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martes, 6 de septiembre de 2016

LA VIA DE SANCHEZ PARA LA FORMACION DE UN GOBIERNO EN ESPAÑA





Por Mirta Balea

El líder socialista Pedro Sánchez ha decidido explorar alguna "vía de acercamiento de posiciones" para darle un gobierno a España, tras el fracaso del candidato del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, la pasada semana. De la ronda de contactos, según ha dicho, solo ha sido excluido EH Bildu, heredero político de la ETA.

Sánchez ha hablado esta mañana por teléfono con el fallido postulante y presidente en funciones desde el 21 de diciembre del 2015, quien le reiteró su intención de "perseverar" en la investidura por el mérito de ser la fuerza política parlamentaria con más escaños, aun cuando los únicos apoyos logrados fueron los de Ciudadanos y Coalición Canaria, para subir de 137 escaños de que disponían a 170. La cantidad no varió en las dos sesiones del trámite.

Desde el PP, se ha calificado de incoherente la iniciativa de Sánchez y se ha recordado que cuando se reunió con Rajoy, previo a la investidura, calificó el encuentro de "prescindible", una frase que no gustó siquiera a los medios de comunicación, para mostrar de forma tajante que cerraba las puertas a cualquier posibilidad de gobierno de su principal rival.


El líder socialista ha hablado de contactos, no de alternativa de gobierno, porque para esto - ha dicho-tendría que tener los avales necesarios, que podrían venir de una coalición con Unidos Podemos y Ciudadanos. Estas dos fuerzas, sin embargo, se niegan a entenderse y lo han reiterado hoy en diferentes foros: son para los espectadores el agua y el aceite. El que parece no darse cuenta es el político armado de buenas intenciones con sus intentos de diálogo.

El líder socialista ha dejado claro que no irá a una investidura fallida como la de marzo pasado cuando Podemos y PP votaron en su contra. Este partido le ha pedido que deje de marear la perdiz y asuma el papel en que le han colocado las urnas: la oposición. La otra formación busca febrilmente un acuerdo -ahora que los hados parecen serle desfavorables- y tras haber perdido la ocasión de formar lo que llaman un "gobierno del cambio" en la pasada legislatura.

Informado este lunes por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, de la fallida investidura de Rajoy, el rey Felipe VI, como jefe del Estado, ha decidido no convocar nuevas rondas de contactos con los partidos y dejar que estos se pongan de acuerdo. Caso contrario, llamará a nuevas elecciones (terceras en un año) en noviembre, a celebrar el 18 de diciembre.

La impresión es que el secretario general y candidato a la presidencia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) busca una coartada en caso de que las cosas vayan a peor después de las elecciones vascas y gallegas el 25 de septiembre, y se obligue a los ciudadanos a concurrir a nuevas elecciones. Su cortina de humo le permitiría alegar que no ha quedado por él, que es lo buscaba también Rajoy al presentar su investidura sin tener los apoyos suficientes. 

Sánchez tiene en su contra que los socialistas -como destacan algunas encuestas- podrían recibir un varapalo en las elecciones vascas y gallegas, lo que, con un Congreso en ciernes, pone en peligro su liderazgo. Cualquier movimiento hacia fuera que realice, como este reciente, tendrá una repercusión dentro del partido y lo sabe. 

Las alternativas del socialista quedarían ante el Congreso de su partido en una reafirmación de sus funciones o en el término de éstas, algo que muchos creen que ocurrió de facto cuando el 20 de diciembre obtuvo los peores resultados electorales en la historia del PSOE y que fueron a peor en las segundas elecciones del 26 de junio.

Los periodistas se preguntan como habría que interpretar todo este movimiento, si una forma de mantener el liderazgo o una conciencia de Estado para formar gobierno. El PSOE andaluz ha sido el primero en reaccionar, considerando "inviable" la vía Sánchez.

El líder socialista no podría hablar con los partidos nacionalistas de la Cámara, como ha anunciado que hará, porque el veto del Comité Federal sigue vigente y es en lo que se ha amparado para un NO constante a eventual la llegada a la presidencia de Rajoy. Una negativa convertida en una suerte de oxímoron verbal, porque mientras decía no a la investidura, también lo hacía a las elecciones sin ofrecer salida alternativa.

Hay barones socialistas que creen posible un acuerdo del PSOE con Unidos Podemos y la inclusión de Ciudadanos. El presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, ha dicho que no será él quien lo rechace y más le vale, porque gobierna con el apoyo de esa formación política en su localidad. 

Miquel Iceta, líder del Partido Socialista Catalán, lo ve posible también, pero él ha sido favorable a la política de Podemos de permitir en esa autonomía un referendo de autodeterminación, interpretado por el PP y Ciudadanos y el propio PSOE como el primer paso para romper con España.

García Page, a pesar de mostrar su acuerdo con la vía Sánchez, ha manifestado sus dudas de que la fórmula cuaje "con las cuentas en la mano" y ha agregado que si Podemos sigue incorporando el concepto de referendo en Catalañu estaría en contra de un acuerdo con esta formación.Unidos Podemos, que ha ganado mucho espacio en Cataluña y País Vasco con la inclusión del referendo en su plataforma programática, no lo dejará de lado porque ha llegado demasiado lejos.

Los discursos de los diversos líderes del Congreso con motivo de la investidura de Rajoy demostraron que muchos de ellos estarían más cómodos a la hora de votar si el candidato no fuera el presidente del PP. Pero este ha sido el único partido que en la repetición de elecciones ganó 14 escaños más, mientras otros importantes bajaban, como PSOE, que fue de 90 a 85; Unidos Podemos, de 75 a 71; y Ciudadanos de 40 a 32. Si se pide la cabeza del actual presidente en funciones ¿qué quedará para los demás?

Cuando se firmó un acuerdo con Ciudadanos en marzo pasado para la investidura socialista, Podemos votó en contra y perdió la ocasión de tener aunque solo fuera un par de carteras, exigió demasiado, se pasó, como suele decirse. La situación ahora es otra, ha mostrado disposición a ceder en algo, aunque no haya dicho en qué. 

Ciudadanos insiste en que si el PSOE se alía con la mencionada formación política no podrán contar con su apoyo, ni siquiera con su abstención. La altura de miras que Sánchez exigió este lunes a ambas plataformas políticas no la tuvo él en la investidura de Rajoy, a quien solo le hubieran bastado 6 diputados o la abstención de 11 para subir al podio.

Fuentes cercanas al PSOE afirman que desde el primer momento Sánchez ha soñado con terceras elecciones ante la evidente erosión de Podemos en las encuestas. Los votos de esta formación, es fácil suponer, pasarían a los socialistas. A los efectos de la Cortes Generales, las claves no cambiarían. Contar con cuatro o cinco diputados más del PSOE y cuatro o cinco menos de Unidos Podemos tampoco permitiría un gobierno alternativo.

La Mesa del Congreso ha evaluado hoy la petición de PSOE y Unidos Podemos de comparecencia en las Cortes del ministro de Economía, Luis de Guindos, para dar explicacions por la designación de José Manuel Soria, ex-ministro de Industria, Energía y Turismo, como Director Ejecutivo del Banco Mundial.

El ex-miembro del Ejecutivo renunció el 25 de abril a su cartera cuando el escándalo de los "papeles de Panamá" lo vinculó con paraísos fiscales y por las mentiras que dijo con luces y micrófonos para escamotear el verdadero alcance de su fraude fiscal. La dimisión le fue exigida por Rajoy en persona y es la razón de que la mayoría del personal crea que el cargo internacional sería un premio de consolación. 

El gobierno hizo público un comunicado -a poco de haber terminado la sesión de investidura el pasado 2 de septiembre- dando a conocer la noticia, que ha airado a muchos barones del propio PP y ha levantado un tsunami en la opinión pública y política. El factor Soria está presente a partir de ahora y por derecho propio en las encuestas ante las elecciones vascas y gallegas.

Poco antes de abandonar la conferencia del G-20, realizada en Hangzhou, China, este fin de semana, Rajoy explicó que "el señor Soria es un funcionario y como tal, como hacen otros muchos, ha reingresado en la Administración y ha participado en un concurso (?), como hacen todos los funcionarios. Se ha resuelto y yo, a partir de ahí, no puedo añadir absolutamente nada más, porque ¡no sé nada más!(?) y porque solo veo lo obvio, que ha abandonado la política...".

Hay que decir que este tipo de designación la han practicado otros gobiernos españoles, pero las personas concernientes no tenían sobre sus cabezas la espada de Damocles de haber perdido toda credibilidad y honorabilidad ante el país al que deberá representar en ese foro de forma tan evidente. El PP ha demostrado que, por muy legal que sea este paso, deja mucho que desear respecto al manifiesto discurso ante el Congreso del candidato Rajoy sobre la necesidad de regenerar la vida democrática española.

Lo peor, quizás, es que el gobierno ha mentido porque ni ha habido tal concurso y mucho menos ha sido público, estamos ante una designación de confianza. El diario El Confidencial publicó la convocatoria de carácter limitado, que no apareció en el Boletín Oficial del Estado ni en otros medios concernientes. No ha existido un baremo de requisitos con puntos concretos, ni han dejado espacio para recurrir la decisión con unos parámetros tasados Como cualquier cargo discrecional, lo ha decidido una Comisión con elementos vinculados al gobierno, designados por el propio De Guindos.

Para más inri, el puesto de Director Ejecutivo del Banco Mundial no es un cargo por designación, como intentó hacer creer el ministro de Economía cuando dijo que se debía hacer por respeto a la legalidad. La ley sobre cargos públicos, aprobada en 2015 en el Congreso por iniciativa del propio PP, establece como requisito necesario la ejemplaridad. Si Soria debió renunciar a un ministerio por tener fondos en paraísos fiscales sin tributar en España y luego mintió en cuanto a su implicación a todo el país, el requisito en su caso no se cumple.

La Secretaria de Organización del PP, María Dolores Cospedal, apunta a De Guindos como responsable de la designación, pero aquí se sabe que no lo hubiera hecho de no contar con el beneplácito de Rajoy. La pelota estaría ahora en el tejado del BM en cuanto a si estaría o no dispuesto a llevarse a un hombre con un equipaje excesivo.

La Mesa del Congreso ha decidido esta mañana que el caso Soria no verá la luz ni se exigirá la comparecencia de De Guindos hasta pasadas las elecciones gallegas y vascas del 25 de septiembre, cuando tendrá lugar el primer pleno de la legislatura actual. Pero aquí todos saben que el ministro de Economía se acogerá al derecho de no comparecer ante las Cortes por estar en funciones, como el resto del gobierno. Queda en última instancia un pleno extraordinario.

De Guindos fue preguntado en junio pasado sobre los rumores en torno a la posibilidad de que Soria fuera nominado para el cargo de Director Ejecutivo del Banco Mundial en representación de España. Entonces dijo que de dónde había salido la noticia y afirmó que el ex-ministro se disponía a partir hacia una universidad norteamericana. La cuestión es que el dimitente cobra una indemnización  de 4,644 euros mensuales desde mayo en razón de su cargo y recibirá 18,333 euros mensuales, libres de polvo y paja, porque el BM no paga impuestos. 

Resulta más que probable que sea aprobado entre los días 7 y 9 de octubre cuando se reuna la junta de gobernadores del BM, en la que tendrá voz y voto por España el ministro de Economía De Guindos.

Decir que el procedimiento es acorde con la legalidad vigente no parece suficiente ante tanta sonoridad. Ahora mismo la falta de escrúpulos respecto al nombramiento es vox populi con recochineo, por lo que el marco legal está tácitamente cuestionado. Esto es así porque uno de los mayores problemas de España, vinculado a la corrupción galopante que azota desde hace dos años con interminables procesos distribuidos por la geografía española, es que hay un exceso abrumador de cargos técnicos nombrados a "dedo". Si se hubiese tratado de un concurso, como afirman Rajoy y otros miembros del gobierno, habrían podido presentarse con libertad unos 2.000 funcionarios de élite especializados en economía.

Con la repetición de elecciones, en caso de producirse el próximo diciembre, habremos engrosado el gasto público, por tercera vez en menos de un año, con la campaña y todo lo que cuelga de ella, además de que, los diputados que hayan repetido en esta legislatura, viniendo de la anterior, podrán alcanzar una pensión vitalicia sin haber aportado nada al país, porque ambas en conjunto no alcanzan los seis meses de "actividad". Es bueno recordarlo a los políticos y los medios que juegan con esta posibilidad no viendo en ello un problema real, no solo de coste económico sino político.

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