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martes, 9 de septiembre de 2025

Israel y un Estado palestino

Israel es ahora mismo la voz que clama en el desierto, lejos de los centros de poder, con el propósito de ser escuchado, negándose a aceptar la culpa por el inicio de la guerra en la Franja de Gaza, reclamando a sus rehenes en poder de Hamás desde el 7 de octubre de 2023 cuando violó  las fronteras para masacrar a 1400 personas y se llevó a 252 civiles; Israel ha declarado que su respuesta a todo este horror es desde el principio rescatar a los rehenes y acabar de una vez y por todas con los terroristas, destruyendo uno a uno a sus bastiones y a sus líderes en el terreno porque los tres principales, los que ordenan y mandan,   viven en Qatar en hoteles de cinco estrellas, disfrutando de lujos y comodidades, despreocupados de que un misil les caiga encima y proporcionado todo eso por los dos billones de dólares acumulados para su bienestar por los donativos a la causa palestina.

Este no es el único dinero para la causa palestina de que dispone Hamas. Durante mas de diez años se ha dedicado a adquirir armamento moderno y sofisticado para destruir al estado judío, ha abierto túneles por toda Gaza en los que han venido depositando millones de dólares y el poderoso arsenal en los sótanos de hospitales, escuelas, guarderías, casas  y empresas sin importarle utilizar a los gazaríes como escudos humanos, en tanto desde el lado israelí se les proveía de agua, electricidad y alimentos. Son hechos conocidos y verificados desde mucho antes del 7 de octubre, como es cierto también que facturan al año mil millones de dólares provenientes de Turquía, su mayor benefactor en muchos campos, junto con Emiratos Árabes y Arabia Saudita, sumando además las contribuciones de empresas y gobiernos, nada deseosos de que Hamas desaparezca.

Recordaré la entrevista al indiscutible líder de la resistencia palestina, Yaser Arafat, por la periodista italiana Oriana Fallaci, cuando dijo claramente que los palestinos no desean la paz, que quieren la guerra. ¨La paz para nosotros es la desaparición de Israel y no otra cosa¨. Credo vigente hasta el día de hoy. Así pensaba también George Habash, jefe de la facción Frente Popular de Liberaciòn de Palestina.

Cerca de 146 países de 193 representados en la ONU de América Latina, África y Asia reconocen a un Estado palestino virtual. Los requisitos hasta ahora habían sido tener una población permanente, un territorio delimitado para estas personas y un gobierno con control efectivo, así como la capacidad de relacionarse de igual a igual con otros Estados, lo que conllevaría soberanía e independencia. Hablamos de un país. Cuando a Margaret Thatcher le preguntaron, durante una visita a Varsovia, si los británicos reconocerían a un Estado palestino, la primera ministra respondió; solo reconocemos países, no Estados. Claro que los lemas cambian, lo que se ve pertinente en un momento puede no serlo después.

Si aceptamos los parámetros del Consejo de Seguridad de la ONU, estaríamos hablando de una tierra con las fronteras establecidas durante el mandato británicos anterior a 1967. El territorio de Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, cuya bandera resultaría ser similar a la jordana. Es en Jordania donde reside la mayor cantidad de refugiados, en la zona se le llama los palestinos. Con el tiempo la identidad de ese pueblo se ha ido difuminando, al igual que sus confines geográficos. 

Un aspecto a tener en cuenta en esta región es que precisamente debemos aplicar la formula del fallecido ideólogo y estratega al añorar formar parte de una gran nación árabe. Palestina sería en este caso el espacio comprendido entre Naqada o Quena en el norte hasta Akaba en el sur y desde las costas mediterráneas, incluyendo Gaza, hasta el río Jordán y el desierto de Néguev. 

Arafat se hizo miembro de la Hermandad Musulmana durante su estancia en Kuwait y tras obtener el título de ingeniero en El Cairo. Arabia Saudita, Egipto, Jordania y Emiratos Árabes la declararon organización terrorista. Si localizamos en un mapa los puntos enunciados por el fallecido líder de la Organización para la Liberación de Palestina, comprenderemos mejor la razón impulsora de una posición  tan radical dentro del mundo árabe. La HM reivindica la gran nación árabe y una dirección colectiva. ¿Imaginan a estos estados aceptando el postulado? Si vamos más allá se podría pensar que las ideas de Arafat murieron con él? No es así para muchos palestinos.

Partición de Palestina.

La ONU aprobó el 20 de noviembre de 1947 la resolución 181 para la partición de Palestina, en esos momentos administrada por los británicos, en un intento por resolver el conflicto entre árabes y judíos. La propuesta dividía a la mitad la zona estableciendo dos Estados, uno judío y otro árabe. Dejaba bajo control internacional a Jerusalén y Belén.  Fue aprobada por 33 votos a favor (58%), 13 en contra, 10 abstenciones y una ausencia. Los países contrarios: Afganistán, Arabia Saudita, Cuba, Egipto, Grecia, India, Irán, Irak, Líbano, Pakistán, Siria, Turquía y Yemen; la aprobaron Argentina, Colombia, Chile, China, El Salvador, Etiopía, Honduras, México, Reino Unido, Unión Soviética, Estados Unidos y Yugoslavia. Tailandia se ausentó el día de la votación.

El 14 de mayo de 1948 nació por mandato internacional el Estado de Israel, los árabes, quienes habían montado en cólera por la votación contraria a sus intereses, decidieron a posteriori invadir el recién otorgado territorio con lo que dio inicio la primera guerra árabe-israelí. Los vecinos jamás han soportado convivir en una misma zona con el enemigo judío y seamos sinceros, una votación democrática es ajena a su cultura, están regidos por la sharia o ley islámica.

Los ejércitos de Egipto, Siria y Jordania entraron como elefante en cacharrería para eliminar al nuevo estado judío y con esto promovieron un resultado inesperado para ellos. Israel ocupó el 77% del territorio inicialmente concedido a los árabes, incluida la mayor parte parte de Jerusalén, reclamada por éstos con notable insistencia como propia cuando nunca antes en su historia ha sido de los árabes ni después de la partición. 

El territorio habría seguido llamándose Judea si Adriano no hubiese desatado su ira contra los judíos por la madre de todas las rebeliones de ese pueblo, la de Bar Kojba en el año 135. El emperador abrazó la idea de humillarlos en su orgullo nacional y decretó llamar Palestina a lo que había sido Judea. Buscaron un título hiriente al escoger un derivado del nombre de su acérrimo enemigo,  los filisteos. La palabra no es más que la combinación de tres lenguas: griego, latín y la hebrea p'lesheth o tierra de los filisteos, habitantes de la región como los hebreos antes de la ocupación romana. Durante siglos, los judíos vivieron en Judea, Samaria y Galilea, lo que podemos saber con leer un poco de historia.

La primera guerra árabe-israelí comenzó en 1948 poco después de la salida de los británicos y tras la proclamación del Estado de Israel y se extendió hasta mediados de 1949. Resultaba el estallido de la frustración mas profunda. Vivimos tiempos en que se pretende, entre otros desatinos, cambiar el relato cuando no conviene a los intereses de algún gobierno o medio de comunicación, de manera que vale la pena aclarar que los árabes no se vieron obligados  a entrar en una guerra sino que la provocaron por la mera existencia de un Estado judío ofensivo para su orgullo, fueron ellos y no los israelíes los patrocinadores de las hostilidades. Habría que ser muy lerdo para suponer que el recién nacido Estado, con una colosal tarea por delante, presentaría batalla a los árabes sin ton ni son, cuando estaban además cómodos con la partición. Todas las organizaciones de la yihad islámica tienen en sus programas la meta de echar a los judíos al mar, hacerlos desaparecer, y con ellos a su indeseado Estado.

Las naciones árabes prometieron a los palestinos el oro y el moro como que no compartirían el mismo techo con el recién creado Estado. El resultado fue convertirlos en parias, en refugiados, cuando la sensatez indicaba el aprovechamiento de esa nueva oportunidad brindada por la ONU de crear un Estado propio. Con anterioridad, había existido la Comisión Peel, creada tras terminar la Primera Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña contralaba casi la totalidad de Medio Oriente. Los árabes se habían lanzado en 1936 contra la ocupación británico y contra los judíos. La Comisión falló que tanto judíos como árabes debían gobernar el mismo territorio. La solución fue partir en dos la zona como luego haría la ONU.

Cuando prometían y prometían a los palestinos, los Estados árabes apaciguaban la situación creada por la resolución señalando que un recién nacido no podría con la fuerza demoledora de los ejércitos árabes. Los palestinos tragaban todas las promesas dejando a un lado la ocasión de tener un Estado palestino. 

En 2006, se presentó un nuevo momento para su establecimiento en las conversaciones de Camp David, por la mediación de Estados Unidos, con Arafat y el primer ministro israelí, Ehud Barak. Pero cuando parecía listo el acuerdo, Arafat dijo no. El presidente William Clinton declaró que había estado 14 días para al final negarse a firmar la paz. Lo que podía haberse acordado entonces era que los palestinos ocuparían el 73% de la Cisjordania y con el tiempo ampliarlo a la margen occidental hasta el 92%. Jerusalén Este sería capital del Estado árabe. Israel lo intentó de nuevo dos años después cuando Ehud Olmert era el nuevo canciller israelí. Se propuso en esta ocasión supervisar los lugares de culto de las religiones judía, musulmana y cristiana por un Comité de cinco naciones, a saber, Arabia Saudita, Jordania, Palestina, Estados Unidos e Israel. El sucesor de Arafat, Mahmud Abas, rechazó la proposición con el argumento de que el mandato del presidente George Bush estaba al espirar, confiando en que el siguiente presidente sería más proclive a aceptar en su totalidad las demandas palestinas, y que la carrera política de Olmert estaba finiquitada.

Ahora, todo este camino trillado, se quiere recuperar por las armas y la manipulación de la opinión pública internacional. Sus hermanos, sus amigos del alma, los recibieron antes a regañadientes, como si no les debieran nada por las promesas incumplidas, y los rechazan. Egipto movilizó tropas a la frontera para impedir el paso de los refugiados por la guerra en Gaza. El Estado judío, ante la resistencia y tosudez árabe de ignorar su existencia, se ha visto abocado al menos a ocho guerras reconocidas desde el nacimiento de Israel.

Conflicto actual en Gaza.

Hamas trazó una estrategia para crear el considerado el mayor ataque contra el Estado judío en su historia y entrar el 7 de octubre del 2023, a 50 años de la guerra del Yom Kipur, iniciada el 6 de octubre de 1973. Primero: masacrar acabando así con la vida de 1400 personas de 19 nacionalidades al irrumpir en un festival juvenil y en diversos asentamientos. Lo segundo: llevarse rehenes, cargando con 252. Tercero: esperar la respuesta obligada de Israel y cuarto: pasar por víctima cuando se iniciara la guerra para captar la atención internacional a partir de recordar el sufrimiento palestino. Resultado: gobiernos occidentales se han colocado de forma solapada a favor de los terroristas, han comenzado el proceso de discriminación de los judíos en eventos deportivos y culturales, los habitantes de esos países han iniciado una ola de manifestaciones, escudándose en el derecho de los palestinos a proclamar un Estado y Hamas, como gobierno de la franja, ha permitido a algunos medios occidentales tener presencia en la zona de conflicto si responden a sus intereses informativos. A principios de agosto, las FDI capturaron e interrogaron al portavoz de la yihad islámica y fuente clave de información para la BBC y la CNN, Tariq Salemi. Reveló que los periodistas occidentales acordaron de antemano con el gobierno de Hamas aceptar sus condiciones de propaganda y culpar a los israelíes de los bombardeos a hospitales, escuelas y otros edificios. En consecuencia han proliferado lo que se conoce como deepfake, que puede llegar a colocar a una persona ante la cámara, haciéndola pasar por otra y poniendo en su boca el mensaje que se desea difundir. ¿Qué si Hamas dispone de esta tecnología? Por supuesto y la ha utilizado muchas veces. Así han nacido los  bulos de niños muertos o desnutridos; se empezó hablando de hambruna para poder introducir mas adelante, la palabra genocidio. La ONU ni la Corte Penal de Justicia han aceptado hasta el momento usar ese término en el conflicto en Gaza , aunque eso puede cambiar. Hace unos días decidió iniciar el procesamiento de la organización terrorista por las violaciones sexuales realizadas durante y después del 7 de octubre. 

La palabra genocidio fue acuñada en 1940  por el jurista judío polaco Rafal (Rafael) Lemki, impulsor además de su reconocimiento como delito por el derecho internacional. Este hombre sufrió la persecución nazi y fue testigo de la muerte de sus familiares por la Gestapo o en campos de exterminio antes de poder huir. El genocidio se aplica cuando la intención resulta ser el exterminio de toda una comunidad por factores étnicos o religiosos.  Los únicos genocidios reconocidos en nuestra historia reciente han sido el asesinato de judíos por serlo durante la II Guerra Mundial, llamado holocausto, Ruanda en 1994 y Srebenica, Bosnia, en 1995.

Sobre las deepfake he de recordar la famosa foto de un niño desnutrido publicada por el New York Times, diario que se vio obligado a rectificar porque se trataba de un pequeño enfermo de un mal degenerativo, sometido en Italia a un tratamiento, y cuyo traslado garantizó Israel. Recordemos también que se hizo pasar por un ataque israelí la explosión del hospital Al Ma'Madani, cuando fuentes de la Inteligencia de Israel, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, nada menos que cinco naciones, aseguraron fue obra de la yihad islámica palestina al fallar en el lanzamiento de un cohete. Algunos medios informan que el incidente es controvertido, pero yo me pregunto, entre la información del ministerio de Salud de Gaza, en manos de Hamas, y las fuentes de Inteligencia de varios países ¿por qué lado deberíamos decantarnos?. Como dijo Mark Twain una mentira puede dar la vuelta al mundo mientras la verdad se esta poniendo los zapatos y este es el mejor ejemplo, aunque no el único. 

Fabricaron también la muerte del niño de nueve años, Abdul Rahim, y dijeron que lo habían hecho las Fuerzas de Defensa Israelíes. Después salió un video mostrando a un alegre pequeño en compañía de su madre.

Cómo se llegó al 7 de octubre como estrategia de Hamas y Hezbollah.

Entre abril y septiembre de 2023 tuvieron lugar muchas reuniones de líderes terroristas de Hezbollah y Hamas. Los participantes fueron el jeque Hasan Nasrallah, Ismail Haniyah y Saleh a-Arouri.  Una ataque de grupos vinculados a Hezbollah tuvo lugar en la Alta Galilea en septiembre, tal vez como ensayo del 7 de octubre. Esto provocó una respuesta de Israel llamada operación Nuevo Orden en el sur libanés, como parte de una campaña ampliada a Hamas en Gaza. La estrategia trazada de conjunto por Hezbollah y Hamas para la masacre tuvo un ideólogo, Saleh al- Arouri, y estuvo coordinada por Hezbollah, protegida del gobierno iraní, que la abastece de armas. Tenemos entonces un instigador, Irán, y el ejecutor, Hamas. Ambos grupos terroristas se han declarado parte de la yihad islámica, y en el caso de este último, nacionalista. Su reclamación de un Estado palestino data de una fecha no muy lejana,  2017. ¿Quién puede decir que los sunitas y los chiitas no se ponen de acuerdo?

Cuando las FDI atacaron Teherán el 31 de julio de 2024, Ismail Haniya fue alcanzado por las bombas dentro de una residencia protegida de los paramilitares de la Guardia Revolucionaria Islámica. Mas adelante murió  el jeque Nasrallah en el ataque a un cuartel de Hezbollah. Saleh al-Arouri encontró la muerte en enero de 2024 dentro de la meta israelí de eliminar a los líderes de Hamas. Israel declaró su objetivo en Gaza: rescatar a los rehenes y eliminar a los líderes y fuerzas de Hamas y es lo que ha venido haciendo.

Los terroristas están muy asustados porque es como una aplanadora, se ha cargado a muchos de ellos y de ahí el incremento brutal de las deepfakes dirigidas primero a señalar una hambruna inexistente para luego pasar a gritar que es un genocidio contra el pueblo palestino, buscando febrilmente la solidaridad internacional. Ha funcionado a costa de la reputación de gobiernos y medios de comunicación. La Organización Humanitaria en Gaza, independiente del gobierno de Hamas, denunció a la BBC, The Economist y la CNN, así como a la ONU, por difundir mentiras sobre la llegada de ayuda y su reparto por Israel 

A esto se suma que utilizan la profesión de periodistas para colar a los suyos. El caso de Anas al-Sharif resulta notorio. La agencia Al Jazeera en Qatar lo envió como reportero a Gaza. Las FDI lo capturaron y le incautaron videos de entrenamiento, directorios telefónicos, recibos de salarios dispensados, entre otra documentación comprometedora.

Los medios occidentales y varios gobiernos han comprado el relato de Hamas sin detenerse a pensar que una organización terrorista sobrevive porque engaña a todos, en ocasiones hasta a los propios. La Liga Árabe decidió recientemente condenar la masacre del 7 de octubre, pidió a Hamas deponer las armas y dejar el gobierno de Gaza. La L.A. no hace estas declaraciones por una toma repentina de conciencia. Lo que está pasando en Gaza va en contra de sus intereses, provoca oleadas de refugiados indeseables para ellos y perjudica los acuerdos con Israel, un proveedor importante de muchos items. Apoyar la desaparición del Estado judío no entra en sus planes de futuro, sobre todo porque pedir en plena guerra algo así proporcionaría a los terroristas un pedazo de tierra desde el cual operar con legalidad. Nadie piense que entregarían las riendas a la Autoridad Nacional Palestina con sede en Ramallah y no creo que su presidente, Mamud Abas, tenga en mente que los palestinos estén bajo control terrorista. Estados Unidos le impidió asistir a la Asamblea General de la ONU en Nueva York el pasado agosto cuando Francia desplegaba su artillería retórica para que el órgano reconociera a Palestina como un Estado. 

Los rehenes.

De los 252 rehenes llevados a Gaza, han sobrevivido en cautiverio 48, como última información conocida. Los liberados hasta el momento han sido 18, si aplicamos las matemáticas vemos que la mayoría han muerto durante el cautiverio. Israel gestiona la devolución de los cadáveres o restos de esas personas, pero dudemos que esto llegue a buen puerto.

Los muertos hablarían con los forenses si pueden ser repatriados comprometiendo las versiones de Hamas, que podría entonces ser procesada por crímenes de guerra. Se han denunciado torturas, muerte por inanición o deshidratación, por palizas hasta la extenuación, en algunos casos con desmembramiento. ¿Y cómo se sabe? Pues por testimonios de los propios rehenes. 

Esto no va del bien y del mal, trata de ética situacional, supone un enfoque moral sobre una acción en dependencia del contexto o circunstancias en que tiene lugar si se siguen las bases morales universales. Las reglas morales prefabricadas tienen como único objetivos amoldarse a los deseos del dueño del relato, razón por la moral situacional cambia rápida y continuamente como se ha visto más de una vez en la historia. A veces una mayoría se equivoca, sin embargo, inclina siempre la balanza.

Uno de los rehenes liberados contó que lo llevaron a un lugar tan estrecho, que apenas podía mover sus brazos, era tan profundo, que no había ruido alguno, y tan bajo, que casi no podía estar de pie. Está el caso de Itzik Elgarat, torturado brutalmente, sufrió rotura de costillas, dedos y nariz. Un testigo declaró que se lo llevaron para ser interrogado y nunca volvió.

El fanático solo piensa en que sus creencias y lo que defiende son un derecho absoluta al no teneer en cuenta el peso de los argumentos de una contraparte, como los nazis contra los judíos, los hutus cuando deseaban exterminar a los tutsis en Ruanda o los croatas al intentar acabar con los bosnios musulmanes. Está convencido además que el resto de la humanidad tiene la obligación de seguirlos en su cruzada. Si caes en la trampa, supondrá para ti una complicidad con el relato propuesto por el fanático, aunque para justificarte digas que es por la causa palestina.

Cuando tuvo lugar la guerra de los seis días entre árabes e israelíes, Gaza era territorio egipcio, los Altos del Golán sirio y la margen occidental del Jordán de Jordania. El territorio correspondiente a los palestinos se había repartido al final del primer conflicto entre Israel, Transjordania (que toma el este de Jerusalén) y Egipto la franja de Gaza. 

La segunda guerra arabe-israelí tuvo como marco la disputa por los derechos del canal de Suez, que en aquel momento era propiedad anglo-sajona. El líder egipcio  Gamal Abdel Nasser lo nacionalizó para financiar la construcción de la presa de Asuan, una maravilla de la ingeniería, y encabezó una cruzada antimperialista con la firma de acuerdos de mutua ayuda con Siria y Jordania.  Se libró en 1956 y suscitó una alianza temporal para enfrentar a los egipcios entre Reino Unido, Francia e Israel. Aquí se podría aplicar la tan conocida máxima de que el enemigo de tu enemigo es mi amigo. Arafat negaba la legitimidad de la victoria israelí por lo de la coalición con otros países, aunque lo cierto es que en los conflictos conocidos del Medio Oriente han ganado siempre.

La ONU resolvió el fin del conflicto sacando a las naciones europeas y poniendo en manos de Nasser el control de la vía interoceánica hasta el estallido de un nuevo conflicto en la región, en la llamada guerra de los seis días. Los egipcios hundieron varios barcos en el Canal. La supremacía aérea israelí garantizó la victoria sobre el Sinaí, los Altos del Golán y Cisjordania. En la actualidad, Egipto controla la vía interoceánica mediante la Autoridad del Canal de Suez.

El estallido de la guerra de los seis días se produjo por la concentración de tropas egipcias en la frontera con Israel, 40 mil soldados y artillería, aunque otras versiones dicen 100 mil. Al parecer Naser había prestado atención a informaciones maliciosas de parte de su aliado ruso, si bien subyacía otro pretexto. Varios países árabes habían estado cuestionando a viva voz el Armisticio alcanzado en 1949 al finalizar el primer conflicto porque, como entonces, continuaban sin aceptar la existencia de Israel.

Si vives en Israel, una isla rodeada de enemigos árabes, que claman por tu destrucción como estado y como judío, una movilización de soldados y de artillería en la frontera con los egipcios te pondrá en estado de alerta de inmediato. Así que Tel Aviv decidió adelantarse y realizar un ataque preventivo, llevando la guerra el terreno árabe en Sinaí y Altos del Golán. Estará de más decir el unánime apoyo de los países del entorno al acto suicida de Naser. Y no participó en solitario el ejército egipcio, combatieron también los de Siria, Jordania e Irak, debido a un compromiso para una coalición, llegado el momento, adquirido. Arabia Saudita y Líbano combatieron en menor escala. Los judíos vencieron, quedándose con la península del Sinaí, Gaza, Cisjordania, incluida Jerusalén Este, y los Altos del Golán. 

El secretario general de la ONU U Thant consideró a una serie de ataques terroristas en Israel, previos al estallido por Suez, como ¨deplorables, insidiosos, contrarios a la letra y al espíritu de los acuerdos del Armisticio¨ y una amenaza a la paz en la región. El actual secretario general de la ONU, Antonio Guterrez,  no se habría molestado en mencionarlo siquiera y si piensan que exagero no hay más que comparar hechos y declaraciones en la hemeroteca. 

El líder del panarabismo retiró a las fuerzas de paz de la ONU del Sinaí, protectoras de la frontera común, y movilizó 100 mil soldados y artillería pesada. Luego bloqueó el paso en los estrechos de Tirana en violación de una resolución de la ONU para garantizar su uso. Las naciones árabes le apoyaron también en esta ocasión. La guerra finalizó con la cifra de 20 mil muertos del lado árabe y mil de los israelíes. Naser renunció ante tales resultados, aunque el pueblo egipcio le pidió que regresara. Era un líder tremendo, su figura se resentía tan solo por su obsesión de eliminar judíos y al Estado en el que se agrupaban.

La flotilla de varios barquitos empeñados en paliar el hambre en Gaza con su exigua carga (daría risa si no fuera porque para algunos es un gesto genuino de solidaridad) está a punto de llegar a su destino si los israelíes no los detienen antes. Los conducirán escoltas israelíes para el desembarco, pero esta vez no será como en la primera ocasión en que repartieron sandwiches y mantas y los devolvieron en las mejores formas. En esta ocasión, según Tel Aviv, les trataran como terroristas. Parece algo desmedido y pienso que la sangre no llegará al río. Algunos no tenemos dudas de que varios de los viajeros tienen mucha sed de protagonismo.

Manifestaciones en países occidentales y muchos gobiernos clamando por el Estado palestino y su pronto establecimiento a la larga darán sus frutos, aunque hay que prever contraposiciones. Para los que sí habrá que prepararse es que la inmediatez es importante, con la guerra andando en Gaza. Lo de la cordura de hacerlo a la precipitada es otra cuestión.

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