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viernes, 6 de enero de 2012

España: primer peaje del 2012

Por Mirta Balea

Lo que se ha dado en llamar la cuesta de enero debido al desembolso de dinero en exceso por la Navidad y la resaca que deja en los bolsillos de los ciudadanos, ha comenzado en 2012 a pagar peaje para poder subirla y llegar a una meta, que todavía se antoja incierta.

Habrá que entonar el habuna-matata ,que en swahili significa "no pasa nada".


El presidente Mariano Rajoy es partidario de no gastar lo que no se tiene. Lástima que la idea se imponga tras años de estímulo consumista, despilfarro y sobre-endeudamiento, tolerancia de la corrupción, en particular la asociada a la burbuja inmobiliaria ( que reveló la crisis española) y a las grandes obras públicas.

Para los ciudadanos, rendir la fortaleza, edificada durante muchos años de lucha, resulta un trago amargo. De ahí que se hayan anunciado manifestaciones y, quizás, hasta huelgas, a solo dos semanas de la toma de riendas por Rajoy. Los españoles han dejado de ser escépticos positivos, al decir de Thomas Mann,  porque no creen ya que cualquier cosa es posible.

El gobierno del Partido Popular (PP) considera que la sostenibilidad resulta del reconocimiento de los límites y los equilibrios a preservar para avanzar y, sobre todo,  de cumplir con lo acordado en Bruselas, el pasado 9 de diciembre, en la cumbre de los 27 (en la que tuvo lugar la ruptura británica). Los presidentes saliente y entrante de España se aunaron para aprobar los puntos elaborados por el eje franco-aleman, en el que la austeridad fiscal resulta ser la bailarina del centro de la pista.


Un día antes de la Nochebuena, el recien estrenado Consejo de Ministros aprobó en consecuencia un primer paquete de medidas fiscales y presupuestarias para cumplir con el objetivo acordado con la Unión Europea (UE) de finalizar 2011 con un desequilibrio no mayor de un 6% del Producto Interno Bruto (PIB).


Lo que se dijo por el gobierno socialista no es lo que el traspaso de poderes ha revelado. El desequilibrio se ha situado en un 8% del PIB, dos puntos más de lo previsto. Cada décima de más son 1.000 millones de euros adicionales a recortar. Es decir que tenemos un agujero negro de 20.000 millones de euros respecto a  lo previsto.


Esta agenda de recortes resulta más agresiva, incluso, que la aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en la primavera del 2010, por mandato también de Bruselas. Constituye una combinación de recortes de gasto (8.914 millones) y de aumento de impuestos (6.275 millones) para reducir el déficit hasta lo permitido por el Plan de Estabilidad y Crecimiento de la UE.


Quedan aún 20.811 millones que el Ejecutivo de Rajoy tendrá que ahorrar y/o  recaudar para llegar a un 4,4% del PIB a finales del 2012, como demanda Bruselas de España. Para la izquierda socialdemócrata, la subida de la fiscalidad sobre la renta de las personas físicas (IRPF) o sobre el capital (IBI) tendrá efectos contractivos.

Para el centro-derecha, la elevación de impuestos directos es un error, como lo ha dicho el propio ex-presidente, José María Aznar, considerando que la estrategia de recorte del déficit debería estar en la disminución del gasto público. Y la mayoría de los especialistas en Economía creen que el alza de la fiscalidad en un entorno recesivo como el español incrementará la caída de la actividad productiva y retrasará la salida de la crisis.


Al brutal golpe fiscal del Gobierno, han seguido los datos del paro del 2011. Su número, según los Servicios Públicos de Empleo, es de 4.42 millones de personas. A lo que hay que agregar que la Seguridad Social anunció haber entrado en déficit por primera vez desde 1999. El desequilibrio podría estar entre los 200 y 300 millones de euros.


Los países de la Organización del Comercio y Desarrollo Económico (OCDE) que han optado  porque el recorte del déficit descanse en los impuestos han entrado en recesión y no han conseguido el objetivo planteado en el Plan de Estabilidad y Crecimiento de la UE, mientras que los que han escogido la vía de las rebajas de los desembolsos del sector público han logrado un efecto positivo sobre la economía.


El gobierno del PP ha decidido emprender ambas vías. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, reveló que el Consejo de Ministros aprobará en marzo próximo una ley para controlar los presupuestos de las autonomías, que son culpables de la mayoría del déficit. Esto quiere decir que las cuentas de los gobiernos regionales requerirán la luz verde del Ejecutivo central.


El gobierno desestimó también abrir un "banco malo" en el que se depositen los activos tóxicos de la banca nacional, nacidos de la burbuja inmobiliaria. Esta deberá destinar hasta 50.000 millones de euros, de los prestados por el Banco Central Europeo, para nuevas provisiones en esa dirección, según la ley de reforma del sector.


El año arrancó con subidas en los precios de los servicios básicos. Las hipotecas, el gas, los sellos, el combustible y los peajes de autopistas se suman a la subida de los impuestos, en tanto se mantienen las tarifas de la luz, el butano y  de telefonía fija. La cuesta de enero, como reflejan las cifras, será muy dura.


Madrid, donde gobierna el PP, fue la primera comunidad en dar inicio oficial a las rebajas de enero. Se estima que cada español gastará 90 euros, un 5.8% más que en 2011, según la Federación de Usuarios Consumidores Independientes. Desde 2007 no se registraba un aumento del gasto por estas fechas. Esto, sin embargo, no supone una recuperación de la economía familiar, al contrario, indica que los ciudadanos aprovecharán las ofertas, que son más bajas que en otro tiempo, debido a que el comercio acusa como todos la crisis.


Los socialistas, en especial su portavoz, el ex-candidato a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, podrían ahorrarse las críticas a los planes gubernamentales, que fueron pactados entre los presidentes saliente y entrante. El equipo de Zapatero se empeñó en ver "brotes verdes" donde solo había un desierto.


La ex-ministra de Economía, Elena Salgado, se atrevió a decir en mayo del 2009 que en pocas semanas se verían los resultados de una recuperación. Un año antes se había equivocado también en las previsiones cuando el gobierno socialista, emanado de las urnas, seguía negándose a revelar al público lo evidente, hablando incluso de desaceleración económica, cuando los datos de la UE y de otros organismos internacionales reflejaban lo contrario.


A Salgado y su equipo no se le ocurrió adoptar medidas de contención del gasto en fecha tan temprana como 2008, cuando España entró en recesión. Luego, la realidad se impuso, y Zapatero se vio obligado a afrontar el paquete de recortes que rebajó el sueldo a los funcionarios y por el que se congelaron las retribuciones y las pensiones para 2011.

Rubalcaba perteneció al Gobierno que, a lo largo de la segunda legislatura de Zapatero, realizó previsiones económicas, como ahora se ha demostrado, ajenas a los indicadores del mercado y de organismos financieros internacionales.

Esto ha obligado al Ejecutivo del PP a reducir el déficit público en 36.500 millones de euros, en lugar de los 16.500 millones anunciados inicialmente por el anterior Gobierno socialista.. Esos dos puntos de diferencia, de un 6% declarado a un 8% real, tendrán consecuencias para el bolsillo de la mayoría de los españoles, que verán reducido su poder adquisitivo. Se han dejado fuera de esta penuria a parados y jubilados.

Los españoles olvidaron, al votar por Zapatero, que el socialista Felipe González había legado al popular José María Aznar una seguridad social en quiebra. Ocho años después, cuando tuvo lugar el relevo, el PP entregó un sistema saneado, en ascenso y con un nutrido fondo de reserva.

Hace siete años, los parados registrados rozaban los 2.18 millones, pero en 2011 han pasado a ser más del doble. De ahí que el Gobierno de Mariano Rajoy de prioridad a una reforma laboral, que viene gestándose desde hace dos años, entre los sindicatos y la patronal, sin que se acabe de registrar un acuerdo viable. El PP llevará adelante los cambios si este mes no se alcanza una solución por los agentes sociales.

Si el anterior Gobierno olvidó hacer sus deberes, trapicheando con la financiación autonómica y creando un sistema caótico, electoralista y ruinoso, es algo que importa poco al ciudadano de a pie. Este ignora y de hecho no le interesa que los mercados no esperan ni se fian de los buenos própósitos y que hay que tapar el "agujero" de 20.000 millones de euros para renovar la confianza en el país de cara al exterior.

Los recortes del Ejecutivo se han anunciado para dos años. A partir del 2014, Rajoy y su equipo estima que España consolidará su recuperación económica, creará empleo sostenible y saneará las cuentas públicas, lo que permitirá relajar la presión fiscal y aumentar el gasto.

Aquí, empero, estamos en presencia de algo que ocurre en la ciencia. Cientos de conocimientos se convierten en definitivos y son impuestos a la siguiente generación de estudiantes. Las opiniones se consolidan en las mentes científicas y en las crónicas periodísticas, que creen responder a saberes inamovibles, lo que impide el paso a ideas frescas o a refutaciones.

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http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com/2011/11/espana-un-nuevo-ciclo-de-gobierno.html
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