecciones se haya producido por una campaña sucia de sus adversarios. Lo que su líder Pablo Iglesias categoriza como "el voto del miedo".

La pregunta, en todo caso, sería a qué tiene miedo la sociedad española que no vota eufóricamente por la formación morada y sus confluencias. En más de 20 capitales de provincias, el PP ganó un 40% de votos y esto ha resultado ser la tendencia nacional.

El PP se queja también y mucho de cómo los medios han estado todo el tiempo sacando los trapos sucios de la corrupción, que ha llevado al embargo de las sedes de Valencia y Madrid, en las que por cierto alcanzó cotas sorprendentes, por encima del resto de opositores.

A la formación Unidos Podemos se le ocurrió lanzar en un panfleto una serie de preguntas a sus bases y lo que mas se echa de menos es que no se incluyera el rechazo a Iglesias. Nadie cree que la conclusión sobre las respuestas lleve a una real auto-crítica sobre lo que ellos ven como una debacle y que no es más que haber quedado por debajo de las expectativas anunciadas.

Esperemos que a Unidos Podemos no se le ocurra la brillante idea de pretender hacer un gobierno "alternativo" o "a la sombra" como algunos de sus fans me han advertido. Por las redes circulan ya gritos de "pucherazo", la resistencia más evidente y tremenda a enfrentar una auténtica definición de lo ocurrido que puedan mostrar sin rubor a la masa. 

Lo que les ha ocurrido les aparta del sueño de llegar expeditamente  a la Moncloa con solo dos años de activismo político y social. Pero los encuestadores, a quienes deberían reclamarle daños y perjuicios, divulgaron a bombo y platillo  que la formación morada podría ganarle incluso al PP. Puede que estuvieran más interesados en crear impresiones que en mantenerlas.

Muchos programas de radio y televisión -dependientes del gobierno y de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría- concedieron amplios espacios a los líderes de Unidos Podemos en detrimento de PSOE y Ciudadanos. 

El PSOE no puede ponerse de lado como si la gobernabilidad de España no fuera con ellos porque son la segunda fuerza política. Algunos analistas creen que podrían dejar libertad de votos a sus diputados el día de la investidura, prescindiendo de la disciplina de partido, teniendo en cuenta que cada escaño representa a determinada circunscripción.

Rajoy ha realizado ya la primera ronda exploratoria con Coalición Canaria a cuyo representante verá esta misma semana. El afán es llegar al 19 de julio -día en que se constituirán las Cortes- con acuerdos para la investidura. Si hay voluntad en PSOE y Ciudadanos, el PP nombraría una comisión negociadora, lo que sería deseable dada las maneras suavemente rancias de su candidato. Mejor que otros pacten en su lugar.

Aunque la decisión sea coral, Rajoy nombrará a sus más allegados y de confianza, proporcionándoles alguna munición con medidas reformadores que satisfagan a PSOE y a Ciudadanos como balsa de salvación para todos. 

Otras referencias en: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2016/07/por-mirta-balea-la-campana-electoral.html