Datos personales

sábado, 9 de mayo de 2015

¿Por qué no va a poder auditarse la deuda?

Foto del autor


Por Domingo del Pino

El reembolso de la deuda es, sin duda, uno de los problemas mayores -si no el mayor- de las actuales economías en crisis. Su pago -que en el siglo pasado destruyó las posibilidades de futuro de la mayor parte de los actuales Estados africanos- amenaza ahora con hacer lo mismo en lo que queda del llamado estado de bienestar europeo.

Ser corresponsal en el extranjero la casi totalidad de mi vida profesional me permitió conocer cómo los países africanos perdieron, en un plazo relativamente breve tras las independencia de las metrópolis coloniales, toda posibilidad de convertirse en Estados soberanos e independientes y de controlar sus riquezas, muchas o pocas.

Esa hipotética independencia habría permitido a esos africanos, que prefieren morir en una patera en el intento de entrar a Europa antes que seguir viviendo una realidad sin perspectiva de futuro, recibir una compensación por la mucha sangre derramada en las luchas por liberarse de la colonización y establecer países más o menos bien administrados y con gobiernos dedicados a lo que en África o Europa debería ser la principal función de la Administración política y la única que justifica su existencia: la distribución justa y equitativa de la riqueza creada. 

La historia de África desde la segunda mitad del siglo XX a nuestros días es bien conocida: corrupción masiva de la que siempre se ha omitido mencionar al corruptor, y multiplicación de guerras locales, tribales o regionales por motivos que los interesados no pudieron solucionar por las constantes, permanentes y decisivas intervenciones de las antiguas metrópolis.

Recuerdo que en Marruecos, Túnez y, en menor medida, Argelia, la inmensa mayoría de ciudadanos se empobrecía de año en año a medida que los gobiernos pagaban la deuda contraída o la reescalonaban para pagarla crecida más tarde.

Para paliar la miserable existencia de esos ciudadanos pobres y empodrecidos, los gobiernos habían creado las llamadas Cajas de Compensación para subvencionar los artículos básicos de primera necesidad; en el caso de Marruecos, el azúcar, los cereales/pan, el té, la sémola y quizá algo más, imprescindibles en la dieta de los magrebíes.

Los bancos acreedores se comían la casi totalidad del Producto Interno Bruto de esos países y en ese apetito voraz exigían que el dinero dedicado a la compensación de los productos de primera necesidad (que hacían posible la subsistencia) fuese anulado y dedicado al pago de la deuda. Como era lógico, amenazados en su propia existencia física los magrebíes se rebelaron y sucedieron episodios que recordamos como "las revueltas del pan". La represión fue terrible y solo en Marruecos, más de mil personas perdieron la vida.

África está agotada como fuente de enriquecimiento de los financieros a través de la deuda y ahora le ha tocado a Europea, en escenarios que, salvando las distancias, se parecen a los africanos en aquello de que son los más débiles quienes más han sufrido y sufrirán para que los Gobiernos puedan pagar a los acreedores.

Y aquí llegamos al problema principal de la deuda y la idea de Grecia y, durante un momento fugaz, también del grupo español Podemos, de auditar la deuda. Quiero ser claro al respecto: la deuda legítima, sin duda, hay que pagarla, pero puesto que la paga el ciudadano que no es quien la contrajo y ni siquiera sabe en qué condiciones se pactó, ni para qué fines, ni en qué circunstancias ¿por qué no se va a poder auditar la deuda?



(Este comentario lo ha cedido a este blog, despues de su publicación en Facebook, por el autor).

No hay comentarios:

Publicar un comentario