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sábado, 26 de abril de 2014

Israel suspende negociaciones con palestinos tras acuerdo de unidad nacional con Hamas




Por Mirta Balea

El gobierno israelí ha suspendido las negociaciones con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tras el acuerdo alcanzado entre las organizaciones rivales palestinas Al Fatah y Hamas, una decisión que parece enterrar el proceso de paz impulsado por Estados Unidos desde 2013.

Apenas habían pasado unas horas del pacto alcanzado este miércoles, cuando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sostuvo un encuentro del gabinete de todo un dia para al final anunciar que Israel no seguirá negociando la paz con la ANP.

Netanyahu recordó que tanto Estados Unidos como la Unión Europea (UE) consideran a Hamás una organización terrorista y añadió que esta entidad -que controla la franja de Gaza por encima de la ANP- tiene entre sus objetivos políticos declarados la desaparación del estado judío e insta a matar a los judíos dondequiera que estén.

Mahmoud Abbas, presidente de la ANP y líder de Al Fatah, habría dado el paso de aproximarse a Hamás para pactar la unidad nacional por la proximidad de las elecciones en los territorios palestinos, en busca de la legitimidad para gobernar, cuatro años después de que su mandato expirara y la población permanezca bajo la ley islámica.

Coincide asimismo que el término dado para la reanudación de las conversaciones con Israel finalizaba el próximo día 29 y el pacto con Hamás inserta un signo de interrogación en su desarrollo.

Tanto si el acuerdo funciona en la forma de elecciones en los próximos siete meses o con la creación de un gobierno interino en cinco semanas, el proceso de paz con Israel parece definitivamente interrumpido por mucho que el presidente norteamericano Barack Obama diga que no pierde las esperanzas de encarrilarlo.

Algunos observadores políticos son de la opinión que esta alianza entre organizaciones palestinas rivales no tiene que significar por necesidad la zancadilla al proceso de paz y que incluso podría resultar benefiosa a largo plazo al brindar "credibilidad a cualquier acuerdo futuro".

Abbas habia declarado poco después del pacto con Hamás que la unidad palestina "fortalecería la habilidad del negociador de la ANP para llevar adelante la solución de dos estados".

Hace apenas 48 horas, Netanyahu habría señalado al canciller austriaco Sebastian Kurz, que Abbas debía escoger entre Israel o Hamás.

"Quien escoja el terrorismo de Hamas no busca la paz con Israel", dijo con rotundidad el primer ministro.

La realidad es que las conversaciones han estado en punto muerto durante meses y estuvieron al cabo de colapsar el pasado día 2 cuando Israel se desdijo de su promesa de liberar a un grupo de presos palestinos.

Se trataba de la última tanda de liberados de una treintena que cumplían condena por delitos anteriores a 1993, año de la firma de los acuerdos de Oslo, que han articulado hasta el momento todos los procesos de negociación entre israelíes y palestinos..

En respuesta, la ANP, que ya venía calculando ese paso desde hacía tiempo, firmó las Convenciones de Ginebra sobre las reglas de la guerra y las operaciones humanitarias en zonas de conflicto.

Esta decisión ha formado parte del interés palestino de integrarse a toda organización y convención otratado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la búsqueda del necesario suelo para ser parte del foro internacional de países de manera permanente. 

Esto explica que la ANP haya solicitado también la pertenencia a otras 13 convenciones internacionales de la ONU y otros tratados al tiempo de firmar las Convenciones de Ginebra.

El principal negociador palestino Saeb Erekat, ha culpado a Israel de "sabotear deliberadamente el proceso de paz" al mantener en vilo las conversaciones y negarse a congelar los asentamientos en Jerusalem Este.


Al pactar con Hamas, El presidente de la ANP ha dado el pretexto a Netanyahu para salir del marco de las negociaciones dado que estas se mantenían a duras penas en pie por el interés de ambas partes de complacer a los norteamericanos y seguir su política de asentamientos.

Líderes palestinos han intentado suavizar las reacciones airadas provocadas por el acuerdo en Estados Unidos e Israel al prometer que un nuevo gobierno interino podría reconocer al estado judío y renunciar a la violencia, como prometió en su momento la ANP al "cuarteto" de paz de Oriente Medio.

El "cuarteto" está constituído por representantes de Estados Unidos, Rusia, ONU y UE y los términos pactados han sido rechazados una y otra vez por Hamás.

El alto funcionario de Al Fatah, Jibril Rajoub, ha señalado que "el gobierno de consenso nacional que será establecido, encabezado por Abu Mazen (apodo de Mahmouf Abbas) declarará con claridad e inequívocamente que acepta las condiciones del "cuarteto".

Hamás declaró a tenor del acuerdo con Al Fatah que tiene clara la diferencia entre los puntos de vista políticos de la entidad y los del gobierno de unidad al que se incorporará y añadió que "no tiene necesidad de reconocer a Israel".


Luego matizó la afirmación con una frase tangencial: no es necesario que las organizaciones reconozcan a Israel, es suficiente que la Organización para la Liberación de Palestina -representante de ese pueblo- reconozca al estado judío".

Los palestinos salieron a festejar en las calles el acuerdo entre ambos movimiento, enfrentados desde 2007 cuando Hamás se alzó en armas contra la ANP y se quedó a la fuerza con la franja de Gaza.

viernes, 18 de abril de 2014

El dialogo en Venezuela un camino a ninguna parte


Por Mirta Balea

El diálogo realizado esta semana por una parte de la oposición y el presidente Nicolás Maduro en Caracas en nada ha contribuido a mejorar la situación del país, inmerso en oleadas diarias de manifestaciones desde mediados de febrero pasado.

La máquina represiva se ha mantenido activa todo este tiempo, incluido los dos encuentros de gobierno y oposición, en los que participó el nuncio del Vaticano, Aldo Giordano, como testigo de buena fe.

Giordano no desaprovechó la ocasión para leer una carta del papa Francisco, quien exhortó al gobierno y a la oposición a dejar de lado diferencias políticas y obrar "por el reconocimiento y el respeto por el otro".

El Pontífice expresó "su preocupación por todo lo que está ocurriendo" en Venezuela y agregó que está "convencido que la violencia nunca podrá traer la paz y el bienestar a un país".


El balance de la represión, dado a conocer por la propia Fiscalía del estado, es de 41 muertos, 674 heridos y unos 2,285 detenidos, de los cuales 175 siguen arrestados y sujetos a procesos judiciales por haber "conspirado" contra Maduro al participar en las protestas iniciadas a mediados de febrero pasado.

La represión ha sido expuesta a la luz pública por las redes sociales con vídeos, fotografías y testimonios, que decidieron ignorar los miembros de UNASUR, una suerte de conjunción de doce países de América Latina en lo político, económico y comercial, patrocinadora del diálogo.


Los únicos puntos en discusión debieron ser la salida de Maduro, la convocatoria de elecciones y la liberación de los presos políticos como viene demandando la sociedad civil en sus protestas, pero lo único acordado fue establecer una Mesa de la Verdad para investigar a los participantes directos en la represión.

La Mesa de Unidad Democrática (MUD), que había agrupado a buena parte de la oposición de cara a las dos últimas elecciones, con su líder Henrique Capriles, fue la única que aceptó negociar con los "chavistas". Algunos de sus integrantes se desentendieron de este paso y continuaron en la calle junto a los manifestantes.

Un recién creado movimiento de La Salida, que agrupa a la parte de la oposición negada a dialogar con el gobierno por considerar que esto solo serviría para ofrecer a Maduro un balón de oxígeno, es la mejor prueba de que el encuentro ha creado o quizás, mostrado, las fisuras dentro de quienes no comulgan con el régimen "chavista".

Este mismo mes, Amnistía Internacional ha denunciado las violaciones de los derechos humanos en Venezuela con palizas a detenidos, detenciones arbitrarias por la Guardia Nacional, la Policía y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.

El organismo de defensa de los derechos humanos en el mundo ha recibido y documentado miles de denuncias de estas violaciones y abusos tanto por las fuerzas del régimen, como por las brigadas paramilitares, creadas hace 10 años por el fallecido presidente Hugo Chávez para "defender" su revolución bolivariana bajo el nombre de "colectivos", contra los que Maduro se ha negado a actuar a pesar de las peticiones de la oposición.

La actividad del régimen de destituir a opositores, como el caso de la diputada María Corina Machado, impedida de cumplir sus labores en la Asamblea Nacional para la que fue elegida por una parte de la sociedad venezolana y sobre la que pesa una orden de encarcelamiento, y el apresamiento de líderes de la oposición como el presidente del Partido Voluntad Popular, Leopoldo López, no ha impedido que el gran abanico de fuerzas civiles en la calle le niegue una tregua al gobierno.


Las manifestaciones se realizan en favor de una mejor administración del país ante la incompetencia manifesta de Maduro, heredero político de Chávez y de su legado económico desastroso y que él se ha encargado de empeorar.

La inflación ha pasado en menos de dos años de 25,1% al 56,2%; la compra de productos básicos creció en el 58,85% en el último año y la inseguridad ciudadana alcanza las cuotas más altas de América Latina. 

Caracas registra todos los días 79 asesinatos, 5075 robos y 1793 hurtos, en su mayoría perpetrados por los mismos "colectivos chavistas", imbuidos de una patente de corso por la que no pueden ser procesados.


Quizás sea importante que los participantes en el diálogo por la MUD hayan logrado establecer la Mesa de la Verdad para que pasen por los tribunales los responsables de tanta brutalidad, pero lo cierto es que en Venezuela, nadie se lo cree.

La gente lo que ha visto es que esos líderes de la oposición han reconocido a Maduro como el legítimo presidente y de cierto modo se han humillado ante él al aceptar el diálogo.

Sea por vía de esa Mesa de la Verdad en la que los venezolanos no creen o por el Tribunal Internacional de Justicia (TPI), en la Haya, los  crímenes del régimen saldrán a la luz de una forma u otra y puede que hasta sean condenados.

El pasado 7 de abril, ante el TPI, unos 198 diputados de ocho países de América Latina formalizaron una denuncia por crímenes de lesa humanidad contra Maduro y sus cómplices.

La falta de avances en la solución de los problemas nacionales después del diálogo han servido también para reiterar que si hubiese habido algo que debatir con Maduro la gente no habría estallado y salido a la calle a pedir la dimisión del presidente.

Ha resultado un diálogo equívoco y revelador. Equívoco porque no se ha llegado a nada y ahora resultará aún más difícil mantener un tono libre de golpes bajos y excesos. Revelador, porque ha mostrado la fractura dentro de la oposición venezolana para bien de Maduro.

Puede que los participantes en el diálogo prefirieran, remedando al "Avaro", de Moliére, un vicio cómodo a una virtud fatigante.

Maduro ha dado a conocer, en los días del diálogo, que se había arrestado al menos a 40 oficiales de las Fuerzas Armadas por "conspiración" contra el poder del estado, una acusación a la que dio voz el diario El Universal.

En estos momentos, el presidente venezolano, tras su triunfo frente a un grupo de opositores, que sí, le cantaron la verdad en su cara, pero de nada sirvió, reitera su toque vulgar de recién llegado a la política, con la osadía del que ya no está dispuesto a marcharse.

Por mucho que accediera al diálogo por imaginar su propia necesidad de respiración asistida, al comprobar que las cosas cambian para seguir igual, carecerá ahora de espacios para la reflexión sobre cuándo perdió la conciencia del delito.


Maduro nunca recibirá el reconocimiento de una labor en favor del desarrollo humano y la lucha contra la pobreza. Nunca debió tampoco de cambiar de trabajo, ni firmar con Chávez un libreto inspirado en las aventuras de los hermanos Castro en Cuba, que han llevado a un país en vías de desarrollo y que prometía mucho, a una existencia vegetativa, sin alicientes ni futuro.

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Historia de las relaciones de Fidel Castro con MaoZedong.







Por Tania Diaz Castro


Si en algo Fidel Castro es consecuente, es con Mao Zedong. Desde el principio de su revolución, el dictador caribeño miró de reojo al viejo colega asiático. Han transcurrido 55 años de dictadura y en Cuba la figura de Mao permanece olvidada.

A Mao no le gustó que Cuba estableciera relaciones con Checoslovaquia y la URSS mucho antes de hacerlo con su República Popular China, reconocida por fin por el gobierno cubano el 24 de septiembre de 1960; tampoco que el agente soviético Aleksandr I. Alexeiev, bajo la cobertura de corresponsal de la agencia de noticias TASS, llegara primero a La Habana, en diciembre de 1959, y no los chinos, agrupados en el famoso centro de espionaje de Beijing, Servicio de Inteligencia de la RPCH, conocido por su siglas en español SIC.

No le gustó a Mao que, en 1963, Fidel Castro permaneciera dos meses en Moscú y no hiciera un honorable salto a Beijing.

Lo que ocurría entre Mao y Fidel no se comprendía. Se trataba de dos líderes que abrazaban la misma ideología, que reprimían con mano cruel a los disidentes y opositores, que guardaban en las cárceles a miles de presos políticos y que habían fusilado a cientos de sus enemigos. Hasta octubre de 1960, ya se habían fusilado en Cuba mil 330 personas opuestas al régimen. Aún así, Mao seguía mirando de reojo a Fidel Castro.

En plena vigencia de la Revolución Cultural China, cuyo comienzo fue en 1966 y su final y fracaso, diez años después con la muerte de Mao, Fidel Castro condena, en clara alusión a China, el sectarismo y el faccionalismo del comunismo internacional.

En marzo de 1965, la enemistad entre estos dos hombres se hace más notable y en una reunión de partidos marxistas en Moscú, encabezada por Raúl Castro, Mao no asiste y condena dicho encuentro. Cuatro días despues, Fidel Castro ataca de forma agresiva la línea política de China, ordena recoger todas las obras de Mao Zedong de bibliotecas y librerías y prohibe la entrada de publicaciones chinas.

El 2 de enero de 1966, Fidel Castro acusa al gobierno chino de injerencia en los asuntos internos de Cuba, de defraudar la buena fe de los cubanos y critica duramente que no haya cumplido con el envío de arroz a la isla debido a la posición prosoviética del régimen castrista. A partir de ese momento se agravan las tensiones y ninguno de los dos gobiernos hace nada por limar asperezas.

En un discurso del 13 de marzo de 1966, Fidel Castro califica a Mao de "monarca absoluto". Se supo entre los periodistas oficialistas de aquellos años que el famoso traductor chino Xu Yilin tomó un avión como bola por tronera asustado al escuchar cómo el gobernante cubano ofendía tanto a su amado líder. (Yilin se había pasado siete años en La Habana, según él, "los mejores de su vida", traduciendo las obras de Mao al español por orden de Fidel Castro con una buena paga en divisas extranjeras).

Otra anécdota de aquellos tiempos fue el encarcelamiento del muy conocido profesor habanero de chino y japonés Carlos Carrero -varios años después exiliado en Miami, donde falleció-, acusado injustamente de espiar a favor de los chinos solo porque impartía clases de español a los hijos de los diplomáticos de la nación asiática.

Si alguien había salió perdiendo del conflicto Fidel-Mao fueron los cubanos que gozaban de un crédito  concedido por China  de 70 millones de dólares, más la compra de un millón de toneladas de azúcar.

Desde que Fidel Castro se peleara con Mao no se vieron más sombrillas para la lluvia en las tiendas, ni carreteles de hilo y agujas para coser, ni muebles tallados en tiendas especializadas.

A partir de 1966 y hasta 1984, los chinos y Castro se pelearon a muerte y como consecuencia los cubanos se vieron obligado a adquirir a precios excesivos productos electrodomésticos obsoletos de China, rotos al poco tiempo de uso. El cubano de a pie pagó así los platos rotos de aquellas broncas porque los chinos ni olvidan ni perdonan.

Quienes todavía se preguntan qué ocurría en el fondo, nunca llegaron a saber que los espías más adiestrados del gobierno chino pusieron zancadillas a la penetración castrista en Africa y jamás accedieron a colaborar con Fidel Castro.

Luego vinieron cosas peores, que alteraron el sueño del dirigente cubano: "El sueño chino" da un giro hacia el capitalismo a través de sus reformas de mercado libre y China empieza a crecer.

 Hoy hay miles de empresarios chinos millonarios, Beijing se parece cada vez más a Nueva York, tiene el centro comercial más grande del mundo y restaurantes que ofrecen en Nochevieja un plato de sopa de gallina con raíz de ginseng con cientos de años de antigüedad por 30 mil dólares. 


Seguramente a Fidel Castro -si es que aún se entera de algo- no debe haberle gustado que, hace apenas dos meses, Xi Jinping y John Kerry acordaran actualizar las relaciones entre China y Estados Unidos y fortalecer e impulsar más el desarrollo de los lazos bilaterales a través de la "confianza mutua y la cooperación" entra ambos países.

Como dijera Carlos Alberto Montaner: El comunismo es el modo más largo para llegar del capitalismo al capitalismo.


(Este trabajo fue publicado previamente en Cubanet.org.)

martes, 15 de abril de 2014

Los planes de Putin y la calma chicha de Occidente

Prorrusos en Donetsk



Por Mirta Balea

El presidente Vladimir Putin marca ahora mismo la agenda internacional al llevar adelante -ante las propias narices de Occidente- su proyecto de establecer una zona de influencia de la Federación Rusa sobre los restos de lo que fuera la URSS.

Una reunión prevista para los próximos días en Ginebra para tratar de la situación en Ucrania continúa en vilo porque Rusia no ha confirmado aún su participación. Estarían en la mesa también Ucrania, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Si lo hace, el representante de Moscú intentará que se vea como única salida a la crisis la aceptación de sus exigencias injerencistas de que Ucrania se convierta en una Federación y que en la elaboración de una nueva Constitución - derivada de este hecho- los grupos separatistas del este formen parte de su redacción.

Queda lejos el recuerdo de las palabras del secretario norteamericano de estado John Kerry, durante un encuentro en Londres con el ministro de exteriores ruso Sergei Levrov a propósito del referendo anexionista de Crimea. Entonces calificó de "quimera" las ambiciones expansionistas de Putin.

La UE había tenido con anterioridad un pulso con Putin cuando la guerra en Georgia por la política injerencista de Moscú. Al final, el presidente ruso se salió con la suya y colocó a Abjasia y Osetia del Sur bajo su influencia al separarlas del estado del que formaran parte desde finales de los 90 por la disolución de la URSS y el "fin" de la guerra fría.

Entonces como ahora, amenazó a los europeos con cortar el gas que pasa por el oleoducto ucraniano y lo hizo durante unos días.

Lo verdaderamente irónico de esta puja es que Rusia sería el más afectado si la UE decidiera entrar con la manga al codo en el asunto de las sanciones y hacerlas más efectivas. Hay que tener en cuenta que la economía rusa no es de las más competentes y el estado se halla muy endeudado.

La UE es el principal socio comercial de la Federación Rusa. De esta asociación de estados, depende la compra de mas de un 35% del petróleo y gas rusos.

Es cierto que las sanciones financieras acordadas por la UE han perjudicado al Reino Unido, Luxemburgo y Chipre; las energéticas, a Alemania, Polonia, Italia, Finlandia, Bulgaria, Eslovaquia, República Checa, Austria, Grecia y países bálticos; el embargo de armas, a Francia, y el turismo, a España.

El error de los europeos ha sido, a la luz de los acontecimientos, dar por sentado que Rusia respetaría los acuerdos firmados, lo que les ha impedido diversificar el aprovisionamiento de petróleo y gas y poner en marcha -por temor a sus costes- una política energética común.

El presidente interino de Ucrania, Alexsander Turchinov, ha acusado directamente a Moscú de estar tras la ocupación de instalaciones gubernamentales y de seguridad en la mitad este del país por elementos separatistas, que se ocultan tras pasamontañas.

Ucrania ha figurado siempre entre los planes de Putin de crear una Unión Aduanera, de la que formarían también parte Bielorrusia y Kazajstán, como un aperitivo para la resurrección de la URSS.

Para lograr la adhesión de Ucrania, apostó fuerte por el presidente Viktor Yanukovich, a quien prometió una reducción de casi la mitad del precio del gas y una ayuda para salir del agujero económico en que se halla el país.

La negativa de Yanukovich de firmar un acuerdo de colaboración con la UE para complacer a Moscú resultó ser el detonante de las manifestaciones en Kiev que dieron al traste con su régimen y obligaron al personaje a asilarse en Rusia.

Putin se recompuso pronto del golpe inesperado y logró que los acontecimientos fluyeran hacia la anexión de Crimea por la Federación Rusa. Ahora solo necesita desestabilizar al gobierno interino en Kiev y seguir culpando a Occidente de la crisis política en esa zona.

En las regiones orientales, hay una importante presencia de rusos, pero la mayoría de la población es de la etnia ucraniana, a la vez que siempre han existido grupos ultras pro rusos dispuestos a obedecer cualquier orden de Moscú.

El despliegue de tropas rusas en la frontera común en un número de 40 mil efectivos es la manera del Kremlin de despejar incógnitas sobre sus intenciones y ha obrado su magia.

El gobierno interino de Turchinov, que en principio no quería oír hablar de federalismo, ha accedido a realizar un plebiscito el próximo 25 de mayo, junto a las elecciones presidenciales, para que toda Ucrania pueda escoger el tipo de Estado que desea tener y esta es una de las dos modalidades previstas de preguntas.

Los pro rusos de Donetsk y Lugansk se sintieron apoyados en sus ansias separatistas y actuaron en consecuencia. Han pasado por alto el ultimatum dado por Kiev para el abandono de las instalaciones oficiales ocupadas e incluso han proclamado una República Popular, con bandera rusa.

Tan pronto finalizó el ultimatum hace dos días, el presidente Turchinov firmó un decreto para la intervención bajo el supuesto de combatir el terrorismo, a fin de hacerlo encajar en la letra de la Constitución de Ucrania. La primera unidad de intervención del recien reestructurado ejército, que durante el mandato de Yanukovich perdió su fuerza disuasoria, salió hoy hacia el este del país.

Las fuerzas separatistas, como ocurriera en Crimea, visten uniformes del ejército ruso sin identificación y se sirven de recursos rusos en armamento y comunicaciones individuales, con señal de hasta dos kilómetros.

De momento Occidente sigue confiando en una salida diplomática de la crisis y apuesta por Ginebra, a pesar de los preocupantes movimientos de tropas rusas en la frontera con Ucrania, que en cambio sí ocupan y mucho a miembros de la Alianza Atlántica como Polonia, que ha llegado a pedir el despliegue de tropas "otanistas".

La OTAN se ha reunido hoy para ver sus opciones en el reforzamiento de su logística. Sus miembros no es que se estiren mucho con el dinero. De la UE, recibe solo un 20% de su presupuesto.

El expansionismo ruso manifestado en los últimos cinco años con la separación de Abjasia y Osetia del Sur de Georgia y la reciente anexión de Crimea no es que haya obrado como incentivo para que la UE y Estados Unidos ejecuten políticas más agresivas contra Putin.

El presidente ruso ha tenido en cuenta con toda probabilidad que sus adversarios son todo menos temibles. La UE carece de liderazgo y recien ahora ha comenzado a salir de una crisis económica monumental y teme el cese de la energía rusa. Estados Unidos, bajo la batuta de Barack Obama, siempre dubitativo sobre los pasos a dar en casos de crisis, siente muy lejanos los problemas que vayan más allá del Atlántico.

Rusia continuará dictando el orden de la situación mientras crea que las amenazas no serán efectivas en un futuro próximo, en cambio sí tiene en cuenta la importancia de China en este juego de ajedrez, cuya partida no ha concluido aún.

Levrov ha viajado hoy a Shanghai para hablar con las autoridades chinas de un acercamiento, que se haga más evidente, dentro del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que ambos países tienen poder de veto sobre cualquier resolución.

El presidente de Ucrania se habría puesto en contacto con el secretario general de la ONU para pedir la intervención de los "cascos azules" ( junto al ejército ucraniano) en el este del país, lo que fue descartado de inmediato por un portavoz del organismo internacional al aclarar que tal acción requiere del permiso del Consejo de Seguridad, donde Rusia la vetaría.

En un intento de condenar el referendo anexionista de Crimea hace un mes, China se había abstenido de votar en el Consejo de Seguridad, en una extraña maniobra de cara a la neutralidad nada coherente con sus posturas anteriores a favor de Moscú. 

Un ejemplo sería su pas de deux en torno al conflicto sirio, que cada vez que se ha pretendido arreglar de algún modo con resoluciones de las altas instancias de la ONU, se ha colocado siempre del lado de Moscú, principal aval de peso en el mundo del presidente Bashir el-Assad.

Putin se ha visto así impelido a moverse porque en realidad no sabe qué esperar del gigante asiático, uno de los principales clientes de la UE.

Relacionar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2014/03/las-tensiones-en-crimea-se-incrementan.html

jueves, 10 de abril de 2014

Las Cortes españolas rechazan el separatismo catalán

Las Cortes españolas



Por Mirta Balea

Las Cortes - donde reside la soberanía del pueblo español-, con su sonido clásico de disco de vinilo, dio un contundente portazo en las narices al intento catalán de hacerse con prerrogativas que corresponden al Estado. 

Los legisladores no han tenido más que atenerse al canón de la Constitución con su retahila de supuestos, que aparentan desgana, pero que emiten quejidos fuertes nada más escuchar una frase inapropiada.

Lo identificativo se convirtió en reiterativo durante el debate de este martes en sesión plenaria de la propuesta catalana de transferir competencias a su gobierno autonómico (Generalitat) para realizar en noviembre próximo un referendo independentista. Los legisladores recordaron que la soberanía no es transferible y reside solo en el pueblo español como un conjunto de voces y no en una parte del coro. 

La petición encontró el rechazo de 299 diputados, otros 47 dijeron sí y solo hubo una abstención, la de Coalición Canaria.


Los secretarios generales del Partido Popular (PP) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, mostraron músculo frente al proyecto del presidente de la Generalitat, Artur Mas, con una posición común coordinada en una reunión previa el pasado día 8.

Ambos consideraron que el desafío secesionista de Mas requería de una respuesta de Estado y común a los dos grandes partidos nacionales y únicos, de momento, con posibilidades de gobernar.

La consulta -según la mayoría de opiniones de los juristas en los medios de comunicación nacionales- no tenía encaje en el actual marco jurídico. El Parlamento catalán, sin embargo, había proclamado el 23 de enero del 2013 que el "pueblo de Cataluña tenía derecho a decidir su futuro político".

El rechazo de la Cortes se basó en tres elementos: la competencia no es transferible, por lo que ninguna comunidad autónoma puede por sí misma establecer su condición política ni convocar de manera unilateral un referendo de autodeterminación.

La estrategia de Mas al llevar lo del plebiscito al Congreso de Madrid era muy simple: dificultar cualquier recurso del Ejecutivo ante el Tribunal Constitucional y limitar la necesidad de la autorización previa de éste para realizarlo.

Mas, que se acuarteló en el Palau de la Generalitat de Barcelona, apareció al término de la sesión plenaria Madrid en la galería gótica del edificio para reafirmar el proyecto soberanista a pesar del "doloroso NO" y de paso anunció la hoja de ruta a seguir hasta noviembre.

Poco antes de que el Parlamento catalán tomara su decisión de realizar una consulta sobre la pretendida nueva condición política de la Autonomía, Mas se había entrevistado en Madrid con Rajoy para pedirle más dinero y algunos beneficios fiscales, todo lo cual le fue negado.

El presidente - que hacía pocos meses estaba en el cargo- consideró que no podía seguir dando dinero a una Autonomía que figura entre las más endeudadas del país y tampoco podía concederle beneficios de las que carecen otras.

El presidente de la Generalitat, que había formado gobierno gracias al ala más radical del catalanismo, Esquerra Republicana per Catalunya, decidió lanzar su proyecto separatista y llevarlo a cabo contra viento y marea.

El periodista José María Marco, en el diario La Razón, hizo una interesante reflexión. "El nacionalismo de finales del siglo XIX y principios del XX ha sido un movimiento de reacción contra el liberalismo, contra la igualdad, contra la democratización, con la universalidad y la dignidad del ser humano, contra la racionalidad en política y contra la política misma".

Y aunque Mas, su partido Convergencia i Unió y sus aliados de ERC desearían desembarazarse de ese nacionalismo conservador con dimensión española, que les aleja de lo subversivo, han considerado llegado el momento de emanciparse.

Rubalcaba dijo en su alocución ante los legisladores nacionales que su partido es socialista no nacionalista y aunque se sabía del pacto con Rajoy por la cuenta que le tiene las elecciones del 2015, lo cierto es que el Partido Socialista Catalán, de Pere Navarro, le ha obligado en los últimos meses a introducir matices que han oscurecido su discurso sobre política territorial.

Navarro, como Mas, tampoco se personó en las Cortes y después que el presidente de la Generalitat reafirmara la celebración en noviembre del referendo, ha mostrado su acuerdo en se reactive la ley de consultas catalana, aprobada en 2010, para hacerlo posible, y pactar también una norma electoral para la Autonomía a fin de que el plebiscito sea supervisado por una autoridad electoral regional y no por la Junta Central Electoral, que se ocupa de todas las elecciones en el país.

Ambas partes, Rajoy, como gobierno, y Mas, como artífice del proyecto separatista, han llamado al diálogo. El presidente del Ejecutivo central, en ocasión de la sesión plenaria del Congreso, tras el triunfo del NO, dijo que "quien no esté conforme que inicie el proceso" de reforma de la Constitución.

De momento ninguno sabe quién debe comunicarse primero con el otro para fijar día y hora del debate, quizás porque Madrid se horroriza ante la posibilidad de una escisión catalana o porque Barcelona no quiere dilatar la realización del referendo.

La política, lo sabemos desde los griegos, va de la cosa pública (res publica) y poco importa si eres catalán o andaluz, católico o musulmán, la Constitución es el muro que impide que un hecho confesional, étnico, regional, se haga con el control de la soberanía nacional. Y esto es así, porque el cumplimiento de la ley no conlleva contraprestaciones. Es lo que llamamos Derecho, que no Justicia.

Mas da vueltas desde hace catorce meses en el limbo de las ideas y no ha entrado aún, al menos públicamente, en el purgatorio de las consecuencias reales que se derivarían del hecho de desgajarse de España.

Cuando salió a enfrentarse a los periodistas tras el debate de las Cortes, anunció que analizará lo que dan de sí "los marcos legales internacionales", con toda probabilidad pensando en la decisión del 2010, del Tribunal Internacional de la Haya, que dio legitimidad al derecho a decidir la independencia de Kosovo bajo tres supuestos: que el proceso no fuera violento, que tuviera lugar en un ámbito escrupulosamente democrático y después de agotar todas las negociaciones con el Estado matriz.

Kosovo era una autonomía de Serbia, administrada por Naciones Unidas, cuando su parlamento declaró de manera unilateral la independencia. Obtuvo enseguida el reconocimiento internacional y como consecuencia se constituyó en un nuevo Estado en 2008. 

Muchos consideran que el gobierno de CIU y ERC cometió el error de presentar a debate la transferencia de competencias para efectuar el plebiscito en vez de la alternativa de modificar la Constitución, propuesta, entre varias opciones, por el Consejo Asesor para la Transición Nacional (adscrito a la Generalitat) en un informe encargado por Mas. 

Si tenemos en cuenta que quienes votaron en contra estuvieron en su mayoría, al menos PP y PSOE de manera declarada, en favor del diálogo para una reforma de la Constitución, la vía habría sido mucho más expedita.

España tiene ahora mismo dos problemas relacionados con el separatismo, uno es Cataluña, el otro, los vascos. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, aprovechó la sesión plenaria para insertar en su discurso favorable al referendo que Rajoy tiene "dos patatas calientes" en sus manos.

Rubalcaba fue más explícito que el presidente del gobierno al proponer la apertura de un "proceso de negociación democrático, transparente, legal y acordado" para una nueva Constitución y un nuevo Estatuto catalán.


La progresión dramática de la reunión de legisladores españoles resultó leve porque casi todo estaba dicho con anterioridad.

Quedó constancia en el Hemiciclo que Mas ha pintado ante sus electores un futuro idílico como estado independiente sin hacer mención a los inconvenientes; que no les ha explicado que perderán todos los derechos, incluido el de circulación y entrada por España o en el espacio europeo; que quedarán fuera de las instituciones europeas, del euro, de la ONU y de todos los tratados internacionales.