El gobierno venezolano
sigue sin atenerse al desenlace natural de la enfermedad del
presidente Hugo Chávez, sumido en un halo de inmortalidad, aunque
nada aporte su figura en las actuales condiciones, como ocurría con
la momia de Lenin, en la Plaza Roja, de Moscú.
El vicepresidente Nicolás Maduro, designado en persona para sustituirlo, sigue siendo el intermediario de “sus decisiones”. Chavez sigue sin prestar juramento del cargo desde el pasado 10 de enero.
El vicepresidente Nicolás Maduro, designado en persona para sustituirlo, sigue siendo el intermediario de “sus decisiones”. Chavez sigue sin prestar juramento del cargo desde el pasado 10 de enero.
Pocas veces una muerte ha
sido tan esperada por los medios de comunicación. El misterio
alrededor de su estado de salud y su tramiento en Cuba, de donde
regresó la pasada semana tras 70 días en la isla para someterse a
una tercerca intervención del cáncer pélvico que le aqueja, ha
sido muy del gusto de los más emblemáticos representantes del
socialismo del siglo XXI en América Latina, en particular para Raúl Castro, en su particular papel de anfitrión de los partes médicos.
Chávez ha conseguido una
de sus metas: crear una simbiosis con Cuba dentro de una nueva confraternidad
latinoamericana y ha impulsado la candidatura de Raúl Castro, quien finalmente fue elegido presidente de la CELAC.
En reciprocidad por sus esfuerzos para dar al régimen de La Habana la credibilidad inmerecida para cualquier dictadura, le sirvió de intermediario en la minicrisis suscitada en la
lucha por el poder dentro del Partido Socialista de Venezuela.
Durante la estancia del
presidente venezolano en La Habana, Castro recibió a Maduro y al
presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, e intentó
poner la casa en orden, ante la imposibilidad de que Chávez lo
hiciera por sí mismo. En aquellos días, los médicos cubanos
intentaban darle unos meses más de vida, en medio de las oraciones
de familiares y fieles colaboradores, acompañadas de los llantos del
propio paciente, que no necesitaba plañideras y se encomendaba al Dios católico y a todos los santos del panteón yoruba porque no se creía que la parca llegaría de un momento a otro.
Consciente de que ha
llegado su hora, tanto daba estar en La Habana como en Caracas, así que regresó a su país con nocturnidad, hospedándose en un hospital de cinco estrellas. Su gesto de presentarse a un tercer mandato, cuando
los médicos le habían desahuciado ya, cuando sus expectativas de
vida eran nulas, muestra el supremo interés de su vida: que el socialismo siga su programa con su partido en el poder.
Que utilice intermediarios para dirigir el gobierno no es más que una manera de cerrar los márgenes a cualquier intervención de la Organización de Estados Americanos, ante la preocupacion de mandatarios como los de Brasil, Chile y México.
Que utilice intermediarios para dirigir el gobierno no es más que una manera de cerrar los márgenes a cualquier intervención de la Organización de Estados Americanos, ante la preocupacion de mandatarios como los de Brasil, Chile y México.
La conflictividad social
ha subido en su ausencia como el mercurio de un termómetro, con
intervenciones armadas en hospitales para evitar las protestas por el
mal estado de la sanidad pública y sus centros asistenciales; con
concentraciones en las que la población le exige las viviendas
prometidas durante los corrimientos de tierra de diciembre del 2010. Entonces se había paseado como gallo en gallinero entre los
damnificados y juraba y perjuraba que la pérdida de casas sería
resuelta.
Los economistas auguran que este año
la inflación podría estar por encima de un 30% y tendría lugar un
estancamiento del Producto Interno Bruto. La plataforma opositora
Mesa de la Unidad Nacional (MUN) ha instado a la población a salir
a la calle a protestar por las medidas adoptadas por Maduro, en
ausencia de Chávez, en las que figura la devaluación del bolívar y afectarían a las actividades productivas y los precios de bienes
y servicios.
El presidente venezolano, militar retirado, encabeza una "revolución" socialista basada casi completamente en su enorme popularidad y carisma. Poco antes de partir hacia Cuba a someterse a una nueva intervención, instó a los venezolanos a elegir como líder a Maduro si él no pudiera seguir al mando y se convocaran nuevas elecciones.
El vicepresidente, a quien Chávez ha calificado como un "revolucionario a carta cabal", representa el sueño socialista de que un trabajador llegue al poder. Apenas con el título de bachillerato, fue conductor de los autobuses de Caracas, luego sindicalista y por último político de primera línea en la nación caribeña.
“Mira a donde va Nicolás, de autobusero (a vicepresidente). Nicolás era conductor de autobús en el Metro y cómo se burla de él la burguesía por eso”, sostuvo en una ocasión el presidente. Su segundo ha sido parte de la Asamblea Nacional Constituyente, que redactó una nueva Constitución, fue diputado y jefe legislativo hasta el 2005, cuando resultó nombrado ministro de Asuntos Exteriores.
La relación de Chávez con Maduro se remonta a 1992 cuando, junto a su compañera sentimental Cilia Flores, salió a las calles a pedir la libertad del militar retirado, que había ido a prisión por la intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez. Un caso así le ocurrió a él mismo en 2002 cuando el empresario Pedro Carmona Estanga protagonizó una asonada sin éxito.
Maduro ha comparecido una
y otra vez ante las cámaras de la televisión pública para decir
que Chávez está al mando “enérgico y con mucha vitalidad y
ánimo”, pero nadie lo cree porque en su hospital militar de élite
en Caracas respira a través de una cánula traqueal. Esto no le ha
impedido afirmar a su segundo que ha sostenido un despacho de cinco
horas y media con el presidente.
Hasta los militares han
comprendido que ha llegado el momento de dejar a un lado la demagogia
y dar paso a la verdadera dirección del país, poderoso y rico en
petróleo, con una moneda devaluada y una oposición debilitada
después de que Chávez resultara reelegido una vez más después de
14 años en el poder.
Si bien no hay que tomarlo
como una rebelión o una actitud en contra el oficialismo chavista,
los militares han exigido a Maduro una información fidedigna del
estado de salud del presidente y en todo caso que renuncie de una vez a su
papel de intermediario si como dice Chavez está animoso y fuerte.
El presidente venezolano, militar retirado, encabeza una "revolución" socialista basada casi completamente en su enorme popularidad y carisma. Poco antes de partir hacia Cuba a someterse a una nueva intervención, instó a los venezolanos a elegir como líder a Maduro si él no pudiera seguir al mando y se convocaran nuevas elecciones.
El vicepresidente, a quien Chávez ha calificado como un "revolucionario a carta cabal", representa el sueño socialista de que un trabajador llegue al poder. Apenas con el título de bachillerato, fue conductor de los autobuses de Caracas, luego sindicalista y por último político de primera línea en la nación caribeña.
“Mira a donde va Nicolás, de autobusero (a vicepresidente). Nicolás era conductor de autobús en el Metro y cómo se burla de él la burguesía por eso”, sostuvo en una ocasión el presidente. Su segundo ha sido parte de la Asamblea Nacional Constituyente, que redactó una nueva Constitución, fue diputado y jefe legislativo hasta el 2005, cuando resultó nombrado ministro de Asuntos Exteriores.
La relación de Chávez con Maduro se remonta a 1992 cuando, junto a su compañera sentimental Cilia Flores, salió a las calles a pedir la libertad del militar retirado, que había ido a prisión por la intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez. Un caso así le ocurrió a él mismo en 2002 cuando el empresario Pedro Carmona Estanga protagonizó una asonada sin éxito.
El gobierno ha intentado
insuflar ánimo en la población con la distribución por todo el
país de 3.300 toneladas de comestibles para paliar la escasez de
productos básicos de consumo. La ausencia del mandatario, sin
embargo, sigue provocando inseguridad jurídica, que es polo que han
protestado los militares, aunque no sean los únicos.
La otra esfera opositora,
aglutinada en las plataformas Junta Patriótica y Venezuela Soberana,
así como la central sindical FADES y el movimiento estudiantil 13 de
marzo, han convocado concentraciones con tres exigencias: defensa de
la soberanía contra la injerencia cubana, rechazo del régimen de
Maduro y cambio del sistema electoral para que los representantes
puedan ser elegidos libremente.
La oposición ha perdido
espacios de poder e influencia y ha permitido a Chavez manipular la
ley y las instituciones para favorecer los intereses del Partido
Socialista de Venezuela. Su muerte no lo debilitará, no lo hará
caer como algunos piensan. Cuando estaba a tan solo un escalón de
ser un moribundo, ganó de nuevo las elecciones sin que los votantes
tuvieran en cuenta la galopante inflación, la escasez y la ineficaz
gestión gubernamental durante los últimos años, lo que viene a sumarse la
delincuencia, la mayor de América Latina, a la que contribuyen las
fuerzas paramilitares bolivarianas creadas por él propio presidente para proteger el socialismo a palo limpio.
La manera de gobernar de Chávez, autoritaria, intolerante, de mano abierta hacia sus amigos, tanto del hemisferio como locales, ha dado paso a una
nueva élite política. Estos años ha sobornado con cheques paliativos de la miseria en la que sigue sumida la mayoría de la población, porque eso no ha cambiado durante su régimen. En América Latina, le ha servido para comprar voluntades como se ha visto en la CELAC. La debilidad de una oposición fragmentada en
plataformas, la desaparición de los partidos y la atomización del
propio sistema, actúan también en favor del "chavismo".
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