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viernes, 13 de abril de 2012

Siria: un cese del fuego incierto

Homs en ruinas


Por Mirta Balea

El presidente Bashir el-Assad ha vampirizado a los sirios utilizando como instrumento para su brutalidad a los militares a su mando y muchos se preguntan ¿qué se ha hecho de la socorrida estaca en el corazón? Nada indica que esté dispuesto a negociar, a pesar de haber aceptado un plan conjunto de las Naciones Unidas y la Liga Arabe, y las posibilidades de una guerra civil prolongada se vuelven cada vez más reales.



A diferencia del desaparecido Muammar el-Gadafi,  el-Assad tiene apoyo suficiente dentro y fuera de Siria para oponer resistencia. La comunidad internacional no le ha exigido que se marche, así que goza de legitimidad, tan solo le pide que cumpla un cese de hostilidades y  los compromisos contraídos con el plan, que le fuera presentado por el ex-secretario general de la ONU, Kofi Annan, y que parece haber aceptado.



Sus aliados en el exterior son fuertes y persistentes. Irán ve en Damasco a un socio sentado sobre una falla religiosa suní-chií, que lo inmuniza del frente hostil de las monarquías del Golfo Pérsico; Rusia y China, que hasta el momento se han opuesto en el Consejo de Seguridad a una solución radical del conflicto, lo ven, respectivamente, como un cliente y como una causa para la no intervención, porque si "ves las barbas de tu vecino arder, pon las tuyas en remojo".



Las acciones del dictador forman parte de la violencia característica del régimen de los Assad, un clan que trata a Siria como su coto privado desde hace 42 años. La empleó por primera vez su padre Hafez en 1982 contra la ciudad de Hama para sofocar una revuelta de los suníes, ala del islam mayoritaria en el país, con el resultado de al menos 1.000 muertos. El hijo le ha sobrepasado con creces en la actualidad con 9.000, en un año de contiendas.



Lo ocurrido en Hama podría considerarse como la primera revuelta contra el régimen, pero ha sido superada y se ha extendido a muchas ciudades del país en esta nueva etapa.



Hafez el-Assad no se andaba con chiquitas, como tampoco su hijo Bashir, cuando se trataba de mantener las prebendas de su clan y cortar de raíz cualquier amago de rebelión. Víctima de un atentado en 1980, del que escapó con heridas menores, durante una recepción oficial en Mali, a su regreso a Damasco dejó sentir su puño de hierro.


Asesinó en sus propias celdas a 1.200 islamistas en una prisión cercana a la ciudad de Palmira, como represión por lo ocurrido en Mali. La venganza vino de la mano de su hermano Rifaat, general, que entonces comandaba al Ejército y había sido el autor de la masacre de Hama. La familia Assad, que forma parte de la minoría alauita,  ha copado con el padre y con el hijo los poderes fácticos en el país. Maher, el hermano de Bashir,  está a cargo de la Guardia Republicana; sus primos, con el apelido Majluf, controlan el servicio secreto.



La oposición política, que funciona de manera desarticulada, y el Ejército Sirio Libre (ELS), una maltrecha milicia integrada por rebeldes civiles y soldados desertores, no estan dispuestos a permitir que el Estado policial familiar continúe defendiendo sus posiciones con matanzas a gran escala, como las que han tenido lugar en Homs, casi cada semana, desde el inicio de la rebelión en marzo del 2011 y la han reducido a ruinas.


Los sirios necesitan y quieren un cambio y desde la primavera árabe, iniciada en Túnez a finales del 2010, los árabes están determinados a eliminar los feudos personales y hereditarios de sus respectivos países.



El ex-secretario general de la Naciones Unidas, Kofi Annan, cuya actual ocupación son las mediaciones, ha entrado en escena como elemento pacificador, a pesar de un curriculo conocido de fracasos. Ha asegurado, después que el-Assad dijera que aceptaba su plan, que Siria "experimenta un raro momento de calma" y ha pedido al Consejo de Seguridad que envíe "lo antes posible" a los observadores para verificar el cumplimiento del cese del fuego, como paso previo a cumplir lo exigido en el programa de diálogo de seis puntos.



Bajo el mandato de Annan tuvo lugar el escándalo de corrupción protagonizado por su hermano y el mejor amigo de su hijo, encausados por desviar fondos del programa Petróleo por Alimentos, del que se benefició la secretaría general al cobrar una comisión de 1.400 millones de dólares sin la correspondiente fiscalización. Durante el genocidio en Ruanda, con un millón de muertos a machetazos, fungía como director de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, tras lo cual fue nombrado Secretario General. Durante su etapa al frente de la ONU, se dió también la organización por los cascos azules de prostíbulos de menores en zonas azotadas por la guerra.


Muchos no se explican como puede ser mediador o siquiera llevar el estandarte blanco de la comunidad internacional con un curriculo semejante. Puede que porque hay muchos como él y a ver a quién se le puede echar mano.



El plan Annan busca primero el alto al fuego para después entrar en una supervisión internacional del mismo, la apertura del diálogo Gobierno-disidentes, la instalación de un corredor de ayuda humanitaria y la entrada de la prensa en el país, así como la liberación de los presos políticos. La oposición cree que si las tropas regulares siguen desplegadas, como lo están en estos momentos, con armamento pesado y francotiradores no puede hablarse de un cese de las hostilidades.




El presidente sirio Bashir el-Assad y Kofi Annan en Damasco.





La frágil tregua está a un tiro de rifle de que todo salga al revés. Los Comités locales del Consejo Nacional Sirio (CNS), que agrupa a una mayoría de la disidencia, han reportado asesinatos en Homs y Bayada entre la medianoche y las seis de la mañana del jueves. Los civiles, como protesta, han vuelto a las calles de Aleppo y Deraa, y han resultado objetivo de las balas de las fuerzas regulares del régimen.



La justificación del Gobierno sirio es que "vigilan a los terroristas que intentan sabotear la paz". Al propio tiempo, siguiendo la política del palo y la zanahoria, se ha mostrado dispuesto a "perdonar" a quienes se rindan y no tengan delitos de sangre, con la exigencia, al propio tiempo, de que la oposición pruebe su buena voluntad de cumplir con el alto al fuego.



Malek Kurdi, el número dos del ELS, mano armada de los disidentes, dice que el-Assad se burla de todos, y ha dejado ver su pesimismo respecto a la fiabilidad de la "palabra" del presidente. El jueves, cuando estaba estipulado que comenzaría la tregua no se registraron incidentes de parte de la oposición armada, aunque desconfíen de la aplicación del plan de Annan.



Los politólogos de importantes medios de prensa coinciden en que la situación en Siria va a empeorar antes de mejorar. Los militares, mucho más fuerte que los de Libia en el momento de la caída de el-Gadafi, saben que los rebeldes no cuentan con suficientes armas de fuego para defenderse. Hay que decir que en Homs los bombardeos de proyectiles puerta por puerta tienen una intensidad imposible de sofocar. Es la política de tierra arrasada practicada desde hace más de 40 años por el clan Assad.



El presidente sirio había aceptado en diciembre pasado un acuerdo que incumplió y ahora tampoco hay garantías de que el plan de Annan se lleve a feliz término. El régimen tiene en este momento una posición consolidada y la ONU no ha hecho un verdadero esfuerzo por crear espacios para que la oposición se organice y consume un liderazgo.



Turquía y Siria, los dos principales y fuertes aliados suníes de los rebeldes, tienen interés en que los países árabes asuman el control a la hora de coodinar medidas internacionales con el-Assad. Ambos han dejado ver su interés en contrarrestar el poder regional de Siria y de su aliado Irán, y de aislar a Damasco, aunque de momento no han podido hacerlo.



Turquía, en particular, ha recibido en los últimos meses una oleada de unos 30.000 refugiados, que han huido de las represalias y los bombardeos. Ankara ha protestado también por los tiroteos transfonterizos del pasado lunes, que dejaron tres muertos y quince heridos. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sigue desde entonces muy de cerca la situación en la frontera por si los turcos invocaran el artículo cinco en demanda de apoyo de sus socios en el organismo militar.



El ministro turco de Exteriores, Ahmet Davutoglu, ha recordado que los ataques en territorio turco son ataques contra la OTAN y ha asegurado que su Gobierno tomará las medidas necesarias para que no se repitan.



El periodista Roger Cohen, del The New York Times, ha señalado que nada en la corta historia de los levantamientos árabes indica que cualquier resultado que no sea la marcha del odiado símbolo de la prolongada represión vaya a satisfacer a la gente que exige el cambio" y ha agregado que "que nada pudo resolver el punto muerto de Bosnia hasta que hubo un equilibrio desigual entre las fuerzas".



Las fuerzas regulares sirias parecen haberse retirado de las grandes ciudades para trasladarse a otras más pequeñas y así no ser vistas por los observadores internacionales. De manera que resultaría prematuro hablar de un alto al fuego efectivo. El Gobierno  ha dado en otras ocasiones marcha atrás en los planes forjados con anterioridad para establecer negociaciones con los rebeldes, a los que califica de "terroristas".



El CNS ha llamado a realizar manifestaciones pacíficas, aprovechando que el plan de Annan contempla esta posibilidad, y las considera un derecho absoluto, lo que, teniendo en cuenta la saña con la que se ha comportado el régimen para acabar con la rebelión, suena inaceptable para Damasco.



Rusia ha llamado, como Francia (que considera que esta es la última salida al conflicto), al envio de los observadores para vigilar la aplicación del alto al fuego. La delegación gala en la ONU habló de "desconfianza" por el "cinismo habitual de Damasco". Estados Unidos y Alemania ponen de relieve que al régimen hay que juzgarlo por lo que hace y no por lo que dice.



El presidente Barak Obama y la canciller Angela Merkel consideran que si el plan se quiebra haran falta "acciones más resolutivas" para frenar las matanzas "de una brutalidad inaceptable". Es decir, poner en marcha un plan B, que no se sabe si existe o solo figura en las fuertes palabras.



Si bien una guerra termina cuando las partes en conflicto se ponen de acuerdo para ponerle fin, los contendientes en el caso sirio no se han mostrado claramente partidarios de entablar negociaciones políticas, a pesar de la falta de capacidad del ELS para ganar terreno.


Con un clan alauita en el poder y una oposición de mayoría suní,  el conflicto podría derivar en una división confesional, dando lugar a una guerra civil prolongada, con el peligro añadido de que podría ampliarse a otras naciones de Oriente Medio. Nada de esto obraría a favor de las aspiraciones internacionales de poner un tapon en esta guerra ni de los intereses vitales de la población siria.

Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/02/siria-la-tortuosa-via-de-la-politica.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/01/siria-la-suerte-esta-echada.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2011/11/siria.html

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