Datos personales

domingo, 10 de julio de 2011

News of the World y las arenas movedizas de la información

Rupert Murdoch
Por Mirta Balea

Se suele decir que los principios significan algo si te atienes a ellos. Así que no vale la jocosa salida de Groucho Marx de que "estos son mis principios, pero si no le gustan, los cambio". A veces hay lo que se llama vinculación cognitiva radical, cuando una persona no puede apartarse de otra, como ocurriera con la pelirroja Rebekah Brooks y su mecenas Rupert Murdoch y esto puede llevarte a pasar por alto cualquier código deontológico, sobre todo si te facilita escalar puestos.

El escándalo de las escuchas ilegales practicadas entre 2003 a 2007 a 4000 personas por el periódico sensacionalista News of the World ha tenido un efecto reflujo, al salpicar presumiblemente a otros medios, propensos igualmente a utilizar esta técnica de dudosa moralidad para obtener información.

Los coletazos no han sido solo judiciales con la detención de varios periodistas, sino políticos, dada la marcada sintonía entre el primer ministro David Cameron y el magnate de News Corporation, conglomerado al que pertenecía News of the World. La prensa se ha encargado de recordar que el jefe del Ejecutivo fue aupado a su cargo con el apoyo económico y mediático de Murdoch y sus tabloides en Reino Unido.


La detención el pasado día 8 de Andy Coulson, ex-jefe de prensa del primer ministro y ex-director de News of the World lo ha puesto aún más en evidencia. Aunque camina por arenas movedizas, Cameron ha dejado claro que muy pronto será nombrada la comisión de investigación sobre este caso, en el que han salido a relucir pagos por informaciones y cambios de favores por escuchas en los que estaría incluso envuelta Scotland Yard.


El Gobierno británico pone su cara mas seria, pero lo de las escuchas se conocía ya desde 2006 , o incluso antes, y no se han tomado medidas hasta ahora, cuando hay problemas emotivos, que indignan al gran público, como el de la niña secuestrada y asesinada Milly Dowler, las familias que han perdido a los suyos en Irak y Afganistán y en los atentado de Londres del 2005.


El grupo editorial de Murdoch, News Corporation, controla en el Reino Unido a los periódicos The Times y su dominical The Sunday Times, y los diarios sensacionalistas con amplia tirada The Sun y News of the World, que lanzó este domingo su última edición de cinco millones de ejemplares, tras 168 años, y cuya recaudación irá a parar a organizaciones de beneficencia.


Cuando en 2007, el corresponsal de la Casa Real británica Clive Goodman fue encarcelado por escuchar los mensajes de móvil del príncipe Carlos, el entonces editor jefe Coulson dimitió y la dirección sostuvo que era un caso aislado. El escándalo ha dado al traste con el pretexto corporativo. El tabloide tuvo que entregar el pasado 20 de junio una serie de correos electrónicos sensibles que había retenido desde esa fecha a cargo del bufete de abogados Harbottle & Lewis de donde fueron rescatados.


Hay una banda ancha para los derechos de información  y de opinión en las democracias liberales dentro de unos límites razonables. El público, cuando el objetivo son las celebridades, suele disculpar a la prensa por saltar la frontera. En el caso que nos ocupa, clama por el degüello de Brooks, directora general de News International, y de sus compinches. Hasta el momento sigue paseando por su despacho de consejera, a pesar que algunos políticos han dicho que su posición es "insostenible".

La ambición pelirroja de 43 años, con una falta absoluta de escrúpulos, colocó en el punto rojo de su colimador a artistas, políticos y hasta a la propia realeza inglesa. Entre otros, logró intervenir los teléfonos de los actores Sienna Miller, Jude Law, Gwyneth Paltrow y Hugh Grant; el de la modelo Elle McPherson, el del publicista Max Clifford; el del ex-primer ministro Tony Blair y hasta el del príncipe Guillermo.

El diario londinense The Guardian informó a la policía que, poco antes de que News of the World quedara al descubierto, se habían estado destruyendo miles de documentos.

Brooks tiene como reportera en su haber un sin número de anécdotas sobre su habilidad para hacer trampas. Cuando fue presentada en sociedad como nueva directora general de News International, la Dirección la ensalzó como alguien que  "sabe unir el talento editorial con la creatividad comercial y estratégica al más alto nivel".

Rebekah Brooks
En una ocasión, siendo simple reportera en los 90, su jefe le preguntó si se le ocurría cómo conseguir el anticipo de la biografía del príncipe Carlos, a punto de ser publicada en exclusiva por un diario rival. Para demostrar sus capacidades, se hizo pasar, con uniforme y todo, como personal de limpieza del rotativo enemigo, entró en las oficinas y robó el artículo.


Y es que la niña mimada de Murdoch ha aprendido mucho del magnate, que le abrió sus brazos en 1989 con solo 21 años. Diez años después y tras dirigir por dos años The Sun, la puso al frente de News of the World, convirtiéndola en la editora más joven del país. Desde esa posición impulsó una fuerte campaña contra los pedófilos. En 2003, ella misma reconocería ante el Parlamento británico haber pagado por la información a la Policía.


El "amarillismo" ha sido la seña de identidad de News Corporation, con oficinas en Canadá, Estados Unidos, México, Brasil, Reino Unido, Alemania, Italia, India, China, Australia y Nueva Zelanda. La compañía matriz del imperio en Nueva York sufrió pérdidas de hasta un 4,04% nada más abrir la sesión del índice Nasdaq el pasado día 8, cuando saltó el escándalo por espionaje a los ciudadanos.


Murdoch controla en Estados Unidos The New York Post y la televisión por cable Fox, cuya influencia es muy importante en latinoamérica por sus contenidos de entretenimiento. En Australia, de donde es originario, acumula más de 50 publicaciones entre diarios y semanarios.

La iglesia anglicana, que contribuye con 4,5 millones de euros a sustentar al conglomerado de comunicación internacional, advirtió que retirará su inversión si las personas involucradas en la trama de corrupción mediática no son investigadas de inmediato.


Estos no han sido los únicos reveses de Murdoch, objeto ahora de un boicot al ver reducidos considerablemente sus ingresos por publicidad. El banco Lloyd's le había hecho saber la intención de suprimir sus campañas publicitarias. Ha tenido también que dejar en el límbo un acuerdo a punto de anunciarse cuando estalló el escándalo para la compra de la totalidad del canal satélite British Sky Broadcasting, del que actualmente posee un 40%.


El Ejecutivo londinense ha dicho que evaluará la controvertida oferta. El ministro de Cultura, Jeremy Hunt, expresó que se tomará un tiempo antes de pronunciarse, sin poner fecha en el calendario.

El magnate australiano decidió desde su poltrona en Nueva York coger el toro por los cuernos y ha viajado a Londres el domingo 10 para enfrentarse personalmente al problema. Su llegada ha coincidido con el último número de News of the World, que adquirió en 1969, dando inicio a su carrera como magnate de los medios y que ha cerrado para poder salvar al resto de sus cabeceras: The Times y The Sun.


El periódico, que llegó a vender seis millones de ejemplares cada domingo, era un miembro gangrenado que había que amputar. Su valor conocido es de 46,000 millones de dólares. The Sun comenzará una edición dominical para llenar el vacío

Un equipo de 280 personas han quedado sin trabajo producto del cierre del rotativo. En Sun Valley, el multimillonario australiano dijo que fue una decisión "consensuada" ante un auditorio que asistía a una conferencia anual sobre la comunicación.


La perversidad informática a gran escala que ha conmovido al Reino Unido ha sido posible por las relaciones privilegiadas del magnate autraliano con los políticos y la Policía. El caso más hiriente ha sido el de la niña Dowler, cuyo contestador era inteceptado por News of the World y vaciado para dar cabida a nuevos mensajes. Esto fue un acicate para que sus padres pensaran que aún vivía y confundió a los investigadores.


Una actividad sin límites, al margen de la ley, siempre huele a podrido. El jefe de Scotland Yard, Paul Stephenson, cónfirmó que algunos de sus oficiales recibieron pagos inapropiados. Pero esto ya se sabía desde que Rebekah Brooks compareciera ante el Parlamento. De nada vale que Murdoch emitiera un comunicado en el que califica de "inaceptable y deplorable", tanto las escuchas como los pagos a las autoridades. El mal ya está hecho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario