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lunes, 25 de mayo de 2015

Elogio de la incertidumbre







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Por Carlos Alberto Montaner

Es muy doloroso contemplar las imágenes. Como tantas veces se ha dicho, nuestro pasado comenzó en Ur, la ciudad sumeria, cinco mil años antes de Cristo. Hay una línea cultural contínua entre aquel remoto poblado mesopotámico y New York, París o Montevideo.
La guerra santa o yihad desatada por el Estado Islámico nos afecta también. El califato surgido a sangre y fuego entre Irak y Siria, además de decapitar enemigos, destripar a chiítas, yazidíes y cristianos, violar y esclavizar a mujeres y niños, se dedica a destruir los restos del espléndido pasado pagano aún en pie.

Muchos de  los depredadores islamistas son jóvenes criados en Occidente. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué sentido tiene pulverizar a martillazos un milenario y hermoso hombre-toro alado, un majestuoso Lamasu asirio, perteneciente a una religión cuyos rastros se pierden en el tiempo y que ya nadie profesa.

La culpa es de la certeza. El fanatismo violento de los yihadistas surge de la convicción absoluta de que ellos saben cuál es el Dios verdadero y no tienen la menor duda de que cumplen al pie de la letra las órdenas trasmitidas por su libro sagrado, el Corán.

Si vamos a creer a la Biblia, cuando Moisés desciende del Sinaí con los diez mandamientos que le ha entregado Yahvé sabe que el quinto de esos preceptos es "NO matarás", pero la cólera que le provoca ver a los israelitas adorar a un becerro de oro, fundido por su hermano Aaron, lo lleva a ordenar la ejecución de tres mil personas.

Moisés tenía la certeza de que esa, aunque contradictoria, era la voluntad de Dios.

El emperador Constantino, que en el 313 impuso en Milán el Edicto de la Tolerancia, en el 354 rectificó cobardemente y ordenó la destrucción de cientos de bibliotecas y templos paganos. Las rocas calcinadas dieron origen a fábricas de cal.

Cinco años más tarde, los cristianos en Siria, entonces en un rincón ilustre del mundillo helénico, se adelantan 1700 años a los nazis y organizan los primeros campos de exterminio para paganos y judíos en la ciudad de Skythopolis.

Desde entonces y por los siglos de los siglos, los judíos fueron el objeto de todas las persecuciones. Papa tras Papa, comarca tras comarca, los persiguieron, machacaron y expulsaron. Lo hicieron los alemanes, ingleses, italianos, polacos, rusos, españoles, portugueses, cristianos y mahometanos. Lo hizo todo el que podía en nombre de algún Dios verdadero.

Sin dudas, matar enemigos del Dios verdadero ha sido un deporte universal muy practicado. El papa Inocente III, en la Edad Media, desató el genocidio de los herejes albigenses y cátaros. Decenas de millares fueron ejecutados. Cuando le advirtieron que estaba asesinando a justos y pecadores, respondió que no importaba: "Dios se ocupará de mandar a unos al cielo y a otros al infierno". Era solo el preámbulo para las terribles guerras de religión que asolaron la Europa del Renacimiento y la Reforma, liquidando literalmente a millones de personas.

Simultáneamente, en América, mientras creaban ciudades y universidades, los frailes y los conquistadores españoles asesinaban indígenas, quemaban códices y destruían templos, para convertir algunos en iglesias, con el afan de destruir para siempre cualquier vestigio de unas creencias paganas que a ellos se le antojaban como propias del demonio porque incluían los sacrificios humanos.

¿Lo menos peligroso, pues, es ser ateo? Tampoco. Ser ateo puede derivar en otras formas de atropello similares a las practicadas por los creyentes. Al fin y al cabo, afirmar que Dios no existe, entraña una certeza tan temeraria como la de quienes opinan lo contrario.

Los marxistas -leninistas, convencidos de que "la religión es el opio del pueblo" -una frase de Karl Marx-, han perseguido a los cristianos en Rusia y Europa, mientras los chinos y camboyanos han agregado a los budistas en sus listas de víctimas.

En los Estados ateos, miles de templos han sido destruídos o confiscados y dedicados a otros menesteres.  Enver Hoxa, en Albania, convirtió la negación de la existencia de Dios en dogma nacional y hasta creó un Museo del Ateísmo por el que desfilaban los estudiantes para aprender a odiar a los creyentes, ya fueran mahometanos  (la mayor parte) o cristianos. Las mezquitas e iglesias se convirtieron en recintos laicos.

En Cuba, más de 200 escuelas católicas y protestantes fueron expropiadas y decenas de sacerdotes tuvieron que exiliarse. Para agregar sal a la herida, el centro de detención más despiadado y siniestro de la policía política comunista llamada "Villa Marista" fue antes una escuela católica de la orden de los HH Maristas. Como me dijo un exprisionero que había perdido en esa cárcel los dientes, el cabello y la fe religiosa: "Ahí antes te salvaban el alma; ahora te la parten".
Admitámoslo, solo la incertidumbre nos hace flexibles y aceptantes. Quien no duda es un ser muy peligroso. Puede matar sin que le tiemble el pulso. Como los yihadistas.

Este artículo fue publicado se ha tomado de Cubanet.

jueves, 21 de mayo de 2015

¿Era Cuba un país atrasado antes de 1959?

Cuba fue el primero país de Latinoamérica en tener televisión (foto de Internet)


Por Roberto Jesús Quiñones

 En su afán por reescribir la historia, el régimen en Cuba ha minimizado éxitos indiscutibles de la primera mitad del siglo XX y se ha apropiado de ideas y proyectos surgidos en aquel período.
Pese al bombardeo incesante de los medios de comunicación controlados por el gobierno, cada vez más los ojos de los ciudadanos se vuelven hacia aquella república pues nada provoca tanta suspicacia como la reiteración del mismo discurso.
Algunos de los temas preferidos por los oficialistas para denigrar a gobiernos anteriores a 1959, se refieren a la educación y la cultura. ¿Era Cuba un país atrasado en esos aspectos?
La educación
Un suceso desconocido para muchos es el curso de verano impartido en el año 1900 por la Universidad de Harvard a 1700 maestros cubanos.Esto fue algo que revolucionó el magisterio en Cuba y sus efectos resultaron ser inmediatos. 

Cuando el curso tuvo lugar, Cuba presentaba una tasa demográfica de 1 572 797 habitantes, con sólo 312 aulas y 34 579 alumnos, según cifras de 1889. Un año después de lo de Harvard, habían 3 313 aulas y 172 273 alumnos.
A partir de ese momento, el sistema educacional en Cuba fue en ascenso. 

A las escuelas públicas se unió un moderno sistema de escuelas privadas y cuando Fidel Castro se hizo con el poder en 1959, Cuba se situaba los países con mayores índices de alfabetización y nivel educacional en el continente y el mundo, al extremo de contar con Institutos de Segunda Enseñanza en todas las ciudades importantes del país y con tres universidades para una población que apenas rebasaba los cinco millones de habitantes.

La cultura
Algo que asombra de Cuba es la cantidad de científicos, artistas e intelectuales de prestigio que ha aportado al acervo de la humanidad. Si la historia colonial fue un exponente de ello. La tendencia eclosionó entre 1902 y 1959.

Si nos constreñimos a las artes plásticas, bastaría mencionar los nombres de Armando Menocal, Leopoldo Romañach, Marcelo Pogolotti, Carlos Enríquez, Fidelio Ponce, Amelia Peláez, Rita Longa, René Portocarrero, Víctor Manuel, Eduardo Abela, Mariano Rodríguez, Servando Cabrera, Mateo Torriente y Wilfredo Lam, entre otros muchos con una obra consolidada antes de 1959.

Mencionar a los escritores y músicos de primera línea haría muy extensa la lista. Sólo diré que en ambas manifestaciones las resonancias cubanas en el continente, e incluso mundiales, eran de primera magnitud.

La vida teatral era sumamente activa y no sólo La Habana recibía la visita de importantes artistas internacionales sino muchas ciudades del interior del país. Si hoy se comparan las cifras de teatros que funcionaban antes de 1959 con la del período posterior la diferencia resultará abismal y demostrará cuánto daño ha hecho a la diversificación de la cultura el control del Estado.

 Cuba fue, también, el primer país de América Latina en implantar la televisión y La Habana la capital que más cines tenía con relación a su población.

La ensayista y poetisa Uva de Aragón en su texto titulado “El papel del intelectual en la República de Cuba”, asegura que en el período republicano se crearon con apoyo oficial y notorios esfuerzos individuales la Biblioteca Nacional (1901), la Academia de la Historia de Cuba (1910) -que el actual gobierno cerró para reabrirla recientemente-,la Academia Nacional de Artes y Letras (1910),el Museo Nacional (1913),la Academia Cubana correspondiente a la Academia de la Lengua Española(1922), la Academia de Ciencias (1928) y la de Educación (1936),la Junta Nacional de Arqueología (1937), la Sociedad Geográfica de Cuba y la de Derecho Internacional y se publicaron al menos quinientas cincuenta y ocho revistas de mayor o menor duración. Ni hablar del número de diarios. Baste decir que Cienfuegos, una ciudad pequeña, llegó a contar en una misma época con once.

La iniciativa privada creó el Ateneo (1902), la Sociedad de Conferencias (1911), la Universidad Popular (1914), la Sociedad del Folklore Cubano (1924), la Sociedad Pro Arte Musical (1918), la Institución Hispánica de la Cultura (1936), la Alianza Cubana por un Mundo Libre contra el Fascismo (1941), la Sociedad de Estudios Africanos (1943), el Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945) y la Sociedad Cubana de Filosofía (1948).

Pero lo más importante fue el clima en el que se desarrollaron esos intelectuales, que podían exponer sus puntos de vista sin censuras ni exclusiones. No en balde la autora del texto citado afirmó: “Los creadores cubanos fueron fieles a las normas estéticas que cada uno se fijó. No sacrificaron la calidad de sus obras ante ninguna otra exigencia y prefirieron siempre la ‘indiferencia oficial’ a un patrocinio estatal que pusiera bridas a la libertad creadora”.

Este texto ha sido publicado previamente por Cubanet.

domingo, 17 de mayo de 2015

El Papa Francisco y la paz en el Medio Oriente

El papa Francisco

Por Mirta Balea

Los evangelios del Nuevo Testamento, como otros escritos que forman parte de la historia sagrada del cristianismo, han resultado ser un gran manto elaborado a partir de parches de telas diferentes, pero la inmensa mayoría de creyentes los sigue considerando verdades inmutables. 

Los textos aceptados por la Iglesia de Roma coinciden en decir que los seguidores de Jesús habían huído cuando fue crucificado, así que allí no quedó nadie para dar testimonio de lo que ocurrió o de cómo ocurrió. 

La tradición cristiana asegura que la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalem, fue erigida sobre el lugar de ejecución de Jesús. En el año 30, que es la época de la que hablamos, era una cantera de piedra caliza llamada Gólgota, un lugar inhóspito, estrecho, porque no tenía más de tres metros de ancho, lo que habría impedido levantar siquiera una cruz y, muchos menos, tres como se afirma.

Los evangelios resultan ser testimonios de oidas, no de testigos oculares, y en muchos aspectos lo que narran no encaja con la forma de vida en esa zona en el siglo I si nos remitimos a los hallazgos arqueológicos.

La historia, como ocurre con la vida, se abre paso y deja al descubierto ciertos engaños, ciertas prácticas perversas, que, en su momento, llegaron a enfermar el cuerpo social; y aún cuando muchos cristianos se resisten a aceptarlo, la Iglesia católica hace ya tiempo exoneró a los judíos de la culpa colectiva por la muerte de Jesús.

Todo empezó en los años 60 del pasado siglo cuando tuvo lugar el Concilio Vaticano II, que realizó el primer intento de corregir la mentira con la declaración Nostra Aetate. Luego Juan Pablo II se convirtió en el primer papa de la era moderna en visitar una sinagoga, la Gran Sinagoga de Roma, donde sus predecesores habían confinado a los judíos hasta el siglo XIX.

Visitó Jerusalém en el año 2000 y rezó ante el Muro de las Lamentaciones, no sin antes abrir, en 1992, las puertas a las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel.

Hay que decir que Israel no fue recíproco en ese gesto puesto que hasta el día de hoy no han negociado acuerdos bilaterales para permitir a las instituciones cristianas tener propiedades ni acudir a los tribunales, es decir, no les han conferido identidad jurídica.

Pasos similares en el proceso de reparación de errores iniciado por Juan Pablo II, los dió el sucesor Benedicto XVI y todos apostaron porque el papa Francisco haría aún mucho más que ésto.

Habida cuenta de que Buenos Aires tiene la mayor comunidad hebrea del hemisferio sur, cuando era arzobispo de la capital argentina, Jorge Mario Bergoglio, celebró el Rosh Hashaná y el Hannukah en sinagogas locales, expresó su solidaridad con las víctimas del Holocausto judío durante la era nazi y se hizo amigo de un prominente rabino, Abraham Skorka, con quien escribió un libro sobre este tema de la reconciliación : En la Tierra como en el Cielo.

Esta famosa frase procede de los Herméticos, definidos como escritos en griego y latín con las enseñanzas religiosas o filosóficas atribuidas a Hermes Trismegisto, una figura de ficción que engloba a un maestro y a su alumno en las narraciones. Carece de importancia considerarlas religiosas o filosóficas porque las doctrinas eran el medio para ayudar a la fe en aquellos tiempos.

No voy a extenderme en este punto, solo aclarar que los Herméticos llegados a nosotros datan del siglo III de nuestra era. Guiados por la tradición del Timeo de Platón y no por el Nuevo Testamento, los hermetistas creían en el Cosmos como el Dios, no veían a Cristo como el salvador de la humanidad, sino que la propia nous divina proporcionaba al hombre su salvación, que no había que encarnar en la Tierra, sino considerar que como era en el Cosmos era abajo, como en una gran bóveda de conocimiento.

En los Herméticos, si nos tomamos el trabajo de leer los escritos llegados a nuestros días, obtenemos un vislumbre de los talleres que dieron forma a la cristiandad.


La tradición cuenta que Judas se escabulló para hablar con los sacerdotes del Templo que le pagaron 30 monedas de plata por llevar a los soldados romanos hasta el olivar de Getsemaní donde se hallaban recogidos Jesús y sus discípulos.

Judas es la forma griega de Judea y que el nombre del traidor represente un símil resulta muy sospechoso. Si leemos los escritos de Pablo, muy anteriores a los evangelios, no encontraremos mención alguna a un traidor ni que se le identifique como uno de los seguidores de Jesús. 

La similitud -como han probado algunos estudiosos- proviene de un cuento de Zacarías en el Libro de los Reyes de cómo el rey pastor de Israel resultó traicionado por 30 monedas de plata por un hombre que lo señaló con un beso.

En el evangelio de Marcos, Jesús comparece ante el Sanedrín, allí se entrevista con Caifás, y las altas autoridades del Templo realizan un juicio secreto incompatible con las normas de la Torá. Lo hacen con nocturnidad, lo que resulta improbable puesto que los juicios se hacían de día y no queda claro si estos señores tendrían jurisdicción para ésto. Aun así, lo sentencian a la pena de muerte, que en este caso no sería la crucifixión, un instrumento puramente romano, sino a la lapidación.

La decisión de crucificar a Jesús fue de Poncio Pilatos y si revisamos cronológicamente los escritos cristianos veremos que cuanto más avanzamos mejor persona resulta. El ofreció a Barrabás al pueblo judío, como si se tratara de una amnistía, y la gente lo rechazó, como si los romanos realizaran asambleas para saber a quien matar o a quien no.

No hay ningún indicio histórico de una amnistía siquiera parecida otorgada por los romanos a un reo de culpa. El historiador Filón asegura que Pilatos era despiadado y vicioso, ejecutaba a muchos sin juzgarlos e insultaba la fe judía, una y otra vez.

Si prescindimos la proyección histórica que le confiere a Jesús una gran preponderancia, concluiremos que ante los ojos romanos era un hombre más del pueblo y un patricio como Pilatos jamás habría dudado en colgarlo. La pasión de Jesús, no lo olvidemos, apareció narrada entre 20 0 30 años después de su muerte y ante la ausencia de testigos lo lógico sería pensar que la imaginería creó las escenas y diálogos que dieron forma al mito.

Los textos que relatan esta parte de la leyenda, al señalar que los judíos decidieron la muerte de Jesús y no Pilatos porque tenían agravios en su contra, no hicieron más que iniciar lo que hasta nuestros días se ha ido desarrollando como antisemitismo. Para lograrlo no dudaron en reinventarse a Pilatos, cuanto más comprensivo, cuanto más se lavara las manos, más malévolos aparecerían en la historia los judíos. 

Hace un año, el papa Francisco visitó Jerusalem. Entre su cohorte figuraron un rabino y una autoridad musulmana. Allí instó a los líderes de las tres grandes religiones monoteístas a salvar diferencias y dialogar en favor de la reconciliación y la paz en el Medio Oriente.

Habló a las comunidades que "se reconocen bíblicamente como descendientes de Abraham", un patriarca, tan devoto de Dios, que estuvo dispuesto a sacrificar a un hijo en una pira cuando Dios se lo pidió. La Divinidad, en un acto misericordioso, envió a un ángel para impedirlo y en lugar del niño se sacrificó un cordero.

Cuenta la leyenda que Abraham tuvo dos hijos: Ismael e Isaac. El primero, fruto de su relación con la esclava Agar, y el segundo, cuando Dios tuvo a bien concedérselo a la edad de 100 años, con su esposa, Sara, entonces por los 90, al que llamaron Isaac.

Los textos de las diversas religiones difieren en quien fue el llamado por Dios al sacrificio. Como es usual en este tipo de historias, se aprecia una contradicción. Los musulmanes apuestan por Ismael, con 14 años cuando nació el de Sara, y, los cristianos, por Isaac. El primero fue expulsado al nacer el segundo para no menospreciar la maternidad de Sara y salió a vagar con su madre Agar por el desierto. Dios dijo entonces que "de la sierva también haré una nación".

Al cumplirse el primer aniversario de su viaje a Jerusalém, el papa Francisco ha decidido reconocer al Estado Palestino, sumándose a los 130 países que han dado un paso similar, ha recibido este sábado, cuatro días despues, en audiencia privada, al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Hamas, y ha canonizado al día siguiente a dos monjas palestinas.

El reconocimiento del estado palestino ha tenido lugar con un Acuerdo Global, que sustituye al Acuerdo Base firmado en el año 2000 con la Organización para la Liberación de Palestina.

Recordemos que la Asamblea General de la ONU reconoció a Palestina como Estado observador el 29 de noviembre del 2012, un estatuto similar al que gozan Suiza y la propia Santa Sede. Así que el paso dado por el Vaticano tiene el carácter simbólico de tomar en consideración que en los territorios ocupados hay lugares sagrados del cristianismo.

El comunicado sobre el reconocimiento por parte del Vaticano del estado palestino señala que se espera incida "en aspectos esenciales de la vida y la actividad de la Iglesia Católica en Palestina". Lo cual es tanto como decirle a Israel, a un año de la visita a Jerusalem, que se ponga las pilas y comience a dar pasos concretos a favor de las instituciones cristianas en su territorio.

Consultar: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/12/israel-y-la-anp-juego-de-tronos-i.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/12/israel-y-la-anp-juego-de-tronos-ii-final.html


sábado, 9 de mayo de 2015

¿Seguirá o no el Reino Unido en la Unión Europea?

David Cameron, el ganador.
Por Mirta Balea

Para la Unión Europea resultaría una debacle sin paliativos enfrentarse a las consecuencias de que 35 millones de británicos dejasen de formar parte del Club de Bruselas.

Desde la firma del Tratado de Roma en 1957, con el que quedó constituida la Comunidad Económica Europea (CEE) siempre se ha visto el tema de la secesión como un asunto que no afectaría demasiado, ni al euro, ni al tratado de libre circulación de Schengen u otros, ni a la recuperación económica, que enfrenta aún algunas dificultades. 

El inesperado resultado en las elecciones de este jueves en el Reino Unido que ha dado mayoría absoluta a los conservadores de David Cameron, con lo que repetirá en el cargo de primer ministro, hace presumir que mucho ha tenido que ver en la inclinación de la balanza su promesa de realizar para 2017 un referendo sobre permanencia británica en la UE y el prometido cierre de fronteras para disminuir la inmigración.

Nadie puede obviar que Cameron ha sacado al país de la recesión y elevado el nivel de vida. Así que eso ha afectado también al resultado de contar con un 36,9% del electorado, lo que pone en sus manos 331 escaños parlamentarios.

La hipotética salida de la UE tendría lugar dos años después de la notificación formal, según las normas de Bruselas. A esto se opone la City o el sector financiero, que quedaría muy vulnerable ante esa decisión.

Un reingreso de los estados salientes no se ha contemplado en las normas y en todo caso merecería de facto una renegociación, en opinión de algunos expertos. Lo que si resulta innegable es que respecto a su estatuto oficial ante el mundo, el Reino Unido quedaría en un limbo en caso de pedir la salid de la UE desde la realización del referendo en 2017 y que sea oficial dos años después.


La City londinense alberga 250 bancos europeos con 160 mil empleados. El mayor de todos, el HSBO, ha amenazado regresar a Hong Kong si el Reino Unido sale de la UE y se vaticina que el resto hará también las maletas.

Las cifras son muy desiguales a favor de Bruselas. Reino Unido aporta 12 mil millones de libras anuales a las arcas europeas, pero recibe mucho más de Europa, su mayor socio comercial, que aporta al Producto Interno Bruto británico un 5%, es decir, 78 mil millones de libras anuales. La mitad del intercambio tiene lugar con dos pesos pesados: Francia y Alemania, nada partidarios de echar por tierra lo que ha llevado tantas décadas construir.

En cuanto a su promesa sobre cortar la inmigración, en al menos 100 mil personas anuales, los extranjeros siguen siendo una cifra menor que la de los británicos que salen al exterior en busca de mejores opciones, la mayoría con destino a países vecinos y miembros de la UE.

La curiosidad mayor en estas elecciones ha sido la dimisión en cascada de los líderes de los partidos laborista, liberal demócrata y el eurófobo UKIP.

El laborista Ed Miliband, que hasta el último momento confió en las encuestas que le igualaban en voto con los toris, terminó con 48 escaños menos que en 2010.

El liberal demócrata Nick Clegg tuvo también su varapalo al perder 49 escaños respecto al 2010. El líder del UKIP, Nigel Farage, contaba hasta ahora con dos diputados y ahora solo le quedará uno.

La única que mantiene su puesto es Nicola Sturgeon, del Partido Nacionalista Escoces, que de 59 escaños se ha quedado con 56. Esto le ha hecho replantearse la posibilidad de un nuevo referendo sobre la independencia de Escocia (hubo uno en 2014 que perdieron) porque el resultado de las elecciones no inclina la balanza hacia esa decisión, así que al menos que la situación política de un vuelco inesperado, la amenaza secesionista se ha estancado de momento.

Europa no es más que dos guerras mundiales en el siglo XX, un laberinto de fronteras y pueblos construidos sobre imperios finitos y con unos nacionalismos tan complejos que hace difícil definir que país se enfrenta a cual o saber cuales lo harán en el futuro.

Hubo ampliaciones del Club entre 2004 y 2007 como colofón de conflictos iniciados con la Primera Guerra Mundial, pero aún permanecen sin resolver reclamaciones regionales y étnicas de, al menos, 12 países.

La independencia de Argelia en 1962 provocó su salida de la CEE y no se ha producido desde entonces reclamación alguna para volver. Figuró en los tratados hasta Maastricht, firmado en febrero de 1992, porque Argelia formaba parte de Francia  como Departamento, treinta años después de la liberación.

Groenlandia se fue en 1985 por referendo, aunque sigue perteneciendo a Dinamarca, miembro de la UE, por lo que no es un caso cerrado.

La unificación alemana produjo ajustes jurídicos y como en los casos anteriores hubo que retocar tratados. Un reingreso de los estados salientes, sin embargo, no está contemplado y en todo caso merecería una renegociación.

Los principales movimientos independentistas en Europa hasta 2014 están en Escocia e Irlanda del Norte, dentro del Reino Unido; Bretaña, en Francia; Flandes, en Bélgica; Padania, en Italia; y Cataluña, en España.

El derecho internacional avala dos principios incompatibles: el derecho a la autodeterminación de los pueblos y el respeto a la integridad de los Estados existentes. Escoceses y catalanes evocan el primero de estos derechos, contenido en la Carta de las Naciones Unidas, en dos resoluciones de su Asamblea General y en varios pactos internacionales.

El derecho a la autodeterminación nació y solo es explicable a través de pueblos dependientes por estar en una situación colonial o bajo una invasión militar. Así que para conlleva a minorías nacionales dentro de un Estado a no ser que carezcan de instituciones democráticas o sean tratadas con discriminación.

El contrato social no puede renegociarse cada vez que alguien le venga en gana, aun cuando tenemos el derecho a intentar superar el modo en que funciona el Estado a que pertenecemos.

 Europa no es una etnia, ni una comunidad culturalmente integrada, y no podemos pensar que vivir en un país democrático con otras culturas, credos políticos y religiosos o étnicos nos da el derecho a prescindir del diálogo y la negociación para entendernos.

El concepto de ciudadanía en democracia no radica en una identidad nacional, sino en la socialización a través de una cultura política común con iguales derechos y deberes para todos.

La aldea  o sociedad global como se ha dado en llamar a esta forma compleja de vida desarrollada por los humanos no garantiza la homogeneidad, más bien lo contrario. Pertenecer a una minoría no denigra si se tienen iguales derechos, como deberes, sin discriminación.

En Europa coinciden, en la actualidad, lo importante y lo urgente. Los populismos se alzan en el norte inclinados a la derecha y en el sur a la izquierda y nos dan dos aspectos del futuro continental.

De un lado persisten los austeros a ultranza, que solo buscan salir de la crisis, controlar las cuentas, pagar la deuda a como dé lugar, y del otro, la destrucción del proyecto europeo porque si hay que sufrir tanto no vale la pena.

Los radicales intentan agruparse. El Frente Nacional, de Francia, intenta llevar a su seno a los holandeses e italianos, y el UKIP británico a los nórdicos. Tanto si son ultraizquierda como derecha extrema, tienden a acabar con todo lo que no les gusta e instalarse en el tren ignorando al resto de pasajeros.

La inmigración, el desafío de acabar de fraguar la unidad continental y el ascenso de las fuerzas eurófobas han dejado su impronta en la mayoría de elecciones realizadas en los países europeos en los últimos cinco años.

La estrategia Cameron de tocar dos aspectos vulnerables como la salida de la UE y la inmigración le ha valido, y mucho, ganar por mayoría las elecciones. Otra cosa es si podrá cumplir con sus compromisos ante los británicos.








¿Por qué no va a poder auditarse la deuda?

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Por Domingo del Pino

El reembolso de la deuda es, sin duda, uno de los problemas mayores -si no el mayor- de las actuales economías en crisis. Su pago -que en el siglo pasado destruyó las posibilidades de futuro de la mayor parte de los actuales Estados africanos- amenaza ahora con hacer lo mismo en lo que queda del llamado estado de bienestar europeo.

Ser corresponsal en el extranjero la casi totalidad de mi vida profesional me permitió conocer cómo los países africanos perdieron, en un plazo relativamente breve tras las independencia de las metrópolis coloniales, toda posibilidad de convertirse en Estados soberanos e independientes y de controlar sus riquezas, muchas o pocas.

Esa hipotética independencia habría permitido a esos africanos, que prefieren morir en una patera en el intento de entrar a Europa antes que seguir viviendo una realidad sin perspectiva de futuro, recibir una compensación por la mucha sangre derramada en las luchas por liberarse de la colonización y establecer países más o menos bien administrados y con gobiernos dedicados a lo que en África o Europa debería ser la principal función de la Administración política y la única que justifica su existencia: la distribución justa y equitativa de la riqueza creada. 

La historia de África desde la segunda mitad del siglo XX a nuestros días es bien conocida: corrupción masiva de la que siempre se ha omitido mencionar al corruptor, y multiplicación de guerras locales, tribales o regionales por motivos que los interesados no pudieron solucionar por las constantes, permanentes y decisivas intervenciones de las antiguas metrópolis.

Recuerdo que en Marruecos, Túnez y, en menor medida, Argelia, la inmensa mayoría de ciudadanos se empobrecía de año en año a medida que los gobiernos pagaban la deuda contraída o la reescalonaban para pagarla crecida más tarde.

Para paliar la miserable existencia de esos ciudadanos pobres y empodrecidos, los gobiernos habían creado las llamadas Cajas de Compensación para subvencionar los artículos básicos de primera necesidad; en el caso de Marruecos, el azúcar, los cereales/pan, el té, la sémola y quizá algo más, imprescindibles en la dieta de los magrebíes.

Los bancos acreedores se comían la casi totalidad del Producto Interno Bruto de esos países y en ese apetito voraz exigían que el dinero dedicado a la compensación de los productos de primera necesidad (que hacían posible la subsistencia) fuese anulado y dedicado al pago de la deuda. Como era lógico, amenazados en su propia existencia física los magrebíes se rebelaron y sucedieron episodios que recordamos como "las revueltas del pan". La represión fue terrible y solo en Marruecos, más de mil personas perdieron la vida.

África está agotada como fuente de enriquecimiento de los financieros a través de la deuda y ahora le ha tocado a Europea, en escenarios que, salvando las distancias, se parecen a los africanos en aquello de que son los más débiles quienes más han sufrido y sufrirán para que los Gobiernos puedan pagar a los acreedores.

Y aquí llegamos al problema principal de la deuda y la idea de Grecia y, durante un momento fugaz, también del grupo español Podemos, de auditar la deuda. Quiero ser claro al respecto: la deuda legítima, sin duda, hay que pagarla, pero puesto que la paga el ciudadano que no es quien la contrajo y ni siquiera sabe en qué condiciones se pactó, ni para qué fines, ni en qué circunstancias ¿por qué no se va a poder auditar la deuda?



(Este comentario lo ha cedido a este blog, despues de su publicación en Facebook, por el autor).