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viernes, 24 de enero de 2014

Cuba: los puntos sobre las íes.





Por Mirta Balea

Cuba se asemeja a una casa envejecida y fea, con el olor a moho y humedad de los inmuebles deshabitados. Algunos de sus pobladores siguen sin notarlo y, desde luego, en cuanto a los de afuera, allende las costas, el hedor no resulta lo suficientemente repugnante como para darles la medida de hasta donde llega la podredumbre.

Un viajero - al llegar hoy a la mayor isla de las Antillas - sentiría la peste del salón estacionario que les da la bienvenida, aún cuando el mayordomo, encargado del cuidado de la casa, hable y hable sin parar de las bondades del sistema.

Cuba sigue siendo después de más de medio siglo de comunismo un país con una política exterior, un gobierno, un ejército y una policía sometidos a las decisiones de un único Partido, el Comunista, ante el cual responde el Parlamento, constituido en caja de resonancia del poder establecido.

El sistema se aplica con dedicación a dar pábulo a la rabia y alimentar todo lo que los seres humanos tenemos de malo y de débiles: la mezquindad para delatar como enemigos a los que nos superan en inteligencia, la cobardía para callarnos cuando se ponen en práctica ideas descabelladas o se reprime a la población, el oportunismo para mantenernos a flote, el cinismo ante las conquistas de otros pueblos y la indiferencia hacia el futuro.

El escritor uruguayo Mario Benedetti habló una vez de un grafitti encontrado en una calle de Quito: "Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas".Y esto es lo que parece ocurrir con esa revisión "desnortada" de la Posición Común de la Unión Europea (UE) hacia Cuba acordada a mediados de enero de este año.

Esta Posición, alcanzada en 1996 a iniciativa de España, gobernada entonces por José María Aznar, del Partido Popular, condicionaba las relaciones con la Isla al respeto a los derechos humanos y a que se dieran pasos hacia la democracia.

El canciller holandés Frans Timmermans aportó las razones por las que los 28 se decantaron por la revisión, con los votos no tan a favor de Polonia y República Checa. Dijo que había llegado el momento en que la UE "actualizara" sus relaciones con Cuba "sobre la base de todos los hechos que están teniendo lugar".

Su colega español,  José María García-Margallo, se ha apresurado a aclarar que todo queda supeditado al respeto a los derechos humanos por el régimen. 

¿Qué sentido puede tener entonces una revisión, con un informe de expertos sobre la situación cubana para ser analizado por los ministros de Relaciones Exteriores de los 28 el próximo 10 de febrero lo que dará carta blanca a una visita a Cuba de la representante de la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton?

La clase política cubana integrada por buenos idealistas dogmáticos ha dejado de creer en el comunismo universal tras la caída del Muro de Berlín y ha empezado a hacer carrera en una connivencia ideológia con ciertos países de América Latina.

Estos países, entre los que figuran Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y Argentina, entre otros, se han encargado de aupar a Raúl Castro en el Hemisferio como el paradigma del reformista, dispuesto a dialogar y a hacer concesiones por el bien de Cuba.

Los europeos se lo han creído. Piensan que realmente al dictador le causa ahora repugnancia la ciénaga moral del comunismo derribado en Europa del Este, pero el hedor de la isla sigue siendo el mismo de los que ya no están.

Puede que Bruselas haya sopesado la ampliación de sus lazos con América Latina y el Caribe en la primera cumbre conjunta en Rio de Janeiro en 1999, o que desde el año 2000 Cuba es miembro de la Asociación de Naciones de Africa, Caribe y Pacífico y que ha suscrito también acuerdos comerciales con al menos 15 países de la UE.

Habrá valorado que son el segundo socio comercial de Cuba, después de Venezuela; el segundo exportador, después de Venezuela, y el segundo importador, tras China y Canadá. La Isla se beneficia además del Sistema Generalizado de Preferencias de Bruselas en este intercambio comercial con países pobres.

El régimen de los Castro nunca ha tenido claros los conceptos de dignidad humana, libertad y verdad. Los hermanos son los dueños del país desde hace más de 50 años, y, aún así, Timmermans y otros creen que ha llegado el momento en que la dictadura respire a pleno pulmón aire fresco y limpio después del rompimiento del 2003.

En aquella ocasión, 75 opositores fueron a dar con sus huesos a las cárceles cubanas, en el "progrom" más extenso, rápido, y general de que se tiene noticias y la UE se vio forzada a romper con Cuba porque debió pensar que tener una brújula moral estropeada resultaba mejor que no tenerla.  

La planeada revisión de la Posición Común no puede tomarse como una concesión circunstancial. Hay implícita una desligitimación de la lucha de los opositores cubanos al dar por sentado que los intentos de Raúl Castro de presentar una fachada nueva resultan tan relevantes que pueden solapar la evidente parálisis funcional del sistema de poder.

¿Qué proyecto o plan de reformas profundo y encaminado a instaurar la democracia ha podido presentar el régimen a la UE para que se haya pensado siquiera en revisar la Posición Común?

La prensa europea aprecia la atmósfera de provocaciones de la policía secreta del régimen, las mentiras y calumnias contra miembros de la oposición interna o en el exilio, las escuchas ilegales y los constantes atentados contra la dignidad humana de que son objeto aquellos que piensan diferente.

No hay que dejar de mencionar los procesos judiciales manipulados como flagrante prostitución de la jurisprudencia. La prensa advierte también que el régimen solo accederá a un diálogo con la oposición si tuviera la certeza de su rendición.

La disidencia interna ha sobrevivido durante años a las represalias de las autoridades, al exilio de muchos de sus miembros, a la penetración de sus filas, a las divisiones propias de ideas diferentes en un mismo conglomerado social y aún así ha mantenido sus estructuras, los presos políticos no se han rendido y hay cubanos - que se cuentan por millones- que no están dispuestos tampoco a pensar que la libertad no estará al final del trayecto.


En este acuerdo de revisar la Posición Común, se minimizan los objetivos puntuales de las sucesivas fases de la lucha civil y la capacidad de la oposición de alcanzar compromisos tácticos. Si enfrente se tiene a un poder aupado diplomática y políticamente, la confrontación dejará a un lado la política.

Una dictadura, cualesquiera que sean las ideas que la dominen y la califican como lo hagan, no es la respuesta a una aspiración democrática y jamás ayudará a su alcance.

La prueba definitiva es que los gobernantes de La Habana han hecho de la fuerza bruta y las armas su razón de ser contra quienes buscan el cambio y luchan para lograrlo. Esto no ha cambiado por mucho que Bruselas quiera ponerse otras gafas.

El movimiento democrático fracasará si no hace lo posible por pararle los pies al régimen cubano y privará a la oposición luchadora de toda esperanza. Con los Castro en el poder, Cuba nunca regresará al curso principal de la historia, ni reconstruirá su identidad nacional, ni recuperará la dignidad humana.

domingo, 12 de enero de 2014

Sudan y Sudan del Sur: las cuentas pendientes





Por Mirta Balea

El petróleo y el gas natural son recursos limitados no renovables. La humanidad ha consumido la mitad de los hidrocarburos del planeta y las reservas dan a lo sumo -según los expertos- para otro cuarto de siglo.

Los centros financieros y de poder político en el mundo intentan escamotear la verdad, quizás para darse tiempo a encontrar otras fuentes de energía, y arrojan la esperanza de que las existencias dan para otros cien años.

El mundo consume hoy entre cuatro y seis barriles de petróleo por cada nuevo. Hemos sobrepasado ya el límite de producción y descubrimiento de petróleo y ahora no solo lo necesitan en grandes cantidades las potencias tradicionales, sino que India y China han entrado en el bote.

La perspectiva de que la guerra en Sudán se siga extendiendo y prolongando y entren en la ecuación factores como los rebeldes dirigidos por Riek Machar en las regiones donde se concentra la mayor cantidad de petróleo del vasto territorio dividido, nos plantea la pregunta de ¿hasta que punto podrían los intereses en juego manejar una intervención desde el exterior para proteger ese recurso?

Lo primero es que las secesiones, en nuestro mundo conocido, tienen lugar solo en países miserables, con un paro galopante y abundantes en conflictos étnicos y religiosos y en las que hay grandes recursos naturales.

Ese es el caso de Sudán, el país más extenso de Africa hasta junio del 2011 cuando las partes en conflicto, con dos guerras civiles a cuesta, dieron el paso de independizar el Sur, que ha demostrado no tener la infraestructura necesaria para garantizar a su población la seguridad y el bienestar requeridos.

Las guerras civiles  sudanesas desde que el territorio dejara de formar parte de Gran Bretaña en 1956 han enfrentado al Norte, islámico y árabe, con el Sur, cristiano y formado por comunidades negras.

Hablamos de un territorio que fue potencia regional por sí misma durante muchos años y cuyos problemas no pueden ser resueltos al estilo de otros países africanos.

Sudán ha contado y cuenta con petróleo, un bien finito y muy cotizado por Occidente, China, India, Japón, Malasia, y aquí paro para no hacer demasiado larga la lista.

Tiene además una base agrícola nada desdeñable, acceso al gran río Nilo (que en Etiopía y Sudan se le llama Azul) y figura en el punto estratégico de confluencia de Africa con Asia.

Esto explica que en las conversaciones iniciadas en Addis Abeba (Etiopía) el pasado tres de enero entre las autoridades del Norte (capital Jartum) y del Sur (capital Juba), el tema principal sea cómo contener a los rebeldes de Machar y proteger el suministro de petróleo y su exportación a cualquier precio.

Si bien la paz entre ambos lados del Sudan está muy lejos de instaurarse, ahora el "coco" es Machar. El representante chino en las conversaciones de Addis Abeba ha apostado públicamente por alcanzar un pacto para poner fin a la violencia y alega preocupación humanitaria.

La mayoría de los yacimientos pertenecen al Sur o están en la frontera en conflicto en las regiones de Kodorfan Sur y Nilo Azul, aun controladas por Jartum, pero la salida a los mercados depende del oleoducto ubicado en el Norte y que desemboca en Port Said.

El Sur suspendió la producción perjudicándose a sí mismo para forzar al Norte a rebajar sus aspiraciones sobre el peaje de 36 dólares por barril a poco menos de un dolar y mira ahora hacia Kenia para construir otra salida para el crudo por Mombasa.

A los chinos, indios y malayos, con un buen porcentaje de la producción petrolera sudanesa, les desagrada sobremanera la idea de un oleoducto vía Mombasa. Prefieren controlar el crudo dentro del propio territorio de su producción y sacarse de encima a los fastidiosos rebeldes.

En este mundo globalizado, el tiempo de reacción ante hechos inesperados es cada vez más estrecho y las superpotencias se quedan rezagadas, como se ha comprobado ya en el desenlace de la llamada primavera árabe. Me refiero a las tradicionales, como Estados Unidos, Gran Bretaña y la propia Unión Europea en su conjunto.

Ahora las que hacen valer su criterio son China e India, potencias no tradicionales en la región, en el llamado grupo BRIC o emergentes, y, en el marco internacional, la Unión Africana (UA), que antes se mantenía como la cenicienta del cuento frente al empuje de la Organización de las Naciones Unidas.

Los sudaneses de ambos lados están en desacuerdo conque las potencias tradicionales metan mano en sus asuntos y prefieren la mediación de la UA. No les queda otra que soportar el peso de China porque la China National Petroleum Corporation controla un 40% de los consorcios petroleros de ambos lados de la frontera y, sobre todo, las exportaciones.

El prestigioso diario, especializado en economía, Financial Times, publicó el pasado día 7 un artículo de William Wallis, titulado Cheerleaders' naivety laid bare as South Sudan unravels (a continuación les paso el link por si quieren leerlo, otra cosa es que puedan hacerlo sin pagar) y culpó abiertamente al Sur de todo lo que está ocurriendo.

http://www.ft.com/intl/cms/s/0/8c3b610c-76f6-11e3-a253-00144feabdc0.html#axzz2qBG0vrVI

Ha recordado que en pasadas crisis, cuando el país no se había dividido aún, resulta fácil culpar a Jartum y deja entrever que, en la situación actual, la responsabilidad cae  sobre el presidente del Sur, Salva Kiir, y de Machar, porque se trata de una lucha por el liderazgo y el poder.

Puede. En cambio me pregunto ¿por qué en Addis Abeba se busca, bajo los auspicios de la UA y con representaciones de China, India y otros, una solución a la rebeldía de Machar antes de entrar a analizar las posibilidades de un acuerdo permanente sobre el peaje del petróleo? Y el bando de Kiir ha accedido a negociar, a pesar de que para su economía lo más importante es lograr esto último.

Financial Times y su comentarista hablan de corrupción en el Sur, a la que achacan toda la problemática social y económica del nuevo país, miembro 193 de la ONU de pleno derecho, y que era, cuando alcanzó la independencia, y sigue siéndolo, la zona más pobre del mundo.

El artículo obvia recordar que en 1989 Omar Hasan al Bashir, actual presidente del lado Norte, dio un golpe de Estado e impuso la ley islámica o sharia, suprimiendo los credos ajenos, fragmentando a la oposición política y colocando el sistema de justicia y la propia independencia del país en manos de esas normas medievales.

Fue el momento en que las élite árabes avanzaron como un torrente sobre las tierras sudanesas y desposeyeron a los campesinos del sur de su medio de vida, lanzándolos a la diáspora.



Negociadores en Addis Abeba



También se obvia que las élites árabes contaron en todo momento con el apoyo de Jartum para llevar a cabo sus fechorías de hacerse con la minería, la madera y otros recursos naturales, llegando a promulgarse una ley del suelo para favorecer el expolio.


Los árabes formaron milicias, que cometieron innumerables atropellos ante la mirada silenciosa de Jartum, para impedir a las huestes campesinas volver a sus tierras, lo que dio inicio a la etapa de la rebelión.


Kiir ha preferido sentarse a pactar la eliminación de Machar, que como él no es un líder regional sino tribal y controla el Kordofan Sur y las montañas nubias con el 95% de los yacimientos petroleros, en lugar de alcanzar con éste un acuerdo para enfrentar juntos al Norte.


Las luchas entre líderes tribales ha sido el síndrome de Africa, cuyos países adolecen de un concepto desarrollado de nación a pesar que la descolonización del continente tuvo lugar a mediados del pasado siglo y muchos alcanzaron la independencia por esa vía.

La delineación de gran parte del mapa de Africa en la actualidad fue acordada en 1899 entre los colonialistas franceses y británicos al trazar la línea de la cuenca hidrográfica divisoria de los ríos Nilo y Congo.

No hay que ser un erudito a estas alturas para saber que las naciones van a la guerra por períodos largos con argumentos mentirosos, como pasó a los largo del siglo XX. Así que más vale no ponerse del lado equivocado del cañón de una pistola.

La guerra del Golfo permitió a Estados Unidos establecer muchas bases militares en Arabia Saudita, Emiratos Arabes y otros estados de la zona. Pero de lo que no se habla demasiado es de los enormes intereses petroleros, bancarios y militares aparcados tras el estallido de los conflictos.

Wallis tampoco menciona que Bashir está siendo procesado como criminal de guerra y ha sido sancionado por las Naciones Unidas, donde China ha dado su aprobación para esto, a pesar de que, como parte interesada del conflicto, se escora más a que Jartum lo controle todo.

Las autoridades del Sur siguen sin frenar los desencuentros étnicos y en la actualidad enfrentan protestas populares por la falta de seguridad y bienestar dentro de un inquietante escenario belicoso y fragmentado, mientras la comunidad internacional, incluida la UA, nada hace para impedir que el conflicto vaya a más.

Como en 1899, el territorio sudanés, foco tradicional de armas, drogas y con esas reservas petrolíferas, resulta también una base de desestabilización  de otras naciones africanas.

Otra cuestión que contribuye a aumentar la inestabilidad es que faltan por trazar y demarcar unos 5 mil kilómetros de frontera, dentro de éstos, 8 kilómetros que deberán desmilitarizarse si se pretende encontrar una convivencia razonable.

Las conversaciones de Addis Abeba no parece que vayan a centrarse en estos aspectos y cuando en la prensa aparecen comentarios como el de Wallis aumenta la confusión entre quienes desean saber mas sobre el conflicto.


Si se logra sacar a Machar de la ecuación, en lugar de que el Sur llegue a un acuerdo con los rebeldes, se volverá a la casilla de salida. El Norte continuará con sus exigencias y el Sur seguirá inmerso en su pobreza y quizás, al final, pierda la independencia porque la gente necesita alimentarse y tener seguridad para seguir en la brecha.

El programa de reconciliación propuesto no va encaminado a lograr la estabilidad entre las dos partes, que forman hoy Sudán, sino a mantener incólumes los intereses en la producción y exportación del petróleo, aún a costa de más vidas y miseria.

Hay que decirlo con claridad. La apertura de mercados de exportación en Port Said aumenta la resistencia de las potencias a seguir la política de sanciones económicas contra el Bashir, que seguirá controlando las regiones del Nilo Azul y Kordofan Sur, a pesar de los rebeldes, que se lo ponen muy difícil, es cierto.

Estas son regiones pobladas por etnias negroides africanas como los nuba, cuyo lider es Machar, sometidas a bombardeos del Ejército regular de Sudán. Hasta se han divulgado imágenes de fosas comunes indicativas de posibles matanzas de civiles.

De las consultas populares en esas zonas para decidir de qué lado quieren estar nadie habla, aunque están contempladas en el acuerdo del 2005.

El Sur se ha definido como una República democrática, multiétnica, multirreligiosa, multicultural, multilingüe, con separación Iglesia y Estado y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y eso nadie lo valora.

El Norte y Centro se arabizaron en el siglo XV, convirtiendo al Sur en su fuente de esclavos y riqueza sumiendo a la población en la más absoluta pobreza y dando paso a las luchas internas en dos importantes períodos, y así pretenden seguir a pesar de la división. 

miércoles, 8 de enero de 2014

La NSA y lo privado en la era digital





Por Mirta Balea


Lo privado no queda muy definido en la era digital. Hay quien incluso cree que la privacidad está en decadencia.

Lo que se escribe en una red social, lo que consultamos en Google u otro buscador, los e-mails y los wasp's a nuestros afectos y desafectos, resultan a la larga una mercancía de compra y venta.

Los gobiernos se han dado a sí mismos el poder de censores, como Estados Unidos en el caso más reciente del ex-analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden, o incluso metiendo baza en el tema de los Wikileaks. Todo justificado con el lema de que hay que proteger a los ciudadanos del nuevo terrorismo.

Quienes tienen un concepto liberador de las nuevas tecnologías siguen sin comprender la conspiración que se traen entre manos gobiernos y grandes corporaciones privadas, no solo en lo referente a las comunicaciones, sino en temas esenciales y finitos como la energía.

Snowden ha dejado claro en una entrevista desde Moscú con Barton Gellman, publicada el pasado 24 de diciembre en The Washington Post, que su propósito al actuar de whistler blower, al divulgar documentos sobre las escuchas y la recopilación de datos por la NSA de la vida y milagros de ciudadanos norteamericanos y extranjeros, era que "el público pudiera tener algo que decir sobre la forma en que es gobernado". 

De cuántos documentos hablamos es la gran incógnita. El suddirector de la NSA, Rick Ledgett, considera que podrían ser 1,7 millones, lo que parece una exageración porque se aleja, y muchísimo, de la estimación realizada en algunos medios de prensa, que tampoco se ponen de acuerdo en dar una cantidad única.

Ledgett se mostró partidario de negociar una inmunidad para Snowden si devolvía los documentos, a lo que se opuso Susan E. Rice, asesora de seguridad del presidente norteamericano Barack Obama.

Las revelaciones del joven ex-analista, anclado en Moscú, después que Estados Unidos le retirara el pasaporte, ha tenido un efecto cascada en el Congreso, los tribunales, la cultura popular, Silicon Valley y en varias capitales del mundo.

Las autoridades norteamericanas impiden que podamos olvidar que Snowden hizo un juramento de lealtad y por eso el director de la NSA, Keith Alexander, y el de Inteligencia Nacional, James R. Badajo, utilizan la fórmula de "traidor" para calificar su huida y posterior publicación de los documentos.

Recuerdan cada vez que pueden que es un fugitivo de la justicia. 

Snowden dijo en la citada entrevista que el juramento que hizo no era para mantener secretos sino de lealtad a la Constitución de Estados Unidos.

Dice que sus compañeros en la NSA se sorprendían al conocer que la información recopilada sobre ciudadanos norteamericanos era mucho mayor de la que se tenía sobre los rusos durante la "guerra fría" del pasado siglo.

Si aún estuviéramos en esa etapa se podría decir que Snowden tendría que ser considerado como un agente doble, solo que en este caso, no estaría al servicio de una potencia extranjera o enemiga de Estados Unidos, sino del público en general. 

Todo lo que pudo sacar de la NSA lo han publicado en serie los periódicos The Guardian (británico), The Washington Post (norteamericano) y Der Spiegel (alemán) y por ello, si regresara a su país, tendría que enfrentarse a los cargos de espionaje y delito grave por el robo de bienes del Estado.

Habría que parafrasear a Umberto Eco en cuanto a que el mundo de la comunicación es un bucle permanente en el que toda obra se alimenta de muchas otras.

Estamos ante una estamento de utilización tramposa de la comunicaciones por la NSA y agencias afines como la británica GCHQ sobre lo que hablan los usuarios en las redes, de lo que piensan y sienten sobre cualquier tema, de sus problemas íntimos, de sus amigos. Todo va a parar a las manos de gobiernos y corporaciones privadas.

Durante la "guerra fría", el objetivo de los espías era encontrar un punto vulnerable en el enemigo. Hoy se hurga para encontrar lo mismo en un país aliado o en un ciudadano no terrorista.

Lo privado ha pasado a convertirse en una pista policial en el marco de un mundo en el que los países son interdependientes, en que las fronteras han dejado de ser los límites y en el que hasta la soberanía nacional se halla también muy limitada y comprometida.

Snowden con su filtración ha sacado a la luz pruebas irrefutables de que el negocio de la NSA es el dominio total de la información, el uso de cualquier secreto para influir en los acontecimientos. 

Las autoridades estadounidenses se han aferrado a dos líneas de defensa: que el programa de vigilancia secreta era constitucional y fundamental también para mantener a salvo a la nación. Con la polémica desatada por Snowden, la viabilidad de estos reclamos no parece tan clara ahora.

Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 facultaron al espionaje estadounidense, apoyándose en sus aliados occidentales, a barrer registros telefónicos y de Internet, de manera que, desde entonces, cada año, la NSA ha recogido cientos de millones de direcciones de correo electrónico, cientos de miles de millones de teléfonos y trillones de registros de llamadas nacionales, alcanzando cuotas que sobrepasan claramente su conocido universo de objetivos de inteligencia.

La recolección se inició durante el mandato del presidente George W. Bush, sin autorización en principio del Congreso. Eso vino después, con leyes promulgadas entre 2007 y 2012.

En su entrevista con Gelman, el ex-contratista de la NSA confiesa que antes de decidirse a dar el paso y liberar los documentos revisó los riesgos y sufrió lo que llama el terror egoísta de las consecuencias. 

Su único temor ahora es que la gente se muestre apática en utilizar todo lo que les ha proporcionado y que les afecta en sus propias libertades civiles.

"Creo que el costo de un debate público sincero sobre los poderes de nuestro gobierno es menos peligroso que permitir que este poder siga creciendo en secreto como una amenaza directa a la gobernabilidad dentro de la democracia", ha puntualizado. 

Mas de mil objetivos han estado bajo la lupa, en los últimos diez años, de la NSA y la GCHQ, incluidas importantes autoridades de Israel, Alemania, Brasil y otros 60 países, sin pasar por alto a la Unión Europea.

La portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde Hansen, dijo que tal vigilancia resultaba injustificada e inapropiada, aunque omitió decir ilegal, porque en no pocas ocasiones los gobiernos estuvieron al tanto de algunas de estas fechorías.

Un panel de expertos, designado por Obama, ha finalizado un informe en diciembre pasado para imponer restricciones a la NSA, algunas de las cuales podría decretarlas el propio presidente y, otras, el Congreso.

Un elemento importante a tener en cuenta sobre cómo se conducirá Obama es que un acuerdo propuesto con Alemania sobre las reglas de espionaje a tenor de que se supiera que la canciller Angela Merkel había sido espiada, se ha estancado porque Estados Unidos está de acuerdo en dejar la vigilarla, pero carece de disposición de hacer otro tanto con otros funcionarios alemanes.

Más allá del tremendo y reconocible dilema moral de este grado excesivo de espionaje al ciudadano, impropio incluso de la más gélida etapa de la ya superada en las formas "guerra fría", hay que mencionar la sentencia del del juez Richard J. León sobre la polémica.

El magistrado ha dicho- en contradicción con lo expresado ante el Congreso por Alexander, la máxima autoridad de la NSA- que al gobierno le han faltado argumentos para citar un solo caso en que la colección de metadatos a granel por la NSA haya prevenido en realidad un ataque inminente.

El panel de expertos de Obama coincide en esto con el juez León al decir que el "programa no resultaba esencial para prevenir ataques", agregando que se habrían obtenido iguales resultados de una manera judicial convencional.

Si Obama - ahora que ha regresado de sus vacaciones en Hawai y tiene en sus manos el informe que él mismo solicitó a los expertos- adoptara la mayor parte de sus recomendaciones, podría fijar las primeras grandes restricciones a los poderes unilaterales y temibles que exhibe la NSA desde el 11/S. 
Enlazar con http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2013/08/estados-unidos-obama-y-snowden.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2013/06/estados-unidos-el-caso-edward-snowden.html