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miércoles, 19 de octubre de 2016

Los socialistas españoles intentarán posibilitar el gobierno del Partido Popular

Javier Fernández
Por Mirta Balea

Ponernos a analizar aquí lo que digan los políticos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sería como mínimo una pérdida de tiempo, porque de lo que digan a lo que hagan va un gran trecho. La palabra nunca en política significa "ya veremos" y si se dice en campaña electoral, no es más que un "teatrillo".

Parece lógico que los diputados del PSOE y la Gestora, reunidos este martes, descartaran el NO a un gobierno del Partido Popular y de su candidato Mariano Rajoy, la lista más votada en las últimas elecciones de junio. Ahora que se ha fijado la fecha de la reunión del Comité Federal -el máximo órgano entre Congresos- para el domingo 23 veremos lo que decide: se va a terceras elecciones o se abstienen para posibilitar la investidura.

El país ha demostrado que sigue creciendo y generando empleo a pesar de tener un gobierno en funciones desde diciembre último. Como ciudadana lo que más noto es la ausencia de leyes. Siempre he creído que las que tenemos son suficientes si se cumplen al pie de letra, hacer demasiadas solo conculca el espacio de las libertades ciudadanas. Estaríamos, sin embargo, haciendo un análisis pueril, si por lo anterior viéramos como innecesario un gobierno.

Hay que aprobar presupuestos, hay que fijar un techo de gastos y dar a las Comunidades Autónomas el dinero que necesitan para trabajar. La Gestora y los diputados socialista al reunirse tenían en mente lo que sería mejor para el PSOE, más que para España. Y aún así es de agradecer, porque el obstinado no en que se enfrascó el partido en los últimos meses respondía solo al interés individual de su secretario general Pedro Sánchez de ser presidente a todo costa y que renunció cuando vio truncados sus sueños.

Para pensar en decir NO, hay que tener una mentalidad muy particular. ¿A quién quería engañar Sánchez con lo del gobierno alternativo? Pues el propósito era que el votante se escandalizara ante la perspectiva de que gobernara la lista más votada, el PP, porque se corría el riesgo de que el elector medio se fuera a Podemos. Los socialistas interiorizaron tanto esta posibilidad que establecieron un cordón sanitario con el que se perdió de vista el papel que ha tenido en la gobernanza nacional desde la instauración de la democracia en 1976 porque en varias ocasiones han gobernado por la abstención de otros.

Javier Fernández, presidente de la Gestora, puso el dedo en la llaga cuando dijo que el PSOE se había "podemizado" demasiado. Ninguno de los sostenedores de Sánchez y su NO es NO a Rajoy percibieron como advertencia la pérdida de votos sufrida en los últimos años o que pasar a la oposición, donde les situó el electorado, les permitiría con holgura reconstruir la organización y pelear en igualdad de condiciones en próximas elecciones.

El gobierno alternativo a que aspiraba Sánchez en su obsesión por alcanzar la presidencia debería contar con Podemos y Ciudadanos. Ambas formaciones dejaron claro desde el principio que las separan incompatibilidades irresolubles y, sin embargo, el PSOE siguió insistiendo como si estuviera clara esta tercera vía. Bajo mano, y con el presidente de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, fraguaban un acuerdo con los nacionalistas catalanes, y resulta más que probable que hicieran un intento similar con los vasos.

Alertados en el Comité Federal de estos amaños, varios de sus miembros renunciaron para precipitar la caída del secretario general. Fernandez ha comparado al PSOE con un edificio en reconstrucción, que no ha perdido el dominio de su suelo.

La caída en una senda autodestructiva viene desde el gobierno de Jose Luis Rodriguez Zapatero, y el primer aviso público se dio con el sucesor Alfredo Pérez Rubalcaba al perder más de 40 diputados y quedarse en 110, lo que le obligó a renunciar. Algo que debía haber hecho también Sánchez en diciembre cuando solo quedaron 90 y con mucha más urgencia en junio, cuando alcanzaron solo 85 escaños.


En Alsasua, Navarra, ciudad cuna de ETA, la formación terrorista vasca, el PSOE se ha alineado con los partidos independentistas vascos de la localidad, para firmar una declaración en la que consideran a la Guardia Civil un peligro para "la convivencia social" y piden su salida. Esto representa un apoyo a las tesis de la agrupación pro-etarra Ospa Eguna, la máxima expresión del extremismo abertzale en la ciudad, y también es una muestra de hasta donde puede caer un partido político, que ha sido vertebral en España.

Traducido del euskera, la frase es "Día de la huída". Integran la agrupación navarra varios colectivos independentistas, sucesores de organizaciones vinculadas probadamente a ETA como Ernai, heredera a su vez de Jarrai y Segui, con igual perfil ideológico.


La declaración ha venido a colación del apoyo del ayuntamiento a un grupo de 50 atacantes a dos guardias civiles y sus parejas, que pasaban una velada tranquila en una taberna de la calle García Ximénez. Un dispositivo para evitar más incidentes pudo dar con dos de los autores del linchamiento, que pasaron por el juzgado al día siguiente. El juez les dejó libres con cargos y un grupo de 20 simpatizantes se manifestó en la calle con carteles de que todo era un "montaje de la policía".

Uno de los jóvenes atacados tuvo que ser sometido a una operación de tobillo, destrozado a patadas por uno de los energúmenos, y el resto fue atendido por heridas y magulladuras de diversos carácter. No tiene pinta de montaje, a mi modo de ver, responde al sentir de muchos sobre lo que llaman "la ocupación" española.

Hay que aclarar, ya que citamos el ataque, que fue coordinado. Uno reconoció al guardia civil que le había rescatado, junto a otros compañeros del cuerpo, cuando había quedado apresado dentro de un autobus por una fuerte nevada, en compañía de ex-presos etarras, que iban a una sidrería. Al reconocerlo, cogió su móvil y llamó más amigos para atacarlos en la taberna. A estas alturas de la historia, se preguntarán quién llamó a los servicios de urgencia, pues uno de los agredidos, porque los presentes no movieron un dedo para hacerlo.

Lo ocurrido en Alsasua es  reflejo del miedo que atenaza a la gente, impedida de expresar con libertad su ideología o de llevar una vida normal. Pero también de la mentira sostenida por Zapatero y aceptada por todos los partidos políticos de España de que ETA fue derrotada, cuando lo único que ocurre es que está en perfil bajo, con actuaciones puntuales de violencia, como la de este fin de semana.

A sus cachorros no  se les puede aplicar la ley anti-terrorista desde que  Jesús Eguiguren, el hombre de Zapatero en las conversaciones con ETA, acordara la claudicación, hacer triquiñuelas legales para liberarlos. Ahora, jóvenes de ciertas agrupaciones creen  que sus mayores se han rendido y están de brazos cruzados y que ellos deben relevarlos en la violencia para imponer sus ideas.

Cuando el Comité Federal se reuna este domingo el quid estará -según me han informado fuentes fiables- en si habrá una abstención total o una limitada a unos 11 a 15 diputados, que es lo que necesitaría Rajoy para la investidura. Los "sanchistas" como Cesar Luena, Antonio Hernando o Sara Sánchez han comenzado a aceptar de que si el voto mayoritario es la abstención, ellos seguirán la disciplina de voto, como se ha hecho tradicionalmente en la organización.

Fernandez ha advertido, no sin cierta ironía, que si se abstienen van a ser "la casta", en alusión a las feroces críticas de Podemos, muy cómodo al parecer en su figurado papel de vanguardia de la "izquierda". Y si decimos no- ha agregado- nos haremos responsables de unas terceras elecciones, que salvo al PP, no se auguran buenas para ninguna formación nacional presente en el Congreso.

Algunos partidarios del NO es NO a Rajoy, como Margarita Robles, consideran que el PSOE tiene un proyecto para "cambiar España", emulando lo que dice Podemos sobre ellos mismos. Ninguna de las dos formaciones especifica cómo se conforma ese proyecto y lo deja todo a la imaginación del votante. Pero la pregunta es ¿en qué dirección y en qué se quiere cambiar?

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