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martes, 28 de febrero de 2023

A UN AÑO DE LA INVASION RUSIA A UCRANIA (II)

La destrucción es un ataque contra todos los límites. Si destruimos puertas y ventanas de una casa pierde su privacidad. A partir de esto, cualquiera puede entrar a su antojo, andar por sus ruinas y sobre ellas erigir cuanto quiera porque el interior ha quedado desprotegido.
Cuando elaboraba este trabajo pensaba en el renuncio de Putin al tratado START III, el último de su tipo firmado por dos potencias mundiales: EEU y Rusia. Pensaba también en el objetivo de suscribirlo, que no era derribar la casa sino preservarla con medidas de confianza para impedir una nueva guerra mundial, que a estas alturas de la humanidad implicaría el exterminio total. Si entonces era importante, hoy lo es aún más.

Hacia el 2018 se había alcanzado por ambos países el tope acordado de 1550 ojivas nucleares,  700 misiles balísticos intercontinentales y 800 enclaves o vehículos para lanzarlas. El Instituto Internacional de la Paz, en Estocolmo, reveló en 2022  que EEUU disponía de 3708 ojivas y Rusia, 4477. Hay que tener en cuenta que los datos referidos al tope acordado y alcanzado habla de armamento sin destruir todavía. Así que el rechazo unilateral de Putin a la disminución y control del arsenal nuclear abre las puertas de la casa y permite a países como India y Pakistán, verdaderas potencias nucleares, a cobijarse en ella.

El desarrollo tecnológico armamentista  de los últimos años vulnera la efectividad de cualquier acuerdo sobre esta materia. Estos tratados deberían haberse actualizado para mejorar la colaboración bilateral. Rusia ha puesto en marcha sus nuevas capacidades con el lanzamiento del torpedo Poseidón. Así que hemos regresado a la lógica y al lenguaje de la guerra fría, aparte que Rusia viene jugando todo este tiempo la carta del arma nuclear. No EEUU, ni Ucrania, ni otros países europeos, ni siquiera Israel con su conocida capacidad nuclear y que ayuda al gobierno de Kiev. Sólo Putin reta a Occidente en esta carrera. En septiembre pasado, dejó una clara amenaza nuclear en el aire y advirtió que no era un farol. "Aquellos que intentan chantajearnos con el arma nuclear (nadie lo había hecho) deben saber que el viento puede volverse en contra". Este era un discurso de consumo interno para justificar el endurecimiento del Código Penal en casos de deserción, en un proyecto con la inclusión de términos como ley marcial. Una respuesta a la retirada con talones dando en la nuca de los soldados rusos enviados a combatir.

La Iniciativa de Amenaza Nuclear o Nuclear Threat Initiative recoge que Rusia está a la cabeza de las armas nucleares, seguida de EEUU y China. Quienes vivimos de este lado de los Urales tenemos una especial sensibilidad hacia estos datos, quizá porque hemos leído una y otra vez y hemos visto en documentales el genocidio y sus secuelas perpetrado por EEUU contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, primera vez que se hacían detonar bombas atómicas. Los pilotos que las dejaron caer bautizaron a sus engendros con los nombres de Little Boy y Fat Man. Más de 200 mil personas murieron en el acto o poco después por los efectos del llamado hongo nuclear.

Sólo cito estos datos, harto conocidos, para enmarcar el peligro representado por Putin para el sistema global de NO proliferación de armas nucleares. Y no es demencia lo que hay en él, es, como se suele decir, que los árboles no le dejan ver el bosque, una frase de siglos utilizada para describir cuando prestar excesiva atención a los detalles no te deja ver una situación en su totalidad. Para el líder de  Rusia,  cuáles serían los detalles? Pues su empecinamiento en reinterpretar la historia de los últimos 70, algo que muchos hemos vivido directa o indirectamente, pero que, en cualquier caso, no nos es ajena por su contemporaneidad. Su pensamiento enmarca una realidad inexistente:  Occidente dividió a la URSS y quiere hacer otro tanto con Rusia. Cree también que trabaja sobre Ucrania para sembrar sus seudovalores democráticos. Y claro que le preocupa como ejemplo para el pueblo ruso.

Lo que llevó a la desintegración de la URSS fue el progresivo desgaste de un régimen dictatorial, inviable en lo económico, como ha demostrado serlo en los países en que se ha implementado la planificación y el cierre a las inversiones extranjeras,  y la insostenible  carrera armamentista para mostrar a EEUU sus óptimas condiciones para competir en igualdad de nivel.  El presidente Ronald Reagan había lanzado por entonces la llamada Star Wars o Iniciativa de Defensa Estratégica para la construcción del primer escudo antimisiles de la historia y la militarización del espacio con satélites de combate. Cuando Mijail Gorbachov comprendió todo esto e intentó desarrollar reformas económicas y políticas en un país gobernado por un solo partido e introdujo cambios como la reestructuración o perestroika o la propia transparencia o glasnot, en un régimen caracterizado por la opacidad cuando no por la mentira, estos cambios contagiaron a varios países de Europa del Este, bajo influencia y dependencia de Moscú, y el ejército no fue movilizado para frenar la debacle como en otras ocasiones a mediados el siglo XX. El ala más retrógrada del PCUS decidió dar un golpe de estado. En estos hechos encontramos el detonante para todo lo que sobrevino, mataron conejos a cañonazos, y todo fueron decisiones internas de las que pretenden culpar a otros.

Muchos de mi generación fueron testigos de todo este proceso y los cambios sobrevenidos, e las revueltas en Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumanía o República Democrática Alemana. Gorbachov recobró parcialmente el control sobre un territorio fragmentado  y con los países del bloque soviético alebestrados y reclamando la independencia no le quedó otra que declarar oficialmente la desaparición de la potencia. Que quiere decir Putin al hablar de seudovalores occidentales en Ucrania? Pues se refiere a la creación de democracias parlamentarias. Menudo problema, de gravedad máxima y había que tirar un flotador al vecino para que no se ahogara, aunque nadie lo estuviera pidiendo.

La entrada de estos países al sistema democrático, suposo el alejamiento del modo ruso de ver el mundo y de gestionar la economía .Si Putin necesita recuperar no solo a Ucrania, sino a otras naciones del exbloque soviético para reconstruir la URSS, tendrá que ocupar Kiev  para sustituir al actual gobierno por uno más dado a obedecer a Moscú, como ocurrió en Bielorrusia. El único argumento de Putin es su nostalgia y de los prorrusos aliados por recobrar el imperio. Realidad o ilusión, el líder ruso se siente permanente humillado por la sucesos de finales del pasado siglo. Intenta por esto reinventar el relato de los últimos 70 años, así que Europa es la meta a abatir y ha empezado por el país más vulnerable: Ucrania. Hablamos de un remedo de matón de patio de colegio: si no puedo lograr mi objetivo de recuperar territorio  a las buenas lo hago a las malas.








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