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miércoles, 8 de enero de 2014

La NSA y lo privado en la era digital





Por Mirta Balea


Lo privado no queda muy definido en la era digital. Hay quien incluso cree que la privacidad está en decadencia.

Lo que se escribe en una red social, lo que consultamos en Google u otro buscador, los e-mails y los wasp's a nuestros afectos y desafectos, resultan a la larga una mercancía de compra y venta.

Los gobiernos se han dado a sí mismos el poder de censores, como Estados Unidos en el caso más reciente del ex-analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Edward Snowden, o incluso metiendo baza en el tema de los Wikileaks. Todo justificado con el lema de que hay que proteger a los ciudadanos del nuevo terrorismo.

Quienes tienen un concepto liberador de las nuevas tecnologías siguen sin comprender la conspiración que se traen entre manos gobiernos y grandes corporaciones privadas, no solo en lo referente a las comunicaciones, sino en temas esenciales y finitos como la energía.

Snowden ha dejado claro en una entrevista desde Moscú con Barton Gellman, publicada el pasado 24 de diciembre en The Washington Post, que su propósito al actuar de whistler blower, al divulgar documentos sobre las escuchas y la recopilación de datos por la NSA de la vida y milagros de ciudadanos norteamericanos y extranjeros, era que "el público pudiera tener algo que decir sobre la forma en que es gobernado". 

De cuántos documentos hablamos es la gran incógnita. El suddirector de la NSA, Rick Ledgett, considera que podrían ser 1,7 millones, lo que parece una exageración porque se aleja, y muchísimo, de la estimación realizada en algunos medios de prensa, que tampoco se ponen de acuerdo en dar una cantidad única.

Ledgett se mostró partidario de negociar una inmunidad para Snowden si devolvía los documentos, a lo que se opuso Susan E. Rice, asesora de seguridad del presidente norteamericano Barack Obama.

Las revelaciones del joven ex-analista, anclado en Moscú, después que Estados Unidos le retirara el pasaporte, ha tenido un efecto cascada en el Congreso, los tribunales, la cultura popular, Silicon Valley y en varias capitales del mundo.

Las autoridades norteamericanas impiden que podamos olvidar que Snowden hizo un juramento de lealtad y por eso el director de la NSA, Keith Alexander, y el de Inteligencia Nacional, James R. Badajo, utilizan la fórmula de "traidor" para calificar su huida y posterior publicación de los documentos.

Recuerdan cada vez que pueden que es un fugitivo de la justicia. 

Snowden dijo en la citada entrevista que el juramento que hizo no era para mantener secretos sino de lealtad a la Constitución de Estados Unidos.

Dice que sus compañeros en la NSA se sorprendían al conocer que la información recopilada sobre ciudadanos norteamericanos era mucho mayor de la que se tenía sobre los rusos durante la "guerra fría" del pasado siglo.

Si aún estuviéramos en esa etapa se podría decir que Snowden tendría que ser considerado como un agente doble, solo que en este caso, no estaría al servicio de una potencia extranjera o enemiga de Estados Unidos, sino del público en general. 

Todo lo que pudo sacar de la NSA lo han publicado en serie los periódicos The Guardian (británico), The Washington Post (norteamericano) y Der Spiegel (alemán) y por ello, si regresara a su país, tendría que enfrentarse a los cargos de espionaje y delito grave por el robo de bienes del Estado.

Habría que parafrasear a Umberto Eco en cuanto a que el mundo de la comunicación es un bucle permanente en el que toda obra se alimenta de muchas otras.

Estamos ante una estamento de utilización tramposa de la comunicaciones por la NSA y agencias afines como la británica GCHQ sobre lo que hablan los usuarios en las redes, de lo que piensan y sienten sobre cualquier tema, de sus problemas íntimos, de sus amigos. Todo va a parar a las manos de gobiernos y corporaciones privadas.

Durante la "guerra fría", el objetivo de los espías era encontrar un punto vulnerable en el enemigo. Hoy se hurga para encontrar lo mismo en un país aliado o en un ciudadano no terrorista.

Lo privado ha pasado a convertirse en una pista policial en el marco de un mundo en el que los países son interdependientes, en que las fronteras han dejado de ser los límites y en el que hasta la soberanía nacional se halla también muy limitada y comprometida.

Snowden con su filtración ha sacado a la luz pruebas irrefutables de que el negocio de la NSA es el dominio total de la información, el uso de cualquier secreto para influir en los acontecimientos. 

Las autoridades estadounidenses se han aferrado a dos líneas de defensa: que el programa de vigilancia secreta era constitucional y fundamental también para mantener a salvo a la nación. Con la polémica desatada por Snowden, la viabilidad de estos reclamos no parece tan clara ahora.

Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 facultaron al espionaje estadounidense, apoyándose en sus aliados occidentales, a barrer registros telefónicos y de Internet, de manera que, desde entonces, cada año, la NSA ha recogido cientos de millones de direcciones de correo electrónico, cientos de miles de millones de teléfonos y trillones de registros de llamadas nacionales, alcanzando cuotas que sobrepasan claramente su conocido universo de objetivos de inteligencia.

La recolección se inició durante el mandato del presidente George W. Bush, sin autorización en principio del Congreso. Eso vino después, con leyes promulgadas entre 2007 y 2012.

En su entrevista con Gelman, el ex-contratista de la NSA confiesa que antes de decidirse a dar el paso y liberar los documentos revisó los riesgos y sufrió lo que llama el terror egoísta de las consecuencias. 

Su único temor ahora es que la gente se muestre apática en utilizar todo lo que les ha proporcionado y que les afecta en sus propias libertades civiles.

"Creo que el costo de un debate público sincero sobre los poderes de nuestro gobierno es menos peligroso que permitir que este poder siga creciendo en secreto como una amenaza directa a la gobernabilidad dentro de la democracia", ha puntualizado. 

Mas de mil objetivos han estado bajo la lupa, en los últimos diez años, de la NSA y la GCHQ, incluidas importantes autoridades de Israel, Alemania, Brasil y otros 60 países, sin pasar por alto a la Unión Europea.

La portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde Hansen, dijo que tal vigilancia resultaba injustificada e inapropiada, aunque omitió decir ilegal, porque en no pocas ocasiones los gobiernos estuvieron al tanto de algunas de estas fechorías.

Un panel de expertos, designado por Obama, ha finalizado un informe en diciembre pasado para imponer restricciones a la NSA, algunas de las cuales podría decretarlas el propio presidente y, otras, el Congreso.

Un elemento importante a tener en cuenta sobre cómo se conducirá Obama es que un acuerdo propuesto con Alemania sobre las reglas de espionaje a tenor de que se supiera que la canciller Angela Merkel había sido espiada, se ha estancado porque Estados Unidos está de acuerdo en dejar la vigilarla, pero carece de disposición de hacer otro tanto con otros funcionarios alemanes.

Más allá del tremendo y reconocible dilema moral de este grado excesivo de espionaje al ciudadano, impropio incluso de la más gélida etapa de la ya superada en las formas "guerra fría", hay que mencionar la sentencia del del juez Richard J. León sobre la polémica.

El magistrado ha dicho- en contradicción con lo expresado ante el Congreso por Alexander, la máxima autoridad de la NSA- que al gobierno le han faltado argumentos para citar un solo caso en que la colección de metadatos a granel por la NSA haya prevenido en realidad un ataque inminente.

El panel de expertos de Obama coincide en esto con el juez León al decir que el "programa no resultaba esencial para prevenir ataques", agregando que se habrían obtenido iguales resultados de una manera judicial convencional.

Si Obama - ahora que ha regresado de sus vacaciones en Hawai y tiene en sus manos el informe que él mismo solicitó a los expertos- adoptara la mayor parte de sus recomendaciones, podría fijar las primeras grandes restricciones a los poderes unilaterales y temibles que exhibe la NSA desde el 11/S. 
Enlazar con http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2013/08/estados-unidos-obama-y-snowden.html
http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2013/06/estados-unidos-el-caso-edward-snowden.html

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