Datos personales

domingo, 11 de diciembre de 2011

Durban: sin tratado global para el clima

Por Mirta Balea

La cumbre sobre el clima de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Durban, Sudáfrica, ha alcanzado un acuerdo para evitar el fracaso, en prorrogar el Protocolo de Kioto, único instrumento internacional para frenar la emisión de gases toxicos a la atmósfera, dejando para el próximo año la decisión de defirir su vigencia. La idea defendida en la cita por Europa, Sudáfrica y los 80 territorios más vulnerables al calentamiento del planeta pasó en la sesión plenaria del segundo día adicional de débates para salvar del fracaso a la conferencia.


El plan europeo en discusión marátonica el sábado tras ser rechazado el viernes obligó al anfitrión a dar un respiro a los delegados para rescatar del fracaso a la cumbre más larga de las que se han realizado hasta hoy con casi 15 días y arrancar algún tipo de compromiso que involucrara a 194 países del globo a establecer una hoja de ruta, un cronograma, que llevara a la creación de un instrumento legal de compromiso hasta 2015. El borrador levantó críticas y dejó al descubierto que no hay consenso para bajar las emisiones de CO2 en un 20% hasta 2020 y de momento intentaran alcanzar los establecido en Kioto de un 8% hasta volverse a reunirse en 2012 a un costo de 25 millones de dólares, estipulado por ONU para cada cumbre..

El intento de crear un marco de seguridad por el que los países altamente contaminantes cumplan la reducción de emisiones hizo fracasar las cumbres de Copenhague en 2009 y de Cancún en 2010. Esta última había culminado con un acuerdo de mínimos que traspasaba al encuentro de Durban la renovación del Protocolo, una continuación necesaria, que viene gestándose desde el encuentro de Bali en 2007, y que sigue estando en el aire a pesar del acuerdo anunciado hoy.

Estados Unidos y China son las naciones más contaminantes del planeta y vienen bloqueando cualquier acuerdo legal vinculante para reducir las emisiones en un 20% hasta 2020. La Comisaria europea de Acción para el Clima, Connie Hedegaard, ha advertido que será demasiado tarde para el mundo si no se acaba de cumplir con esta premisa mínima, que permitiría reducir un un 2% las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Estados Unidos necesita aclarar sus políticas domésticas para poder avanzar en cualquier negociación internacional sobre el clima y a China le hace falta aprender en transparencia y en el desarrollo de tecnologías sostenibles para jugar en la liga del primer mundo.


Las emisiones de CO2 alcanzaron las 30.600 toneladas métricas el pasado año, un 5% más que en 2008, cuando se había registrado el record anterior. La Agencia Internacional de la Energía advierte de que la cifra se acerca peligrosamente al límite de 32.000 toneladas, que no debería rebasarse en 2020 si se pretende evitar el aumento de dos grados de temperatura.

Lo que la ciencia más avanzada del clima nos dice es que su alteración por la acción antropogénica (del hombre) resulta un desafío sin precedentes en la historia de la humanidad (véase Climate Change Science Compendium 2009 de la ONU). El impacto por la acumulación de gases ha alterado a esta fecha la geografía física y ecológica del planeta en un proceso de deterioro y degradación, que parece imparable.

La progresiva acidificación de los océanos y su negativo impacto en los eco-sistemas coralinos comprometiendo la biodiversidad marina; el incremento en el nivel del mar, que, incluso con una eliminación total de las emisiones, seguirá durante siglos por la inercia del calor acumulado; la paulatina aunque imparable desaparición de los glaciares de montañas en regiones tropicales y templadas del planeta (como los Himalayas); la incidencia de estos cambios en los sistemas de vida y cultura de centenares de millones de personas, son solo algunos elementos que deberían haber encendido ya la bombilla roja de alerta de este mundo en que vivimos.

Estos y otros procesos han ocurrido y no tienen marcha atrás. Resulta un escenario más pesimista del contemplado por el Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático en los años 90, que posibilitó el nacimieto de Kyoto para limitar el calentamiento global y las emisiones de CO2,

Y no es, precisamente, que este Panel Intergubernamental tenga una fiabilidad perfecta. En 2009, fue el foco de un escándalo por las exageraciones en el informe en torno al aumento de la temperatura global en el que se basan los argumentos de la ONU. Esto ha ocasionado mucho daño a la causa por frenar el efecto invernadero.

Los 2ºC representan la línea roja identificada por la comunidad científica de incremento sobre la temperatura media de la atmósfera respecto a la época pre-industrial, un objetivo que sí se pudo refrendar en la cumbre de Copenhague. Pero al día de hoy ya se ha visto incremento en un 0.7ºC y las emisiones del pasado hacen inevitable un mayor aumento en el futuro. El margen de maniobra resulta ahora muy reducido como conocen los participantes del encuentro en Durban.

El avance hacia un tratado sustituto de Kyoto antes de que venza en 2012 sería la vinculación legal de los países emisores en la reducción de los gases a la atmósfera. Europa ha sido la única región que, en los últimos 20 años, ha realizado un esfuerzo real por descarbonizar progresivamente su economía. Frente a un 8%, que exigía inicialmente el protocolo internacional, ha llegado a un 14%.


Los delegados en Durban 2010

Al principio de este año, la Unión Europea (UE) se hallaba dividida en si se debería ampliar el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero porque algunos de sus miembros apoyaban la idea de subir de un 20 a un 30% el recorte, entre ellos España, que, sin embargo, ha participado sin guión en la conferencia de Durban y se ha marchado antes de las conclusiones.

La crisis económica podría ayudar a alcanzar tal meta como operaría también en sentido contrario para impedir la contribución al Fondo Verde para el Clima, calculado en 100.000 millones de euros anuales, creado en Cancún sin saber como y quien pagaría. Esto permitiría, hacia el 2020, a los países en desarrollo adaptarse para luchar contra el cambio climático. Pero si hay que invertir miles de millones de euros para salvar a los bancos, la tarea de obtener dinero para otros fines parece inabordable.

Las grandes potencias se comprometieron en Copenhague a entregar 30.000 millones de dólares a las naciones en desarrollo entre 2010-2012. La UE ha dado 4.680 de los 7.200 comprometidos. Así que Durban debía haber fijado la financiación a largo plazo., según la voluntad declarada de los más riccos de aumentar la ayuda a partir de 2012 hasta llegar a los 100.000 millones de dólares en 2020. El acuerdo dado a conocer este domingo solo habla de ponerlo en marcha.

La posición europea no ha resultado homogénea en el tema de las reducciones porque Italia y Polonia, esta última a la cabeza de otros países del Este, se oponen a recortar las emisiones más allá de un 20% porque sus economías dependen con fuerza del carbón. Las patronales, por otro lado, rechazan también la idea porque se hallarían en desventaja frente a sus competidoras del exterior si tienen que enfrentar penalizaciones, como se ha acordado en el seno de la UE, o verse obligadas a comprar energía más cara de fuentes renovables.

Las perspectivas negativas para un acuerdo sustancial y de avance en Durban respecto a cumbres anteriores se veían venir. La mayoría republicana en las Cámaras de Estados Unidos -contrarias a culquier legislación de este tipo- y la negativa de Japón a un segundo período de vigencia de Kyoto, junto a China maniobrando en igual dirección, son los principales causantes del efecto dominó en las decisiones de países como Canadá y Rusia, reticentes también al compromiso.

En cuanto a Africa y los países emergentes, algunos con economias muy frágiles para enfrentar los graves impactos de un aumento de los eventos climáticos extremos, han apoyado la renovación del pacto, pero sostienen, y con razón, que deben ser los industrializados los que realicen el mayor esfuerzo. Kyoto obligaba a estas naciones a controlar las emisiones (salvo a Estados Unidos, que no lo ratificó), pero dejar para el próximo año, cuando vence el Protocolo, la fijación de nuevos compromisos, solo constituye una nueva pérdida del tiempo con que no se cuenta en esta materia.

Las protestas de activistas ecológicos, que llegaron a bloquear, en estas más de dos semanas de discusiones, el acceso al plenario de los casi 15 mil delegados, intentaban evitar que la conciencia se seque en el mundo, sobre todo en lo que concierne a Africa. Como reflejaban algunas pancartas, se pide justicia para que las zonas más desfavorecidas de la Tierra cuenten con agua potable y para cultivar los campos  a fin de paliar el hambre en algunas regiones.

El portavoz de la Organización No Gubernamental Oxfam, Kelly Dent, ha revelado que desde el Cuerno de Africa y el sudeste asiático hasta Rusia y Afganistán, un año de inundaciones, sequías y calores extremos ha sumido a decenas de millones de personas en la hambruna y la pobreza.

Enlazar con: http://plumasendiaspora.blogspot.com/2010/12/canc%C3%BAn-acuerdos-para-no-desaparecer.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario