Datos personales

lunes, 3 de octubre de 2016

CUANDO EL MUNDO ESPERABA UN SI, LOS COLOMBIANOS DIJERON NO.




Por Mirta Balea

El NO de los colombianos al acuerdo de paz firmado recientemente entre el Estado y fuerzas guerrilleras narcotraficantes, secuestradoras y asesinas, ha cogido por sorpresa a la comunidad internacional, esperanzada en que la vía escogida pondría fin a medio siglo de beligerancia. Sesenta mil votos impusieron el rechazo.

Aunque la diferencia es mìnima entre el Sí y el No, en el marco de una enorme abstención (solo votó un 38% de los convocados), resulta un claro indicativo de que no todos los colombianos están dispuestos a aceptar las condiciones pactadas entre las FARC y el presidente Juan Manuel Santos, bajo los auspicios del régimen cubano.

El ex-presidente Alvaro Uribe y su Centro Democrático, principales opositores al proyecto que ha consumido seis años de la vida de Santos, han dicho que siguen apostando por la paz y que el NO del pasado domingo debe verse en clave de que no puede alcanzarse a cualquier precio.

El NO ha triunfado a pesar del uso abusivo de Santos de los recursos del Estado para promocionar el SI, del apoyo de los propios medios de comunicación colombianos y de la comunidad internacional y hasta del mismísimo papa Francisco, que se plantea suspender su viaje a Colombia, quizás como medida de presión tras conocer el resultado.

Estados Unidos ha objetado con toda sensatez que el acuerdo contemplara implícitamente que el narcotráfico sea un asunto político y no un delito basándose en la justificación de que era la única via de financiación de la guerrilla. La pregunta que queda sin respuesta, de momento, es ¿qué se hará con los campos de coca y la maquinaria inherente a su cultivo al que se dedican cientos de campesinos? Mi opinión es que continuarán operando con total impunidad y se correrá un velo sobre esto.

La cautela de Santos ante un fracaso tan sonoro de cara al mundo da que pensar. Había dicho que renunciaría si ganaba el NO y hasta el momento resiste en el cargo. Ha advertido que el cese de hostilidades continuará al margen de los resultados del plebiscito y se propone reiniciar las negociaciones el próximo lunes, para lo que ha enviado a La Habana a sus dos principales representantes.

Lo que resulta aún más curioso es que no se haya atrevido a utilizar su "poder ejecutivo" para aplicar el acuerdo alcanzado, con un no de por medio, como al parecer se había propuesto e incluso anunciado en un principio.

Desde el minuto uno, salvo los excesivamente optimistas, se percibía con claridad la turbiedad de dos puntos neurálgicos del acuerdo inaceptables para muchos. El primero es el borrón y cuenta nueva para no llevar a las Cortes a los criminales.

Debemos recordar que las FARC se sirvió no solo del narcotráfico, sino de asesinatos y de secuestros, y las víctimas no parecen dispuestas a perdonar con tanta facilidad. De aceptarse un acuerdo con esta premisa, ocurrirá tiempo después, como está pasando ahora en España, que los nietos o bisnietos de los afectados por la Guerra Civil y la dictadura de Francisco Franco quieran pasar la cuenta a los culpables, estén o no vivos, y ejerciten una memoria histórica anacrónica para rechazar lo pactado por sus padres.

El segundo aspecto se refiere al ingreso express en la vida pública, sin pasar por un período de acondicionamiento de los principales culpables, de los líderes de las FARC, integrados como por arte de biribirloque en un partido político. A ellos, a propuesta de Cuba, se les ha brindado dos períodos legislativos, en los que tendrán cinco escaños en el Senado y cinco, en la Cámara Baja, sin pasar por las urnas. Suena a demasiada benevolencia para hombres y mujeres responsables directos de crímenes atroces.

Siendo como fueron en La Habana las negociaciones "de paz" se puede comprender que Santos desapercibiera que repetía la historia del naufragio de Robinson Crusoe, como si dijéramos, que cada cual salve lo más necesario para construir un islote dentro de una isla. En Cuba, quienes sean propensos a esto, escucharán los cantos de sirenas de los Castro-gobernantes.

Un proceso de paz requiere mucho más que un dialogo entre el jefe de gobierno y unos narcotraficantes y asesinos con miles de cadáveres a sus espaldas. En especial, si hablamos de una democracia y no de una dictadura, donde se hace lo que el tirano cree necesario. A eso me refiero con los cantos de sirenas.

El plebiscito carece de legitimidad jurídica, no es vinculante, tanto si la respuesta es No como Sí, porque así lo ha dicho la Corte Constitucional de Colombia, respecto a una eventual amnistía. Lo previsible sería esperar la respuesta de los guerrilleros a una nueva situación y no tanto la del líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echevarri, quien ha reiterado su voluntad de paz. Pienso en estos hombres y mujeres, que han matado a conocidos y desconocidos, llegando a sus pueblos, donde todo el mundo sabe lo que han hecho.

Resulta complicado para cualquier país el regreso a la vida pública de quienes se dedicaron año tras año a matar a sus compatriotas. La labor se vuelve titánica si pensamos en ellos como gente que nos cobrará los víveres en un supermercado o nos atenderá en una oficina. Hablamos de hombres y mujeres acostumbrados a no trabajar, a lograr el dinero fácil del narcotráfico y los secuestros y a asesinar a quien se muestre en desacuerdo con sus ideas. En 50 años, no solo se ha matado a militares, mucho más a civiles.

Las FARC podría verse tentada ahora a escoger a otro interlocutor ajeno a Santos, en prevención de lo cual el presidente colombiano se ha apresurado a decir que convocará a las fuerzas políticas del no, en especial al ex-presidente Uribe, a quien ha ignorado todo este tiempo, para conformar un pacto por la paz. Ni más ni menos que lo que proponían como conveniente desde el principio los opositores a la forma en que se conducía el proyecto del gobierno.

El acuerdo firmado el pasado día 26 en Cartagena, con la presencia de líderes internacionales, implica, según las partes, que el desarme continúe al margen del resultado del referendo. Este proceso se prolongará hasta el próximo abril y muchas cosas ocurrirán hasta entonces, pueden llover hasta raíles de punta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario