Datos personales

lunes, 17 de marzo de 2014

Crimea decide pasarse a Rusia






Por Mirta Balea


La hasta ahora oscilante confrontación entre Rusia y Occidente sobre el futuro de Ucrania ha dado una vuelta de tuerca este domingo -aunque, previsible- cuando los electores de Crimea acudieron a votar por su independencia y 8 de cada 10 lo hiciera a favor de volver a atarse al cordón umbilical de la "madre patria".


Se planteaban dos preguntas: unirse a Rusia o buscar con Ucrania una mayor autonomía en base a la Constitución de 1992 con vistas a separarse en el futuro. Ganó la primera opción con casi el 98% del 80% de los concurrentes a las urnas. Si se tiene en cuenta que el 58% de la población es de etnia rusa y la sorpresa de tan elevada participación, el resultado va más allá de cualquier previsión, porque tendría que haber votado en la misma dirección un importante sector de los ucranianos.

El plebiscito fue convocado por un parlamento regional que se disolvió a si mismo y a su gobierno autonómico para dejar como cabeza visible del territorio al líder del Partido Nacional Ruso, Sergei Aksionov.

Las autoridades crimeas tuvieron poco tiempo - desde el pasado 27 de febrero en que penetraron los rusos en el territorio de la región autónoma de Ucrania- para preparar la votación; las listas, los colegios, la información sobre lo que conllevaba cada pregunta y solicitar la presencia de observadores a la ONU u otro organismo internacional.

La ruptura de Crimea con Ucrania se ha convertido en un hecho -con todos los visos de ser irreversible-al margen de que no se reconozca como legal el plebiscito en la esfera internacional. La región autónoma se ve a sí misma, desde ayer, como independiente y los rusos tienen ahora la última palabra.

El presidente Vladimir Putin no habría generado toda esta crisis si no hubiera estado seguro que ganaría la partida y recobraría Crimea, donde desde siempre ha estado anclada la flota rusa del Mar Negro. Dicen que es un buen jugador de ajedrez.

Alemania, Estados Unidos, Reino Unido y Holanda han hecho todo lo posible por llamar al orden a Rusia por su invasión a la península y por evitar el referendo. Putin ha hecho oídos sordos a todos los reclamos, a despecho de que le amenazaran con sanciones económicas y en algunos casos comenzara su puesta en práctica para -según voceros-darle tiempo a reflexionar.


Estados Unidos, que como el resto de los países mencionados, ha mantenido abierto el telefóno rojo con Moscú, hizo un último esfuerzo hace pocos días en Paris al enviar al secretario de Estado, John Kerry, a realizar un "diálogo constructivo" con su contrapartida rusa Sergei Levrov. Este paso resultó también inútil.

Para que un acto tenga legitimidad requiere algo más que la deducción de una sucesión de razonamientos, lógicos o no; se necesita que en su realización reciba toda la profundidad de la intención previa a su nacimiento y una disposición clara a desarrollarlo. La consulta en Crimea tiene estos ingredientes, aunque las minorías tártara (de religión musulmana) y judía se sientan amenazadas con el cambio político.

Los de Crimea han imitado a sus protectores rusos y para aislarse de las críticas de los de afuera se han inventado un nuevo futuro llamado Federación Rusa.

A Putin le poseen una fuerza y un apetito político desmesurados. Solo hay que ver su perfil público en Internet, donde aparece cazando o entrenándose sin camisa, dejando al aire su musculatura para mostrar el alto contenido de testosterona en su cuerpo.

A medida que ha intensificado su cara a cara con Occidente, el hombre que un día dijo que la caída de la URSS había sido la mayor desgracia del siglo XX, por encima de las dos guerras mundiales, ha ido dosificando su amenaza de invertir la polarización de la zona.

Con esto ha ignorado deliberadamente lo acuerdos de respeto a la soberanía e integridad territorial de las repúblicas surgidas del colapso de la URSS y del término de la guerra fría, que ahora se ha visto, cerró en falso.

La encuesta del Centro de Investigación de la Opinión Pública de Rusia -dependiente del gobierno- da a conocer que un 73% de rusos se ha mostrado contrario a la invasión a Ucrania. Un dato que confirma la contradicción de Putin de alegar para este acto la protección de los rusos en Crimea (que nunca estuvieron en peligro), mientras, en otro escenario, la policía propinaba palizas a los manifestantes en Moscú y San Peterburgo y detenía al menos a 300 personas por protestar contra ésto.

Días antes, el presidente había hecho encarcelar a importantes opositores, entre ellos a Boris Nemtsov, quien dijo desde su celda que "la ocupación era la locura de un ex-funcionario de la KGB", aludiendo al pasado de Putin.

El gobierno interino de Kiev denunció a principios de este mes la invasión ante el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rusia tiene poder de veto, así que no ha habido resolución alguna sobre el tema, aunque sí muchas críticas individuales.

La desintegración de la URSS hizo que Occidente perdiera de vista que Rusia no era un Estado más, sino una potencia, y ahora se han empotrado contra el nacionalismo imperialista de Putin y su concepto geoestratégico de que donde viven rusos es territorio ruso.

A partir de la llegada de las tropas rusas, a la que se le han unido "voluntarios", todos armados y con uniformes sin identificación, los canales de la televisión ucraniana dejaron de trasmitir, desde entonces solo entran las emisoras rusas e Internet.

Se han reportado casos de agresiones callejeras de grupos de rusos contra ucranianos, judíos y tártaros. Las tropas ucranianas en los cuarteles han cumplido con las órdenes de Kiev y se han mantenido tras las vallas de forma pacífica a pesar de las amenazas de uniformados armados. 

Los dos grandes aeropuertos de la región han servido para recibir el aprovisionamiento militar para las tropas invasoras y han negado la entrada a los vuelos regulares venidos de Ucrania. Así se podía evitar la entrada de intrusos o la salida de ciudadanos.

La plaza Lenin en la capital de Crimea

Los voluntarios se hicieron con el mando en el límite de Crimea con Ucrania, al improvisar puestos fronterizos y aislar aún más a la península.


Al reconocer al gobierno interino de Kiev, sin consultar siquiera con Moscú, de la que depende el sistema económico de Ucrania y su aprovisionamiento de gas, Europa actuó de forma precipitada y esto ha frenado a la UE y a Estados Unidos para enseñar debidamente los dientes a Putin.

Sergei Glazer, asesor del presidente ruso, es partidario de que las antiguas repúblicas de la URSS formen parte de la Federación. La política parece ser empezar por las más vulnerables. 

Para la población occidental sería confortable aceptar la idea de que la violación de la soberanía de Ucrania por Rusia traerá consecuencias graves a este país y que el gobierno de Kiev recibirá un apoyo financiero importante para seguir adelante dentro de la esfera de influencia de la UE.

Es una teoría. Aunque hay otra. La de que Occidente debe estar agradecido porque Putin no colocara a sus estados en la tesitura de ver qué harían si extendiera su incursión más allá de Crimea.

La UE y Estados Unidos carecen de interés en luchar de verdad contra Rusia y Ucrania haría bien en no maximizar más allá de un pliego de intenciones los apoyos manifestados por estas naciones a favor de su integridad territorial.

Las propias acciones de Moscú han empujado a Ucrania a caer en brazos de Occidente y a Europa a prometer ayuda más allá de lo previsto.

Rusia, además de ser el principal receptor de las exportaciones de Ucrania, tiene una fuerte presencia industrial en el Este de ese territorio y estaría en condiciones de manipular a su favor los resultados de las elecciones generales en mayo próximo.

Incluso podría desestabilizar al actual ejecutivo con la promoción de manifestaciones, como las que acaban de tener lugar en Donetz, con choques entre prorrusos y partidarios del gobierno de Kiev.

Recordemos que a los ciudadanos de Crimea no les ha parecido indignante la invasión de la península por Rusia ni que el referendo haya sido manejado por Moscú a través de un partido prorruso, cuando la península, hace apenas dos meses, lo único que reclamaba era una mayor autonomía dentro de Ucrania.
Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2014/03/rusia-se-prepara-para-anexarse-crimea.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2014/03/ucrania-putin-y-su-estrategia.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario