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sábado, 21 de diciembre de 2019

FORO DE SAO PAULO Y LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA.




Partidos y movimientos de izquierda de América Latina en los años posteriores a la caída del muro de Berlín buscaban agrupar fuerzas para controlar la geopolítica de la región. Cuba, que perdió los recursos de la Unión Soviética por esos cambios, reunió en los 90 en Sao Paulo, Brasil, a una parte del socialismo y el comunismo internacional y creó el Foro, que lleva el nombre de esa ciudad y se sigue reuniendo con regularidad para repasar las estrategias.

Los cubanos debían reinventarse por que las fórmulas de guerra de guerrilla y lucha armada para llegar al poder -que habían seducido a muchos en los años 60-70- habían quedado obsoletas a favor de un mandato llegado desde las urnas. Estas fuerzas definidas "progresistas" como suele llamarse a si misma la izquierda, requerían de un marco para el intercambio de ideas sobre la entrada del neoliberalismo en la zona. 

La cuestión que se presentaba en el cambio de estrategia era la cantidad de muertos que se iba conociendo con las represalias de los regímenes a los disidentes y que para restarles importancia se diseño el plan de llegar al poder por las urnas. El Foro llamó a esto "la contraofensiva de los pueblos de América Latina y el Caribe". Pero esa izquierda había exprimido también económicamente a los pueblos para sostener lo insostenible y la sociedades volvieron a las calles buscando vías para cambios políticos y reconstruir el patrimonio dilapidado por sus gobernantes, caso notorio el de Bolivia, donde Evo Morales carecía de ideas para dirigir el país a pesar de los cursos acelerados que le había brindado La Habana.

El neoliberalismo, que tanto preocupa a la izquierda, es una reacción a la labor interventora del Estado en la vida social y económica y adquiere fuerza y reaparece cuando ocurren debacles de la economía capitalista como las del siglo XX, en especial las registrados en los años 20 y 70.

El neoliberalismo considera que la economía es el principal motor de desarrollo de una nación, por ello, todos los aspectos de la vida de una sociedad deberían estar subordinados a las leyes de mercado, defiende el libre comercio para propiciar una mayor dinámica en la economía, lo cual, en teoría, debería generar mejores condiciones de vida y de riqueza material. Cree también que el  Estado debería cumplir únicamente sus funciones fundamentales como organismo regente en la organización de la sociedad.

Es en esa pugna de la izquierda latinoamericana, no solo por subsistir, sino como movimiento que busca perpetuarse en el poder, que nace el llamado Foro de Sao Paulo, que tras la llegada al poder de Hugo Chávez, en Venezuela, fue financiado por el petróleo de ese país. 

Dècadas después de su fundación,vuelve a ser noticia ante la ola de protestas en distintos países para promover la violencia contra las instituciones democráticas del estado. Frente a la confusión, el caos y el desorden que esto provoca, muchos líderes de naciones como Chile, Ecuador y Colombia ven detrás una estrategia de levantamiento consignada en los documentos del Foro.

El senador Alvaro Uribe Velez, en Colombia se apoya en que "Nicolás Maduro dio claramente la señal de que era una conspiración de la izquierda que representa este Foro, traducida en una plan y ejecutoria para destruir regímenes democráticos legítimamente instalados y darle un vuelto a la geopolítica regional", siempre pensando que, una vez llegada al poder, intentaría obtener mayoría parlamentaria para cambiar leyes que le permitirán mantenerse, a ser posible sin pasar por las urnas. 
Al estallar las crisis en Chile y Ecuador el presidente venezolano dijo con claridad que eran debidas a las "brisas bolivarianas". Es así que Venezuela se convierte en la sede más conveniente para esta plataforma supranacional de hacer política.

El régimen socialista no puede pregonar la producción de riquezas porque el sistema es incapaz de generarla por muchas razones, de manera que cuando intenta cautivar a su auditorio, predispuesto a creerle, habla solo de redistribución equitativa de esta riqueza. Pero la realidad es que si no se produce no hay nada que repartir, lo que ocurre en la actualidad en Cuba, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, por citar los casos más notorios.

Los fallos económicos que impiden al socialismo como sistema generar riqueza es su propia piedra angular: la erradicación de la propiedad privada y los mercados con lo que elimina el cálculo racional. Permite presupuestos blandos por lo que resulta imposible descartar métodos de producción ineficientes. Los incentivos se distorsionan si se da preferencia al Estado sobre la propiedad privada, porque en ausencia de esta y de los mercados libres queda inhibida la coordinación económica del sistema de división de trabajo y capital.


Tras la muerte o caída en desgracia de los principales iconos de la izquierda latinoamericana como Hugo Chavez y Fidel  Castro o el procesamiento de Ignacio (Lula) Da Silva por corrupción y al impeachment impulsado contra su heredera Dilma Roussef, el Foro  gira su interés hacia México, donde Andrés Manuel Lopez Obrador siembra ideas socialistas en su país como las promovidas por esta plataforma.

A los regímenes carentes de valores democráticos -aunque digan que lo son más que ningún otro- poco importa si la cosa se les pone difícil para mantener las riendas. Es lo que hizo México al lanzar a la calle a la Guardia Nacional, que es la mayor fuerza de represión contra los civiles, en una acción contraria al derecho internacional de que los militares no pueden o no deben involucrarse en la persecución de delitos o de la administración pública. Antes Maduro había hecho lo mismo en Venezuela.

Lopez Obrador, que pretende seguir el camino de Chávez y Maduro financia su régimen con el petróleo de PEMEX. Venezuela ha financiado todo este tiempo la revolución bolivariana con el dinero de la PDVSA, la gallina de los huevos de oro, hasta que la situación ha entrado en un callejón sin salida con enormes pérdidas.

La caída de la producción de PDVSA no es una buena noticia para Venezuela, un país que obtiene del petróleo el 96% de las divisas con las que paga por la importación de muchos de los bienes que consume, incluyendo gran cantidad de alimentos. La petrolera estatal venezolana experimenta un franco declive en su producción, que ha caído a sus niveles más bajos en tres décadas hasta 1.137.000 barriles por día en noviembre de 2018, según cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), publicadas en diciembre y basadas en fuentes secundarias que la OPEP considera creíbles.
El dato contrasta claramente con los 3.120.000 barriles diarios de crudo que producía la empresa en 1998, el año previo a la llegada al poder del fallecido presidente Hugo Chávez. Petróleos Mexicanos perdió unos 7,500 millones de dólares en 2018, un 47% menos que en el año anterior, según los resultados anuales publicados. El declive de la producción ha sido sostenido en los últimos años. Tan solo en enero de 2019, la firma reportó la cifra mensual más baja desde 1990: 1,6 millones de barriles diarios, un 15% menos que en enero de 2017. 

El populismo nacido del Foro de Sao Paulo gesta en este momento un movimiento transversal continental exportando conflictos a países que no tienen una situación interna de protesta genuina, como es el caso de Chile. Puede que se este asentando una red neural para moldear a algunas sociedades más allá del tipo de gobierno que tengan para mantener la hegemonía de la izquierda. Y en la organización de esto encontramos al Foro, cuyo objetivo es tomar el poder político e impedir que en adelante lo ocupe cualquier otro.

El terrorismo urbano impulsado por el Foro obligará a los países a buscar formas de organizarse para defenderse y aqui de nuevo tenemos el caso de Chile, cuya respuesta militar convencional a un ataque no convencional le obligará en el futuro a ajustar sus métodos a una nueva realidad que hoy es la base de la nueva insurgencia no partidista.

El gobierno de Alberto Fernández, en Argentina, se verá sometido a los grupos de presión para que vaya por la ruta que le trazará la Campora y no por el peronismo clásico, y lo colocará en la vía cubana y venezolana, que una vez han quedado instalados en el poder jamás lo entregaran y hacen y harán lo que sea desde el gobierno para mantenerlo, disfrazándose de demócratas. El Foro ha sentado sus bases en estos días pasando por víctima de una campaña internacional de la derecha y asi minimizar lo que realmente pretende con una plataforma como la actual.