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miércoles, 12 de diciembre de 2012

Italia: la prima de riesgo de Berlusconi

Monti y Berlusconi en noviembre del 2011




Por Mirta Balea




Silvio Berlusconi nada tiene que ver con El Príncipe, que tanto buscó Nicolás Maquiavelo en el siglo XVI para crear una República, una Italia libre y unificada.




Este intelectual florentino cínico y crudo ha arrastrado una leyenda negra inmerecida porque nunca dijo la frase que se le atribuye de que el fin justifica los medios ni propugnó la prevalencia de la razón de Estado por encima de todo.




¿Qué nos encontramos en la Italia de principios del siglo XXI con Berlusconi? O mejor, quizás, ¿qué han encontrado los italianos en este hombre que fuera elegido tres veces como primer ministro en 1994, 2001 y 2008? Puede que un lenguaje directo y descarnado como el utilizado por Maquiavelo en su obra y, también, su proceder astuto. Esto, si nos atenemos a cómo queda definido el término "maquiavélico" en el Diccionario.




Siendo El Príncipe un tratado para ensalzar a los líderes que optan por la acción en vez de la pasividad y señalando en una de sus partes que "los hombres, en general, son más dados a tratar con miramiento a quien se hace temer que a quien se hace amar" se podría llegar a pensar que las acciones que mejor definen a Berlusconi vienen inspiradas por como se interpreta generalmente el contenido de la obra del florentino.




Il Cavaliere ha vuelto a la política como un auténtico Terminator, si bien al entregar a Monti el poder hace 13 meses había advertido que lo haría, aunque no en qué momento.  Ahora parece que le resulta el indicado.




Toda Europa está conectada como una gran red digital y España esperaba un efecto contagio, que no ha tenido lugar de momento sobre su subasta de deuda pública, por las ondas sibilantes de la noticia del retorno de Il Cavaliere y la venidera dimisión del actual primer ministro que no tendrá lugar hasta las Navidades, después que se aprueben los Presupuestos Generales del Estado 2013.



Dos pesos pesados de la comunicación en el Vaticano han dejado claro que la Santa Sede se ha decantado por Monti, como el político entre los políticos, si bien este no ha hecho pública todavía su intención de presentarse a las elecciones a realizarse con toda probabilidad en febrero próximo.



Este es un apoyo que en modo alguno puede subestimarse porque poco menos del 90% de la población se declara católica. El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Angelo Bagnascio, criticó la retirada de apoyo a Monti por la coalición El Pueblo de la Libertad, de la que es fundador y presidente Berlusconi y de la que intenta renegar para regresar a sus orígenes: Forza Italia, mucho más acorde con sus ambiciones. Podría también llegar a una nueva alianza con la ultraderechista Liga Norte como la que tenía antes de ser sustituído.




En la misma dirección se pronunció el director de L'Osservatore Romano, Giovanni María Vian, quien atribuyó a la "lógica" electoral las críticas a Monti por parte de la coalición El Pueblo de la Libertad después de haberlo apoyado para el cambio de batuta en noviembre del pasado año.





El primer ministro italiano recibió en Oslo, el pasado día 10, el apoyo de sus iguales en la Unión Europea (UE) en ocasión de la entrega a esta entidad del Premio Nobel de la Paz y cuenta con la clase empresarial italiana, además de la Iglesia Católica .




La cura de Monti para la economía nacional ha sido una imposición desde el exterior como quiera que se mire, como antes se había hecho ya con Grecia. Cambió su traje de profesor por el de primer ministro, cuando el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, le invitó a formar gobierno, tras un acuerdo previo con los partidos representados en el Parlamento.




ElÓrgano Legislativo italiano le otorgó su confianza a mediados de noviembre del 2011 con una mayoría de 556 de los 630 diputados posibles. Con la segunda parte de su plan de recortes Crece Italia, los síes habían bajado a 495.




A pesar de necesitar el temblón apoyo de los partidos para las reformas implicadas en su proyecto, dirigidas al corazón de la clase media y de los pobres de toda la vida, y cuando los italianos hacían huelga y salían a protestar a la calle, el primer ministro decidió dejar de lado el consenso para cumplir a como diera lugar con Bruselas y pasó a la acción rápida, eficaz e independiente del resto del arco político nacional.



Con el trágala de la píldora de los recortes y el paso acelerado, el panorama político transcurría entre los moderados (una mayoría de democristianos) abogando a favor del Ejecutivo tecnócrata con  respaldo de la UE y de organismos financieros y económicos internacionales, y socialistas y neofascistas, que llamaban al boicot de un Gobierno no salido de las urnas y que, según estos, pretendía un golpe blanco.



Berlusconi ha vuelto porque ha tenido lugar un descenso en la popularidad de Monti y su Gabinete, y se ha presentado como el adalid de los afectados por las reformas, apelando quizás a la mala memoria de los italianos. Ha aprovechado, hurgando en la herida, para calificar la política económica del primer ministro de germano-centrista, unas declaraciones que han hecho saltar a la canciller Angela Merkel.



Ella le ha advertido que va a impedirle hacer campaña contra Alemania. Pero si sale elegido todo esto se olvidará, salvo lo de la prima de riesgo, esa que a Il Cavalieri le "repatea" porque fue el pretexto para el cambio, y ha dicho, en su habitual tono pragmático que llega siempre a la gente: Nunca antes habíamos oído hablar de la prima de riesgo, solo se habla de esto desde hace un año y ¿a quien le importa qué intereses están detras de la compra de la deuda italiana respecto a los inversores que compran la deuda alemana?



Berlusconi tiene en su contra 33 procesos judiciales abiertos, entre estos alguno por corrupción de menores, tres condenas, aunque sin sentencia firme, y su histrionismo cansón. Pero, no hay dudas que le ha favorecido ese decreto de Crece Italia por el que Monti intentó quitar un gran número de privilegios, además de deformaciones y trampas burocráticas, que han contribuido a ralentizar la economía.



El elenco de prebendas de los gremios italianos es extenso y van desde prerrogativas de diputados y senadores a toda una cola de taxistas,  camioneros, farmacéuticos, comerciantes, abogados, empleados, todos contrarios a la desregulación económica.




Los italianos han votado más de una vez a Berlusconi a conciencia de lo que es y de su marca mediática: la corrupción, y quizá lo hagan de nuevo. Si no resultara elegido, podría realizar un enroque y erigirse en esa fuerza bisagra con la que hay que contar para la viabilidad de cualquier Gobierno.


Enlazar con: http://lasnoticiasdemirta.blogspot.com.es/2011/11/italia-un-nuevo-gobierno-para-la-crisis.html

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