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martes, 27 de enero de 2015

Grecia desafía a Bruselas

Elecciones en Grecia







Por Mirta Balea

La holgada victoria de la coalición de izquierda Syriza en las elecciones de Grecia este domingo lanza una onda expansiva a la zona euro y en especial a España y Portugal en año de elecciones.

La formación de Alexis Tsipras casi roza la mayoría absoluta en la Asamblea en un triunfo vaticinado por las encuestas. Desde hace muchas décadas no se daba el caso de que un partido de izquierdas, nacido fuera de la tradición socialdemócrata europea, ganara unas legislativas.

La subida vertiginosa de Syriza tiene su génesis en los cuatro años de duros recortes salariales y ajustes en la zona periférica del euro y muy en especial en Grecia, donde el gobernante partido Nueva Democracia y los socialdemócratas del PASOK se confabularon para llevarlos adelante a sangre y fuego. Nadie tiene dudas de que esto se ha percibido desde la calle como una injusticia.

El partido Nueva Democracia, de Andoni Samaras, ha quedado a siete puntos del triunfador y los socialdemocrátas del PASOK han caído noqueados por los resultados. Así, puede decirse, que el centroizquierda ha sido agujereado por la diana ciudadana.

Lo que preocupa a algunos analistas es que Aurora Dorada se instalara como tercera fuerza del país. Sus principales dirigentes están en la cárcel por asesinato y forma parte de la combativa y muy visible ola neofacista resurgida también con la crisis.

Grecia es un país que, a pesar de los ajustes económicos recetados por Bruselas, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (identificados en Europa como la troika), sigue observando un aumento de su deuda, que se come el 175% del PIB, de la pobreza con el acelerado aumento de la desigualdad que, en números, se traduce en que un uno por ciento de la población dispone del 56% de la riqueza nacional (antes de la crisis era poco más de un 48%, que ya era alto), además del paro que pronto sobrepasará un 26%.

Estos son los números, fríos. Lo caliente, el meollo del problema, es que la gente no tiene ni para comer o pagar la calefacción y muchos han perdido su casa por no poder continuar pagando. Estas personas nada tienen que perder y necesitan creer que habrá un futuro, en Syriza.

La Unión Europea envió a algunos emisarios a conversar con Tsipras, cuando ya se conocía que vencería, para informarse de primera mano sobre sus metas de gobierno. Ahora se preparan todos para una dura negociación sobre la deuda griega.

Aunque Bruselas ha mostrado su voluntad de prorrogar el actual rescate y estudiar posibles medidas de moderación para la deuda griega, que vence en seis meses, la sacudida política del domingo coloca un signo de interrogación sobre quien cederá, porque alguno tendrá que hacerlo y no parece que Tsipras esté dispuesto.

Lo que el Directorio de Bruselas quiere evitar de verdad es el ejemplo de Syriza para el sur europeo e intentar reconducir los intereses del nuevo gobierno griego hacia un camino menos radical que el anunciado por la campaña electoral.

La preocupación por Europa ha estado presente en la reunión de los jefes de las principales empresas internacionales que lleva por nombre Foro de Davos. Allí, con los Alpes como fondo, el mismo miércoles, cuando se iniciaron las sesiones, el FMI rebajó sus previsiones para 2015 y luego no han dejado de debatir sobre la situación de Grecia y el estancamiento europeo.

El primer reto para el gobierno de Syriza y Bruselas en su próximo combate cuerpo a cuerpo será el vencimiento de la deuda de 6,600 millones de euros con el trasfondo del malestar social constatado y constable en el resto de los países del sur de Europa.

Syriza es europeísta, al contrario que el exaltado Movimiento 5 Estrellas del italiano Beppe Grillo o el Frente Nacional francés. Así que, la victoria de esta izquierda, un sujeto político de nuevo tipo, resulta preocupante para la jerarquía europea.


La victoria de la formación del nuevo Primer Ministro griego Tsipras hay que verla más como una rara ironía del destino y una consecuencia de la crisis cuyo desarrollo repercutirá y mucho en el resto del entramado europeo.

Sobre todo porque el recién estrenado gobernante ha advertido desde Atenas que no negociará con representantes de la troika, sino directamente con los gobiernos europeos y la Comisión.

martes, 13 de enero de 2015

Las diferencias entre seguridad y libertad

Primeras imágenes de Mahoma tras los atentados de Paris. Desde Australia


Por Mirta Balea

La Europa pos atentados yihadistas en Paris se mueve ahora en la resaca dejada por hechos tan luctuosos que han puesto una vez más en solfa las libertades garantizadas por el Estado derecho y la necesidad de proteger a los ciudadanos del terrorismo global. 

La mayor manifestación que ha conocido Francia en los últimos años -al menos para los que vemos el decursar de la historia desde una edad en que la juventud ha pasado a formar parte de un pasado lejano-, quedó blindada el mismo domingo de su realización con casi cuatro mil efectivos entre policías y ejército. Aun hoy, este despliegue continúa y se planea prolongarlo sin fecha límite.

La oportunidad disfrutada por la sociedad francesa y sus invitados de marchar contra el terror y por la libertad parecía reafirmar la unidad nacional contra el abatimiento y la indolencia. Esta es sin dudas una consecuencia positiva de los atentados contra el semanario satírico Charlie y una tienda de comida judía con resultado de 17 muertos.

Ahora toca la reflexión sobre lo ocurrido. El terrorismo tiene eso, mueve a la gente a hacerse preguntas sobre cómo el Estado de derecho podrá encajar su enfrentamiento a delitos cuya prevención y enjuiciamiento no están previstos y quitar de la mente de la gente que la República tiene flancos débiles.

El camino es pernicioso. La sociedad pasa a preguntarse como compatibilizar la vivencia de la fe religiosa y los valores democráticos, sin que esto suponga dejar de ser un país plural y pluralista. Esos llamados por algunos sectores de la derecha ultranacionalista europea para marchar contra los musulmanes en los próximos días resultan tan descabellados como la acción de los radicales. Son dos garbanzos de la misma simiente.

Estuve muy de acuerdo con que el presidente francés Francois Hollande desistiera de invitar a la manifestación a Marie Le Penn, jefa del Frente Nacional, islamófobo, antisemita, porque sus valores nada tienen que ver con la manifestación del domingo pasado.

Los ministros del Interior de una docena de países aprovecharon las primeras horas antes de la manifestación para tener un primer contacto y averiguar cómo pueden aumentarse los niveles de seguridad. Porque los mortíferos atentados de Paris, resultan un indicativo de que todo puede ir a peor.

Ahora, los países se enfrentan a dos líneas de actuación. La que tiene que ver con la persecusión tradicional del crimen o incluso la novedad de hace unos años de controlar los movimientos y la financiación de los yihadistas y la parte que vela por la actuación preventiva. En esta última, habrá que tener en cuenta a Internet.

La red es un espacio abierto y debe seguir siéndolo, pero ninguna organización política, religiosa o de cualquier tipo tiene derecho a utilizarla para difundir el odio o incitar a la violencia, como si la virtualidad vacunara contra las leyes por las que serían en tal caso enjuiciados y sentenciados en el territorio nacional. 


Hay que distinguir, ahora que todos se llaman Charlie, lo que significa la libertad de expresión y el respeto a las personas y a sus ideas. Los periodistas, más que nadie, deben distinguir entre crítica e insulto. Una sátira inteligente siempre es bienvenida frente al chiste de mal gusto.

Si analizo algunas viñetas de Charlie, tengo que reconocer que no está entre mis lecturas favoritas, pero esto no justifica la muerte de 12 personas de su plantel porque la libertad de expresión es uno de los valores que debemos defender con uñas y dientes.

Tengo por norma al leer una publicación, saber qué aporta, qué valores defiende o, aun cuando no esté de acuerdo con algunas de sus ideas, respeto el contenido. El atentado no hará que me interese más por los contenidos de Charlie, pero sí, que defienda su derecho a expresarlos.

Cómo se canalizará el mensaje lanzado por la sociedad civil el domingo último es algo que veremos en los próximos meses. Francia, de momento, sigue en su enorme despliegue de seguridad.

Espero que el miedo en el que pesca Le Penn y otros, no se apodere del ambiente de convivencia, un crisol distintivo de la sociedad francesa.

El Papa católico Francisco denunció con claridad a "los esclavos" de "formas desviadas" de religión que usan a Dios como pretexto de ideologías.

No hay que olvidar que resulta dificil manejar tiempos y reacciones de una sociedad temerosa de la inseguridad, entre otras cuestiones, derivada de la globalización, de la falta de confianza hacia sus líderes por la gran crisis económica, y de una tecnología que va más rápida que nuestro propio conocimiento, o simplemente del desconocido que se muda a nuestro vecindario y al que apenas comprendemos.

domingo, 11 de enero de 2015

JE SUIS CHARLIE!





Por Mirta Balea

Cerca de un millón de personas lanzaron hoy en Paris un grito contra la barbarie y el oscurantismo, durante el homenaje a 17 personas asesinadas por tres terroristas en el nombre de Alá que fueron poco después ajusticiados por las fuerzas de seguridad francesas.

Si lo que pretendieron con estos asesinatos era callar a la gente, que los periodistas y caricaturistas dejaran de realizar su labor, que la población les pidiera mesura en sus críticas para evitar el enfado de los radicales, el plan cayó en saco roto.

No había miedo hoy en Paris, había decisión de no dejar que unos pocos fanáticos conculquen las libertades que tanta lucha y sangre han costado a lo largo de la humanidad.

A los franceses se unieron, en un gesto tan espontáneo como de alto contenido político, medio centenar de líderes europeos, que repudiaron estos hechos marchando junto a los parisinos. Algo similar a lo que ocurrió en Estados Unidos en ocasión del 11-S.

El legado de sangre de los terroristas comenzó el jueves con un ataque por dos de ellos al semanario satírico Charlie, donde asesinaron a 12 miembros de su personal; durante su huida, toparon con un policía al que hirieron primero y luego mataron a sangre fría cuando yacía en la acera ; otro radical, que dijo después en un video haber concertado una acción aparte, se atrincheró en una tienda judía en la que mató a cuatro personas. Todos fueron ajusticiados por las fuerzas de seguridad francesas tras los hechos.

Entre los cientos de pancartas y bolígrafos en ristre, destacaban una gran cantidad con el lema Je suis Charlie¡ con el que Francia respondió el mismo jueves como una sola voz a los atentados y aquellas con los nombres de las víctimas en cartulina negra con la letras en blanco.

Los terroristas que mantuvieron durante 72 horas en un pánico a los parisinos y dejaron a su paso 17 muertos y otro número similar o mayor de heridos lo hicieron, según han trasmitidos las webs yihadistas (que suelen llamar a la guerra santa), porque el semanario satírico Charlie se burlaba de Mahoma y había que poner fin a esa ofensa.

Puede que muchas personas, dentro y fuera de Francia no estuvieran de acuerdo con el lenguaje utilizado por el semanario en sus caricaturas, no solo de Mahoma sino de otros líderes religiosos y políticos en el mundo, pero de lo que trataba la manifestación de hoy era dejar claro que en una sociedad civilizada no se puede matar a alguien porque no piense igual que nosotros. Una sociedad civilizada defiende el derecho a expresar nuestro desacuerdo sin que suponga hacerlo como en una guerra exponiéndose a morir con de un tiro en la frente.

A estos terroristas, como a otros, se les ha servido la justificación de matar en bandeja, al considerar un crimen contra el Islam la blasfemia. Por ella se han puesto bombas en algunos periódicos, se masacró a un cineasta y se han asesinado a escritores y traductores.

Si un libro sagrado habla de Blasfemia, es el Viejo Testamento de la Biblia, pero no el Corán. Este es un concepto acuñado por los líderes religioso-políticos del Islam, interesados en eliminar toda disidencia.

Citaré un ejemplo harto conocido de los países que practican la sharia o ley islámica. El presidente Mohamed Zah ul-Haq (entre 1970-80) necesitó acabar con la oposición democrática y liberal de Paquistán y aprobó leyes de islamización por las que podía condenarse a muerte o a cadena perpetua a quien "insultara" a Mahoma de alguna manera.

Una de las pancartas que podía verse hoy en la plaza de la República rezaba que "el islam es paz, no barbarie" porque las asociaciones de musulmanes se han visto en estos días impulsadas a salir al paso al hecho de que se confunda su fe con las acciones de los radicales.

Algunos musulmanes, en conversación con los periodistas presentes en la manifestación, dejaron constancia de que son franceses y musulmanes y que desde luego la religión que profesan no llama a matar a quienes piensen diferente.

La concentración de este día en Paris salió al mediodía de la Plaza de la República, a través del Boulevard Voltaire, como un río imposible de detener, hasta alcanzar la Plaza de la Nación. Tanto el punto de salida como la meta, son zonas emblemáticas utilizadas por los parisinos en sus manifestaciones de afirmación nacional.

La estatua de la República en la plaza homónima se halla vestida con una toga. En su mano derecha, porta una rama de olivo y en la otra, el escrito sobre los derechos humanos, entre los que figura la libertad de expresión. Los bajo relieves en su base son esculturas que simbolizan la igualdad, la libertad y la fraternidad.

La manifestación fue concebida en un principio como un acto de la sociedad civil y política francesa, una gran expresión de unidad nacional, pero pronto se transformó en un grito mundial contra la barbarie.

En Paris se dieron cita figuras disímiles, líderes con diversos puntos de vista, como el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, convencidos de que es la hora de dejar a un lado las diferencias y aunar esfuerzos para eliminar la plaga mortal del terrorismo.

El encuentro sirvió también a los ministros de Seguridad e Interior de la Unión Europea y el Fiscal General de Estados Unidos para realizar una primera toma de contacto sobre las medidas que deberán abordar los países en el futuro para cerrar mejor el camino al yihadismo.

Los norteamericanos han decidido realizar una Consulta General con todos los gobiernos para febrero de este año a fin de alcanzar medidas concretas, que aporten mayor eficiencia a la seguridad y cierren fronteras a los terroristas.