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martes, 8 de mayo de 2012

Francia: la voie rose

Hollande


Por Mirta Balea


El esperado triunfo del socialista Francois Hollande en Francia ha puesto de relieve dos importantes puntos de un mismo problema: Europa tendría que cambiar el paso de ganso de la austeridad y observar que esa política y su exagerada velocidad para ponerla en marcha ha hecho que los extremos del arco político hayan cobrado fuerza en la etapa actual de la crisis económica y financiera internacional, la primera con un carácter global.





Las elecciones francesas y griegas, realizadas ambas el domingo último, han dejado claro que la crisis ha debilitado las posiciones moderadas y colocado a las corrientes extremas, tanto a derecha como a izquierda, en el torrente parlamentario en posición de bisagra. El Frente Nacional de Marine Le Pen alcanzó a colocarse en la primera vuelta de las elecciones, el pasado 23 de abril, como tercera fuerza política, y el Frente de Izquierdas de Jean-Luc Melechon, en el cuarto puesto.





La capacidad de votos de los seguidores de uno y otro bando ha resultado en beneficio de Hollande. La izquierda parece haber acudido en bloque a apoyarlo y de los lepenistas ha obtenido las cuencas mineras y las áreas desindustrializadas del noroeste. Hay que señalar, en este último caso, que antaño este era un electorado que votaba comunista y ahora oculta su cambio de signo.





Las vueltas de tuerca de las elecciones no han sido privativas de los franceses. El desplome de los partidos griegos pro-europeos han colocado una diana en la frente de la Unión Europea (UE). La posibilidad de nuevas elecciones en Grecia gana enteros ante las dificultades de lograr un gobierno de consenso para enfrentar lo que los grupos extremistas no quieren aceptar:  el país agotará fondos en julio próximo.




Parece una película de Capra, con una dimensión reaccionaria, que vota por volver atrás en la historia en el caso de Grecia, donde los neo-nazis sacan pecho con frases tan lapidarias como que las fronteras deberían dinamitarse para que la inmigración se detenga. O de parados faltos de fe y con desencanto congénito; o de trabajadores con miedo cerval al futuro que ven desdibujado. Hablamos, en el caso de Francia, de una economía con tres millones de parados, empresas deslocalizadas, que se mudan a países del Tercer Mundo, y unas fronteras que favorecen la inmigración ilegal, sobre todo de árabes y africanos.





En un continente dominado por la derecha, el triunfo del Partido Socialdemócrata Frances (PSF), después de 17 años en dique seco, se aprecia como el retorno del Jedi,  una vuelta a los orígenes, cuando la política aún conformaba un espacio preferencial, que en los últimos años ha cedido a los mercados y organismos financieros con el conocido resultado de arrastrar todo a su paso.





De tanto repetir en su campaña que pedirá una reforma del pacto fiscal común a toda la UE para incluir renglones de estímulo al crecimiento, Hollande se ha convertido en El Salvador, aunque disponga de un espacio reducido para hacer todo lo que ha prometido debido a la debilidad económica del país. No es de extrañar que el voto centrista de Francois Bayrou se desmoronase a la primera y que algunos votantes de Nicolas Sarkozy se dejaran seducir por la retórica proteccionista.





Las críticas a la política de austeridad promovida por la canciller alemana Angela Merkel y el Banco Central Europeo (BCE) se habían abierto paso en Europa mucho antes de la contienda electoral en Francia, donde el 60% de los ciudadanos rechaza la norma. El triunfo de Hollande nada cambiará en el mapa económico de la eurozona, ni en la férrea senda de la austeridad, ni en el llamado Fiscal Compact, el acuerdo que consagra el déficit cero, supuesto a entrar en vigor el 1 de enero del 2013, cuando todos los países con dificultades hayan entrado por el aro.





La rebelión contra las normas propuesta por el nuevo presidente francés, viene acompañada, sin embargo, por otros drásticos movimientos en Europa en los últimos meses. Holanda parece decidida a incumplir con los objetivos del déficit tras la caída de su gobierno y Grecia podría salir del euro. España, a pesar de todos los recortes y ajustes, parece que tampoco podrá cumplir con el objetivo del déficit, algo similar a lo que ocurrirá con Italia.





Esta situación ha traído variaciones sobre un mismo tema en la agenda comunitaria. El Consejo de Europa ha confirmado que dará algo de aire a país como España al suavizar la carrera por la reducción del déficit hasta alcanzar la sacrosanta cifra de un 3% del PIB. En el caso español, ampliará en un año el plazo, del 2013 al 2014.





Alegría en la emblemática plaza de la Bastilla



Otro asunto, incluido en la vía rosa del nuevo presidente francés para su contacto con Merkel en Berlín después del 15 de mayo, tras su toma de posesión, tiene que ver con lo que se viene reclamando también por otros mandatarios, el cambio de rol del BCE. La autoridad del organismo ha girado, hasta que la crisis ha hecho pensar de otra manera, alrededor de la vigilancia de la estabilidad de precios para que el IPC permaneza anclado en un 2%. Lo que se pretende es que asuma un mandato explícito de apoyo al crecimiento como el que tiene la Reserva Federal de Estados Unidos.





La reacción de los mercados el 23 de abril, un día después de la primera ronda de las elecciones en Francia, con Hollande como favorito, no se hizo esperar. El Cac de Paris perdió un 2,83%, retrocediendo a los niveles de diciembre último y perdiendo todas las ganancias acumuladas este año. La prima de riesgo subió hasta el 60% y se situó en 145 puntos básicos.





Podría considerarse como el primer mensaje de los mercados a Hollande y su anunciada agenda de reformas escoradas a dar prioridad al crecimiento. El nuevo presidente desea que su gobierno sea el primero en sobreponerse a la fuerza devoradora de los mercados. Los tenedores de bonos, sin embargo, más allá de ideologías, lo que quieren son garantías de que recuperarán su inversión.





El Partido Socialista Obrero Español, que quedó desbancado en las elecciones de noviembre del 2011, ha batido palmas por la victoria de su afin, el PSF, como si hubiese tenido algo que ver en la estrategia de campaña de Hollande, porque -como han destacado algunos militantes- con este triunfo la socialdemocracia vuelve a convertirse en alternativa creíble de gobierno y deja a un lado el sentido de orfandad.





La población europea comparte la vaga sensación de que "no se puede seguir así". Todo sube con la inflación y solo baja el valor de los ahorros, el salario real y las previsiones de crecimiento. Alemania, por lo tanto, no podrá continuar haciendo oídos sordos a las voces que reclaman una apuesta por el crecimiento. La caida del gobierno holandés sugiere que el gran aliado de la austeridad puede estar vacilando.





Crecer lo queremos todos y rápidamente, a ser posible. La clave se haya en a qué precio lograrlo, quien financiará nuestro crecimiento y cuánto reembolsaremos después si apostamos por un mayor endeudamiento. Esta es la razón de que Hollande se haya convertido en el hombre que dejará en cueros la política de austeridad y abrirá el banderín del gasto para mitigar la sed de carencias.





Los objetivos del nuevo presidente francés no constituyen ni mucho menos una ruptura con Berlín. El eje franco-alemán no debería desaparecer por lo moderador de Paris en el concepto teutónico de disciplina. Nadie en la UE desea que esto ocurra.  Francia ha sido siempre equilibrada y establece y ha representado el modelo de bienestar social y la defensa firme de los servicios públicos hasta que la crisis obligó a todos a una política de austeridad y el saliente presidente Sarkozy se colocó junto a Merkel.




Simultanear el disfrute de los derechos sociales con el equilibrio fiscal resultará una tarea difícil, pero la respuesta puede tenerla el nuevo inquilino del palacio del Elíseo, que ha vuelto a situar a Europa en una encrucijada como cuando Francia rechazó en 2005 el Tratado Constitucional. Negociar no es lo mismo que asomarse al precipicio como de momento parece hacerlo Grecia. Ignorar la voluntad de los votantes sería también costoso y peligroso.


Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2012/04/francia-los-problemas-crecen.html

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