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sábado, 5 de marzo de 2016

España a 58 días de derogar las Cortes

Por Mirta Balea

Quedan 58 días para que el rey Felipe VI, como jefe del estado español, derogue las Cortes y convoque elecciones para finales de junio si algún partido no logra los apoyos necesarios para investir a un jefe de gobierno.

El candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, lo intentó en dos sesiones esta semana, una por mayoría absoluta y otra por mayoría simple, y no pudo alcanzar su objetivo. La pega para algunos diputados estaba en el acuerdo que firmara con Ciudadanos o al menos eso alegaron, pero en el transcurso de los debates se fue viendo que no era un escollo insalvable.

El balance se presenta a pesar de todo muy favorable a estos dos partidos, que 12 horas después se reunieron para reafirmar el acuerdo e introducir un punto de inflexión en eventuales diálogos con otras fuerzas políticas para intentar de nuevo la investidura de Sánchez: marcharan juntos, mano a mano, en futuras negociaciones.

Las encuestas realizadas poco después de finalizada la última sesión este viernes apuntaban a que Sanchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, se habían visto favorecidos en los debates, en tanto que el presidente en funciones, cabeza del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, y el de Podemos, Pablo Iglesias, no aumentaron su solvencia ante quienes escucharon sus discursos.

En esta última sesión, salvo en los casos de Rajoy e Iglesias, se vio que el resto de grupos, aun cuando votaron en contra, deseaban un diálogo para permitir en el futuro la investidura. Se espera que esta semana empiecen los encuentros.

El PP parece no haber encajado aún que una mayoría de escaños y haber obtenido 7 millones de votos no son razón suficiente, dentro de un régimen parlamentario, para volver a gobernar porque si no se tiene mayoría absoluta hay que dialogar. Si fuera presidencialista, desde luego que gobernarían, sin más.

El presidente del PP ha esgrimido esta razón para todo lo imaginable, la repite insistentemente porque cree que logrará el milagro de los panes y los peces y le saldrán apoyos sin apenas haber movido un dedo. Porque en la primera ronda del rey con los partidos políticos, Rajoy rechazó de plano ir a la investidura, no quiso enfrentar la sonada negativa, que tendría sin lugar a dudas.

En estos cuatro años, Rajoy ha gobernado a espaldas de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, no ha contado con ellas para la aprobación de leyes fundamentales como la ley mordaza, que limita grandemente la libertad de expresión, ni para la de Educación, en la que introduce elementos rechazados por la mayoría de la población y se limita la posibilidad de los alumnos con buenas notas y pocos recursos a tener un acceso digno a la universidad. Ni siquiera en las medidas a adoptar para sacar al país de la crisis, sin dudas apalancado en que su mayoría absoluta le concedía también la verdad absoluta y la última palabra en cualquier medida.

Tampoco ha despertado al hecho de que los escándalos de corrupción de su partido, en el que está involucrada al completo una autonomía, la de Valencia, y que brotan como setas a su alrededor no pueden borrarse con palabras como que han hecho lo mejor para salir de la crisis. La idea al final es pase inadvertido lo que más que una estrategia partidista, es, personal, renovar mandato como lo hiciera su colega José María Aznar en los años 90. El no podría ser menos.

Podemos sigue en sus trece que la única manera de formar un gobierno es con la izquierda, que como le repitió más de una vez Sanchez durante los debates de investidura, no da número para hacerlo. Iglesias dice que sí, porque en sus cálculos entra la abstención y/o apoyo de partidos independentistas de izquierda como la catalana ERC y de la derecha rancia, como los vascos del PNV y los catalanes de Democracia y Libertad, antes Convergencia.

Y uno se pregunta como puede explicar en su dialéctica "integradora" que acepte el pacto con DyL y PNV, tanto por activa o pasiva, y rechace a Ciudadanos, un partido emergente como Podemos, sin cargas del pasado, como si las tienen en cambio los antes mencionados, cómplices de muchos chanchullos políticos y desafueros en los casi 40 años de democracia española.

Puede que en el caso de Iglesias el impedimento tenga dos vertientes. La primera, que Ciudadanos, un partido centrodemócrataliberal, ha llegado a un programa de gobierno con el otro centro político, el de la izquierda, utilizando los elementos que los unen, sin pedir puestos ni ministerios, y los de Podemos hayan reclamado desde que el rey designó a Sanchez para formar gobierno, instalarse en una vicepresidencia plenipotenciaria, con al menos tres de los más importantes ministerios del país y darle a su socio Izquierda Unida nada menos que el de Economía, cuando solo tiene dos diputados.

No reclamó las instituciones que podrían ayudar directamente a la gente, que ha dicho es su prioridad, como podrían ser Sanidad, Fomento, Educación, Trabajo, sino que deseaba controlar al CNI y al CSI, el primero con los espías y el segundo con las estadísticas y análisis, los Derechos Humanos y designar al fiscal general y a los jueces, como segundo al mando, y poner a su gente, a la que hay que premiar por su lealtad, a dirigir Interior, Justicia, y otras importantes instituciones.

Demasiado poder en una sola cama y sin que el rey le hubiera pedido que formara gobierno. ¿Si se lo pidiera, qué no sería capaz de hacer? Ahora, en estos días, como algo previsible en una izquierda populista y extrema, intentará crear focos de tensión en la calle, de apoyo a sus posiciones, como se pudo ver el viernes. A la entrada del Congreso, bajo la lluvia y el frío, sus "espontáneos" fans se reunieron para auparlo a su entrada a la Cámara.

Rajoy, en lo que podría considerarse su primer acto pre-campaña electoral, ha vuelto a exigir hoy a Sanchez que le permita gobernar "como la opción más votada por los españoles", y ha reiterado su intención de pacto con los socialistas para que se abstengan, al igual que Ciudadanos, y le permitan volver a ser presidente.

De momento, PSOE y Ciudadanos, aunque parecen haber pedido, han ganado, incluso en el caso de que se convoquen nuevas elecciones. Puede que en lo parlamentario hallan sufrido K.O. técnico, pero en lo partidista, no.

Al PP le esperan días de sufrimiento y a Podemos una larga batalla campal para imponer sus posiciones, lo que podría al final no resultarle tan beneficioso a la formación política que más esperanzas de futuro parecía ofrecer a una buena parte de españoles, nada menos que 5 millones, que votaron por esta opción.


http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2016/03/por-mirta-balea-el-candidato-socialista.html





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