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jueves, 17 de noviembre de 2011

Italia: un nuevo gobierno para la crisis

Berlusconi presenta al nuevo primer ministro Monti




Por Mirta Balea

Silvio Berlusconi ha cedido el poder en Italia a Mario Monti, un hombre salido de la élite de la Unión Europea (UE), quien coge desde hoy las riendas y cabalgará sobre la crisis, que tras enseñar la "patita" hace cuatro años, ha llevado al borde del abismo a los países desarrollados.

Berlusconi deja como recuerdo, tras salir de escena, imágenes de puro histrionismo, bromas de mal gusto, la procacidad y, quizá,  la brillantez de algunos de sus aciertos y  gobiernos insólitamente duraderos. Deja también al país en estado de emergencia nacional y al borde de la bancarrota.

Sus últimos días transcurrieron entre responsabilidades, dudas y estrategias de última hora para no tener que ceder el cargo, pero el desánimo, la frustración y la incertidumbre dejaron a Il Cavalieri sin excusas y hubo de transigir ante el llamado de la UE, favorable a un gobierno menos político y más tecnocrático.

Así apareció el "salvavidas" Monti - un alter opuesto al extravagante populista-, concluidas las conversaciones el pasado fin de semana del presidente Giorgio Napolitano con los diversos partidos del arco político italiano. Después, personalmente, encargó al prestigioso economista la formación de un nuevo Gobierno.

El Ejecutivo quedó listo para sentencia la víspera y hoy ha recibido los favores del parlamento de Roma. De acuerdo a la presentación realizada por el nuevo primer ministro, las claves de su proyecto son rigor presupuestario, crecimiento económico y equidad social, que en resumen vienen a ser las mismas que el resto de los gobiernos del Club de los 27.

Monti sabe lo que se juega con su experiencia acumulada durante el tiempo que pasó en Bruselas al frente del Comisariado de Competitividad de la UE y por eso ha decidido encargarse de las carteras de Finanzas y Economía, en su gabinete de 12 ministerios con el perfil menos político de la historia, según la prensa italiana.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) valoró a Italia en 2008 como la séptima economía del planeta y la cuarta en Europa, tras Alemania, Reino Unidos y Francia. En cuanto al turismo, ocupa el cuarto lugar en el mundo.

La economía italiana es industrial, muy diversa, con un desarrollado norte en contraposición al agrícola sur. Importa y exporta a los mismos países que le preceden económicamente y a Estados Unidos y España y su producción per cápita y total se asemeja a la de Francia y Reino Unido.

La propia crisis mundial ha impuesto la transición a un nuevo modelo, según las cesiones de poderes entre las grandes potencias y la redistribución del dinero y del nivel de bienestar de las sociedades más desarrolladas, entre las que se cuenta Italia. Todos la han llamado la primera de la era de la globalización, por lo que no tiene precedentes y muestra un escenario complejo en un juego de competencias y jerarquías más abierto a los países y mercados emergentes.

El nuevo Gobierno italiano ha consegido la confianza de las Cámaras, pero no sabemos aún si esto será suficiente en la anhelada normalización de la actividad económica para la que se precisa un restablecimiento de los equilibrios macro-económicos y financieros y la puesta en marcha acelerada de las reformas exigidas por los organismos internacionales y que Berlusconi no pudo o no quiso acometer.

Berlusconi seguirá en política o eso dijo antes de ceder el cargo a Monti. No renuncia a todo e intentará continuar y hay que decir que, a pesar de todo lo divulgado por la prensa de todos los colores, este italiano bien plantado, de sonrisa amplia, con juicios pendientes por escándalos sexuales durante su gestión pública, que se ha hecho hasta cirujía plástica, mantiene todavía un cierto arraigo popular porque habla el lenguaje que todos los italianos entienden.

Resulta también el personaje que ha forzado la situación cuando Italia parecía abocada al rescate., aunque no sea el único país en esa situación en la actualidad. El peligro lo comparte España y podría darse el riesgo de contagio a otros si continúa el bajón económico importante que ha hecho vulnerables a Francia, Bélgica y Austria.

Al rescate se llega, como lo hicieron Grecia, Portugal e Irlanda, cuando los bonos a corto plazo anticipan una elevada probabilidad de impago y colapsa la financiación y al país no le queda otra que lanzar el grito de ¡socorro!. La ayuda la brinda el Fondo de Estabilidad Económica y Financiera de la UE, creado el pasado año para el rescate griego, con aportaciónes no solo de ese grupo de naciones, sino del Banco Central Europeo (BCE) y FMI.

Los bonos italianos de 5 años subieron a un 6,29% de interés, el más caro desde que el país entrara a formar parte de la moneda única, y la prima de riesgo alcanzó los 492 puntos básicos el pasado 2 de noviembre, cuando Bruselas jaleaba a Berlusconi para que emprendiera las reformas exigidas en medio del peligro que acecha a una prima por encima de los 450 puntos básicos.

La deuda pública perdía valor como garantía, con lo que los bonos soberanos adquiridos por los bancos como aval para obtener financiación a corto plazo del BCE o de entidades privadas, comenzaron a dejar de servir para comprar dinero, como había ocurrido antes con los países rescatados.

Una semana después, Italia se vió en el atolladero sin remisión, aparente. Ocurrió que una entidad privada, la LCH Clearnet, degradó la deuda del país, lo que trajo como consecuencia el repunte de los rendimientos, que suben en tanto bajan los títulos. Los bonos a 10 años subieron a 7.25% y la prima de riesgo a 553 puntos básicos. En el plano práctico, significa menos crédito para las empresas y los hogares.

A Berlusconi le pasó lo que a los ciegos de la parábola budista que fueron a conocer al elefante y cada uno lo comparó con un animal distinto, según la parte del proboscidio que palpaba. Hay quien, a plena luz del día, confunde al mastodonte con un gatito mimoso.

Una reapertura de las garantías no sería viable en un plazo corto y por lo tanto la recuperación económica se ve también retrasada. Los 100 días de gracia que se daría a cualquier nuevo gobierno para poner en orden la casa no le serán otorgados a Monti. El nuevo jefe del Ejecutivo estará obligado a entrar con la "manga al codo" de las reformas exigidas.

En estos momentos, se cree que Italia está en recesión, que no es solo el efecto de la gestión de Berlusconi, sino del propio fenómeno acentuado en la eurozona y la fuerte ralentización de la economía mundial. Se entra en una espiral deflacionaria con un empobrecimiento general del país y este es el verdadero riesgo a que se enfrenta Monti.

Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/11/union-europa-la-eurozona-con.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/11/grecia-el-final-de-los-dias.html
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