Datos personales

sábado, 21 de diciembre de 2019

FORO DE SAO PAULO Y LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.




Partidos y movimientos de izquierda de América Latina en los años posteriores a la caída del muro de Berlín buscaban agrupar fuerzas para controlar la geopolítica de la región. Cuba, que perdió los recursos de la Unión Soviética por esos cambios, reunió en los 90 en Sao Paulo, Brasil, a una parte del socialismo y el comunismo internacional y creó el Foro, que lleva el nombre de esa ciudad y se sigue reuniendo con regularidad para repasar las estrategias.

Los cubanos debían reinventarse por que las fórmulas de guerra de guerrilla y lucha armada para llegar al poder -que habían seducido a muchos en los años 60-70- habían quedado obsoletas a favor de un mandato llegado desde las urnas. Estas fuerzas definidas "progresistas" como suele llamarse a si misma la izquierda, requerían de un marco para el intercambio de ideas sobre la entrada del neoliberalismo en la zona. 

La cuestión que se presentaba en el cambio de estrategia era la cantidad de muertos que se iba conociendo con las represalias de los regímenes a los disidentes y que para restarles importancia se diseño el plan de llegar al poder por las urnas. El Foro llamó a esto "la contraofensiva de los pueblos de América Latina y el Caribe". Pero esa izquierda había exprimido también económicamente a los pueblos para sostener lo insostenible y la sociedades volvieron a las calles buscando vías para cambios políticos y reconstruir el patrimonio dilapidado por sus gobernantes, caso notorio el de Bolivia, donde Evo Morales carecía de ideas para dirigir el país a pesar de los cursos acelerados que le había brindado La Habana.

El neoliberalismo, que tanto preocupa a la izquierda, es una reacción a la labor interventora del Estado en la vida social y económica y adquiere fuerza y reaparece cuando ocurren debacles de la economía capitalista como las del siglo XX, en especial las registrados en los años 20 y 70.

El neoliberalismo considera que la economía es el principal motor de desarrollo de una nación, por ello, todos los aspectos de la vida de una sociedad deberían estar subordinados a las leyes de mercado, defiende el libre comercio para propiciar una mayor dinámica en la economía, lo cual, en teoría, debería generar mejores condiciones de vida y de riqueza material. Cree también que el  Estado debería cumplir únicamente sus funciones fundamentales como organismo regente en la organización de la sociedad.

Es en esa pugna de la izquierda latinoamericana, no solo por subsistir, sino como movimiento que busca perpetuarse en el poder, que nace el llamado Foro de Sao Paulo, que tras la llegada al poder de Hugo Chávez, en Venezuela, fue financiado por el petróleo de ese país. 

Dècadas después de su fundación,vuelve a ser noticia ante la ola de protestas en distintos países para promover la violencia contra las instituciones democráticas del estado. Frente a la confusión, el caos y el desorden que esto provoca, muchos líderes de naciones como Chile, Ecuador y Colombia ven detrás una estrategia de levantamiento consignada en los documentos del Foro.

El senador Alvaro Uribe Velez, en Colombia se apoya en que "Nicolás Maduro dio claramente la señal de que era una conspiración de la izquierda que representa este Foro, traducida en una plan y ejecutoria para destruir regímenes democráticos legítimamente instalados y darle un vuelto a la geopolítica regional", siempre pensando que, una vez llegada al poder, intentaría obtener mayoría parlamentaria para cambiar leyes que le permitirán mantenerse, a ser posible sin pasar por las urnas. 
Al estallar las crisis en Chile y Ecuador el presidente venezolano dijo con claridad que eran debidas a las "brisas bolivarianas". Es así que Venezuela se convierte en la sede más conveniente para esta plataforma supranacional de hacer política.

El régimen socialista no puede pregonar la producción de riquezas porque el sistema es incapaz de generarla por muchas razones, de manera que cuando intenta cautivar a su auditorio, predispuesto a creerle, habla solo de redistribución equitativa de esta riqueza. Pero la realidad es que si no se produce no hay nada que repartir, lo que ocurre en la actualidad en Cuba, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, por citar los casos más notorios.

Los fallos económicos que impiden al socialismo como sistema generar riqueza es su propia piedra angular: la erradicación de la propiedad privada y los mercados con lo que elimina el cálculo racional. Permite presupuestos blandos por lo que resulta imposible descartar métodos de producción ineficientes. Los incentivos se distorsionan si se da preferencia al Estado sobre la propiedad privada, porque en ausencia de esta y de los mercados libres queda inhibida la coordinación económica del sistema de división de trabajo y capital.


Tras la muerte o caída en desgracia de los principales iconos de la izquierda latinoamericana como Hugo Chavez y Fidel  Castro o el procesamiento de Ignacio (Lula) Da Silva por corrupción y al impeachment impulsado contra su heredera Dilma Roussef, el Foro  gira su interés hacia México, donde Andrés Manuel Lopez Obrador siembra ideas socialistas en su país como las promovidas por esta plataforma.

A los regímenes carentes de valores democráticos -aunque digan que lo son más que ningún otro- poco importa si la cosa se les pone difícil para mantener las riendas. Es lo que hizo México al lanzar a la calle a la Guardia Nacional, que es la mayor fuerza de represión contra los civiles, en una acción contraria al derecho internacional de que los militares no pueden o no deben involucrarse en la persecución de delitos o de la administración pública. Antes Maduro había hecho lo mismo en Venezuela.

Lopez Obrador, que pretende seguir el camino de Chávez y Maduro financia su régimen con el petróleo de PEMEX. Venezuela ha financiado todo este tiempo la revolución bolivariana con el dinero de la PDVSA, la gallina de los huevos de oro, hasta que la situación ha entrado en un callejón sin salida con enormes pérdidas.

La caída de la producción de PDVSA no es una buena noticia para Venezuela, un país que obtiene del petróleo el 96% de las divisas con las que paga por la importación de muchos de los bienes que consume, incluyendo gran cantidad de alimentos. La petrolera estatal venezolana experimenta un franco declive en su producción, que ha caído a sus niveles más bajos en tres décadas hasta 1.137.000 barriles por día en noviembre de 2018, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), publicadas en diciembre y basadas en fuentes secundarias que la OPEP considera creíbles.
El dato contrasta claramente con los 3.120.000 barriles diarios de crudo que producía la empresa en 1998, el año previo a la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez. Petróleos Mexicanos perdió unos 7,500 millones de dólares en 2018, un 47% menos que en el año anterior, según los resultados anuales publicados. El declive de la producción ha sido sostenido en los últimos años. Tan solo en enero de 2019, la firma reportó la cifra mensual más baja desde 1990: 1,6 millones de barriles diarios, un 15% menos que en enero de 2017. 

El populismo nacido del Foro de Sao Paulo gesta en este momento un movimiento transversal continental exportando conflictos a países que no tienen una situación interna de protesta genuina, como es el caso de Chile. Puede que se este asentando una red neural para moldear a algunas sociedades más allá del tipo de gobierno que tengan para mantener la hegemonía de la izquierda. Y en la organización de esto encontramos al Foro, cuyo objetivo es tomar el poder político e impedir que en adelante lo ocupe cualquier otro.

El terrorismo urbano impulsado por el Foro obligará a los países a buscar formas de organizarse para defenderse y aqui de nuevo tenemos el caso de Chile, cuya respuesta militar convencional a un ataque no convencional le obligará en el futuro a ajustar sus métodos a una nueva realidad que hoy es la base de la nueva insurgencia no partidista.

El gobierno de Alberto Fernández, en Argentina, se verá sometido a los grupos de presión para que vaya por la ruta que le trazará la Campora y no por el peronismo clásico, y lo colocará en la vía cubana y venezolana, que una vez han quedado instalados en el poder jamás lo entregaran y hacen y harán lo que sea desde el gobierno para mantenerlo, disfrazándose de demócratas. El Foro ha sentado sus bases en estos días pasando por víctima de una campaña internacional de la derecha y asi minimizar lo que realmente pretende con una plataforma como la actual.

sábado, 17 de agosto de 2019

LA EDUCACIÓN BIBLICA EN LAS ESCUELAS

No puedo resistirme a opinar cada vez que el tema de la religión surge  como parte de los conocimientos básicos de un estudiante porque lo primero que me pregunto es si está bien permitir que un gobierno encuentre su opción ideológica en la escuela pública, que es la de todos, y se desplace al banquillo escolar un texto tan importante para el judeocristianismo como la Biblia de su lugar de estudio en las sinagogas e iglesias.

No parece una acción muy democrática introducir en las escuelas públicas una fe determinada cuando son centros creados para el saber y el razonamiento. Habrá que abandonar de una vez por todas la época de la superstición y avanzar hacia la racionalidad y la ciencia porque la democracia apoya la libertad de culto, entendida como una opción personal, individual, y apunta hacia un estado  obligado a proporcionarnos la mejor formación como ciudadanos del mundo. La religión en la escuela, sea pública o privada, debe ser optativa y si se implanta como parte de la lista de materias docentes no deberá enseñar una creencia en especial y desechar otras, sino ampliar nuestros horizontes culturales mostrándonos el desarrollo de las religiones.

Un creyente no necesita la razón para validar su fe y eso habrá que respetarlo porque la razón nunca ha bastado para refutar la existencia de Dios. Una encuesta de Hill-Harris X de Estados Unidos encontró que un 16 por ciento de los encuestados cree que los estados deberían exigir que las escuelas ofrezcan clases de historia, que enseñen sobre las religiones principales, no solo el cristianismo y la Biblia, y un 17 por ciento cree que debería incluir en esto al ateísmo.

Hasta el pasado mes de mayo, según Gospel Coalition, las clases bíblicas estaban reconocidas legalmente en siete estados de la Unión. La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos dice que "El Congreso no podrá aprobar ninguna ley con respecto al establecimiento de la religión, ni prohibir la libre práctica de la misma". Esto es lo que  se toma como consagración de la separación de la Iglesia y el Estado, pero a mi me parece abierta a matices, como han demostrado aquellos estados tan flexibles, que se han acogido a la propia raíz fundacional de la nación. La historia nos muestra que los primeros colonos llegaron empujados por motivos religiosos a las costas de América del Norte.

La tendencia carecería de importancia si el presidente Donald Trump no hubiese tuiteado su beneplácito en el fomento de este tipo de iniciativas, que para la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles o ACLU, en inglés, y la organización de Americanos Unidos por la Separación Iglesia-Estado, transmiten un mensaje de preferencia religiosa, lo que iría contra la Primera Enmienda. Y yo me lo creo porque ¿qué sentido tendría entonces introducir estas clases?

Son muy simplistas quienes ven en estas acciones un interés neutral y una visión aséptica, sobre todo porque se ha divulgado que en Kentucky se plantea hacer todo lo posible para establecer relaciones cercanas con otros cristianos, para que puedan ayudarse mutuamente en momentos difíciles, lo que se acerca muchísimo al concepto cerrado de una secta. Se invita en otras a combatir el estrés con epístolas bíblicas y a aplicar al presente las virtudes del Libro de los Proverbios, así como memorizar versículos de la Biblia, ver películas religiosas o estudiar a los dinosaurios desde la perspectiva del libro sagrado. Si no fuese porque ha quedado constancia escrita me partiría de risa y lo vería como un chiste de mal gusto.

¿Cómo saber que los setenta y seis libros de la Biblia son los únicos escritos que debieron ser incluidos en la Escritura? Sobre todo tras descubrimientos como los del Qumram o Nag Hammadi. ¿Qué ocurre con los apócrifos o los evangelios gnósticos? ¿Por qué deben excluirse? La respuesta esta en la canonicidad, de las palabras hebreas y griegas para la vara de medir. Pero saber esto no nos da mayor conocimiento para responder la preguntas anteriores.

Sabemos que la Biblia, tal y como la conocemos, fue compilada en el siglo III a. n. e. por 70 sabios judíos para aportar a la Biblioteca de Alejandría una historia concentrada del pueblo judío, lo que identificamos como Antiguo Testamento. El trabajo, traducido del arameo al hebreo y después al griego dio lugar a la Biblia Alejandrina o de los Setenta (Septuaginta), base del texto cristiano actual. Pero aquellos originales desaparecieron en saqueos e incendios y aunque fueron re-escritos por batallones de escribas sufrieron una corrección doctrinal y voluntaria por parte de los copistas.

De manera que los proyectos de ley aprobados en algunos estados norteamericanos y los presentados sin tanta suerte han confesado el inexplicable propósito de centrarse "en el impacto histórico y el estilo literario del Antiguo y el Nuevo Testamento, para enseñar a los estudiantes el conocimiento del contenido bíblico...como requisitos previos para entender la sociedad contemporánea". No hay tal impacto histórico ni estilo literario, no hay una comprensión real ni siquiera de la historia judeo-cristiana, que no es la única en el mundo.

Todo lo anterior tiene como base el Proyecto Blitz, lanzado en 2015 por la Congressional Prayer Caucus, que busca "proteger el libre ejercicio de los valores y creencias religiosos judeo-cristianos tradicionales en la plaza pública". Tales valores y creencias están protegidos por la Constitución, otra cosa es que queramos meterlos a martillo en la mente de quienes no son tan tradicionales.


Varios estudios han demostrados que aquellos niños y jóvenes educados únicamente en los valores de la Biblia, un libro para nada fiable, quedan sin alternativas ante un mundo moderno, así que la polémica sobre cómo encajar la enseñanza de la religión o como enfocarla en un sistema educativo público nos deja en estos casos ante una institución privada como la Iglesia católica imponiendo en la escuela pública unos contenidos, que solo le benefician a ella.
La laicidad en la escuela garantiza la convivencia, todos son acogidos sin privilegios ni discriminación de unos sobre otros,se preserva la libertad de conciencia y la neutralidad del estado en la cuestión religiosa. La religión ya tiene un lugar en la sociedad civil. NO olvidemos que el espacio correcto para profesar nuestra fe son los lugares designados para ello como iglesias, sinagogas, y otros templos, NO la escuela, porque su finalidad no es inculcar dogmas ni hacer proselitismo, tanto si es religioso como político, porque muchos de tales contenidos entran en contradicción con la razón, la ciencia y los propios derechos humanos como lo de que Eva naciera nada menos que de la costilla de Adan o el origen mágico del universo o en otros casos, decir que las ideas de un filósofo son capaces de crear un sistema de gobierno y económico.
La escuela pública debe educar en valores humanistas universales, en la pluralidad y el respeto al derecho ajeno y en valores éticos, ajenos al sexismo y próximo al concepto de democracia, donde se sientan cómodos creyentes y no creyentes.

domingo, 4 de agosto de 2019

NUEVAS ESTRATEGIAS, NUEVOS PELIGROS NUCLEARES.




La renuncia por Estados Unidos y Rusia a  prorrogar sus respectivas responsabilidades en el Tratado INF, firmado en 1987, replantea una nueva estrategia en el régimen de no proliferación de las armas nucleares en un mundo global, dentro de un movimiento multipolar.

Las siglas en inglés para el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, negociado en plena Guerra Fría por los presidentes Ronald Reagan y Michail Gorbachov, no solo supuso la eliminación de un tipo de armas, sino que abrió el camino para su control. Al expirar hoy el documento clave, cae un instrumento importante de seguridad global, al que los líderes concernidos debieron estudiar y apreciar más.

Leyendo el contenido del Tratado nos podemos hacer una idea de la cantidad de oportunidades perdidas por ambas partes para recortar mucho mas el arsenal nuclear, en la resolución de conflictos regionales y en haber terminado mucho antes con la Guerra Fría y que constituyó un hito en el proceso de distensión entre bloques.

Plantear por primera vez una reducción de los armamentos, en vez de marcar un techo, llevó a la destrucción de casi 2 700 misiles de alcance corto, medio e intermedio. Fueron eliminados todos los misiles terrestres, nucleares y no nucleares, con un rango de entre 500 a 5 500 kilómetros.

Al eliminar los misiles esencialmente radicados en Europa, el tratado disminuyó la amenaza de una guerra nuclear en el continente y desbrozó el camino para la negociación de armas nucleares tácticas y las químicas, así como la de las fuerzas convencionales europeas..

Rusia y Estados Unidos han certificado la muerte del tratado el pasado viernes acusándose mutuamente de violarlo. La Casa Blanca habla de la negativa de Moscú a destruir un misil de crucero de 1 700 kilos y ocho metros de largo conocido como Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) y que Washington alega infringe el tratado el superar los 500 kilómetros de alcance.

Rusia consideró inadmisible tal exigencia y en rueda de prensa el ministro de Defensa alegó que el misil estaba dentro del rango especificado en el tratado porque solo tenía un alcance de 480 kilómetros.

El Kremlin por su parte ha asegurado que Washington ha violado repetidas veces el tratado con el emplazamiento de misiles interceptores en el marco del escudo antimisiles. Otras violaciones incluirían la fabricación de los drones o aviones no tripulados con armamento y los sistemas Mark-41 para lanzar misiles crucero de medio alcance, que Estados Unidos quiere emplazar en Polonia y Rumania.

El ministro de Defensa ruso ha dicho que Moscú está dispuesta a tomar medidas de transparencia sin precedentes, por encima de sus obligaciones en el INF, pero sus intentos y propuestas han sido torpedeados en los últimos meses por los negociadores estadounidenses que continúan lanzando el ultimatum sobre el Novator. Alertó que la decisión de abandonar el tratado pone en riesgo el START-3, que limita el armamento estratégico ofensivo y expira en 2021, y cuyas negociaciones siguen estancadas..

La diplomacia estadounidense ha colocado el énfasis en lo que en realidad persigue el presidente Donald Trump con su retirada del acuerdo; "iniciar un nuevo capítulo en busca de una nueva era del control de armas" más allá de los tratados bilaterales y que favorezca la participación de otras potencias, léase, China.

La pregunta sería en esta nueva estrategia si Estados Unidos posee la capacidad de contrarrestar un golpe desde China. La respuesta es No. Tampoco de Rusia.

Hace dos años, ante el Senado, el exjefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Harry Harris aseguró que China tiene "la fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2000 misiles balísticos y de crucero". Este es un país que no forma parte de ningún tratado de desarme.

Rusia es el país con la mayor reserva de armas nucleares entre estas la bomba más potente, el misil balístico intercontinental pesado SS-18 "Satán". Los expertos calculan que dispone de 55 de las armas más mortales, pero solo serían necesarias cinco para destruir la costa este de Estados Unidos en caso de enfrentamiento. Solo espero que los norteamericanos sepan todo esto.

Trump contempla los acuerdos firmados durante la Guerra Fría y el START-3 como reflejos de un mundo bipolar inexistente, quiere un nuevo enfoque en estabilidad estratégica sobre nuevos principios, como ha sido su política desde su llegada a la Casa Blanca, demostrar avances sustanciales y no pasito a pasito. Pero un nuevo enfoque requeriría un alto nivel de confianza que no existe, ni con Rusia ni con China.

"Daremos una respuesta simétrica. Nuestros socios norteamericanos denunciaron su participación en el tratado y haremos lo mismo", dijo el presidente Vladimir Putin, reunido con sus ministros de Exteriores, Sergei Lavrov, y de Defensa, Sergei Shoigú.

Los rusos denunciaron que Estados Unidos empezó a preparar el terreno para abandonar el INF hace dos años cuando comenzaron los trabajos de fabricación de misiles de corto y medio alcance en una de sus plantas militares en Arizona, gestionada por la fundación Raythone.



.

Una imagen por satélite mostrada en conferencia de prensa en Moscú muestra la planta en la que, según su versión, aumentó su perímetro en un 44% y su personal en 2 000 personas.

El Congreso de Estados Unidos asignó 58 millones de dólares a Defensa en noviembre del 2017 destinados con claridad al "desarrollo de un misil terrestre de alcance medio", lo que corrobora, según Moscú, sus denuncias.

Rusia y el Occidente encabezado por Estados Unidos viven en este momento tensiones mucho mayores que en la Guerra Fría y este movimiento que ha resultado imparable parece haber comenzado cuando Moscú interfirió en el conflicto armado en el este de Ucrania y se anexó Crimea. Esto tuvo una escalada importante a posteriori con la guerra de Siria, donde grupos rebeldes, apoyados por Estados Unidos y aliados árabes, buscan exterminar al gobierno de Damasco, respaldado por Rusia..

Washington advirtió que el próximo dos de febrero comenzaría el proceso de retirada del INF, que se completará en seis meses. A partir de ese momento, tendría las manos libres para posicionar sistemas de misiles en Europa y Rusia haría lo mismo en sus territorios limítrofes con la Unión Europea u otras zonas geográficas. Uno de los dos líderes firmantes del acuerdo, Gorbachov, ha advertido que tras esto vendrá el caos.

martes, 25 de junio de 2019

LA TENSION SUBE EN EL GOLFO.




Restos del dron denunciado por Irán

Por Mirta Balea

España se ha resistido a verse arrastrada por Estados Unidos a un enfrentamiento con Irán. La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha ordenado la salida de la fragata Méndez Núñez del grupo de combate encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln en el estrecho de Ormuz, a la entrada del Golfo Pérsico.

Robles reafirmó que España es un socio "serio y fiable", pero sus Fuerzas Armadas solo están vinculadas a los acuerdos con la Unión Europea y la OTAN. La integración del barco español al grupo de combate norteamericano, en el que por cierto no participa ningún otro navío no estadounidense, se planeó hace un año con el objetivo único de mejorar la operatividad y el adiestramiento conjunto durante seis meses, hasta el 31 de octubre.

El Pentágono ha presumido en las últimas semanas de haber reforzado sus efectivos en la zona con el envío del buque USS Arlington, aprovisionado de fuerzas de desembarco, una batería de antimisiles Patriot, junto al despliegue de bombaderos B-52 en Qatar, todo esto porque Estados Unidos dijo haber detectado indicios de una "mayor disposición" de Irán a realizar operaciones "ofensivas". Puede que todo esto solo tenga un fin disuasorio.

El pasado 12 de mayo, cuatro buques petroleros: dos sauditas, uno noruego y otro emiratí sufrieron atentados en el Golfo Pérsico. Fuentes gubernamentales de Riad, Abu Dabi y Washington hablaron de sabotaje y culparon a la Guardia Revolucionaria Islámica, el brazo terrorista de las fuerzas armadas de Iran. El gobierno de este país dice que tal operación se realizó bajo una bandera falsa para culpar a Teheran. 

Para los que ponen en duda la versión iraní, está el argumento de que resultaría inviable bloquear el Estrecho porque se estaría ante la posibilidad insalvable de una guerra propiamente dicha. Resulta más eficiente y menos costoso sabotear o dañar a cargueros de petróleo. Sobre todo si el ataque tiene lugar en aguas cercanas el oleoducto Habshan-Fujairaj, construido por Abu Dabi para transportar el crudo de los siete estados miembros de los EAU. El oleoducto no solo está encaminado a proteger la exportación sino que blinda de los repuntes de las letras del seguro en caso de conflicto. 


A principios de mayo, el gobierno iraní anunció que incumpliría sus acuerdos con las grandes potencias, firmado en 2015, como respuesta a la decisión unilateral del presidente Donald Trump de retirarse del pacto y lanzó contra el país chiíta una nueva lista de sanciones estratégicas. La Unión Europea se ha desmarcado de tales acciones e insiste en intentar salvar el acuerdo, firmado durante la presidencia de Barack Obama.

El incumplimiento supone, según los términos del pacto, dejar de limitar las actividades con agua pesada y uranio enriquecido, claves para fabricar la bomba. Teheran dijo además que limitaría el uso del estrecho de Ormuz,  de 55 kilómetros de ancho, por donde pasa un 30% del comercio del crudo mundial, cerrándolo probablemente con minas navales en su parte más estrecha de 34 kilómetros, frente a Omán. Aparte de la posibilidad real de un conflicto, el riesgo geopolítico gira por lo tanto en torno al paso de Ormuz.

Siendo uno de los pasos marítimos más importantes y estratégicos del mundo, que conecta a los productores de Medio Oriente con los mercados claves en Asia, Pacífico, Europa y América del Norte, sus dos vías marítimas alcanzan apenas los 3 kilómetros.



Del miedo a que esto ocurra, surgieron nuevas sanciones y la amenaza de castigo por parte de Estados Unidos a los países que sigan comerciando con el petróleo iraní y el compromiso de vender a los sauditas armamento avanzado inteligente, en especial munición para bombas guiadas, sin tener el apoyo del Congreso. Trump argumentó que la situación era crítica y meritaba medidas urgentes.

Como no resulta fácil pasar de un proveedor a otro de la noche a la mañana, Japón, Corea del Sur, Turquía y China siguen sus negocios habituales con Irán. Solo han decidido "tirar la toalla" Grecia, Italia y Taiwan.

A este incremento de la tensión se añaden las confusas noticias sobre ataques y sabotajes a petroleros sauditas y buques comerciales cerca de los Emiratos Árabes, donde según el portal Military Estados Unidos mantiene una base. Tras la intervención militar norteamericana en Irak en el 2003 han crecido estos complejos militares en los países ribereños del Golfo Pérsico.

The Wall Street Journal dio a conocer recientemente que el rearme en la zona se ha completado con la construcción en secreto de un radar antimisiles en Qatar, crucial en el sistema de intercepción de cohetes. Israel dispone de un dispositivo similar con el mismo propósito: prever un ataque iraní.

Irán ha venido rearmándose también en el Golfo con misiles antibuque Silkworm de fabricación china y torpedos de alta velocidad rusos. Moscú ha dado su apoyo a Teheran en esta escalada de tensiones. Los iraníes tienen claro que no pueden ganar en un combate naval convencional por lo que podrían poner en marcha un táctica de colmena con centenares de lanchas ligeras, que se abalanzarían sobre sus objetivos, replegándose de inmediato y volviendo poco después a la carga.

El derribo de un dron no tripulado por la Guardia Revolucionaria Islámica parece haber sido una advertencia de que son capaces de contrarrestar cualquier agresión. En una declaración del pasado jueves, se dice que la nación "no quiere una guerra con ningún país", pero está lista para cualquier contingencia, un lenguaje que disgusto mucho a Trump, quien tuiteó: "Irán ha cometido un gran errror", tras lo cual se preparó un ataque de respuesta, que en el último momento fue cancelado.

El presidente norteamericano no puede evadir el hecho de que está atrapado entre los republicanos, que empujan a una respuesta contundente por el derribo de un avión no tripulado, y los demócratas, con la advertencia de que Estados Unidos podría perder el control de la situación y entrar en una guerra evitable.

Quizás Trump suspendió abruptamente los ataques militares previstos contra Iran en represalia por lo del dron argumentando en un tuit "no habría proporcionalidad entre causar tantas bajas y el derribo de un avión no tripulado".

De actuar contra Teheran, Estados Unidos contaría con el respaldo de Israel, Arabia Saudita y EAU, pero no hallaría muchos más apoyos entre las potencias occidentales porque el acuerdo roto unilateral por la Administración norteamericano no es del agrado de la UE y le resta adeptos para su causa, como Francia o Alemania.

sábado, 11 de mayo de 2019

China y Estados Unidos: comienza la guerra de aranceles






Por Mirta Balea

Los casos de Oracle y China Mobile son los dos últimos ejemplos del divorcio express de las economías de Estados Unidos y China, vinculadas muy estrechamente en las últimas décadas a través de enormes inversiones en los respectivos territorios. La actual confrontación parece buscar la supremacía mundial, un "quítate tu para ponerme yo" que ha comenzado a salpicar a todos.


Las economías asiáticas se enfocaban hace apenas una década a servir a los mercados occidentales, pero la aparición de una clase media china de mas de 400 millones de personas generó un ansia desmedida entre las compañías europeas y estadounidenses por convertir a esos consumidores en un objetivo preferencial.

¿Qué efectos visibles tiene esta pugna en la actualidad? China es testigo de como huyen de su territorio las empresas occidentales en prevención del riesgo que entrañará la guerra fría con Estados Unidos y los inversores chinos han comenzado también a ralentizar su interés por la nación norteamericana.


La confrontación comercial ha generado ya una significativa disminución en las exportaciones chinas a Estados Unidos, que en abril alcanzó un 13% menos respecto al año anterior. Entre los fabricantes electrónicos, la herida ha sido de un 40 %. Pero el diario Global Times, exponente de los intereses del Partido Comunista Chino, ha dado a conocer por donde irán los tiros.

Esta caja de resonancia advierte que China no está obligado a someterse a las reglas comerciales y arancelarias de occidente y priorizará y se concentrará en sus intereses nacionales. Ventajas de ser una dictadura, lo que también le permite contramedidas como depreciar otra vez el yuan para favorecer sus exportaciones, restringir el turismo hacia Estados Unidos y entorpecer la producción de las empresas norteamericanas que todavía fabriquen o vendan en su territorio.

En la revista Nikkei Asian Review, un analista afirmaba que la mayoría de socios norteamericanos en Asia, como Japón, Corea del Sur, Taiwán, Singapur y otros estarían más integrados a China que a Estados Unidos y necesariamente no tendrían que seguir los pasos dados por la Administración de Donald Trump para deshacerse de su más peligroso competidor. Los mercados han temido desde el minuto uno que la escalada de tensión entre las dos potencias pueda afectar al comercio global e impulsar a otros países a levantar también barreras arancelarias. De momento, los inversionistas buscan refugio en el yen, la moneda japonesa, que se presenta más estable.

Pekin no parecía desear entrar en una guerra de aranceles con Washington a juzgar por la forma en que reaccionó frente a la decisión norteamericana de imponer un paquete arancelario, cuya factura alcanzaría los 50 mil millones de dólares. El vocero del ministerio de Comercio chino Gao Feng admitió el 29 de marzo del pasado año que una guerra bilateral con Estados Unidos en este tema podría tener un efecto dominó.


El gigante asiático había anunciado a su vez en esas fechas un paquete arancelario por tres mil millones de dólares sobre varios productos estadounidenses , advirtiendo que esto podría ampliarse al sector tecnológico, lo que afectaría y mucho a empresas radicadas en China, que se benefician de la mano de obra barata. Pekin perdería en esta guerra un tercio de su empleo manufacturero, un equivalente a medio billón de dólares, pero las empresas norteamericanas, todas rentables en ese país, se veran seriamente perjudicadas, aun cuando el ambiente en Estados Unidos clama venganza. 

China ha manipulado siempre su moneda, el yuan, para favorecer sus exportaciones a Estados Unidos,. manteniendo un cambio fijo y controlado por su Banco Central, cuya política está dictada por el omnipotente y omnipresente PCCH. Esta única autoridad política reguladora de todo lo divino y lo terrenal mantiene una política monetaria en la que compra dólares en los mercados cada vez que su contrapartida tiene un superavit, lo que permite depreciar el yuan y aumentar sus reservas internacionales, dinero que a su vez invierte en la adquisición de deuda norteamericana. 

Los empleados chinos de Oracle se manifestaron contra el cierre del Centro de Desarrollo e Investigación de la compañía, que lanzará a la calle a mil 600 trabajadores, y lo atribuyó a la pugna iniciada en 2018. El diario Global Times culpó de conmoción de las últimas semanas a la presión norteamericana sobre la tecnología china y ponía de ejemplo el caso de Huawei.



Un hecho cierto es que las maniobras chinas sobre su propia moneda han hecho vulnerable al dólar. China y Japón son los principales acreedores de bonos norteamericanos. De manera que puede decirse que la tensión viene del enorme déficit contraído con Pekin, que está en condiciones de modular la tendencia bajista del dólar y decidir sus tipos de interés, vendiendo o comprando deuda pública. Estados Unidos ha perdido el control sobre su moneda, carece de política hacia el dólar, no interviene en el mercado de divisas ni su política de tipos de interés está pensada para favorecer su propio dinero. A esto se suma que muchos de los productos importados de China no pueden ser fabricados en territorio de la Unión, lo que hace previsible un aumento de la inflación y un desabastecimiento.



La política monetaria ha sido el elemento clave de los gobiernos y los bancos centrales para paliar la economía y sostener los mercados financieros en momentos críticos. Las entidades financieras han vivido peligrosamente durante mucho tiempo. Los bajos tipos de interés y la "bonanza" económica han favorecido el endeudamiento y la creación de burbujas de todo tipo como la crediticia, formada cuando los bancos centrales van demasiado lejos al dotar de liquidez a los mercados.


Pongamos por caso la burbuja inmobiliaria del 2007, que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero ignoró olímpicamente y así le fue después a España. Esta burbuja tuvo como trasfondo que los mercados se inundaron de liquidez, descendieron casi a cero los tipos de interés como resultado de una revalorización exagerada de los inmuebles (algo que por cierto se esta repitiendo ahora mismo en España), lo que dio paso a una ilusión de riqueza. Con esto se incrementó el consumo y el endeudamiento creció con devastadoras consecuencias. Eso es lo que tienen las burbujas, que siempre dan una falsa sensación de prosperidad.


Las economías, sin embargo, no crecen sobre la base de acumular deuda, En los últimos años, se ha creado un mundo de crédito fácil, que distorsiona la economía y la percepción de los hechos. Lo que se compra sobrepasa el valor del tipo de interés, los gobiernos ganan dinero y la espiral se acelera y esto se hace para mantener la ilusión de un mundo sin riesgo. Este supuesto requiere ingentes cantidades de liquidez y crédito sin que se cree verdadera riqueza. La burbuja inmobiliaria tardó años en formarse y pensar que todo se ha superado es una falacia. La debilidad del dólar fue elemento clave en 2007 y lo sigue siendo ahora.



La inclusión de China en el 2001 en la Organización Mundial del Comercio abrió las puertas a los inversores estadounidenses e incrementó en el 500% las exportaciones en los últimos años en comparación con el 90% con el resto del mundo. Diga lo que diga la prensa norteamericana, las exportaciones chinas aumentaron también el empleo en territorio de la Unión. Baste citar las estadísticas públicas del 2015 en las que se refleja la creación indirecta por esa vía de 1,8 millones de ocupaciones. 

Washingron no está conforme con las reivindicaciones cada vez mas firmes de China en el Mar del Sur, sus violaciones recurrentes de los derechos humanos, los ciber-ataques a empresas estadounidenses, entre otros ejemplos de tal calado, pero Pekin cree que EEUU se entromete demasiado en sus asuntos domésticos. Una guerra arancelaria no sería recomendable para la geopolítica en temas tan espinosos como Corea del Norte en el marco de las Naciones Unidas, donde el respaldo chino y ruso son fundamentales, como vimos el pasado año en la sanciones contra PyongYang en la que los tres se pusieron de acuerdo. Habría que precisar que el respaldo chino estuvo supeditado a la promesa de Trump de abstenerse de represalias comerciales contra China.


Lo que habríamos de considerar es que ninguna esfera crítica en este mundo global podrá resolverse sin que ambos países se pongan de acuerdo. Tras la muerte de Mao Zedong, China entró en una vorágine de reformas en el marco de lo que se ha dado en llamar capitalismo autoritario porque el Partido Comunista sigue teniendo la hegemonía política. Hemos entrado así en un compás de espera sobre el más que presumido relevo de Estados Unidos en la hegemonía mundial, algo que ni la propia población norteamericana estaría dispuesta a aceptar. Dejar de ser el número uno en favor de China no parece una meta inalcanzable, pero, en todo caso, la pregunta sería si podría realizarse mediante un aumento de la cooperación o como un incremento de tensiones, empezando por este asunto de los aranceles.