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domingo, 4 de agosto de 2019

NUEVAS ESTRATEGIAS, NUEVOS PELIGROS NUCLEARES.




La renuncia por Estados Unidos y Rusia a  prorrogar sus respectivas responsabilidades en el Tratado INF, firmado en 1987, replantea una nueva estrategia en el régimen de no proliferación de las armas nucleares en un mundo global, dentro de un movimiento multipolar.

Las siglas en inglés para el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, negociado en plena Guerra Fría por los presidentes Ronald Reagan y Michail Gorbachov, no solo supuso la eliminación de un tipo de armas, sino que abrió el camino para su control. Al expirar hoy el documento clave, cae un instrumento importante de seguridad global, al que los líderes concernidos debieron estudiar y apreciar más.

Leyendo el contenido del Tratado nos podemos hacer una idea de la cantidad de oportunidades perdidas por ambas partes para recortar mucho mas el arsenal nuclear, en la resolución de conflictos regionales y en haber terminado mucho antes con la Guerra Fría y que constituyó un hito en el proceso de distensión entre bloques.

Plantear por primera vez una reducción de los armamentos, en vez de marcar un techo, llevó a la destrucción de casi 2 700 misiles de alcance corto, medio e intermedio. Fueron eliminados todos los misiles terrestres, nucleares y no nucleares, con un rango de entre 500 a 5 500 kilómetros.

Al eliminar los misiles esencialmente radicados en Europa, el tratado disminuyó la amenaza de una guerra nuclear en el continente y desbrozó el camino para la negociación de armas nucleares tácticas y las químicas, así como la de las fuerzas convencionales europeas..

Rusia y Estados Unidos han certificado la muerte del tratado el pasado viernes acusándose mutuamente de violarlo. La Casa Blanca habla de la negativa de Moscú a destruir un misil de crucero de 1 700 kilos y ocho metros de largo conocido como Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) y que Washington alega infringe el tratado el superar los 500 kilómetros de alcance.

Rusia consideró inadmisible tal exigencia y en rueda de prensa el ministro de Defensa alegó que el misil estaba dentro del rango especificado en el tratado porque solo tenía un alcance de 480 kilómetros.

El Kremlin por su parte ha asegurado que Washington ha violado repetidas veces el tratado con el emplazamiento de misiles interceptores en el marco del escudo antimisiles. Otras violaciones incluirían la fabricación de los drones o aviones no tripulados con armamento y los sistemas Mark-41 para lanzar misiles crucero de medio alcance, que Estados Unidos quiere emplazar en Polonia y Rumania.

El ministro de Defensa ruso ha dicho que Moscú está dispuesta a tomar medidas de transparencia sin precedentes, por encima de sus obligaciones en el INF, pero sus intentos y propuestas han sido torpedeados en los últimos meses por los negociadores estadounidenses que continúan lanzando el ultimatum sobre el Novator. Alertó que la decisión de abandonar el tratado pone en riesgo el START-3, que limita el armamento estratégico ofensivo y expira en 2021, y cuyas negociaciones siguen estancadas..

La diplomacia estadounidense ha colocado el énfasis en lo que en realidad persigue el presidente Donald Trump con su retirada del acuerdo; "iniciar un nuevo capítulo en busca de una nueva era del control de armas" más allá de los tratados bilaterales y que favorezca la participación de otras potencias, léase, China.

La pregunta sería en esta nueva estrategia si Estados Unidos posee la capacidad de contrarrestar un golpe desde China. La respuesta es No. Tampoco de Rusia.

Hace dos años, ante el Senado, el exjefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, Harry Harris aseguró que China tiene "la fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2000 misiles balísticos y de crucero". Este es un país que no forma parte de ningún tratado de desarme.

Rusia es el país con la mayor reserva de armas nucleares entre estas la bomba más potente, el misil balístico intercontinental pesado SS-18 "Satán". Los expertos calculan que dispone de 55 de las armas más mortales, pero solo serían necesarias cinco para destruir la costa este de Estados Unidos en caso de enfrentamiento. Solo espero que los norteamericanos sepan todo esto.

Trump contempla los acuerdos firmados durante la Guerra Fría y el START-3 como reflejos de un mundo bipolar inexistente, quiere un nuevo enfoque en estabilidad estratégica sobre nuevos principios, como ha sido su política desde su llegada a la Casa Blanca, demostrar avances sustanciales y no pasito a pasito. Pero un nuevo enfoque requeriría un alto nivel de confianza que no existe, ni con Rusia ni con China.

"Daremos una respuesta simétrica. Nuestros socios norteamericanos denunciaron su participación en el tratado y haremos lo mismo", dijo el presidente Vladimir Putin, reunido con sus ministros de Exteriores, Sergei Lavrov, y de Defensa, Sergei Shoigú.

Los rusos denunciaron que Estados Unidos empezó a preparar el terreno para abandonar el INF hace dos años cuando comenzaron los trabajos de fabricación de misiles de corto y medio alcance en una de sus plantas militares en Arizona, gestionada por la fundación Raythone.



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Una imagen por satélite mostrada en conferencia de prensa en Moscú muestra la planta en la que, según su versión, aumentó su perímetro en un 44% y su personal en 2 000 personas.

El Congreso de Estados Unidos asignó 58 millones de dólares a Defensa en noviembre del 2017 destinados con claridad al "desarrollo de un misil terrestre de alcance medio", lo que corrobora, según Moscú, sus denuncias.

Rusia y el Occidente encabezado por Estados Unidos viven en este momento tensiones mucho mayores que en la Guerra Fría y este movimiento que ha resultado imparable parece haber comenzado cuando Moscú interfirió en el conflicto armado en el este de Ucrania y se anexó Crimea. Esto tuvo una escalada importante a posteriori con la guerra de Siria, donde grupos rebeldes, apoyados por Estados Unidos y aliados árabes, buscan exterminar al gobierno de Damasco, respaldado por Rusia..

Washington advirtió que el próximo dos de febrero comenzaría el proceso de retirada del INF, que se completará en seis meses. A partir de ese momento, tendría las manos libres para posicionar sistemas de misiles en Europa y Rusia haría lo mismo en sus territorios limítrofes con la Unión Europea u otras zonas geográficas. Uno de los dos líderes firmantes del acuerdo, Gorbachov, ha advertido que tras esto vendrá el caos.

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