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jueves, 29 de septiembre de 2016

EL PSOE EN LLAMAS



Por Mirta Balea

Si se pudiera hacer desfilar en cortejo fúnebre a los líderes vivos o muertos de 137 años de historia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no quedaríamos estupefactos ante la extraña procesión de unos seres, que pasan por ser ángeles triunfantes y ángeles caídos.

El drama que vive el PSOE en las últimas 24 horas, ahora mismo el más viejo partido de todos los representados en el Congreso de los Diputados, al margen de cualquier tinte folletinesco de la prensa partidista y partidaria, refleja la confusión que vive este país desde que el parlamento se ha tornado multicolor y nadie sabe como gestionarlo.

El secretario general Pedro Sánchez se atrinchera en el número 70 de la madrileña calle Ferraz, sede nacional, y no da la cara. Prefiere que lo hagan sus adláteres, en especial el secretario de organización Cesar Luena, quien se hizo ayer un lío para explicar la importancia del cumplimiento de los estatutos del partido.

Más allá de las razones que asistan a los "sanchistas" frente a los críticos para fracturar las filas de la socialdemocracia española, movimiento vertebral para España y para Europa, no parece meritoria una interpretación leguleya de las normas del partido, sino que se debe enfrentar lo que es una crisis de confianza y cómo solucionarla, prescindiendo de cualquier artimaña.

Una crisis que se representa muy bien en el criterio patrimonialista de los afines al secretario general, "bunkerizados" en Ferraz, respecto al uso de la propia sede central de todos los socialistas españoles. Estamos ante una situación inédita, que preocupa a todo el país. Cambiar las cerraduras, sellar despachos, eliminar de la página web del PSOE a los críticos, parece más una toma de rehenes, que una decisión sensata y madura. Y uno puede preguntarse: ¿Para salvaguardar ¿qué?.

Decenas de periodistas se agolpaban hoy a la entrada de la sede socialista y los críticos se han visto obligados a responder preguntas y dar opiniones sin acceder al edificio. Ni siquiera se ha permitido a varios profesionales de los medios, recoger algunas pertenencias dejadas el día anterior en la sala de prensa durante la conferencia de Luena.

La presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, tuvo que permanecer dos horas a las puertas de la sede esta mañana, "escoltada" por guardias de seguridad, y nadie la recibió. El día anterior había entregado una solicitud al Comité de Ética y Garantías para pedirle que zanjara el tema de los estatutos, que cada parte interpreta a su manera.

La solicitud obedecía a que entre las funciones del órgano está "emitir dictámenes, no vinculantes, a solicitudes de diversos órganos del partido (como resulta ser el Comité Federal) para interpretar los estatutos y reglamentos del partido". La respuesta inmediata de su presidenta Isabel Celaá fue inhibirse, acogiéndose al artículo 15 del Reglamento, en que se dice que está en "exclusiva" para presidir y dirigir los debates del Comité Federal, que toma sus decisiones por mayoría.

La inhibición del Comité de Garantías tiene la clara intención de favorecer los criterios de Sánchez y su grupo sobre los estatutos, y que gane algo de tiempo, con la que está cayendo, con vistas a la reunión del Comité Federal, convocado desde la semana pasado por Luena para el sábado. El objetivo declarado era abrir primarias y que un Congreso extraordinario decida si el secretario general se mantiene en su silla. El tiempo que ellos piden para el magno encuentro resulta muy corto en relación con la presentación de un candidato alternativo.

Para forzar la caída de Sánchez, la Ejecutiva Federal no halló otra solución que renunciar la mitad más uno este miércoles. El hasta ahora secretario de Política Federal, Antonio Pradas, presentó en la sede de Madrid su dimisión y la de otros 16 directivos, entre ellos, la presidenta del PSOE, Micaela Navarro.

El número inicial de elegidos para el CF era de 38, pero ahora solo restan 35, tras el fallecimiento de uno y las dimisiones anteriores de dos. Los críticos a Sánchez creen que estas dos más las 17 de ayer son un número suficiente para desbancar al actual secretario general y cumplir con lo estatuido. Luena ha rectificado la interpretación diciendo que a Sánchez les restan más apoyo, 18 en total, frente a 17 dimisionarios. Cuentas aparte llamó a reunirse esta mañana a los restos de la Ejecutiva. A este encuentro faltaron dos de los convocados no renunciantes. Aun así, se decidió apoyar la "hoja de ruta" del secretario general.

Cuando hace dos años, el voto de los militantes se decantó por Sánchez en lugar de su más firme oponente Eduardo Madina, el objetivo era que sirviera de muro de contención al avance de Podemos. No ha estado a la altura y ha radicalizado sus posiciones hasta enquistarse en un no al candidato del Partido Popular Mariano Rajoy, porque en su fuero interno se ve a sí mismo como jefe de gobierno. Lo ha intentado por segunda vez en la últimas semanas.

Las cuentas no han salido como esperaba porque Podemos y Ciudadanos no quieren participar juntos en el proyecto del PSOE. La semana pasada, Sánchez tanteó a "sotto voce" la posibilidad con los independentistas catalanes de ERC y el Partido Demócrata Catalán y los nacionalistas del Partido Nacionalista Vasco, y, según se comenta, hasta habló con EHBildu, la cara política de ETA. La prensa publicó que 25 de sus miembros estuvieron vinculados a la organización terrorista. En la gran argamaza, figuraría Podemos en "igualdad de condiciones", cuyos principales líderes han salido a la arena pública para defender al líder socialista.

Podemos se ha alineado con él, abiertamente, desde ayer, por si no había quedado claro hace unos días cuando rompió el compromiso de gobierno con el socialista Emiliano García Page, en Castilla la Mancha, uno de los mayores críticos del secretario general del PSOE.

Estos contactos tenían lugar con la espada de Damocles del indepentismo catalán amenazando a la Constitución. El presidente de la Generalitat y jerifalte del Partido Demócrata Catalán, Carlés Puigdemont ( por si alguien tenía dudas de la hoja de ruta y para salvar una moción de confianza) anunció en el parlamento de Barcelona la convocatoria para 2017 de un referendo, con o sin el apoyo del gobierno central, sea el que sea.

Sin pudor alguno, Miquel Iceta, secretario general de los socialistas catalanes, abogó en el hemiciclo barcelonés por el apoyo de los independentistas a un gobierno alternativo de Sánchez para desalojar al gobierno de Rajoy, con una interinidad de casi 300 días.

Las alarmas saltaron entre los socialistas con estas últimas decisiones y su confesión de que no dimitiría, fuera cual fuera la decisión del Comitñee Federal ante su estrategia. Hay una retahila de fracasos en su haber, tanto en las elecciones nacionales como autonómicas, en especial las de Galicia y País Vasco, donde ha pasado a ser un partido irrelevante, frente al interés insano de colocar como cabezas de lista a personas nada conocidas para competir con dos colosos: el PP y el PNV.

En su haber tiene también haber roto puentes con un 90% de los dirigentes regionales y algunos miembros históricos del PSOE, que le han criticado su estrategia unilateral y personal. En poco más de dos años, ha perdido el apoyo coyuntural de que dispuso en las primarias. Perdió en marzo como candidato a la presidencia, eliminó a otro dirigente escogido por las bases en Madrid, Tomás Gómez, a quien le impidió acceder a su despacho y le impuso una gestora, que ahora considera para sí mismo innecesaria. Otro tanto hizo en Ávila cuando hace dos años renunció la mitad de la dirección del PSOE, cambió la lista presentada por los socialistas gallegos para colocar a sus afines  y ha trascendido que comentó con sus íntimos la posibilidad de disolver el Comité Federal si no se plegaba a sus intereses.

El punto de inflexión fueron las declaraciones recientes del ex-presidente de gobierno y ex-secretario general del PSOE, Felipe González, que gobernó 12 años de los 20 del PSOE en democracia. Dijo que un líder debía renunciar si no contaba con apoyos y si cosecha muchos fracasos seguidos.

Sánchez no ha pensado en renunciar en ningún momento, ni cuando perdió 20 diputados en diciembre, ni cuando perdió cinco más en junio, ni con el fracaso de su gestión en las elecciones de Galicia y el País Vasco. Antes bien, convocó al Comité Federal para este sábado, tanto si aprueba o no su estrategia, para que se realice lo antes posible un Congreso, que hace apenas unos meses descartaba porque decía anteponer los intereses de España, que todavía carece de gobierno, a las luchas internas del partido.

La rapidez de convocatoria, salta a la vista, impediría a un eventual contendiente a preparase con la debida seguridad. Muchos creen que todos están preparados para el envite y que se podría sacar de la chistera algún nombre conocido con más apoyos de los que él mismo disfruta ahora. 


Ha amenazado también a la Ejecutiva dimisionaria de llevar el asunto a los tribunales para que interpreten el Reglamento, algo que podría evitarse si el Comité de Ética y Garantías cumpliera con su su obligación. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que un juez dará la razón a los críticos de manera que hay que pensar que todo esto forma parte de un esquema para mantener un tiempo más el sillón a ver si ocurre un milagro. Un chistoso en la web comentó que posiblemente habrá que llamar a los GEOS (Fuerzas Especiales) para sacarlo, a él y a los suyos, de la sede nacional de Ferraz.

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